miércoles, 2 de mayo de 2012

952 Conclusiones sobre la muerte


952    LA CHISPA           (19 abril 2012)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
CONCLUSIONES SOBRE LA MUERTE
            Para especular acerca de la posibilidad de vida en el más allá, tenemos que tomar alguna posición.  Y una de ellas es elegir si solo somos materia (materialismo), producto de una evolución ciega y sin principio rector alguno.  Algo así como las conclusiones de la teoría del Big bang.  Que somos el resultado de un proceso aleatorio que se inició por su propia cuenta y que, sin directriz conocida, sin objetivo mi método inteligente, nos ha conducido hasta lo que somos ahora.  Unos seres físico-bioquímicos en los que, por casualidad, se desarrollaron la inteligencia y el pensamiento como producto de reacciones químicas y alguna chispa eléctrica casual; también los sentimientos y todas las facultades cerebrales que nos hacen reflexionar y tener consciencia del “yo soy yo”.  Esta sería la posición atea, que niega la existencia de Dios y, por consecuencia, cualquier obra de ese origen.  Si solo somos materia, con la muerte del cuerpo termina todo.  Parece un desperdicio.
            Pero si somos creyentes en una Deidad Suprema y que somos parte de su emanación (“creación”), forzoso es admitir que somos seres espirituales,  inmortales y parte de algo mucho más complejo que la simple forma exterior.  Que en esencia, estamos formados de una substancia imperecedera que es el epítome de eones de evolución inteligente y con propósitos que, aunque fuera de nuestra comprensión actual, constituyen una urgencia filosófica.  Y sobre esta teoría de la inmortalidad del espíritu que nos anima, y que es parte integral de esa totalidad conocida como Dios, podemos especular acerca de lo que podría ser la Vida después de la muerte del vehículo físico (cuerpo).  Pero si somos “bigbanistas” toda conversación sale sobrando, pues ahí no hay cabida alguna para los sentimientos, la ética o la trascendencia, materia sobre la que estamos tratando.  Desde esa base, da lo mismo morir o vivir y todo podría reducirse a un simple hedonismo como meta única y última de cada hombre.  Ateísmo puro, basado en la negación del Principio Rector Universal, y NO en el rechazo de dioses tribales.  Este último tipo de ateísmo solo es ignorancia.  Limitación brutal del concepto de Infinito o Dios. 
            Para el creyente en la inmortalidad del Hombre, entendiéndose este como un agregado de cuerpo, alma, pensamiento y espíritu, la vida post mortem no solo es una especulación sino una necesidad filosófica para darle coherencia al sistema.   Pero, ¿se puede demostrar mediante la fe la existencia de esa Deidad cuya inmanencia en el Universo, es la piedra angular de toda filosofía que acepte y respalde la espiritualidad del ser humano?   La aceptación de ese Poder por siempre oculto, sin conexión directa ni personal con ninguna criatura del infinito universo, es el requisito sine qua non para ser creyente en la trascendencia del hombre.  Para creer en la vida post mortem, tenemos que creer en la inmortalidad del Ego como parte integral de esa totalidad a la que llamamos Dios, aunque no tengamos ni la menor idea de lo que este pueda ser.  Es una teoría que se basa en la confianza y la fe, pero no en la fe ciega (fanatismo) sino en la que se deriva de la racionalización de las probabilidades.  También debemos tener presente que en este terreno, todas las exposiciones se limitan al campo de la dialéctica, por lo tanto, NO podemos dar ni pedir demostraciones físicas.  Ni el creyente ni el ateo pueden dar pruebas de la existencia o no existencia de Dios.  Es una discusión que no se aclara ni con la muerte, pues cualquiera que sea la realidad, no hay forma alguna de que los muertos nos la puedan comunicar.  Solo ellos saben la respuesta.  Si la hay…
            Esas son las dos probables opciones: la Nada de los ateos, o la vida indefinible de los creyentes.  Y esta última tiene un abanico tan extenso de posibilidades como religiones hay.  Desde las brutalmente materialistas y sensuales, como las más racionales que nos proponen las religiones antiguas y el Ocultismo.  Pero antes de continuar, es preciso hacer una aclaración acerca del ateísmo.  No creer en dioses tribales o nacionales (Yavé, Odín, Alá, Thor, Zeus, Osiris o Teotihuacán.) NO nos convierte en ateos.  No creer en Yavé y su parcialismo injusto y fúrico, NO es ser ateo.  Rechazar a este bárbaro dios tribal es una obligación ética e intelectual que no constituye ateísmo sino raciocinio elemental.  La no aceptación de Baal, Moloch, Ares o Anu, es solo la utilización del sentido común, no ateísmo como concepto general.  Por desgracia, el “cristianismo” convirtió a Yavé en Dios, y eso ha traído como consecuencia que haya gente (ateos) que reniega de la Deidad por culpa del dios judío.  Confundir a Dios con Yavé, equivale a decir que Cronos es el Absoluto.
Si somos parte de Dios, somos inmortales; por lo tanto, continuamos viviendo después de la muerte de nuestro cuerpo físico, el cual solo ha sido un vehículo del espíritu, Ego u hombre inmortal.  De ser así, no cabe discusión alguna acerca de la vida después del final de nuestro vehículo material.  El problema es que no tenemos memoria alguna de esas existencias que, de acuerdo con la teoría general, hemos “vivido” una infinidad de veces (reencarnación).  Tampoco podemos hacer anticipación de ella.  Las razones para tal negativa a los humanos son muy fáciles de entender: si no soportamos la carga de la vida presente con sus remordimientos y consciencia del mal que hemos hecho, ¿se imaginan lo que sería enfrentarnos a la suma de los “pecados” cometidos en unas cuatro o cinco encarnaciones?  Sería insoportable.  Si no somos ateos y creemos en ese estado de consciencia post mortem, “algo” debe haber allí para el sujeto desencarnado, aunque solo sea un sueño, como suelen decir los que saben.  Pero todo sería solo un estado mental: infierno, purgatorio y cielo.  Todo estaría dentro de la mente del sujeto, sin existencia objetiva, pero muy real para el que lo vive.  
Es seguro que usted tendrá sus teorías, pero, ¿SABE alguna respuesta? 
Fraternalmente
                         RIS                        E-mail: rhizaguirre@gmail.com
Entrada al blog   “LA CHISPA”       http://lachispa2010.blogspot.com/


No hay comentarios:

Publicar un comentario