966 “LA CHISPA” 15
mayo 2012
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos
del Poder”
LENGUAJE SIMBÓLICO
Por más que hayamos refinado el lenguaje
en busca de una forma de expresión clara, este sigue siendo confuso y con
significado diferente según las experiencias, cultura y carácter de las
personas. Es para paliar eso que cada idioma
debe ser breve, conciso y lo más simple posible para que llegue a adquirir una
validez simbólica e inequívoca. Pero
para que esto sea posible en la mayor medida, es necesario que las herramientas
de comunicación sean lo más sencillas posible.
La grafía, como medio de preservación y testimonio de la palabra, tiene
que ser diseñada para simplificar la transmisión del pensamiento, y no debe
prestarse para la interpretación personal, la cual depende de las muchas variables
e intereses que tenga cada individuo.
Una escritura compleja resulta un estorbo; demasiadas reglas en la
expresión, también entorpecen el intercambio.
Es bueno que haya un conjunto básico de preceptos que sirvan de guía,
pero solo para mejorar y hacer más eficiente la COMUNICACIÓN. Sin embargo, esas
normas deben ser casi invisibles, pues en eso consiste una gramática eficiente,
en difuminarse en el interés primordial del habla. El problema surge cuando los
elementos que solo deben servir de apoyo, adquieren papel protagónico a tal
grado que todo el esfuerzo se centra en estos utensilios que llenan de trampas
la expresión escrita.
Si en el intento de conectarnos, la
complejidad de los sonidos o la maraña gramatical y ortográfica se convierten
en el punto focal, se desdibuja el objetivo único de todo idioma: ponernos en
contacto. Claro que en esto hay mil imponderables que siempre producen errores
de interpretación entre el emisor y el receptor; pero para vadear esa
dificultad inherente a todo lenguaje, las causas de problemas deben ser reducidas
al máximo mediante la simplificación.
Eso es lo que se hace en el mundo de la cibernética y en la propuesta
del Ameriñol. Tanta regla y norma solo
obscurece el panorama y no ayuda en nada.
Y
en el habla NUNCA se debe perder de vista el simbolismo, esto es, el
significado emocional que los
vocablos tienen para cada uno de nosotros. Vean que NO se trata del valor lógico de estos sino del emocional. Y este varía según las experiencias de cada
uno. El término AMOR, aparentemente unívoco, puede tener diversas significaciones
según la emotividad de cada uno. Es por
eso que la SENCILLEZ es necesaria en
toda forma de expresión (oral y escrita), porque incluso en los conceptos más
simples y conocidos, es posible la mala interpretación que oscurece el vidrio y
dificulta el entendimiento. Cuando los instrumentos
de contacto son demasiado complejos y engorrosos, se convierten en un lastre
que demanda demasiado esfuerzo del usuario, a tal punto que, por cuidarse de la
corrección de la forma, olvida o descuida el objetivo primordial de estos: la
claridad en la transmisión de las ideas.
Los “idiomas” cibernéticos se están
adelantando al oral, debido al enfoque científico que hacen de la simbología;
en los ordenadores NO se toma en
cuenta la vanidad de nadie, las viejas querencias ni las reglas gramaticales,
sino que toda la atención se fija en la rapidez y exactitud del lenguaje. Todo se ajusta a la meta. Incluso se ha inventado un vocabulario que se
aplica sin respeto alguno por las “normas gramaticales”: chatear,
zapinear, accesar son vocablos que tienen un significado preciso e
inequívoco, aunque sean barbarismos
según las Academias. Pero son de
utilidad extraordinaria y de practicidad inigualable, ya que sin importar las
cuestiones formales, se concentran en el objetivo de toda forma de expresión: ENTENDERNOS. Aunque
nos desagrade (por acato ciego de la tradición), todos sabemos qué significa
“zapinear”, híbrido horrendo, pero
que no tiene un equivalente en español, porque la ortodoxia no lo acepta y
nunca lo hará. El “gramaticalismo” nos
convierte en delincuentes cuando
usamos el ordenador. Pero la practicidad
de la cibernética es un atractivo irresistible.
Toda la ciencia apunta hacia la simplificación, y para eso,
necesita un método simbólico inequívoco y rápido, sin políticos del idioma, sin
asambleas legislativas de la lengua. La
idea es que dentro de muy poco, sea posible insertar monstruosas cantidades de
información en un pequeño paquete electrónico, sin trabas ni reglas
gramaticales que puedan entorpecer la marcha victoriosa y aplastante del
imparable 010101.
Ese es también
el objetivo del Ameriñol: simplificar la comunicación en nuestro idioma. Independizarnos del tutelaje hispano y lograr
el desarrollo sin quedarnos enredados en un reglamentarismo anacrónico, que
demanda para que utilicemos el español “correctamente”, por lo menos 20 años de
estudio con dedicación plena. Y los
latinos NO TENEMOS tanto tiempo para
desperdiciar. Esa es la propuesta lógica
de “El Ameriñol”, el atajo que
debemos tomar para alcanzar, a la brevedad posible, el gran objetivo de la EDUCACIÓN. Pero mientras la escuela persista en hacernos
escribir Zapato, estaremos jodidos. Quedaremos trabados en una tarea absurda e
interminable; pero lo que es peor: sin valor alguno que compense el
sacrificio. El Ameriñol nos ofrece la salida fácil y práctica a un problema
estúpido que nos han impuesto durante 500 años.
“Zapinescamente”
Ricardo Izaguirre S-
(Utilice el Ameriñol, es de lo más fácil)
Ricardo Izaguirre S-
(Utilice el Ameriñol, es de lo más fácil)
Blog “LA CHISPA”
http://lachispa2010.blogspot.com/
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