965 “LA CHISPA” (En Ameriñol) (13 mayo 2012)
Lema: “En la indolensia sibica del siudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
LOS CONTROLES DEL ESTADO
Se supone que el Estado debe tener mecanismos automaticos de control de TODAS las actibidades de TODOS los funsionarios, de TODOS los rangos. En la funsion gubernatiba NO DEBE ECSISTIR la pribasidad ni la inmunidad en cuanto al manejo de fondos e intereses publicos. Y todo aquel que asepta funjir como funsionario, debe estar dispuesto a someterse a todo tipo de escrutinio aunque no sea sospechoso de nada, ni medie en su contra acusasion alguna. En la enpresa pribada se sigue esta macsima al pie de la letra. Incluso se rejistra personalmente a los enpleados cuando terminan sus labores; sobre todo, en aqueyas organisasiones en donde es posible el urto de cosas pequeñas. Pero en el gobierno, todo el mundo ase lo que le da la gana y se crean fueros espesiales alrededor de infinidad de sujetos en posision de robar, bender influensias, dar asesorias y todo tipo de corruptelas. Cualquier funsionario de medio pelo, se siente indignado y se considera “ofendido” si le aplican algun control. Los altos mienbros de los poderes del Estado gosan de una inmunidad de dioses; son deidades que estan mas aya de cualquier demanda de rendision de cuentas. Presidentes, ministros, diputados, mienbros del Poder Judisial, de instituciones autonomas y otras, no solo yegan a sus despachos cuando les da la gana, sino que estan por ensima de la ley. Nadie les pide cuentas de nada; por lo tanto, la tentasion para delinquir en cualquier sentido, sienpre esta a tiro de escopeta.
Y la corrupsion no es solo lo que se roban y
el mal uso que asen del tienpo laboral, sino la lejitimasion que an echo de
esta conducta inmoral que a yegado a ser la norma en nuestros gobiernos. La “democrasia formal” tiene todas las
institusiones destinadas a belar por la transparensia y el buen uso de los
recursos de la nasion. Una buena
“democrasia” republicana y libremente elejida por el pueblo, tiene
que contar con todos esos mecanismos de control de la funsion publica. No faltaba mas. En todas nuestras republiquitas ay Defensorias
del Consumidor, del ciudadano, de los niños, de la mujer agredida, de los
perros. Ecsisten ofisinas para todo y para dar la inpresion de que el Estado es
un ente perfecto, yeno de controles que garantisan su efisiensia y onestidad en
el manejo de “la cosa publica”. Todos
tenemos Sala Cuarta o algo paresido, Contraloria
y Procuraduria. Ademas estan las inefables
Asanbleas Legislatibas y los Consejos de Gobierno que rebisan cada acsion y
proyecto del Estado. Y por sobre todo
este aparato de onestidad que garantisa
la transparensia de las actibidades del gobierno, se encuentra el Presidente o
Presidanta que, con mano firme y onesta, es el garante de que todas las cosas
marchen como debe o debiera ser.
Asi,
pues, con semejante organisasion de seguridad, ¿como es posible que se de la
corrupsion que nos esta aogando? Y no
solo en pequeñeses sino en escala jigantesca.
La respuesta es muy sinple: toda esa mascarada se a diseñado para ser bulnerada
a plaser por los politicos y las oligarquias.
Todas esas instituciones son entes castrados “legalmente” para que nada
puedan aser; que no tengan poder alguno para actuar en contra de los
funsionarios corruptos, ya sea un diputado o el Presidente. Ni siquiera el Serbisio Sibil se salba de
esta lacra, pues todos los nonbramientos en la funsion publica son politicos y
mediante palancas. Los unicos meritos
que se piden al candidato a un puesto de gobierno es ser mienbro del partido en
el poder, y una abilidad estraordinaria para reptar. Los
otros pergaminos profesionales salen sobrando. Y si alguien gana un puesto por capasidad,
ecsisten mil subterfujios mediante los cuales mantienen el interinato de los
amigotes que ya estan enquistados como garrapatas en el aparato burocratico.
Es
sierto que ecsisten esos entes, pero todos an sido emasculados por leyes que les inpide actuar per se ante la corrupsion; para que estos actuen, es nesesario que
alguien ponga la denunsia, algo a lo que ningun siudadano se atrebe por
dibersas rasones que es innesesario repetir.
Si alguien ba a la Contralora, Procuraduria o Sala Cuarta a denunsiar
los desmanes de un diputado, ministro o presidente, ¿saben lo que le puede
pasar? Porque las leyes contra la injuria
o la calumnia si son eficases, rapidas y efisientes. Ayi si se be en acsion el presepto de: “Justisia pronta y cunplida”. No ay inmunidad para el siudadano que se
atrebe a destapar cualquier torta de los funsionarios. Esto es semejante a aqueya ridicula canpaña
publisitaria que nos inbitaba a los siudadanos a “sapear” a los
narcotraficantes. A yamar por telefono y
denunsiar a los sospechosos que bieramos en nuestros barrios. ¿Se imajinan ustedes el riesgo que eso
significa? Y sin enbargo, con esa “sinplesa”,
el Estado nos pedia que pusieramos a nuestras familias en semejante riesgo,
pues el que atendia el telefono, bien podia ser mienbro del cartel; ademas,
tenia nuestro telefono y direcsion. ¿Que
les parese?
Ay denunsias que
solo la prensa ase o puede aser; pero esto solo lo realisan cuando ay intereses
de su agrado, o de los dueños del respectibo diario. O cuando son cuestiones que interesan a la
Oligarquia; o bien cuando se trata de cortinas de umo para desbiar la atension
del publico. La restructurasion del
Estado en cuanto a los mecanismos de control, es una nesesidad inpostergable;
antes de que el pais se nos unda mas en la ignominia, y los gobiernos terminen
de perder los ultimos bestijios de credibilidad. El aparato de control del Estado debe ser una
superestructura apolitica, en la que no puedan meter mano los diputados,
ministros, presidentes, Sala Cuarta ni nadie mas que los funsionarios
responsables de su correcto funsionamiento en benefisio del Estado y la poblasion. Un ente que aga que el siudadano SIENTA CONFIANSA en el Gobierno. Y que como el IRS, tenga la potestad de poner fuera del govierno, o en la carsel,
a cualquier enpleado delincuente, ya se trate de un conserje o del propio
Presidente o presidenta de la Republica.
Controlescamente
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