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“LA CHISPA” 23 mayo 2012
Lema:
“En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
RESPUESTA A UN FUNCIONARIO DEL SERVICIO
CIVIL
Como nunca he querido “personalizar” a
este periodiquito, no suelo responder de esa forma a los que me hacen alguna
crítica. Mi intención es que focalicen
sus preguntas y método inquisitivo en los problemas que denuncio y que son de
la incumbencia de todos. Nada personal,
pero sí del interés de todos. Como es o
debiera ser la política. Pero en este
caso voy a hacer una excepción por algunas razones que cuadran muy bien con “La
Chispa” que dio origen a la protesta de este caballero llamado Luis Carlos
Murillo, y que es funcionario del Servicio Civil. “ANALISTA DE RECURSOS HUMANOS”, dice el pie
de página de su artículo. Como empleado
de esa entidad, comprendo su oficiosa manera de defenderla, aunque eso no le da
derecho a hacer suposiciones o endilgarme cosas que no he dicho en ningún momento. Su ANÁLISIS de mi “Chispa” # 968, titulada “El poder de nombramiento” se
encuentra en mi blog para que todo el mundo pueda leerla y comprobar si lo que
digo en ella es falso o verdadero O si
es tan despistada como este señor pretende que lo es. Además, si lo que afirma el señor Murillo, se
desprende del texto de mi nota. Tampoco se trata de un Troll anónimo, pues va
con mi firma, dirección de correo y está en mi blog. Inicia su análisis diciendo:
“Hola Félix, por lo
que leí en el periódico La Nación, este parece ser uno de esos correos llamados
troll cibernético, que lo que buscan es ofender, sin ningún argumento
sustentable”.
No sé a qué correo se refiere, pero si
salió en La Nación, NO se trata de mi “Chispa”; pero si así fuera, puedo
asegurarle que no fue escrita con el deseo de OFENDER. Eso no tiene sentido alguno para mí, aunque
sí es de mi interés causar roncha entre las personas que se sientan
aludidas. Además, concitar la atención
de aquellos ciudadanos que, por diversas razones, no suelen observar más allá
de la epidermis de las funciones del Estado.
Don Luis Carlos: en la función pública NADIE se siente ofendido, pues
todos se creen héroes honestos al servicio incondicional de la Patria; y los
que criticamos, solo somos unos enchilados egoístas incapaces de mejorar su
excelsa obra. Y muchos de ellos se lo
creen. No sé en qué categoría está usted
al hacer una defensa de oficio del Servicio Civil, ponderándolo como una
institución casi perfecta. Sin embargo,
lo entiendo y disculpo por ese intento.
Lo que no puedo admitir es que usted insinúe en forma maliciosa, que yo
solo tengo la intención de ofender; y “sin ningún argumentos sustentable”.
También dice usted: “El autor de este
correo, si es que hay alguno”.
Claro que sí lo hay, me llamo Ricardo Izaguirre S., tengo un blog en
donde publico bajo mi nombre y, también les envío mis “Chispas” a sus correos
particulares a un selecto grupo de personas, y que incluye un numeroso conjunto
de embajadas acreditadas aquí en Costa Rica.
Todas con mi nombre y correo electrónico. Para hacer una crítica al Estado, NO necesito
el camuflaje del anonimato; además, formular objeciones a la administración, es
no solo un derecho del ciudadano sino UN DEBER IRRENUNCIABLE. Y los funcionarios aludidos no deben recurrir
a la “descalificación” de los ciudadanos como elemento intimidatorio para
evitar la censura razonable o, por lo menos sospechosa. ¿Se acuerda de la Glasnost? El silencio es la complicidad suicida y criminal
de los pueblos ante los abusos del Poder.
Si
usted, como ANALISTA, observa el espíritu de mi nota, se dará cuenta de que soy
un profundo admirador del Servicio Civil; no del de Costa Rica, México o algún
país en particular, sino de la filosofía que sustenta la creación de ese ente
regulador. Soy un ferviente fan de esta
INSTITUCIÓN en su plano ideal; pero eso no significa que desconozca cuáles son
las características reales de esa oficina contralora en nuestro medio. Y a usted como empleado de ella, no tengo que
explicarle las diferencias entre la teoría y la realidad de su modus
operandi. Usted, como don Félix, saben
muy bien las carencias y limitaciones que tiene el Servicio Civil para realizar
una función mucho más efectiva. Y usted
sabe que todas ellas son POLÍTICAS, incluyendo al Director General quien es
nombrado directamente por el Presidente de la República (Estatuto del S.C.
capítulo II, artículo 8°); es decir, es un “empleado de confianza” que tiene que ser dócil, o le cortan el rabo.
He conocido al
S.C. desde que se fundó y tengo bastante información de cómo funciona, y no como
usted dice en su nota. Incluso he sido
víctima de este sistema. En su carta
usted sugiere al lector lo que yo NUNCA he dicho. Afirma usted:
“El autor de este
correo, si es que hay alguno, presenta un gran desconocimiento del Régimen de
Servicio Civil, o bien, el autor se refiere al Servicio Civil de otro país.
“Si no fuera así,
sabría que los diplomáticos no los nombra el Servicio Civil (ni los diputados,
ni los ministros, ni los asesores)”.
De esa
afirmación se desprende que yo he sugerido o dicho que los embajadores,
diputados, ministros y asesores son nombrados por el Servicio Civil. Jamás he afirmado semejante disparate. Y si usted vuelve a leer mi nota sin subjetividad,
verá que tengo razón. Es más, en mi
“Chispa” digo que el Servicio Civil NO NOMBRA A NADIE. Que solo se dedica a hacer ternas porque la
Ley solo eso le permite, ya que en última instancia, son “los jefes de
confianza” los que realizan el paso final.
Es ahí donde está lo malo, el peligro y la deficiencia de ese
organismo. Porque una vez hecha la
terna, se desentiende del resultado final, en donde intervienen una serie de
imponderables de tipo personal (políticos también) que son los que hacen
posible la burla que se les hace a los “mejores”, a los terneados. Caso del NO
nombramiento del primero de la terna. Lo
cual se repite y se repite, de manera tan evidente, que el Estatuto incorporó
un artículo que dice que el ministro o jefe de personal DEBE EXPLICAR ante el
S.C. la razón por la cual no ha sido nombrado ese aspirante (Capítulo V,
versículo 27 “Selección de personal”) Eso es todo lo que se le pide al “jefe de
confianza”. ¿Qué hace el Servicio Civil
con la “explicación” del jefe de personal?
¿Se ordena el nombramiento del perjudicado? ¿Se hace este requerimiento de oficio? ¿O solo es letra en el papel? ¿Conoce usted, don Luis Carlos, algún caso en
donde a raíz de esta circunstancia se haya nombrado a ese aspirante por gestión
del Servicio Civil? Sabemos que en estos
casos, la víctima nada puede alegar puesto que como NO ha sido nombrado en la
plaza, NO ESTÁ CUBIERTO NI PROTEGIDO POR EL Servicio Civil. ¿No es así?
Cuando el Servicio Civil presenta la terna, finaliza su papel, y el
aspirante a funcionario queda librado a su suerte y a la simpatía de los “jefes
de confianza”. A los vaivenes de la política.
Esa es la dolorosa verdad, aunque usted crea otra cosa. O intente hacer creer algo diferente.
Mi
tesis siempre ha sido que los nombramientos de funcionarios DEBEN SER HECHOS
directamente por el Servicio Civil, con base a los atestados que presenta cada
candidato, y NO COMO UN CONCURSO DE SIMPATÍAS al que es sometido este en las
respectivas dependencias del Estado. Al
capricho de un “jefe de confianza”, que bien puede ser un mediocre
incompetente. Soy partidario de un Servicio Civil poderoso,
independiente, sano, apolítico. Que no
se base en los colores políticos del aspirante; o en su aspecto físico. Como ve, soy un fanático del Servicio Civil,
y no lo que usted insinúa en su nota. Y le
doy la razón a lo que escribió en su carta: el Servicio Civil que yo anhelo es
MUY DISTINTO DEL QUE USTED CONOCE.
Usted
sabe muy bien que entre la formalidad que ustedes cumplen en la elaboración de
ternas y el resultado final de un nombramiento, existe una enorme penumbra en
donde intervienen toda clase de factores ajenos a la intención primitiva de la
selección de personal de manera técnica y apolítica. Usted lo sabe muy bien. No le pido que lo admita públicamente, pero
usted sabe que eso que le digo es cierto.
El jueguito de los INTERINOS también es harto conocido, y no es que
estos sean nombrados por cuatro años, sino que pueden estar los cuatro años (o
más) en el puesto mediante la maniobra de la no aprobación del candidato que ha
pasado los tres meses de prueba. Cualquiera de esos jefes esgrime el argumento
más bellaco para justificar su veto al empleado “a prueba”; y usted debería
saberlo muy bien. Muchas personas me han
escrito contándome sus casos, los cuales corresponden a lo que yo digo en mi
denuncia: gente que pasó los tres meses de prueba y luego fue echada por los
“jefes de confianza” bajo los pretextos más increíbles.
He
estado muy cercano en la danza de los nombramientos de personal diplomático, y
sé que estos están cubiertos por el Estatuto de Servicio Exterior. JAMÁS dije en mi “Chispa” que estos son
nombrados por el Servicio Civil; si usted la lee con cuidado y sin exaltación,
verá que así es. Es cierto que menciono
en el contexto el asunto del nombramiento de esta gente, pero NUNCA dije que lo
hiciera su oficina de trabajo. Esa es
una insinuación maliciosa con la que intenta usted desautorizarme, es decir, ponerme como un ignorante cuya opinión
vale nada porque no sabe nada del Servicio Civil. Esa es una técnica muy vieja y manida de
cierto partido político, mejor dicho, de los políticos.
Don
Luis Carlos, le sugiero que vuelva a leer mi “Chispa” con serenidad, y verá que
NO estoy en contra de esa institución, sino todo lo contrario. Y otra cosita para terminar: me gustaría que
le explicara a don Félix Ortega Espinoza (la persona que le informó
sobre mi artículo) por qué continúa como INTERINO en las oficinas del Servicio
Civil después de tantos años de trabajo; asunto que lo ha conducido a tener
serias dudas sobre su idoneidad para el puesto.
Aclárele cómo es eso posible.
Y también yo le pido que me diga cómo es dable que alguien así, tenga
una explicación tan linda y casi cándida de las razones que tiene el Servicio
Civil para NO HABERLO NOMBRADO EN PROPIEDAD después de tantos años de servicio,
tal como consta en la notita que le envió a usted. La reproduzco sin tocar su ortografía. Solo le agregué colores y subrayado.
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15:28
(hace 19 horas)
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Jaja eso Luis, a si es defienda esa gran
institución que nos tiene a muchos interinos en cierta incertidumbre de que
si somos o no idóneos para ocupar un puesto que por muchos años estamos
trabajando, pero yo entiendo que no es culpa de el SC ya frenado que esta con la falta de buenos sistemas de evaluación automática y de personal,
a demás que algunas instituciones no colaboran
en la depuración de sus bases de
datos de plazas vacantes, me parece muy bien y atinado tu
comentario ya que conoces y sabes que en la realidad no es a si como dice este
señor.
Saludos,
Félix
Lo
invito a que lea mi blog “LA CHISPA”
http://lachispa2010.blogspot.com/
Con
todo respeto
Ricardo Izaguirre S. Correo electrónico: rhizaguirre@gmail.com
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