miércoles, 9 de mayo de 2012

955 Los límites de la publicidad

955     “LA CHISPA”         (25 abril 2012)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
LOS LÍMITES DE LA PUBLICIDAD           (En español)
            En varias “Chispas” se ha tratado el tema de la publicidad, y en ellas se ha hecho crítica y elogios cuando ha sido pertinente.  Se ha dicho que la publicidad tiene muchas categorías, las cuales derivan de la calidad de los publicistas.  Cuando es ejercida por profesionales competentes y creativos se convierte en ARTE, pero cuando es atropellada por chambones, solo es un producto artesanal de mala calidad.  La publicidad es el arte de engatusar al público con el único fin de hacerlo comprar y consumir lo que sea.  En manos de publicistas capaces, es un juego de inteligencia y sutilezas que conducen a la víctima (comprador) a tomar decisiones que no estaban en su agenda.  Es el arte de crear “necesidades inexistentes” e inducirnos al consumo de cosas con cuya ausencia podemos vivir muy bien.  Sin siquiera darnos cuenta de que existen.  Hasta que la publicidad nos toma como rehenes.
            Y es ahí donde empiezan los resultados de esta labor tan insidiosa como colorida, tan fina como brutal.  Una profesión que puede ser respetuosa, delicada, inteligente y natural, también se puede convertir en un Mr. Hyde grosero, artificial y torpe.  Incluso ofensiva y contraria a los supuestos objetivos de esa actividad, pues hay anuncios que, en muchos casos, nos hacen detestar los productos que están glorificando de manera ordinaria.  Los anuncios de las toallas sanitarias de mujeres resultan de los más ofensivos, porque ¿a quién, del público en general, le puede interesar cuáles son las que secan más, las más cómodas y delgadas, las que tienen alas o no?  Por dicha que las ilustraciones de su eficiencia las hacen con un líquido azul; pero es seguro que dentro de muy poco, las harán al “rojo vivo”.  Y eso es ofensivo incluso para las mujeres.  Otro anuncio que también parece que sale sobrando es el del papel higiénico; tanto como el de los destaqueadores y limpiadores de escusados que “arrancan el sarro, la caca, los malos olores y matan (todos) el 99.99999999 por ciento de las bacterias, virus y a cuanto bicho se le ocurra ponerse en contacto con ellos.
            Hay cosas que, por delicadeza, no deben hacerse públicas; todos sabemos que existen, que están ahí, pero todos guardamos un discreto silencio ante ellas porque no son temas para hacer alharaca pública, como si se tratara de algo glamoroso.  Limpiarse el trasero o taponarse la vagina durante esos días “incómodos”, no debe ser materia de discusión abierta.  Mucho menos, tema para buscarle las aristas comerciales.  Eso es muy ofensivo; y aunque todos sabemos la imprescindible utilidad de tales productos, eso no significa que se deban “publicitar” como si fueran cosas agradables como una comida, un automóvil, un perfume, un buen vino, ropa o zapatos.  Sin embargo, sabemos que a los comerciantes les importa un tacaco la moral o la ordinariez que pueda existir en la publicidad, siempre y cuando hagan dinero, que se eleven los “ratings” y que la gente se enganche con sus productos.
            Otra propaganda tosca, que no le anda muy lejana a la anterior, es la de los desodorantes, cremas depilatorias y pastas dentales.  Bárbara Blade es la síntesis de esa vulgaridad.  Esta atractiva y aventurera belleza anda por todo el mundo poniéndoles el sobaco en la nariz a todos los hombres que se le atraviesan.  Es guapísima, re-mona y con unos ojos tan coquetos que insinúan el bello aroma que brota de sus axilas.  Ella es linda, graciosa y todo lo que se quiera; pero la forma tan artificiosa como les acomoda el “ala” a los hombres, hace que todo el anuncio caiga en la grosería.  En cuanto a los dentífricos, recuerden que pocas cosas son tan asquerosas como ver a alguien cepillándose los dientes y babeando pasta.  Lo mismo pasa con Plex y el Nuevo Plex, que presentan a un individuo asqueándose del tufo de su propia boca.  Es repugnante imaginarlo.
            Pero la cúspide de la barbarie publicista, la forman los anuncios sexuales que, con mil pretextos, nos presentan como una necesidad moralmente válida para que los ancianos disfruten de los placeres del sexo.  Hay condones de olores y colores, con bolitas, pelitos, rayitas, bien lubricados y excitantes.  También existen las cremas lubricantes de la vagina, para que las viejitas gocen en grande.  Y ni qué decir de la infinidad de pastillas eróticas que convierten a los viejos en amantes furibundos, como cuando tenían 30.  Sin embargo, el que se llevó la cerca por completo, es uno que sobrepasa todas las bellaquerías que en este campo se han producido.  No lo recuerdo muy bien, pero la esencia es esta: Una viejita en el campo está hablando con sus nietos (supuestamente en la ciudad), y cuando le preguntan que cómo está el abuelo (que toma las pastillas eréctiles), la señora levanta el teléfono y les transmite a los nietos el relincho de una garañón de la finca.  Semejante brutalidad es inexcusable, pese a lo cómico que pueda parecer a los adultos.  De hecho, el anuncio es simpático, pero para oírlo en cierto círculo cerrado y no por la radio, al alcance de los niños y todo público. 
            Todos sabemos que las cuestiones sexuales siempre son apropiadas para la gente joven; pero para los viejos, es algo que la mente no procesa de manera natural, pues no es cierto que los ancianos de setenta o más años, tengan “necesidades” sexuales.  Eso es parte de la propaganda embrutecedora, pues como hay tanto viejo necio, eso lleva ríos de dinero a las empresas farmacéuticas que NO DICEN cuántos viejillos estiran la pata en esos orgasmos artificialmente inducidos.  Ese anuncio resulta chocante.  Hay muchos más de esa calaña, pero con estas notas es suficiente para que los padres busquen como evitar que sus hijos sean víctimas de esta vulgaridad que, revestida de seudociencia, irrespeta la privacidad de nuestros hogares.
            Publicitescamente
                                               RIS             E-mail:      rhizaguirre@gmail.com
Blog “Librería en Red”:        http://libreriaenred2010.blogspot.com/      El Hogar de “El Ameriñol”.


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