viernes, 13 de mayo de 2011

596 Democracia secuestrada

596   “LA CHISPA”        (12/03/09)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
DEMOCRACIA SECUESTRADA: EL SISTEMA      
            En el programa radial que tuvimos por “Radio Costa Rica” el domingo pasado (8 de marzo), uno de los radioescuchas nos formuló una incómoda pregunta mezcla de rabia, impotencia y desconsuelo: “Entonces, si es tanta la corrupción y la manipulación del poder, ¿qué podemos hacer?”   Confieso que esa interrogante tan directa y dolorosa me dejó perplejo y no pude contestarla porque no es fácil.  La esencia de lo que entraña es paradójica, pues a la vez que simple, involucra una complejidad extraordinaria.   Para responderla es necesario estudiar todos los ángulos del problema de manera objetiva; sin ideas políticas, sociales o religiosas en el sentido ortodoxo, pues son esas las que han confundido a nuestros pueblos y los han llevado a la aceptación de los determinismos que nos mantienen atascados en el cuarto o quinto mundo. 
            Así que decidí escribir algunas “Chispas” para darle respuesta al señor X que hizo ese cuestionamiento cuya respuesta es el centro de la tragedia que vivimos no solo los ciudadanos de Costa Rica, sino casi todos los habitantes de la América Latina.  Y aunque los obreros del primer mundo viven mejor que nosotros, ni ellos se salvan de esta generalización. También ellos viven colgando de un hilo de angustia y zozobra.   Lo primero que debemos reconocer en esta pelea es un hecho que la clase poderosa ha tratado de minimizar o negar: la lucha de clasesComo miembros de una clase, TENEMOS la obligación de ubicarnos, de identificarnos con lo que somosNo podemos ignorar esa realidad ni pretender que vamos a pasar al otro bando por arte de magia u oportunismo político, sueño de opio en el que viven inmersas nuestras clases medias.  Las Oligarquías y sus monigotes niegan esta confrontación en forma terminante y dicen que ese es un mito ya desacreditado del comunismo.   Y en el derrumbe de ese sistema político han pretendido enterrar algunas verdades “peligrosas” al establishment, pero estas se resisten a morir.  Así que lo admitan o no,  EXISTE LA LUCHA DE CLASES y no podemos dar la espalda fingiendo que no.   Y eso NO se da porque los ricos odien a los pobres; el dilema no es una cuestión de afectos personales.  La masa obrera solo es percibida por el capital como uno de los “factores” de la producción, que cuanto más barato sea, mejor.  Eso es todo lo que el obrero significa para el capitalista.  No hay odio ni desprecio, no hay maldad intrínseca.  Es la dinámica y naturaleza del capitalismo
            Así, pues, NO HAY QUE PERSONALIZAR el problema, pero hay que tenerlo bien claro: HAY LUCHA DE CLASES.  Y estas son la masa obrera y las Oligarquías.  Esto es necesario e inevitable, normal se podría decir; sin embargo, en la América Latina el problema es que en esta balanza no hay fiel, no hay equilibrio, pues los Gobiernos que deberían serlo, están del lado de las Oligarquías, son producto del Capital, son PROPIEDAD de la burguesía.  El papel equilibrante del Estado es nulo, puesto que este no es más que un MONIGOTE al servicio de las clases poderosas.  Esa realidad es innegable, aunque estas cacareen lo contrario, e incluso que hagan propaganda (estrategia) en contra de tal o cual decisión gubernamental que tenga la intención de aparentar medidas a favor de los pueblos.   Entender esto es vital.  No se trata de tal o cual Presidente, partido o grupo económico.  ES UN SISTEMA dentro del cual nacen, crecen y desaparecen los grupos, políticos, partidos y gobiernos; estos son volátiles y, con su desaparición, se van las culpas.  Pero el SISTEMA sobrevive indemne.  “Fue culpa de ese gobierno”,  “Fue culpa del presidente Pérez”, “fue culpa del PRI”.   Partidos y políticos no son más que parachoques que sirven para mantener el anonimato del sistema.
            Es por eso que nunca se ha producido cambio alguno que beneficie a los pueblos.  Tumbar a un gobierno y ejecutar a todos sus miembros NADA CAMBIA.  Esa es la inútil historia de todas nuestras folclóricas “revoluciones”.  ¿Qué han ganado los pueblos con ellas?  Nuestros anales registran docenas de “revoluciones salvadores y definitivas”.   Ahí están las de México, Cuba, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Chile, Panamá y muchas más.  ¿Y qué lograron?  NADA.  Por lo tanto, odiar a don Fulano o a don Zutano a nada conduce; nada se arregla con eliminar, diezmar o destruir a tal o cual partido.  El SISTEMA SIGUE VIVO, eficiente, letal, despiadado y en poder de todas sus facultades de dominación.  Solo cambian los actores del reparto; se ajusta el libreto a la nueva “situación revolucionaria” y, ¡listo!   Ellos siguen en lo mismo, y los pueblos más jodidos.  De repente, miembros conocidos de la Oligarquía resultan “revolucionarios” y son nombrados en puestos directrices de la agricultura, industria, banca y comercio porque “son los que saben qué es lo que hay que hacer para que la Revolución se afiance”.  Y más atolillo con el dedo. 
            Entender esto es de vida o muerte, pues la lucha de clases no se restringe a un bochinche entre los trabajadores y ciertos símbolos exteriores del SISTEMA.  Es un problema mucho más profundo que debe ser entendido por cada ciudadano en cada país.   La lucha es en contra del SISTEMA, y para poder implementarla en forma eficiente, lo primero que debemos hacer es estudiarlo y entender claramente cómo funciona.  Hay que aprender cuáles son todas sus ramificaciones y sobre qué bases se sustenta.   Hay que visualizar todo el panorama y no solo los signos externos que son los políticos, gobiernos y partidos.   El SISTEMA se fundamenta y sostiene por el Poder que ha usurpado desde siempre.  Y ese debe ser el gran objetivo de los pueblos: hacer que ese Poder vuelva a la clase que en realidad lo produce, de la cual dimana en forma natural la soberanía.  No para revanchas ni abusos sino para establecer un equilibrio más justo cuyo producto sea una mejor y más feliz vida para todos los habitantes de cualquier territorio.  Pero esto NO se puede dar si no hay CONOCIMIENTO de la situación.  Así que el primer paso, señor X, es enterarnos, informarnos, estudiar, observar todo el panorama en busca de resquicios y posibilidades.   Hay que DISCERNIR entre los señuelos y el SISTEMA.   Nada se gana con matar a docenas, cientos o miles de funcionarios de un gobierno corrupto si el sistema sigue intacto.  Esa es la cuestión.  Hay que visualizar al SISTEMA EN TODA SU DIMENSIÓN Y RAMIFICACIONES.  Mientras no conozcamos al enemigo nada podemos hacer; solo desperdiciar fuerzas luchando contra imaginarios molinos.    SEGUIREMOS CON LA RESPUESTA.
            Sistemáticamente      Ricardo Izaguirre S.         E-mail:   rhizaguirre@gmail.com
Blogs:         La Chispa         http://lachispa2010.blogspot.com/       con link a           Librería en Red
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