miércoles, 5 de enero de 2011

706 ¿Y ahora qué hago?


706    “LA CHISPA”      (3 noviembre 2009)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
¿Y AHORA QUÉ HAGO?
            Hace poco tiempo, en términos de durabilidad, me compré un monstruo cibernético (ordenador) marca Toshiba Satellite serie Nº L 305, 4 GB de RAM, 320 disco duro y quién sabe cuántas carajadas más; Intel cuore 2 duo p 7350.  El Demonio en persona.  Pero sobre todo, con Windows Vista, lo último, lo más avanzado, el non plus ultra, el no va más de los sistemas operativos.  La perfección total y final pero… de repente me dicen que el tal Vista tiene tantos defectos que fue imposible arreglarlo y que ya es obsoleto.  Que Microsoft ya sacó a la venta el que sí es la mamá de Tarzán: el Windows 7.  ¿Y ahora qué hago?  Cuando he invertido tanto tiempo y esfuerzo en aprender el condenado sistema, de golpe y sopapo me dicen que ya es historia.  ¿Se imaginan lo que nos cuesta a los viejos aprender estas cosas diabólicas de la computación?  Incluso me había comprado un libro “Windows Vista” de un autor español Luis  Llanos García (ocho mil colones en la Lehman).  Y todo para que me digan que ya puedo olvidarme de él.  Cuando apenas estaba calentando motores, me echan un balde de agua fría y me dicen que ese sistema operativo es pura caca.  Que el que sí sirve es el 7 (siete).  ¿Y ahora qué hago?  ¿Quién me compra el libro para aprender algo que ya no sirve, parecido a unos diccionarios de latín o sánscrito?  El vértigo de la obsolescencia computacional es agobiante, pero sobre todo, muy caro.  Nos cobran cientos de dólares por un material que en un dos por tres estará fuera de servicio.
            De un solo golpe me dejaron démodé, old fashion, anticuado...  Sin embargo, eso no es lo peor. De acuerdo con la manera de operar de la multinacional, vienen el W8, W9, W10 y así hasta el infinito; o hasta cuando tengamos un poco de carácter y decidamos no seguir siendo un “mercado cautivo” de Bill.  Si todos entramos en la onda del Windows 7, este se echará billones al bolsillo; billones que salen de nuestra pobreza, pereza y falta de sentido común ante las opciones del mercado.   Y como el MONOPOLIO trabaja unido con los fabricantes de computadores (sean chinas, japonesas o de Burkina Faso), el Windows 7 ya viene precargado y con todos los trucos que le introducen para que no acepte programas viejos.  Es posible que los nuevos solo puedan verse con Windows 7, y que este no reconozca a sus colegas de Vista.  La trama general del oligopolio de software tiene ramificaciones infinitas que van más allá de la modesta imaginación de este servidor.   El ligamen de este Leviatán con los fabricantes de ordenadores es muy poderoso, y si estos quieren vender sus productos en USA, tienen que someterse a la política de Bill Gates: deben instalar el software que produce MICROSOFT; si no, no entran al mercado amerricano.  Mi computadora la compré en Ámazon (empresa gringa), es Toshiba (marca japonesa) fabricada en China y viene con Windows Vista.  ¿Y por qué viene con ese sistema operativo?  ¿Será que los chinos no saben fabricar otro?  ¡No!  Porque si no se lo ponen, NO SE VENDE EN LOS ESTADOS UNIDOS.  Mercado cautivo, se llama...   ¿Entienden como funciona este negocio?  Es un embudo planetario que va a parar a las arcas de esta gigantesca multinacional. 
            ¿Qué podemos hacer ante esta situación de abuso?  Hay buenas alternativas.  La mejor de todas es LINUX el software libre que se ofrece en forma casi gratuita en todo el mundo, en todos los idiomas.  Y sobre todo, sin virus, el otro de los grandes negociazos del MONOPOLIO, ya que este fabrica, mediante subsidiarias, los virus y antivirus, además de la campaña de miedo (como la del AH1N1).  ¿Y por qué no utilizamos el LINUX?  Muy simple: por compromisos comerciales y políticos pero, sobre todo, por la campaña de descrédito que la Microsoft ha patrocinado sobre todos aquellos sistemas operativos que le puedan “hacer sombra”.  Hay mucha plata, propinas, comisiones y regalías en este negocio.  ¿Por qué el Estado no empieza a liberarse de la enorme erogación que significa pagar caprichos por los sistemas Windows?  El paso a LINUX no solo es una ventaja sino una necesidad económica. 
            Empezando por las universidades (privadas y estatales) y todas las oficinas de gobierno, el cambio debe generalizarse a toda la sociedad.  Y es el Ministerio de Educación el que debe emprender esta cruzada que nos llevaría a salvarnos de gastar millones de dólares que podrían dedicarse a necesidades reales como reparar puentes.  Ese despacho debe ser el encargado de la divulgación de las ventajas de Linux; pero no debe quedarse allí, sino que debe impartir cursos acerca de cómo se utiliza y las posibilidades de que todos podamos contribuir a su crecimiento y mejoría (al menos los que saben).  Miles de escuelas y colegios deben adoptar ese sistema operativo y enseñar su manejo no solo a los estudiantes sino a toda la población interesada.  Ese ministerio debe iniciar una campaña total para que nos libremos del martirio económico que es ser “mercado cautivo” de las multinacionales.  Esa sería una actitud responsable en beneficio de la economía del país.    
            Es hora de que nos vayamos independizando de una multitud de obligaciones económicas innecesarias.  ¿Por qué debemos desperdiciar millones en algo que se puede obtener casi gratis?  En España, Venezuela y gran parte del mundo ya Linux está alcanzando elevados niveles de aplicación en los mercados.  Y aunque la propaganda negativa dirigida y orquestada ha desanimado a muchos usuarios, la verdad es otra.  Dicen los que saben que este sistema operativo es muy robusto y cumple con casi todas las expectativas de un buen software, y que aunque todavía le faltan detalles, está destinado a convertirse en el número UNO.   Ojalá que el Gobierno, a través del Ministerio de Educación, dé ese paso trascendental para librarnos de una obligación perjudicial que solo trae beneficios al MONOPOLIO y a unos cuantos funcionarios que reciben sus “comisiones” por mantenernos amarrados al carro comercial foráneo.  Esperemos que haya alguien en el gobierno que tenga el valor de tomar esa decisión que nos economizaría millones de dólares; además, nos daría la satisfacción de sentirnos libres de la explotación de esa multinacional que nos ordeña a discreción con cada una de las ocurrencias que tiene su dueño, como el Windows 7 y los que vendrán.  Solo necesitamos más información y alguien que nos enseñe, y ese tiene que ser el Ministerio de Educación.        Pasémonos a Linux.
            Linuxescamente          (¿Cómo ven este asunto en su país, son contribuyentes obligados de Bill?)
                                        Ricardo Izaguirre S.                      E-mail:  rhizaguirre@gmail.com
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