domingo, 2 de enero de 2011

868 Trenes y desarrollo


868   “LA CHISPA       (15 diciembre 2010)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
TRENES Y DESARROLLO
            Hoy vi en el diario “El País” la noticia de la inauguración del tren AVE de Madrid a Valencia.  ¡Qué envidia!  Y como en la “Chispa” anterior se trató sobre las obras de infraestructura y su importancia para el desarrollo, nos pareció propicio este comentario.  Eso es lo que hacen las sociedades de avanzada: trabajos que lo consoliden.  Pero más que eso, todos ellos han comprendido la importancia del transporte colectivo de personas, y masivo de carga, por medio de los ferrocarriles.  Es rápido, seguro, barato y durable, pues su mantenimiento no es ni la décima parte de lo que cuesta el de una red de carreteras.  Y peor si se trata de las que hacemos aquí, que siempre son el producto de componendas entre amigotes del gobierno y empresas conocidas de estos.  Todo es chorizo, un pariente o compinche de alguien que está en el gobierno, gestiona para que el contrato se le dé a tal o cual firma que, a su vez, le dará a este una buena “mordida”.  Aquí hay millares de esos parásitos enquistados en las estructuras gubernamentales, o con “patas” en los altos círculos del poder.  Desde los presidentes para abajo, todos participan de este fraude que el pueblo tiene que pagar.  Y el resultado son obras de deficiente o mala calidad.   La nueva autopista es uno de los muchos ejemplos.
            Sin embargo, las malas carreteras que hacemos no es el problema mayor, sino que hemos equivocado la escogencia del servicio.  Ahora sabemos que nos impusieron esa elección, pero también podemos hacer la modificación necesaria y volver a los ferrocarriles, opción por la que se están decidiendo todos los países de punta.  A los que las petroleras NO PUEDEN COMPELER, como nos han hecho en la América Latina.  Aquí nos hicieron destruir nuestros sistemas ferroviarios para privilegiar la actividad petrolera, sus derivados y las otras industrias relacionadas.   Nos convirtieron (a la fuerza) en consumidores de petróleo y nos sumaron al mercado cautivo de esa actividad.  Lo mismo que les hicieron a los chinos con el opio.  Somos clientes obligados de la gasolina, diesel, alquitrán y todos los subproductos de la cosa negra.  Y por si eso fuera poco, utilizamos carros, camiones y todo tipo de vehículos fabricados en el bloque industrializado.  Además, gastamos millones y millones en repuestos.  Un negocio con un solo ganador.   Por eso nos forzaron a desmantelar nuestras redes de trenes para promover un chanchullo que solo era favorable a esa gente.
            Aquí tenemos la ruta férrea a Limón, con casi un siglo de servicio, que bien podría estar funcionando a plenitud; lo mismo que la de Puntarenas.  Pero hay enormes intereses de la “empresa privada” para que eso no suceda.  Están los transportistas y los cientos de business que giran alrededor del petróleo y los importadores de vehículos.  Y por encima de todos, el Gobierno y su angurria insaciable de impuestos.  Aquí los Estados NO tienen interés en los pueblos sino en lo que dispongan las respectivas oligarquías, pues estas eligen aquellas áreas más productivas para ellos, y los ferrocarriles NO LOS SON.    
            Europa se mueve por tren.  Todas esas naciones poseen grandes redes ferroviarias que transportan el 80% o más de la mercancía y pasajeros que ahí se movilizan.  Y cada día crean más y más vías a través en todo el territorio europeo.  ¿Por qué será?  Porque este tiene innumerables ventajas sobre los otros medios de transporte.  El costo del material rodante es muy bajo en relación con su durabilidad; un vagón de carga puede durar cincuenta o más años.  Lo mismo uno de pasajero o una locomotora.  Pueden trasportar gigantescas cargas durante todo el año sin interrupciones notorias; no producen atascaderos, los accidentes son mínimos y el mantenimiento es muy barato.  Y pueden ser nacionales con participación de capital privado.  O solo nacionales.  Pero lo mejor de todo es la posibilidad de que sean INDEPENDIENTES de los agentes negativos externos como el petróleo, material con el que pueden asfixiarnos en el momento que los grandes decidan “taparnos la manguera”.  La mayoría pueden ser ELÉCTRICOS, como en el caso de Costa Rica, en donde podemos generar energía hidroeléctrica hasta para “tirar para arriba”.  Y esa es la situación de la mayoría de las naciones de nuestra región.  Solo hay que construir represas (infraestructura).  Y además, queda la alternativa de las plantas de energía nuclear, solar, eólica o cualquier otra tecnología del futuro. 
            Una red ferroviaria eficiente es la panacea.   Y en Costa Rica podría tener el plus de que esta se convirtiera en una especie de “canal seco” para trasladar mercancía y pasajeros.  Pero un ferrocarril “de verdad”, no uno que se lave cada vez que llueva.  Una ruta de doble vía entre Limón y Puntarenas y que pase por Alajuela como estación central.  Y desde los dos puertos, podría extenderse hasta ambas fronteras en los dos océanos.  ¿Por qué no?  Zonas que hoy están abandonadas, bien podrían incorporarse  al desarrollo y la producción nacional.  Eso hizo el ferrocarril del Oeste en los Estados Unidos: fue el pionero del engrandecimiento de esos vastos territorios de la Unión.  Y ese sí era un gran reto.  ¿Cuánto hay de Limón a Puntarenas?  Escasos 300 kilometritosY esa minucia es la ruta de la vida comercial de Costa Rica, la cual depende de dos miserables trochas que se “desbarrumban” con los primeros aguaceros de mayo y nos hacen zozobrar durante toda la estación lluviosa.  ¿Nos permitirán eso las petroleras y los transportistas?  Lo más seguro es que NO.  Pero la conveniencia de este sistema de transporte está a la vista para cualquiera que tenga una onza de sesos dentro del coco.   Solo tenemos que pensar en lo que están haciendo Europa, China, Japón e incluso los Estados Unidos (los reyes de los furgones).  Todo el mundo moderno se está “ferrocarrilizando” para atenuar el impacto de la factura petrolera, o la realidad de su futuro agotamiento.
            ¿Por qué tenemos que seguir siendo víctimas de un plan urdido por las petroleras?   Aunque los trenes tuvieran que movilizarse por medio del diesel, su costo sería mucho menor, pues una sola locomotora puede arrastrar cien vagones con cien contenedores estándar.  Y eso sería mucho menos combustible que si ese transporte se hiciera por medio de cien cabezales.  No dejemos que sean solo los gobiernos que, a voluntad y beneficio de grupos, decidan cómo invertir nuestros recursos en obras de infraestructura poco productivas para todos los habitantes.                      Los trenes son ecológicos.     
            Ferrocarrilescamente                                                 (¿Cómo anda esto en sus países?)
                                            Ricardo Izaguirre S.          E-mail: rhizaguirre@gmail.com
Blogs:     La Chispa          http://lachispa2010.blogspot.com/   con  link a        Librería en Red
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