sábado, 24 de marzo de 2012

298 Qué sigue después de la muerte?


298   LA CHISPA    

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”.

¿QUÉ SIGUE DESPUÉS DE LA MUERTE?

            Si hay algo después de la muerte, ¿cómo podría ser?  Analicemos el asunto desde el punto de vista de la lógica y la física.  La materia del cadáver es enterrada, por lo tanto, lo que debe sobrevivir es el núcleo de la consciencia, ¿pero cuál es su asiento, puesto que para existir debe tener un fundamento físico?  Y si la materia está en el sepulcro, tenemos que imaginar que existe otro tipo de sustancia más sutil que permea a la del cuerpo.  Una especie de material “sub-atómico”, constituido de átomos más pequeños que los del mundo conocido.  Entonces ese cuerpo etéreo sería el asiento de la consciencia; una masa nebulosa agrupada alrededor de algo que es imposible de definir con propiedad: la consciencia.  Eso sería el difunto, quien en realidad no estaría muerto sino en otro plano de vida.   Y si la consciencia sobrevive, es natural que sea con todos sus recuerdos, pero con una serie de limitaciones naturales en relación con el mundo de los vivos.  La primera de ellas es que los muertos NO SE MATERIALIZAN en nuestro mundo, pues carecen de la substancia para hacerlo.  De ahí su incapacidad para volver, pues hay un insondable abismo entre esos seres y el mundo físico que conocemos.  El muerto ya salió del plano físico y penetró en otra dimensión material inconexa con nosotros.  Eso significa que no hay retorno ni apariciones de los muertos: es una imposibilidad física, aunque estén “vivos” y conscientes de lo que les pasó.  Las alucinaciones son otra cosa, producto del deseo y dolor de los deudos.  LOS MUERTOS NO RETORNAN.  Eso parece definitivo, a pesar de las leyendas y consejas.
Sin embargo, teóricamente los vivos sí podemos penetrar en el mundo de los muertos, pues se supone que tenemos el vehículo en el cual trasladarnos a ese plano, pero ellos ya no tienen la clase de materia que es necesaria para ser percibidos en este lado.  Así que la única manera como ellos podrían ser observados por “nosotros”, es mediante esa contraparte sutil que tenemos y que es el equivalente del “cuerpo” de los muertos; pero como la consciencia reside en el plano físico del nuestro, la conexión no se da en la vigilia.  No obstante, queda la posibilidad de que esta pudiera realizarse durante el sueño del ser vivo, cuando esta nos abandona y se va a sitios de los cuales el cerebro no se da cuenta, aunque los sueños parecen ser un borroso e impreciso registro de nuestras actividades en ese plano.  Si la consciencia abandona al cuerpo físico y utiliza al más tenue, entonces sí sería posible la observación recíproca.  Pero tal potencialidad parece estar muy limitada, y todos nuestros sueños suelen ser caóticos y sin un hilo conductor lógico.  Es decir, nuestros sueños son una serie de disparates sobre los cuales no ejercemos dominio alguno.  Nuestra misma conducta parece estar fuera de nuestro control y no percibimos los detalles.  Parece ser que la “sueñología” es una posibilidad todavía primitiva en el hombre, y no tenemos un buen dominio de ella para utilizarla como herramienta de investigación metafísica en otros niveles; aún existe un enorme divorcio entre las actividades del “Yo” en otros planos y la memoria cerebral.  Este órgano no es capaz de recordar y procesar adecuadamente todas las experiencias extra corporales de aquel; por lo tanto, el registro que hace de ellas es minúsculo, parcial y confuso; en síntesis, el cerebro no participa adecuadamente de esa maravillosa función que, aunque embrionaria en el hombre ordinario, parece ser la única opción que tenemos para otear en el mundo de los muertos. Eso en caso de que los sueños sean algo más que gimnasia bioquímica de las neuronas.   Por ahora solo nos queda la Electrónica como única vía hacia el mundo de los difuntos.
            Otro asunto es la COMUNICACIÓN con los muertos; materia que ha sido objeto de mucha especulación por parte de personas serias y charlatanas, de curiosos y dolientes, de religiosos, laicos e incluso científicos.  Y esto nos obliga a otro análisis lógico.  Si el cuerpo sutil de los muertos, conocido como “astral” por los que saben de estas cosas carece de órganos, es natural que no tenga sentidos: vista, olfato, tacto, oído, gusto… lo cual nos obliga a imaginarnos ciertas cosas que no pueden ser demostradas de ninguna manera en el mundo físico.   Por lo tanto, se sigue que carecen de aparato fonador con el cual emitir sonidos que son innecesarios en su mundo.  Y eso nos conduce a una imposibilidad mayor todavía ¿cómo se comunicarían con nosotros?  Es obvio que si carecen de órganos, no pueden articular mensaje alguno; y nosotros carecemos de la habilidad de percibir mediante la telepatía, facultad menos que embrionaria en el hombre.  De manera que si los muertos no tienen voz, NO PUEDEN comunicarse con nosotros, por más que la idea nos fascine, sobre todo, cuando se trata de nuestros difuntos queridos.  LOS MUERTOS NO HABLAN, por más que los soñadores y dolientes pretendan que sí.
Los muertos tampoco tienen forma, lo cual hace imposible reconocerlos, aunque tuvieran la capacidad de materializarse en el plano físico; eso lo saben muy bien los espiritistas.  Es la imaginación del doliente la que juega un papel preponderante en este caso, y es por eso que solo ellos ven, sienten y oyen a “sus” muertos; es un fenómeno emotivo muy ajeno a la realidad.  Esos muertos que hablan y lucen igual que en vida, son producto de la imaginación y de las películas de Hollywood.    Como “Ghosts”, muy linda pero absolutamente ficticia.
Como este asunto es motivo de preocupación de todos en nuestra “avanzada” cultura occidental, la iglesia no se ha quedado al margen en la escatología, y ha creado un mundo de ficciones tranquilizadoras para sus feligreses.  Un mundo de tres pisos: cielo, purgatorio e infierno.  Pero jamás han intentado una explicación lógica y física que le dé sustento a esos planos de una materia diferente a la que conocemos.   Continuaremos con este tema, si les parece a los lectores.
Fraternalmente
                        Ricardo Izaguirre S.
E-mail:                        rhizaguirre@gmail.com

Entrada al blog   “’LA CHISPA”:     http://lachispa2010.blogspot.com/

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