lunes, 26 de diciembre de 2011

408 El tema de los ferrocarriles


408   LA CHISPA  

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

EL TEMA TABÚ DE LOS FERROCARRILES

        Desde antes de que “Las Chispas” tuvieran número, hará cuestión de veinte años, presenté a la consideración de varios diputados un proyecto ferrocarrilero, cuando era presidente el mismo de ahora.  Pero nadie le hizo caso, lo cual parecía estar justificado por los precios del petróleo en ese tiempo.  Sin embargo, la crisis de los años 70 había sido una buena advertencia para saber lo vulnerables que eran las economías de occidente ante la dependencia del petróleo.  No obstante, en Costa Rica nadie hizo nada.  Solo importar más y más carros como si fuéramos Venezuela o México.  En cambio Europa, e incluso los Estados Unidos (con muchos recursos petroleros) aprendieron la lección y tomaron medidas a largo plazo: búsqueda de fuentes de energía alternativas y un vasto plan de construcción de vías ferroviarias de tipo mixto (electro-diesel).  La mayor parte de ciudades europeas cuenta con metros modernos que transportan millones de pasajeros.  Los trenes conectan todos los países de Europa y movilizan tanto pasajeros como grandes volúmenes de mercancías.  Están preparados para hacerle frente a lo que sea; si hay petróleo, qué bien; pero si no, no colapsarán.
            Los que tienen recursos hidroeléctricos, pueden electrificar sus trenes, y lo que no cuentan con ese recurso, tienen la tecnología de las centrales atómicas para producir electricidad.  La diferencia entre ellos y nosotros es muy simple: en Europa prevalecen los intereses de los pueblos y el bien común.  En cambio, en Costa Rica, SE IMPONEN LOS DE LOS CAMIONEROS Y AUTOBUSEROS. Con el respaldo de todos los gobiernos.  No solo fueron los que determinaron la muerte del ferrocarril en la administración de Figueres Olsen, sino que se encargaron de arrancar todos los postes del tendido eléctrico hasta Puntarenas, de manera que las locomotoras eléctricas fueran inservibles.  La mano todopoderosa de los camioneros se ve y se siente en todas las maniobras tendientes a eliminar cualquier forma de competencia.  Compran las voluntades que sea necesario con tal de mantener a los ferrocarriles fuera de operación.  Así, el MONOPOLIO del transporte, formado por gente que está o estuvo en el Gobierno, son los que determinan, a capricho, el costo de la vida en Costa Rica.  Con ganancias astronómicas.
            Según un reportaje del señor Esteban Oviedo del periódico La Nación, sostiene que la Ministra de Transportes dijo que un proyecto de tren eléctrico de Curridabat a San Pedro no es prioridad.  ¿Cómo es posible que alguien diga eso?  ¿Desde cuándo es desfavorable una medida tendiente a mejorar y facilitar el transporte de pasajeros en una ciudad congestionada?  Es seguro que cualquier empresa que hiciera esa vía, ganaría millones.  Y si fuera estatal, ¿qué importaría un subsidio temporal? ¿No financió el Gobierno con CIENTOS DE MILES DE MILLONES DE LOS CAT’s a decenas de “empresarios” nacionales? E incluso a aventureros internacionales.  El transporte público es financiado en muchos países, entonces ¿por qué no habríamos de hacerlo aquí mientras se arraiga en el público? 
Detrás de todas las negativas, atrasos, impedimentos, bloqueos y maniobras subterráneas para impedir el desarrollo ferroviario en Costa Rica, está la mano siniestra y todopoderosa de los TRANSPORTISTAS, quienes tienen la capacidad de determinar a su antojo el futuro económico de TODOS los costarricenses, porque del costo de los fletes depende, en gran parte, el valor de los bienes y, por consecuencia, de su precio al consumidor.  Pero no solo es el daño que le hacen a los bolsillos del pueblo en forma del encarecimiento de las mercancías sino que, también a capricho, aplican “la ley del cantinero” al transporte de pasajeros (buses y taxis).  Le suben el precio a los pasajes cuando se les antoja, y los órganos del Estado siempre aprueban esas alzas que son compadre hablado.  Si quieren aumentar diez, piden VEINTE para que la ARESEP se “oponga” y solo les autorice DIEZ. Y todo mundo contento.
            En otra parte de su interesante artículo dice el señor Oviedo que: <En el año 2005 el presidente Pacheco ordenó detener el proceso porque el entonces diputado José Francisco Salas denunció “situaciones presuntamente anómalas”>   ¡Por todos los dioses!  ¿Cuál es el poder supremo que tenía ese diputado para con solo hablar de una presunción de anomalía, el Estado suspendiera una obra de bien común, pero contraria a los intereses de los CAMIONEROS?  ¿Puede ser creíble semejante explicación?  Pero una vez descartadas la “sospecha” del diputado, el Gobierno canceló el concurso porque NO TENÍA UN MILLÓN DE DÓLARES para pagar el estudio. ¿Pueden ustedes creerlo? ¿Cómo será de productivo el MONOPOLIO DE LOS TRANSPORTISTAS, que el Gobierno “se dio el lujo” de rechazar o desperdiciar un obsequio de CUATROCIENTOS MILLONES que iba a regalar la Unión Europea para realizar el estudio de factibilidad de un tramo de ferrocarril?  ¿Cuánto tienen que haber pagado los transportistas para que se archivara ese proyecto que involucraba semejante donativo de la UE?  Podemos concluir que si alguien nos ofreciera construir GRATIS un sistema ferroviario completo de Puntarenas a Limón pasando por San José; y dos ramales de frontera a frontera en el Atlántico y el Pacífico, no faltarían políticos o directivos del INCOFER que lo encontraran “inconveniente desde el punto de vista político y económico”.  Aquí solo hay una verdad: mientras no haya un gobierno que escoja los intereses del pueblo por encima del de los CAMIONEROS, jamás habrá una red ferroviaria en Costa Rica; tampoco un metro eficiente entre las ciudades del Valle Central.  La batalla ferroviaria es una lucha desigual.  Por un lado el poder omnímodo de los camioneros con su testaferro el gobierno, y por el otro, el pueblo que nada sabe; y los que saben, la indolencia los domina y simulan que todo está bien.       
                  Ferrocarrileramente
                                                  Ricardo Izaguirre S.         E-mail:    rhizaguirre@gmail.com
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