408 “LA CHISPA”
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos
del Poder”
EL TEMA TABÚ DE LOS FERROCARRILES
Desde
antes de que “Las Chispas” tuvieran
número, hará cuestión de veinte años, presenté a la consideración de varios
diputados un proyecto ferrocarrilero, cuando era presidente el mismo de
ahora. Pero nadie le hizo caso, lo cual
parecía estar justificado por los precios del petróleo en ese tiempo. Sin embargo, la crisis de los años 70 había
sido una buena advertencia para saber lo vulnerables que eran las economías de
occidente ante la dependencia del petróleo.
No obstante, en Costa Rica nadie
hizo nada. Solo importar más y más
carros como si fuéramos Venezuela o México.
En cambio Europa, e incluso los Estados Unidos (con muchos recursos
petroleros) aprendieron la lección y tomaron medidas a largo plazo: búsqueda de
fuentes de energía alternativas y un vasto plan de construcción de vías
ferroviarias de tipo mixto (electro-diesel).
La mayor parte de ciudades europeas cuenta con metros modernos que
transportan millones de pasajeros. Los
trenes conectan todos los países de Europa y movilizan tanto pasajeros como
grandes volúmenes de mercancías. Están
preparados para hacerle frente a lo que sea; si hay petróleo, qué bien; pero si
no, no colapsarán.
Los que tienen recursos
hidroeléctricos, pueden electrificar sus trenes, y lo que no cuentan con ese
recurso, tienen la tecnología de las centrales
atómicas para producir electricidad.
La diferencia entre ellos y nosotros es muy simple: en Europa prevalecen
los intereses de los pueblos y el bien común.
En cambio, en Costa Rica, SE
IMPONEN LOS DE LOS CAMIONEROS Y AUTOBUSEROS. Con el respaldo de todos los gobiernos. No solo fueron los que determinaron la muerte
del ferrocarril en la administración de Figueres Olsen, sino que se encargaron
de arrancar todos los postes del tendido eléctrico hasta Puntarenas, de manera
que las locomotoras eléctricas fueran inservibles. La mano todopoderosa de los
camioneros se ve y se siente en todas las maniobras tendientes a eliminar
cualquier forma de competencia. Compran las voluntades que sea necesario
con tal de mantener a los ferrocarriles fuera de operación. Así, el MONOPOLIO
del transporte, formado por gente que está o estuvo en el Gobierno, son los que
determinan, a capricho, el costo de
la vida en Costa Rica. Con ganancias
astronómicas.
Según un reportaje del señor Esteban Oviedo del periódico La
Nación, sostiene que la Ministra de Transportes
dijo que un proyecto de tren eléctrico de Curridabat a San Pedro no es
prioridad. ¿Cómo es posible que alguien diga eso? ¿Desde cuándo es desfavorable una medida
tendiente a mejorar y facilitar el transporte de pasajeros en una ciudad
congestionada? Es seguro que cualquier
empresa que hiciera esa vía, ganaría millones.
Y si fuera estatal, ¿qué importaría un subsidio temporal? ¿No financió
el Gobierno con CIENTOS DE MILES DE
MILLONES DE LOS CAT’s a decenas de “empresarios” nacionales? E incluso a
aventureros internacionales. El
transporte público es financiado en muchos países, entonces ¿por qué no
habríamos de hacerlo aquí mientras se arraiga en el público?
Detrás de todas las negativas, atrasos, impedimentos, bloqueos y
maniobras subterráneas para impedir el desarrollo ferroviario en Costa Rica,
está la mano siniestra y todopoderosa de los TRANSPORTISTAS, quienes tienen la capacidad de determinar a su
antojo el futuro económico de TODOS
los costarricenses, porque del costo de los fletes depende, en gran parte, el
valor de los bienes y, por consecuencia, de su precio al consumidor. Pero no solo es el daño que le hacen a los
bolsillos del pueblo en forma del encarecimiento de las mercancías sino que,
también a capricho, aplican “la ley del cantinero” al transporte de pasajeros
(buses y taxis). Le suben el precio a
los pasajes cuando se les antoja, y los órganos del Estado siempre aprueban
esas alzas que son compadre hablado. Si quieren aumentar diez, piden VEINTE para que la ARESEP
se “oponga” y solo les autorice DIEZ. Y todo mundo contento.
En otra parte de su interesante
artículo dice el señor Oviedo que: <En el año 2005 el presidente Pacheco
ordenó detener el proceso porque el entonces diputado José Francisco Salas denunció “situaciones presuntamente
anómalas”> ¡Por todos los dioses! ¿Cuál es el poder supremo que tenía ese
diputado para con solo hablar de una presunción de anomalía, el Estado
suspendiera una obra de bien común, pero contraria a los intereses de los CAMIONEROS? ¿Puede ser creíble semejante explicación? Pero una vez descartadas la “sospecha” del
diputado, el Gobierno canceló el concurso porque NO TENÍA UN MILLÓN DE DÓLARES para pagar el estudio. ¿Pueden
ustedes creerlo? ¿Cómo será de productivo el MONOPOLIO DE LOS TRANSPORTISTAS, que el Gobierno “se dio el lujo”
de rechazar o desperdiciar un obsequio de CUATROCIENTOS
MILLONES que iba a regalar la Unión Europea para
realizar el estudio de factibilidad de un tramo de ferrocarril? ¿Cuánto
tienen que haber pagado los transportistas para que se archivara ese proyecto
que involucraba semejante donativo de la
UE? Podemos
concluir que si alguien nos
ofreciera construir GRATIS un
sistema ferroviario completo de Puntarenas a Limón pasando por San José; y dos
ramales de frontera a frontera en el Atlántico y el Pacífico, no faltarían políticos
o directivos del INCOFER que lo
encontraran “inconveniente desde el punto de vista político y económico”. Aquí solo hay una verdad: mientras no haya un
gobierno que escoja los intereses del pueblo por encima del de los CAMIONEROS, jamás habrá una red
ferroviaria en Costa Rica; tampoco un metro eficiente entre las ciudades del
Valle Central. La batalla ferroviaria es
una lucha desigual. Por un lado el poder omnímodo de los camioneros con su testaferro el
gobierno, y por el otro, el pueblo que nada sabe; y los que saben, la
indolencia los domina y simulan que todo está bien.
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