166 “LA CHISPA”
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”.
UN “METRO” DE VERDAD
Desde
hace años hemos abogado por la instalación de un tren Metropolitano, como una
solución verdadera no solo para el servicio de un millón de pasajeros, sino
como una alternativa obligatoria ante la crisis del petróleo. Lo vimos venir desde hace años, cuando
escribimos las primeras “Chispas” al respecto. Pero cuando lo hicimos, nos referíamos a un
Metro de verdad, y no a la charlatanería que significa ese destartalado
trencito San Pedro-Pavas. Es por eso que los transportistas nada han dicho ni
protestado; saben que esa es una inutilidad que no es competencia para
ellos. Es cierto que peor es nada; pero
esa no es, ni remotamente, la solución a este problema cuya dimensión excede la
capacidad de este o cualquier gobierno.
Nada podemos hacer ante la crisis del petróleo. Pero aquí tenemos una alternativa que es una
bendición del cielo: agua. En cantidades
exportables. Y esto hace factible no
solo la producción actual de energía eléctrica, sino que nos da la capacidad
para duplicarla o triplicarla, si las necesidades aumentaran. Tenemos energía barata, limpia, abundante, eterna
y casi gratis. La cuestión es simple: solo
tenemos que electrificar el transporte nacional, tanto el de carga como el de
pasajeros. Pero debe ser un plan serio y
de envergadura nacional. No se trata de
poner a funcionar un folclórico trencito entre Pavas y San Pedro, sino de crear
una auténtica red vial que sirva a la mayor parte de localidades del área
metropolitana.
Además, vías férreas dobles que unan
ambas costas con la capital; y que desde los puertos, lleguen hasta las
fronteras norte y sur; y más allá, si fuera factible y rentable (que debe
serlo). Pero tren electrificado que no
permita el escape de vitales y valiosas divisas. En San José, un anillo de circunvalación que
englobe toda la ciudad en su perímetro.
Luego, unas dos o tres vías norte-sur y este-oste que conecten con el
anillo y que atraviesen toda la ciudad.
Quedaría muy poco espacio que no cubriera este sistema de sencillez
extraordinaria. Y a partir del anillo,
se prolongarían ramales hacia diferentes ciudadelas aledañas a la capital. Y donde no fuera posible, se establecerían
líneas de trolebuses. Eso es muy fácil y
tan barato como cualquier autobús, aunque a la larga, resultan mucho más
económicos. Toda Europa se mueve en
trenes y metros. ¿Qué nos impide hacerlo
a nosotros? Falta de voluntad política y
la obstrucción de las cámaras de
autobuseros y transportistas. Pero
cuando la situación sea insostenible, porque el petróleo NO BAJARÁ DE PRECIO
NUNCA MÁS, ellos mismos estarán interesados en participar en el
negocio. Así que, ¿por qué no hacerlo
desde ahora? Que no nos pase aquello de
que “lo que no hizo el vivo al principio, lo hizo el tonto al final”. Ya llegamos al borde del abismo en el
trasporte con hidrocarburos, pues en esta carrera NO HAY MARCHA ATRÁS. La humanidad se encamina hacia un precipicio
que solo tiene muy pocas salidas, pero una de ellas NO ES EL PETRÓLEO BARATO. Esa época de oro se está acabando incluso
para los gringos. Entonces ¿cómo es que
hay gente empecinada en seguir cerrando los ojos ante lo que es la ÚNICA
alternativa del país? Como una bendición
del cielo, tenemos agua en cantidades industriales. No tenemos por qué depender del petróleo sino
para cosas extremas; y no debe ser la carestía de ese producto, la guillotina
que decapite nuestra economía y modo de vida.
Por desgracia, el ciudadano
común NO QUIERE darse cuenta de la situación y hace como el avestruz,
creyendo que solo se trata de una pesadilla temporal y que pronto las cosas
volverán a la normalidad en cuestión de unos días o meses. Y algunos más simples todavía, ni siquiera
piensan en el asunto. Pero la época del
petróleo pasó para siempre. Ahora a los
países de vanguardia les toca buscar y encontrar una alternativa a los
combustibles fósiles que, de todas maneras, ya están en su fase de
extinción. Demasiado rápido los han gastado
los gringos, europeos y japoneses; y además, jodieron la capa de ozono.
Dichosamente nosotros tenemos la
alternativa barata de la electricidad; al menos para hacerle frente a la faceta
más oscura de la crisis: el transporte de carga y pasajeros. ¿Qué esperamos? ¿Que la situación llegue a límites
inmanejables? ¿Tendremos que llegar al
extremo de muerte para entender la dimensión del problema? No se trata de construir ferrocarriles que
funcionen con diesel. La opción del
petróleo debe quedar por fuera en todo programa de desarrollo, porque
utilizarlo significa que todo el valor de la producción, cualquier que este
sea, se disipará en el pago de ese combustible; y ante tal alternativa, es
preferible dividirnos en infinidad de pueblitos al estilo del tiempo de la Colonia, autosuficientes y
con un comercio de trueque. Y volver a
la carreta y los bueyes, a los burros, al caballo y, a la BICICLETA, el
vehículo del futuro, nos guste o no. Solo
es cuestión de tiempo y todos andaremos pedaleando, “a güevo”.
Es
por eso que la alternativa del tren eléctrico es la única que tenemos. Será difícil, pues los infames que hicieron
todo lo posible para que el ferrocarril se hundiera en beneficio de los
transportistas, se encargaron de hacer que incluso los “palos” del cable
eléctrico fueran cortados para asegurarse de que el tren eléctrico jamás regresaría
como competencia. Pero ahora que estamos
en la encrucijada y sin otra salida, a la fuerza tendremos que ponerlo a
funcionar, y con electricidad. NO HAY
OTRO CAMINO.
Si le gustó o no esta “Chispa”, eso no importa mucho; pero eso sí, vaya preparándose para la era
de los pedales, que ya está a la vuelta de la esquina; y para que no se
aflija, piense en lo divertido y sano que será.
Y dele “gracias” al imperialismo,
pues por su culpa y su angurria por apoderarse del petróleo de Irak, se ha dado
esta tragedia que ahora se abate sobre la humanidad, especialmente sobre los países
pobres que no tienen ese recurso en su subsuelo. Mientras tanto Europa y el mundo entero se “ferrocarrilizan”,
en Costa Rica nos seguimos haciendo “carreteras” que nos subordinan a los
intereses de las grandes petroleras. ¿En
qué otros países los gobiernos han destruido dos líneas férreas que comunicaban
a la capital, San José, con ambos océanos? ¿Hay otro ejemplo de estos en el mundo? ¿Hay otro país con tantos recursos hidroeléctricos
que permita electrificar toda una red nacional de ferrocarriles?
Ferrocarrilescamente
Ricardo
Izaguirre S. E-mail:
rhizaguirre@gamil.com
Entrada al blog “LA CHISPA”: http://lachispa2010.blogspot.com/
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