519 “LA CHISPA”
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se
fundamentan los abusos del Poder”
ENTENDÁMONOS BIEN
Un viejo chiste cuenta que un niño
llamado Juanito le decía a la madre,
refiriéndose a su hermanito: “Mamaaaaaá,
Pablito está lamiendo la olla; se la quito y la lamo yo”. Como es fácil colegir, al niño no le importaba
que el otro chupara la olla, lo que le incomodaba es que no fuera él. ¿Y a qué viene esto? Pues tiene la finalidad de denunciar una de
las tantas estrategias que utiliza la Oligarquía
nacional para desviar y confundir el juicio de los ciudadanos. Y esto tiene que ver con ciertas
declaraciones del gremio de transportistas en relación con las protestas
generales del pueblo ante el comportamiento de los precios del petróleo, pues
aunque estos han caído por debajo de los ochenta dólares o menos, los
camioneros de Costa Rica siguen desesperados EXIGIENDO AUMENTOS en las tarifas de buses, taxis y carga. Y porque el Estado no los ha autorizado con
la celeridad que ellos quisieran, ya empezaron a hacer ciertas publicaciones en
las cuales parecen estar contrariados contra el Gobierno, y de paso, JUSTIFICAN su angurria en la excusa de la DEVALUACIÓN. Es decir, ellos demandan
mayores tarifas aunque el petróleo haya descendido a la mitad en el mercado
internacional. Y utilizando una retórica
digna del TLC, se valen de un
argumento deleznable: que el Gobierno
controla la DEVALUACIÓN. ¿Alguien entiende esa relación? ¿Es la devaluación causa de los aumentos en el
transporte? ¿Y quiénes manipulan a
capricho todas esas operaciones financieras?
Así es en todo lo demás. Cuando alguno de los grandes de la Oligarquía Nacional protesta en
contra de la
Administración y algunas de sus acciones, NO ES PORQUE DESAPRUEBE AL SISTEMA. Cuando la cámara tal o cual sale a la prensa
criticando ciertas medidas del Gobierno, NO
es que antagonice con él. Cuando alguno
de los grandes políticos vocifera y
objeta determinadas actividades oficiales, NO es que esté opuesto al establishment, sino porque todos ellos se
llaman Juanitos. Cuando en la prensa se dan esos “choques”
aparentes entre el Régimen y ciertos sectores poderosos, no son más que
tácticas para confundir al ciudadano medio para que este piense que “allá arriba” hay gente que se preocupa por
el pueblo y se identifica con este. Si critican
al Poder y exigen más eficiencia en
tal o cual sentido, nunca es porque les importe el pueblo. Todas son maniobras que solo responden a los
intereses de ciertos sectores capitalistas que han sido marginados y que no
están “lamiendo la olla” como ellos quisieran. Cuando las tetas del Estado se reparten de
manera desigual entre la Oligarquía, es cuando
surgen esas “protestas” que vemos en la prensa.
El mismo procedimiento es utilizado
por las “cadenas” de gasolineras. Aunque
el petróleo llegue a diez dólares el
barril, ellos siempre tendrán multitud de argumentos para seguir aumentando
los precios al consumidor, lo cual no disgusta al Estado Petrolero. El
problema no es por los precios o el bienestar del público consumidor, sino por
los porcentajes de ganancia de toda la plaga de parásitos que hay alrededor de
este negocio archimillonario. Las
protestas de los dueños de “bombas” en contra del Gobierno NO son porque estén en desacuerdo con el abuso de los precios, sino
por las limitaciones que este les quiere imponer en cuanto a sus ganancias,
pues también en este caso, el Estado y los gasolineros se llaman Juanito.
Todo
el caos que vivimos es artificial; es una gran maniobra financiera llevada
a cabo por las Oligarquías de todo el mundo, empezando por la que controla Wall
Street. En realidad NO hay crisis real de nada.
Todo es un montaje criminal que ha llevado ríos de dólares a las arcas
de los que controlan el sistema financiero mundial, nacional y local de cada
país. Es la “Guerra del Miedo”, inventada para anular el razonamiento de los
pueblos y que estos NO PUEDAN VER
quiénes son sus verdaderos verdugos y explotadores. En Costa Rica se inició con la DEVALUACIÓN,
maniobra criminal que solo tiene un objetivo: favorecer a la Oligarquía exportadora y permitir que, al calor
del desorden monetario que esto ha generado, los comerciantes hagan lo que le
dé la gana con los precios. Además, eso ha permitido que el Estado y la Patronal le roben su
salario a la clase trabajadora. El comercio, bajo el pretexto de la DEVALUACIÓN
(que los políticos manipulan a conveniencia de las cámaras) y los aumentos
falsos y artificiales del petróleo, se ha tomado la libertad de fijar los
precios de todo a su libre albedrío. ¿Y
por qué decimos que los precios son artificiales? Porque estos están en relación inversa con la
devaluación, y esta es una treta que
el Gobierno, por orden de la
Oligarquía, manosea a conveniencia de esta. Incluidos los combustibles. La Devaluación les ha permitido aplicar la “ley del cantinero” a rajatabla. Si el colón se devalúa veinticinco centavos,
ellos le suben diez veces ese monto a todo lo que venden.
No, señores, no hay diferencias en
las alturas. Allí arriba todos son lo mismo:
una casta de gente despiadada que no tiene más interés que acumular montañas de
dinero a costa de lo que sea, bien sea subastando el patrimonio nacional, vendiendo las
riquezas del subsuelo o marinas; comprometiendo el futuro de nuestras
generaciones, vendiendo el agua, enajenando las playas y los parques
nacionales. Todo es lícito para Juanito. Así que la Oligarquía nacional,
liderada por su Caudillo y “Confite”, continuará haciendo negocios desde el
Poder, sin importar cuánto daño puedan hacerle al país. Así que cuando vean esos aparentes “enfrentamientos”
entre los grupos de Poder, NO DEBEN
pensar que se trata de gente que adversa al Gobierno porque están de lado del
pueblo. Son Juanitos que solo pugnan por su tajada del pastel que se reparten entre
los tagarotes de la
Oligarquía nacional. Cada uno de ellos solo quiere lamer la olla. Son los mismos que adversarán la afiliación
al ALBA si no les dan su lamidita de
la olla del petróleo, y no porque sean demócratas
justicieros contrarios a Chávez.
Fraternalmente
Ricardo
Izaguirre S. E-mail: rhizaguirre@gmail.com
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