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“LA CHISPA” (24 0ctubre 2009)
Lema:
“En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
¿HASTA DÓNDE SOPORTAREMOS LOS
LATINOS?
A
los africanos se les puede justificar porque hasta el siglo pasado eran
colonias llenas de esclavos; sin escuelas ni nada. Absolutamente NADA. Pero los latinos
tenemos vida semi independiente desde
hace casi cinco siglos, e independiente, desde hace dos. Y no somos tan renegros. Tenemos
universidades desde el siglo XVI, escuelas y colegios. Y aunque no todos tenían la posibilidad de
asistir a ellas, tuvimos una pequeña clase ilustrada capaz de pensar, organizarse y empezar a crear las bases para una
forma de vida mejor y en plena libertad.
Pero estas posibilidades se resolvieron en nada, y las clases pensantes
que gestaron los movimientos de independencia se fueron apagando, difuminando o
transformándose en cínicos o plutócratas, según el gusto y conveniencia de cada
uno. Y ese fue el momento histórico
cuando los grupos de comerciantes y terratenientes se dieron cuenta de que el
poder no debía estar en manos de intelectuales
honestos; y menos en las del pueblo.
En ese punto de inflexión de nuestras historias fue cuando se dio el
cambio que dura hasta hoy. La burguesía agro-comerciante se transformó
en la Oligarquía o plutocracia que nos gobierna.
En
ese momento histórico también desaparecieron
los guías de los pueblos, y estos se convirtieron en manadas dóciles e
indolentes (hasta hoy). Resignadas y
convencidas de cierto fatalismo indígena que contagió a todos: indios, blancos
y mestizos. Y surgió de las entrañas de esa
masa, una nueva especie de individuos biológicamente emparentados con las
loras: la clase trepadora política. Oportunistas lambiscones, gente sin honor
dispuesta a transar lo que sea con tal de obtener beneficios personales. Falsarios capaces de prometer cualquier cosa,
fundamentados en el amoral principio de Maquiavelo. Mansos serviles de los poderosos, dispuestos
a lamer zapatos con tal de agarrar los mendrugos que estos les dejen caer. La
clase política latinoamericana es un asco.
Formada por mentirosos y desvergonzados insignes que compiten para
demostrar quiénes son los más miserables de todos. Por probar quiénes son los más ladrones de todos. En los países más cultos de América son
profesionales surgidos de la tercera y cuarta línea (clase media
trepadora). Y en las naciones más
atrasadas, se nutre de gentuza salida de los cuarteles, arrabales y
sindicatos. Y aunque puede haber
excepciones notorias, no duran en el poder y todo vuelve a la “normalidad”, a la
pax oligárquica.
La
clase poderosa de la América Latina ha tenido DOS SIGLOS para organizarse tanto nacional como internacionalmente.
La de aquí es la misma que la de allá; todas tienen los mismos objetivos y
procedimientos. Son SOLIDARIAS y actúan como un solo
organismo, como una colonia de parásitos.
Lo que incomoda a la burguesía de aquí, afecta a todas las de los demás
países latinos. Son un coro perfecto y
bien sincronizado por su corifeo que reside en Washington y Wall Street. Ellas saben como “gobernar”, entendiendo esto de una manera muy particular que nada
tiene que ver con los intereses de la gente humilde. Ceden lo justo para que cada sociedad no
llegue a la desesperación de las revoluciones, porque eso es muy malo para el
comercio. Esos altibajos de violencia,
aunque NO los sacan del Poder,
producen pérdidas. Esa es la razón por
la cual han aprendido a dosificar el garrote y dejan caer migajas para que el
descontento no llegue hasta la violencia.
Es por eso que lo que hicieron en Honduras
no cuenta con la aprobación de los otros gobiernos;
NO porque no estén de acuerdo con la oligarquía catracha,
sino por lo violento e innecesario de ese acto.
Tal burrada vuelve a llamar la atención sobre un monstruo que ya
creíamos superado en la historia: los
ejércitos. Y lo peor, pone en
evidencia a sus titiriteros, cosa que no le conviene a la Oligarquía Internacional, pues ellos no quieren protagonismo
periodístico sino mantener un bajo perfil que les permita hacer “sus cosas” con cierta discreción, como
en Costa Rica. Prefieren que haya tontos
que “carguen con los muertos”; políticos codiciosos que se den el bañazo de ladrones y focalicen la
atención solo sobre ellos. Es por eso que lo de Honduras fue una metida
de pata que no saben cómo resolver.
Allí hubo malos consejeros que se salieron del libreto y la regaron.
Esa
es la historia de las Oligarquías, y ¿qué hay con la de los pueblos? Nada.
La plutocracia sabe cómo gobernar y repartir propinas, comprar
consciencias, embaucar ciudadanos y encontrar legiones interminables de
angurrientos dispuestos a todo por figurar políticamente o hacer dinero
fácil. Poseen todas las armas del “juego
cívico”. ¿Y qué tiene la gente? Nada.
Ningún argumento, ni consciencia ni conocimiento de la realidad que viven. Carecen de ORGANIZACIÓN, iniciativa, solidaridad y compromiso ni siquiera con
sus propios intereses. Les falta la voluntad
de enterarse de la realidad y prefieren afiliarse a un partido y dejar que
otros piensen por ellos. Las oligarquías
cuentan con miríadas de quintacolumnistas en las entrañas de las sociedades
latinas: intelectuales vendidos que se convierten en plumarios de causas
malignas, jefes de sindicatos serviles y políticos arrastrados que se prestan a
todo tipo de chanchullos. El Poder estudia, analiza, conoce,
controla, hurga, “suelta” la plata para comprar voluntades. En síntesis, INVIERTE en el negocio de la política y obtiene excelentes RESULTADOS POSITIVOS. El pueblo solo está lleno de ILUSIONES: como ganarse la lotería o
que venga algún “buen gobierno” y le
resuelva todo. Que le dé un buen
trabajo, casita de bienestar social y que mejore la atención del Seguro Médico. Que
acelere las citas de 4 a
2 años. “Que garantice la seguridad ciudadana” como prometen TODOS.
Que se “preocupe”. Que escuche, como doña Laura.
En
la confrontación (nos guste o no el término) entre las oligarquías y los pueblos
de América Latina solo hay un claro ganador, pues se trata de una pelea entre
tigre suelto y burro amarrado. ¿Hay
alguna esperanza para salir del foso donde estamos? No parece.
Y no es pesimismo, es una deducción que puede hacerse sin mayor
esfuerzo. Es posible que la “deadline” de los latinos esté marcada para
el día cuando ya no nos quede ningún recurso natural que nos quieran quitar los
europeos, gringos, japoneses o chinos.
Cuando ya no haya nada con qué comprarles sus tiliches, medicinas o
tecnología. Cuando no tengamos NADA con qué negociar. Ese
será el momento en que tengamos que luchar a muerte por cada bocado y gota de
agua. La era del canibalismo. Talvez
así nos demos cuenta de la realidad y dejemos de ser tan indolentes ante la
vida.
Fraternalmente ¿Hay otra salida en
su país? Si sí, cuéntemela
Ricardo Izaguirre S.
E-mail: rhizaguirre@gmail.com
Entrada
al blog “LA CHISPA”: http://lachispa2010.blogspot.com/
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