231 “LA CHISPA”
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se
fundamentan los abusos del Poder”.
ALGO MÁS SOBRE LA “PIRATERÍA”
EN COMPUTACIÓN
Un amigo que trabaja en ese ramo, me
llamó y me dijo que había sido un poco injusto en las “Chispas” que publiqué al respecto, en especial, en la # 229. Entonces las revisé todas y decidí escribir
esta para aclarar algunos puntos más.
Talvez este señor sea un honrado comerciante; no tengo razón para
dudarlo. Pero con todos los que YO he
tratado para comprar alguna de esas máquinas, me han agredido como
pirañas. Yo soy de aquellos individuos a
los que esta tecnología nos agarró tarde, y no fue sino hasta hace muy poco que
aprendí a utilizarla “como máquina de escribir”, y le di un merecido descanso a
mi “Mercury” después de más de treinta años de uso.
En mi primera computadora me dieron
lo que les dio la gana; pero como no sabía nada, me pareció maravillosa. Desde luego que no tardó ni un año en ser
obsoleta, y cuando la quise “actualizar”, me dijeron que ya no había repuestos para
ella. Tuve que comprar otra, y otra y
otra… hasta que en la última ocasión (todavía la tengo) me vendieron un
ordenador con una determinada tarjeta de gráficos incapaz de funcionar a la
altura del monitor que escogí. Por
cuestiones de mi vista, elegí un monitor AOL de 17” que permite una resolución
de 1280 X 1024, pero la tarjeta de que tenía la Tarjeta Madre,
apenas permite la configuración 640 X 480.
Y así, sin asco ni el menor rubor, me hicieron el paquete, me cobraron y
me despidieron, a sabiendas de que el monitor trabajaría en una frecuencia que
lo convierte en un atentado en contra de la vista. Se trata de un famoso almacén que vende esos
productos. Pero también resulta que el
Procesador que me vendieron como Intel (así lo certificaba la factura), era uno
AMD. Entonces me comuniqué con la Defensoría del
Consumidor y les envié una carta diciéndoles lo que me habían hecho. Confieso que utilicé algunos términos rudos
al referirme a los funcionarios de ese negocio, pero me puse furioso cuando un
técnico vino a mi casa y me explicó el fraude en detalle. Entonces, para mi sorpresa, recibí una
llamada de la Empresa
que me había estafado (palabra que
utilicé en mi carta a la “Defensoría” del consumidor), y el abogado me dijo que
tenían en su poder una carta que yo había enviado a esa oficina gubernativa, y
que era querellable porque yo los
injuriaba diciendo que eran “estafadores”.
Pero que si yo renunciaba a mis reclamos, ellos harían caso omiso de lo
que decía la carta. Es decir, la “Defensoría” del Consumidor me puso en
manos de esa gente.
Con rabia y amargura, tuve que ir a
su oficina a firmar un documento en el cual constaba el “empate” que habíamos
logrado. ¿Será ese el procedimiento
usual de esa oficina? Si son
“defensores” del consumidor, creo que su deber era avisarme de las
implicaciones que tenía la utilización de términos querellables en mi carta, pero no lo hicieron, sino que se la
pasaron a ellos y “me echaron al circo
con los leones”. No valió reclamo
alguno de los que hice mediante un abogado: guardaron silencio absoluto. Con pasarle mi carta a esta empresa, le
dieron las armas para silenciarme y tener que morderme la lengua ante la estafa
que me habían hecho.
Esa es MI razón personal por la cual
siento una profunda aversión por todas esas empresas y sus funcionarios, pero
también es una realidad conocida de todos, su condición de abusadores. Sé que no se deben hacer generalizaciones;
pero cuando uno ha sido víctima de esos fraudes, se justifica una actitud de
recelo hacia todos ellos. Para mí,
siempre estarán bajo sospecha, TODOS. El comerciante es un espécimen con cualidades
que casi siempre suelen estar reñidas con la ética. Y si no van más allá en sus engaños, es por
un poco de miedo a los clientes, la competencia y, en mínimo grado, a la
Ley. En
la “Chispa” 229 dije que la única
forma de comprar una máquina de estas, es hacerlo bajo la supervisión de
alguien que sepa; o bien, ponerse a estudiar la materia hasta convertirse en un
experto al que no puedan enredar. Este
último camino es el que yo elegí, y me siento muy satisfecho, pues además de
ser un “hobby” apasionante, pienso que no volverán a engañarme; por lo menos no
con tanta facilidad. La otra alternativa
es comprar una computadora “de Marca”. Al fin y al cabo, algunas salen a igual
precio… o muy parecido. Y en todo caso
podrá “rajar” con su Compaq, Dell, Gateway, Hellett Packard, Toshiba o
Sony. Recuerde que esas fábricas
(marcas) le dan una garantía auténtica de lo que le están vendiendo. Mi consejo
sigue siendo el mismo que di en “Chispas”
anteriores: no confíe en esa gente. Ellos no tienen espíritu de servicio sino de
vendedores, lo cual es válido para ellos, pero peligroso para usted. Solo son amables cuando están a punto de
venderle; pero al menor reclamo sobre su compra, se convierten en sus
enemigos. Tampoco confíe en cualquier
taller de reparaciones. A mí me robaron una tarjeta de video en uno de
esos talleres, y no valió alegato alguno. ¿Ir a la “Defensoría” del Consumidor? Ja, Ja, Ja. Vaya donde le vendieron la máquina, exija
recibos de revisión, hágase acompañar de alguien que sepa. Pida los repuestos
que le digan que cambiaron. Asegúrese de
todo. Marque con pilot las partes
metálicas, tome números de serie y marca de las tarjetas, del microprocesador y
de cuanta cosilla le puedan sustraer a su computadora. Esta situación es terrible y estresante, PERO ASÍ FUNCIONA, por desgracia. Talvez no todos, pero sí la mayoría.
La “Piratería” en la computación abarca desde los grandes hasta los
más chiquitillos. Desde los dueños del
monopolio del Software, hasta el que le vende un cartucho de tinta o una resma
de papel. Pregunte, compare precios y,
como dice un libro sobre computación: “Hable
como si supiera”. Pues si ellos intuyen que usted nada sabe
sobre el asunto, harán fiesta con su dinero y le meterán cualquier trasto
obsoleto o a punto de estarlo.
Muy maliciosamente
Ricardo
Izaguirre S.
E-mail: rhizaguirre@gmail.com
Entrada al blog “LA
CHISPA”: http://lachispa2010.blogspot.com/
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