viernes, 3 de diciembre de 2010

859 Gordura y culpables


859    “LA CHISPA     (28 noviembre 2010)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
GORDURA Y CULPABLES
            Igual que con los borrachos, la culpa es de los gordos, según nos quieren hacer creer.  Los bolos son los únicos culpables de ser lo que son; también los gordos tienen toda la responsabilidad de serlo.   El Estado se lava las manos, la industria alimentaria es inocente, y la prensa avala esta situación sin señalar, criticar ni analizar a fondo la situación; a lo sumo, da la noticia de manera trivial, casi anecdótica, como una reseña lejana que solo afecta y debe preocupar a los que son víctimas de ese mal que nos acosa y hace sufrir a todos.  Es cierto que la glotonería es una enfermedad personal que cada uno debe combatir con las armas que estén a su alcance, pero los glotones NO son la causa única del gran problema nacional que tiene a esta sociedad al borde de una gran catástrofe sanitaria.  Mejor dicho, que ya nos tiene dentro de ella.  Del análisis del Seguro Social se desprende que el 62% de la población de Costa Rica es gorda, lo cual implica toda la cola de dolencias que se derivan de esa condición morbosa.  Pero como es la costumbre fácil, los culpables de tal situación son los gordos. Porque tragan mucho, no hacen ejercicio, no consumen agua y comen pollo con el pellejo, y porque no comen verduras ni frutas.  Pero NUNCA se habla de la industria alimentaria, la GRAN PROTAGONISTA de la tragedia.  Esta aparenta ser inocua.  La Administración tampoco tiene participación en el problema.  Solo los gordos.    Dice la señora Rosa Climent que: “Debemos cuidarnos para no sufrir consecuencias”.  ¿Pero cuidarnos de qué?  ¿Del pellejo de pollo?  ¿Y por qué no se dice nada de las hormonas con las que engordan a estos animales para que se llenen de grasa, pesen más y se pueda cobrar más a los consumidores?  ¿Por qué no se habla de la responsabilidad del Estado en esta situación que atenta contra la salud pública?   ¿Porque la industria alimenticia es todopoderosa y financia campañas políticas?  ¿Y qué hay de los químicos que se utilizan para el engorde del ganado vacuno y “cerduno”?  Muchos productos prohibidos en Estados Unidos son exportados a la América Latina con el conocimiento de los gobiernos; pero como son baratos y producen grandes ganancias a los productores de carne, las autoridades hacen la vista gorda ante este crimen de lesa humanidad.  ¿Cuántos químicos que causan adicción se utilizan en la industria alimentaria?  Recuerden que incluso en los ESTADOS UNIDOS, las tabacaleras ponían estos venenos en los cigarrillos para causar ansiedad y hacer el vicio más apremiante.  ¡Y eso, en los Estados Unidos!  Entonces ¿qué no harán aquí?  La adicción no solo es una dependencia sicológica debida a la propaganda de los medios, sino de incorporación de sustancias químicas (como la Coca) capaces de producir un enviciamiento rápido y profundo.  En las medicinas y comida empacada, se utilizan miles de esos productos que nos convierten en esclavos y clientes eternos.  Se llama dependencia biológica.
            En nuestro medio, el Gobierno aparece como el gran ausente, el que solo tiene la tarea de hacer más clínicas y hospitales para curar a los que se joden solos.  Pero nunca se habla de la responsabilidad que le toca en la previsión de los vicios y de uno de los peores males que puede sufrir una sociedad: la GORDURA generalizada.  La Administración ha aprendido ha difuminarse muy bien en la escena del crimen.  Si la Coca Cola está repleta de sustancias nocivas a la salud, eso importa poco si PAGA IMPUESTOS para las arcas nacionales.  Si las comidas PROCESADAS contienen infinidad de químicos dañinos, ¿qué importa si pagan sus taxes y están respaldadas por los TLC?  El bienestar de la gente es un problema que nos implica a todos, pero las directrices de la lucha para preservarla, deben ser fijadas por las autoridades sanitarias. Es obligación insoslayable de estas velar por la salud del pueblo mediante campañas en las que se diga LA VERDAD, y que no desvíen la atención del público hacia las víctimas  y oculten a los culpables.  Es muy fácil echar el muerto a las mamás, a la prisa, al trabajo, a los niños y los obesos.  Es muy sencillo acusar a los gordos y borrachos de su desgracia, y pasar por alto las causas primarias del problema; como la estructura comercial que, en contubernio con las autoridades, fomentan, permiten y estimulan el consumo de drogas nocivas a la familia.  El alcohol produce más daños sociales y muertes que todas las otras drogas juntas y, no obstante, es legal y cuenta con el patrocinio de los gobiernos.   Y en algunos casos, estos son los productores de este veneno.   Negocios…  se les llama.
            Lo mismo sucede con la industria alimentaria, la cual hace lo que quiere sin someterse a control alguno.  Las autoridades DEBEN advertir sobre los peligros que conlleva la ingesta de productos alimenticios procesados, y cuya duración en los envases se garantiza mediante el uso masivo de preservantes.  Y no se trata de la cantidad que tiene UN producto, sino de la suma de todos ellos, pues en la actualidad, casi todo lo que consumimos está repleto de estas sustancias tóxicas.  Y si a lo que comemos le sumamos lo que nos untamos en el cuerpo (cosmetería), la cuestión se complica para la salud.  Pero la Autoridad calla y permite que los comerciantes hagan lo que les dé la gana; incluso que utilicen propaganda engañosa y no sujeta a censura alguna.  Como aquella de: “Es un hecho: el AH1N1 ha vuelto” etc. etc., para vendernos un limpiador desinfectante. Terrorismo publicitario al servicio de los mercaderes.  El Gobierno es cómplice de esta agresión en contra de la salud pública porque CALLA y evade su responsabilidad, agazapado detrás de un cómodo laissez faire. Pero es su deber denunciar y prohibir todos aquellos productos que no se adapten a las normas de protección sanitaria dictadas por el Ministerio de Salud y la Defensoría de los Consumidores.  Estos deben publicar listas de sustancias preservantes y los peligros que encierran; además, DEBEN obligar a las empresas del ramo a indicar el contenido y la cantidad de estos en sus productos.  No se trata de que las autoridades nos digan que “debemos cuidarnos”, sino de que estas lo hagan, pues para eso les pagamos a los empleados que hemos nombrado en esos puestos, y no para que formen “piña” con los comerciantes y se dediquen a protegerlos y hacerse los chanchos con las violaciones que realicen.  No se trata de culpar a las mamás, los niños ni los a gordos, sino de que cada uno asuma la responsabilidad que le toca y la cumpla a cabalidad, como ordena la Ley.   Y la de los funcionarios es una OBLIGACIÓN CONSTITUCIONAL que no se puede eludir bajo el pretexto de que los comerciantes pagan impuestos, dan empleo y están protegidas por la “libertad de empresa”. El principio del “pobrecito”, como los hoteleros frustrados de Crucitas.  Nada es más importante que el pueblo, y es a este y no a grupos, a quien se debe todo el esfuerzo de las autoridades en la búsqueda de la felicidad y el bien común.
            Las hormonas que producen el engorde de gallinas, chanchos y vacas, continúan su labor en el interior de los seres humanos cuando estos consumen esas carnes.  Esa es una de las razones de la gordura cuya causa primaria es la alimentación antinatural con productos repletos de toda clase de químicos malignos.  Solo el gobierno, mediante sus entes especializados, tiene la capacidad para defender adecuadamente a los consumidores; con autoridad y determinación, y no mediante consejitos infantiles.   Para eso les pagamos, para que sean nuestro Chapulín Colorado.  Cuando la oferta es masiva, la propaganda embrutecedora, el consumidor ignorante y el estado alcahuete, las consecuencias alimentarias son desastrosas y conducen a la gran tragedia que estamos viviendo: obesidad generalizada, y toda su secuela de males.  La gordura NO es un problema solo de los que la padecen sino de toda la sociedad; incluyendo al Gobierno en primer lugar.            Exijamos a este el cumplimiento de sus obligaciones.  Eso es todo.
             Fraternalmente
                                      RIS                                            E-mail:  rhizaguirre@gmail.com
 Blog:   La Chispa     http://lachispa2010.blogspot.com/    con link a         Librería en Red
           

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