sábado, 18 de diciembre de 2010

866 Difamación sexual

866    “LA CHISPA             (11 diciembre 2010)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
DIFAMACIÓN SEXUAL
              ¿Qué haría una nación como Inglaterra si fuera esta a la que le pelaron el fondillo con lo de Wikileaks?  Es probable que la prensa británica hiciera fiesta con su clásico humor negro; y con mucha decencia y tacto, renunciaría el Primer Ministro y otras cuantas cabezas de Inteligencia y Seguridad Nacional.  La reina se mostraría avergonzada, y los ingleses sentirían cierto bochorno.  Y lo más seguro es que la Corona ofrecería alguna forma de disculpa a los ofendidos.  Diplomacia británica, de la verdadera.
            ¿Pero qué han hecho los gringos?  Pedir la cabeza de Julian Assange.  Su arrogancia e infinito sentido de superioridad no les permite ni siquiera admitir que han cometido un error.  El mundo entero TIENE QUE ADMITIR SU VERDAD Y VISIÓN DE LAS COSAS.  Así como las “armas de destrucción masiva” que tenía Irak.  Y en su rencorosa rabia, ya decretaron pena de muerte en contra de Assange, el hombre que exhibió los chingos de la “diplomacia” yanqui.  Pero como aperitivo a su eliminación personal, ya procedieron a desacreditarlo con el argumento más manido, burdo y barato que pueda haber: acusarlo de ofensas sexuales, como si la gente no supiera lo fácil que es un montaje de esa clase.  En USA les funcionó con Mike Tyson, Charlie Chaplin, Alí, Roman Polansky, el clero y una lista interminable de personajes a los que querían desacreditar; incluso lo hicieron con Edgar Hoover, nada menos que el jefe de la CIA, al que acusaron de homosexual.  Y ¿quién no conoce el más brutal truco sexual que jamás se haya hecho en ese país?  Eso debería saberlo muy bien la señora Clinton, ya que su marido y ella fueron víctimas de él.  Entonces ¿tendrán la pretensión de que eso será suficiente para tapar los entuertos de su gobierno?   ¿De verdad creerán que con pagar a un par de mujeres (podrían ser mil) para que acusen a Julian se resolverá la gran metida de pata de ese gobierno?   El descrédito sexual, aunque efectivo, está muy quemado y nadie se lo traga. 
             La eliminación de rivales políticos o personas incómodas a los gobiernos, ha sido un recurso utilizado desde que el hombre existe, y presenta todas las variantes imaginables que van desde el libelo y la calumnia velada o abierta, hasta el asesinato brutal.  Las opciones para difamar son variadísimas, y van desde las mentiras descaradas hasta la imputación de falsos delitos.  Y en el límite, está el homicidio.  La historia reciente está repleta de muchos de estos ejemplos: Mahatma Gandhi, Malcolm X, Martin Luther King, Indira Gandhi, J. F. Kennedy y una lista que ustedes pueden ampliar a voluntad.  Si hay plata, sobran los voluntarios-as para sostener cualquier acusación, por absurda que pueda parecer.  O para asesinar.  Los sicarios abundan, solo es necesario el fanatismo o el DINERO, material con el que siempre cuentan los ejecutores de estos crímenes.  Y como los sistemas jurídicos no tienen medios adecuados para probar los delitos de conspiración, aquellos que los cometen casi siempre tienen éxito (Kennedy).  En este caso, éxito significó haber sembrado la duda y hacer turbias todas las conclusiones de la comisión Warren.   Y en el affaire Assange, desprestigiarlo como persona y presentarlo como delincuente sexual.   No importa que salga bien en los tribunales y que estos lo exculpen, porque lo que cuenta es la primera noticia, aquella que lo denigra y que, por efecto de la prensa, deja una marca imborrable en el público.  El velo de la duda queda para siempre, pues la gente piensa que… “por algo sería, por algo lo acusaron”.   Claro que la eliminación física es la mejor opción.   La solución del viejo oeste: un mecate y un palo bien alto (Saddam Hussein). 
            Así, pues, este recurso siempre ha sido de gran utilidad cuando alguien se torna intolerable para el sistema, cualquiera que este sea.  Todos lo han utilizado y lo utilizan para deshacerse de la gente que no se pliega y se atreve a denunciar, como el caso de Julian Assange el creador de Wikileaks, página que ha producido el mayor impacto político, social y moral que jamás hubiéramos podido imaginar.  Este ha sido el escándalo del siglo mediante el cual ha quedado al descubierto la tenebrosa red de espionaje, irrespeto, desconfianza y menosprecio con la que los norteamericanos tratan al mundo, incluyendo a sus más serviles adláteres.  La vergüenza ha caído sobre ese gobierno, y si la dama Clinton tuviera un poco de decencia, debería RENUNCIAR.  Pero es claro que no lo hará, como tampoco los Estados Unidos ofrecerá disculpas a todos aquellos a los que han ofendido.  Son demasiado orgullosos, y su visión del mundo fuera de sus fronteras, es solo de menosprecio. La bárbara “diplomacia” yanqui es muy semejante a la alemana, y nunca se ha caracterizado por la fineza.  Cuando se comprobó que jamás existieron las armas de destrucción masiva que “justificaron” la aniquilación total de dos países, ellos no presentaron la excusa que le debían a la humanidad.  Así que podemos dar por descontado que tampoco lo harán esta vez.     “We are Amerrica, we don’t care”
            Assange ya está clasificado como terrorista, talvez como miembro de Al Qaeda, lo cual justifica su ejecución en cualquier país y momento.  Así lo demanda el libreto básico de la SN de esa nación.  “Nadie le hace esto a Amerrica y vive para contarlo”.   Y como Julian Assange les levantó las enaguas, este puede darse por muerto, como sea.  En un “accidente”, en un atentado por un “loco y solitario fanático” como el que mató a Kennedy; o bien, de una manera desvergonzada y brutal como es la tradición en EU.  Pero por lo pronto, hay que desacreditarlo.  De esa manera, según la “sutil” diplomacia de Washington, sus afirmaciones carecerán de validez y credibilidad.  Según ellos, un depravado sexual que viola mujeres no es digno de crédito.  Parece que así piensan los sistemas de inteligencia de USA y, de inmediato iniciaron su ataque.  Por la prensa supimos que el gobierno de Suecia presentó cargos por ofensas sexuales contra Julian Assange, como si las suecas presentaran ese perfil de “violables”.  Algo de lo más cajonero, vulgar y falto de imaginación.  Hubiera sido más creíble que lo acusaran de fraude con tarjetas de crédito; o que le pegaba a la mamá.  Pero ¿violar a dos suecas?  ¿Y por qué no lo acusaron mientras estuvo allí?  ¿O fue que las violó en el aeropuerto cuando ya iba de salida?  El circo que han querido montarle a Julian Assange solo viene a confirmar la ordinariez del foreing office yanqui, que se exhibe en la multitud de documentos vergonzantes que ahora son del dominio público.      El mundo entero está de fiesta y muerto de risa.
            Matar a Julian sería lo peor que podrían hacer.
            RIS                      rhizaguirre@gmail.com
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