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“LA CHISPA”
Lema:
“En la indolencia cívica del ciudadano se fundamentan los abusos del Poder”
¿SON CONTROLABLES LOS MERCADOS?
¡Desde
luego que sí! Pero tal cosa no le
conviene al Gran Capital. Y junto con la teoría de que aquellos se
ajustan solos, nos han impuesto la segunda gran falacia capitalista: “Que el Estado NO DEBE intervenir en los mercados,
porque si lo hace, arruina todo”. Es
decir, nos han vendido el fairy
tale de que nadie, salvo la banca y el comercio, debe procurar su
regulación, lo cual significa que aquellos se convierten en una especie de
“tierra de nadie”, en donde ciertas fuerzas maléficas e incontrolables
determinan los precios y todo lo que atañe a la economía. Que esta es un
Leviatán libertino e intratable que no se puede someter al orden. Y de tanto repetirlo se ha convertido en
artículo de fe y, como es la norma en el mundo capitalista, los frenos políticos
y de la población han quedado nulificados por este dogma de conveniencia
exclusiva de los poderosos. Sin saber
por qué, la gente defiende la tesis de que el Gobierno se debe mantener al
margen de las operaciones del mercado. Y
así, se ha quedado sin la única defensa posible; en las manos de una camarilla
de bandidos de la Bolsa, el Comercio y la Banca.
Son estos desalmados los que,
contrario a lo que se cree, controlan y fijan las reglas del mercado, el cual se encuentra bajo su dominio
total. Ellos lo regulan a su
conveniencia, fijan los intereses bancarios y realizan todo tipo de operaciones
de expoliación en las que siempre salen con la tajada del león. Si no, véanlo con lo de la burbuja
habitacional de los Estados Unidos, y cómo los bancos se embolsaron nada menos
que 750 mil millones de dólares de los contribuyentes. Es por eso que todo lo que suene a regulaciones o límites que los gobiernos quieran ponerles, se considera como una
herejía perjudicial intolerable. Y lo peor es que cuentan con el beneplácito
de las víctimas de esa tiranía monetaria que han impuesto a las naciones. Las personas comunes, de verdad creen que las
autoridades no deben intervenir porque eso es un atentado en contra de la “libre
empresa”. Eso es parte del gran
cuento que han creado para actuar impunemente.
Es una maraña formidable de mentiras que han tejido alrededor de sus
operaciones, y ha sido tan eficiente y creíble, que incluso los “economistas” y
la población, se han tragado ese anzuelo hasta la plomada. “El mercado
se ajusta solo, mediante la oferta y la demanda” y “El estado NO debe intervenir en él”. La aceptación de esta tesis, ha puesto a
todos las sociedades capitalistas en manos de pandillas de codiciosos que, como
vampiros, chupan la sangre de todas las naciones. En todos los países, en proporcional medida.
Todos fuimos testigos del chantaje
que estos raqueteros le hicieron al gobierno de Estados Unidos, y cómo salieron
forrados de cientos de miles de millones de un pueblo que no entiende nada, y
que cree que ese es uno de los riesgos inherentes al capitalismo y las bondades que de este se derivan para
los ciudadanos. Además, multitud de
“economistas” repiten los mismos dogmas de siempre; aunque en este caso, hasta
los más ortodoxos y crédulos del sistema, han empezado a darse cuenta del fraude
y la debilidad de las teorías sobre las cuales se asienta el edificio de la pomposamente
llamada Economía Moderna (Gran Capital).
El Estado está en la OBLIGACIÓN de intervenir y regular todas
las actividades de la banca y el comercio.
Pero estos quieren que la gente crea lo contrario, y lo han logrado. Por
eso es que gastan millones en satanizar cualquier participación del Gobierno en
la reglamentación de los mercados. Sin embargo, no puede ser que una materia
tan delicada quede en manos de grupos (Oligarquías) que no tienen el menor
interés en el bien social, y que lo único que los mueve es la codicia desmedida
por hacer dinero. Es inaceptable que los
bancos apliquen tasas de interés del 24, 28, 30 ó más por ciento, incluso para
viviendas. O que cobren más del 40% en tarjetas de crédito con las que
engañan a la gente. Es DEBER DEL ESTADO frenar ese tipo de ESTAFA.
El título de “empresa privada” y “mercado libre” no les da patente de
corso para robar legalmente mediante una legislación amañada a conveniencia de
los dueños de la banca, la bolsa y el comercio.
La banca privada es un engendro maligno que debe ser eliminado, pues no
tiene ninguna función social. Solo explotadora. Y dada la influencia que llega
a ejercer sobre los gobiernos, representa un peligro permanente para la
democracia. Vean el caso de los Estados
Unidos en donde es esta la que manda. El núcleo del Poder de esa nación NO se
encuentra en Washington sino en Wall Street.
De allí dimanan las órdenes sobre lo que TIENE QUE HACERSE en cualquier campo de las actividades de esa
nación, ya sea bombardear Irak o invadir Libia.
Es por eso que ellos proclaman esas “verdades”
de la Economía moderna: “Libre empresa,
auto regulación de los mercados, cero intervención oficial” (salvo que esta
sea para rescatarlos de cualquier enredo en el que se hayan metido). Y los economistas lo repiten… y hasta se lo
creen. Y la gente también. La panacea del capitalismo. Libertad para hacer desmanes con la riqueza
de los países parasitados por ellos.
Sin
embargo, y contrario a esa perniciosa idea, el Estado tiene la obligación REGULAR los precios del Mercado y las
operaciones de la Banca; sobre todo, de aquellos que se consideran básicos para
la población, tales como alimentos, vivienda, ropa y servicios públicos. Desde luego que tal idea aterroriza a la
Oligarquía, pues eso eliminaría las largas cadenas de parásitos que se forman
en todas las actividades libradas al arbitrio de los intermediarios y
distribuidores. Es por eso que han creado el dogma de que el Estado es un mal
administrador, y que solo debe ocuparse de hacer aquellas obras que la “empresa privada” no quiere hacer. Por eso mataron o están matando al CNP, INVU, banca nacional, CCSS,
ferrocarriles y otras actividades públicas que representan rivales de la Empresa
Privada.
Para fortalecer la idea de la
perfección del “mercado libre”, de vez en cuando incurren en fanfarrias que nos
presentan a ciertos países capitalistas como ideales de ese mundo
ficticio. El último fiasco de estos fue Irlanda. Recuerden que esta gente tiene una fórmula mágica para medir el
“desarrollo” de un país: suman todas las ganancias del año (las que hacen
ellos), y para confundir a los tontos, dividen ese gran total entre el per cápita. Así, por ejemplo, se da la impresión de que
en Costa Rica, CADA CIUDADANO tiene
un ingreso de 6 ó 7 mil dólares por año, lo cual es una farsa. Y así van haciendo alardes que descontrolan a
la gente ordinaria que, llega a suponer que en Suiza todos son dueños de los
bancos; o que en Alemania todos son socios de la Mercedes Benz. O que todos los gringos viven en la quinta
avenida y que son miembros de la Bolsa de New York. Y existe un silencio obligatorio acerca de
cualquier otra idea que no sea la tesis del Gran Capital. Todas las demás economías son malas; ya sean comunistas,
fascistas o nazis (nacionalistas); solo la “libre empresa” del mundo
libre es la única aceptable. Censuran
y atacan en forma virulenta a todos los gobiernos que tratan de implantar algún
control sobre los desmanes del comercio y la banca; y cuando los hacen
naufragar, forman una algarabía infernal para celebrar el fracaso de cualquier
sistema que no sea el de la “libre empresa” del mundo capitalista. Pero nada dicen de la economía controlada al
servicio de una nación y NO de
grupos, como la de la Alemania de la posguerra mundial primera.
Fraternalmente (¿Cómo ven este
asunto en sus países? ¿Con la misma ingenuidad?)
Blogs: La Chispa
http://lachispa2010.blogspot.com/ con link a Librería en Red.
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