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“LA CHISPA” (2/04/09)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se
fundamentan los abusos del Poder”
LA ORGANIZACIÓN DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS
Resumimos: los partidos NO son
populares (de pueblo); son estructuras de dominación al servicio de una sola
clase, y en ellas no tiene cabida ningún individuo que discrepe de los “programas
políticos” del partido. Documentos que
en el fondo nada significan socialmente, pero que sirven para mantener la
docilidad de los militantes dentro de un marco de referencias útiles solo a la clase dirigente. Todos tienen una “clase dirigente” que solo
se nutre de personas pertenecientes a los diversos círculos de la Oligarquía, o
de “trepadores” oportunistas en busca de migajas. Gente abyecta y en disposición de hacer lo
que sea con tal de ingresar a la Argolla del Poder. Y aunque esta es sumamente selectiva con los aspirantes,
de vez en cuando y por estrategia, algún pobretón largamente probado en su
“carrera política” puede llegar a candidato; pero eso solo sucede cuando ya es
bien conocido y se sabe lo que se puede esperar de él; cuando la oligarquía
está segura de su apego y obediencia al “orden constitucional”.
En la actualidad NO EXISTE una sola
pandilla política de origen popular; todas han sido creadas “desde arriba” y
con un solo propósito: engatusar a las masas de electores de manera que estos
crean que tal organización es producto de su escogencia y que está al servicio
del ciudadano en general. Y ese ha sido
el gran éxito de estas empresas comerciales.
Han convencido a la gente de que son auténticos baluartes de los
intereses de la chusma, y que si no
hacen todo lo que se podría, se debe a los obstáculos que les pone la oposición
(cualquiera que sea) liberal, conservadora, comunista, derechista, social-cristiana
o demócrata-cristiana. El caso es que
los temas que importan a las clases humildes NUNCA se mueven. En cambio, todos los que atañen a la
oligarquía, se aprueban de inmediato.
Jamás se da el caso de que un asunto que le conviene al Poder, pase de
una administración a otra. En cambio los
temas hospitalarios, educativos, de pensiones, vivienda, corrupción, abandono y
aumento de la pobreza son eternos, insolubles y constituyen la materia prima
sobre la cual se montan todos los “programas políticos”, que en el fondo NADA
significan.
Los partidos políticos (TODOS)
son la mascarada mediante la cual las Oligarquías “legitiman” el Poder, el que NUNCA
deja de estar en sus manos. Y eso es lo
que el ciudadano debería entender. Pero los
bandos cuentan a su favor con una serie de elementos propios de la personalidad
de los ciudadanos: con nuestra INDOLENCIA, codicia, deseos de figurar,
majadería política, la enfermedad “partidista”, o lo que es peor: el portamí.
Para mis amigos de fuera, portamí significa: ¿Qué me importa a mí?,
dicho muy popular con el cual se quiere decir que tal asunto NO es de mi
incumbencia y que yo me lavo las
manos ante él; que NO ME COMPROMETO. El
Poder siempre ha estado en manos de los mismos mediante este sistema, invento
de la “democracia formal”. Nuestra gente
NUNCA ha determinado su destino ni participa en nada que tenga que ver con sus
intereses. Siempre son los mismos
(oligarquía) los que toman las decisiones que solo van en beneficio de ellos. En nuestros medios, los ciudadanos NO MANDAN,
no influyen, no obligan, no imponen, y solo se limitan a votar, meta final de
la “democracia formal”, adonde son
guiados como borregos por los bandos políticos.
Y una vez realizada esta formalidad, el votante es descartado por los
próximos cuatro, cinco o seis años, según la modalidad democrática de cada país.
Pero a la gente no parece importarle este vital asunto, y con votar,
consideran que han cumplido su deber cívico y que las cosas se arreglarán por
medio de “su” partido en el Poder. Pueblos domeñados, embrutecidos, alienados y
sin ningún porvenir. En naciones que
podrían tener un desarrollo prodigioso, sus ciudadanos se debaten en los
linderos de la eterna miseria, ignorancia y todas las carencias del tercer
mundo. Y siguen siendo “partidarios”,
“votantes”, “seguidores” y gritones de “viva fulano”. PUEBLOS
INÚTILES SIN ESPERANZA ALGUNA. Y por su
propia voluntad.
Millones de miserables sin
futuro, pero que son partidarios dispuestos a matarse con sus vecinos de “ideología” contraria, aunque NO tengan
ni la menor idea de qué diablos significa una ideología. Tontos útiles que no parecen entender, ni
remotamente, cuál es su papel en estas farsas periódicas mediante las cuales
sus amos reafirman su continuidad en el Poder, gracias a los partidos. La domesticación “partidaria” es tal, que el ciudadano ve como una verdad sagrada que
esa es la única forma mediante la cual se pueden organizar las sociedades. Y es
ante esta situación es cuando deberían surgir las grandes preguntas de la
gente: ¿cómo es posible que unos cuantos cabrones se hayan apoderado en forma
permanente del Poder y todas las riquezas que producen nuestros obreros? ¿Cómo es posible que cuatro gatos se arroguen
el derecho de decidir la venta de nuestros países? ¿Por qué enormes masas de ciudadanos
permitimos que eso pase a vista y paciencia de todos? ¿Por qué nos cruzamos de brazos ante
estupideces como “el orden constitucional”, la constitución, la democracia y
otras idioteces mediante las cuales los ciudadanos están dispuestos a dejarse
crucificar en beneficio de los que esgrimen semejantes necedades en defensa de
sus intereses? ¿Qué demonios es el “orden constitucional? Ciudadano: no se crea poca cosa por ser solo
uno, recuerde que la sociedad ES USTED multiplicado a la enésima potencia. Piense, medite, analice. No se deje agarrar de chancho.
Si un pueblo entero se organiza,
se sienta en las aceras y NO HACE NADA, en 24 horas tumba a cualquier gobierno,
o lo obliga a hacer lo correcto. La gente
tiene el arma definitiva, pero no la utiliza porque ha sido embrutecida por los
PARTIDOS POLÍTICOS. Estos se han
encargado de hacernos creer que la única forma de organizarnos como fuerza
política es mediante los partidos “colegiados”. Ese ha sido el gran triunfo de las
Oligarquías: lograr que sean los propios ciudadanos los que, por voluntad
propia, se ciñan los grilletes de la esclavitud económica y moral. No es necesario un fusil para hacerse
sentir.
¿Despertarán algún día nuestras comunidades,
o estamos condenados a nunca disfrutar de la libertad plena de decidir qué es
lo que queremos? Ciudadano: medite y
estudie la estructura de su partido. No
importa cuál sea ni de qué signo diga ser.
Y si usted es listo, pronto encontrará el origen del cual procede, y que
la gente “de arriba” siempre es la misma.
NO SEA TONTO ÚTIL. Pero si lo hace por interés, esa es otra
historia que merece otra “Chispa”. Sin
embargo y mientras tanto, puede meditar sobre las palabras dignidad, honor,
fraternidad, vergüenza, patriotismo, solidaridad y otras de parecido valor.
Fraternalmente.
Ricardo Izaguirre S. Correo: rhizaguirre@gmail.com
Blog “Librería en Red” http://libreriaenred2010.blogspot.com/
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