miércoles, 1 de agosto de 2012

609 La organización de los partidos


609    LA CHISPA               (2/04/09)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
LA ORGANIZACIÓN DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS
                Resumimos: los partidos NO son populares (de pueblo); son estructuras de dominación al servicio de una sola clase, y en ellas no tiene cabida ningún individuo que discrepe de los “programas políticos” del partido.  Documentos que en el fondo nada significan socialmente, pero que sirven para mantener la docilidad de los militantes dentro de un marco de referencias útiles solo a la clase dirigente.  Todos tienen una “clase dirigente” que solo se nutre de personas pertenecientes a los diversos círculos de la Oligarquía, o de “trepadores” oportunistas en busca de migajas.  Gente abyecta y en disposición de hacer lo que sea con tal de ingresar a la Argolla del Poder.  Y aunque esta es sumamente selectiva con los aspirantes, de vez en cuando y por estrategia, algún pobretón largamente probado en su “carrera política” puede llegar a candidato; pero eso solo sucede cuando ya es bien conocido y se sabe lo que se puede esperar de él; cuando la oligarquía está segura de su apego y obediencia al “orden constitucional”.
                En la actualidad NO EXISTE una sola pandilla política de origen popular; todas han sido creadas “desde arriba” y con un solo propósito: engatusar a las masas de electores de manera que estos crean que tal organización es producto de su escogencia y que está al servicio del ciudadano en general.  Y ese ha sido el gran éxito de estas empresas comerciales.  Han convencido a la gente de que son auténticos baluartes de los intereses  de la chusma, y que si no hacen todo lo que se podría, se debe a los obstáculos que les pone la oposición (cualquiera que sea) liberal, conservadora, comunista, derechista, social-cristiana o demócrata-cristiana.  El caso es que los temas que importan a las clases humildes NUNCA se mueven.  En cambio, todos los que atañen a la oligarquía, se aprueban de inmediato.  Jamás se da el caso de que un asunto que le conviene al Poder, pase de una administración a otra.  En cambio los temas hospitalarios, educativos, de pensiones, vivienda, corrupción, abandono y aumento de la pobreza son eternos, insolubles y constituyen la materia prima sobre la cual se montan todos los “programas políticos”, que en el fondo NADA significan.   
                Los partidos políticos (TODOS) son la mascarada mediante la cual las Oligarquías “legitiman” el Poder, el que NUNCA deja de estar en sus manos.  Y eso es lo que el ciudadano debería entender.  Pero los bandos cuentan a su favor con una serie de elementos propios de la personalidad de los ciudadanos: con nuestra INDOLENCIA, codicia, deseos de figurar, majadería política, la enfermedad “partidista”, o lo que es peor: el portamí.  Para mis amigos de fuera, portamí significa: ¿Qué me importa a mí?, dicho muy popular con el cual se quiere decir que tal asunto NO es de mi incumbencia y que yo me lavo las manos ante él; que NO ME COMPROMETO.  El Poder siempre ha estado en manos de los mismos mediante este sistema, invento de la “democracia formal”.  Nuestra gente NUNCA ha determinado su destino ni participa en nada que tenga que ver con sus intereses.  Siempre son los mismos (oligarquía) los que toman las decisiones que solo van en beneficio de ellos.  En nuestros medios, los ciudadanos NO MANDAN, no influyen, no obligan, no imponen, y solo se limitan a votar, meta final de la “democracia formal”, adonde son guiados como borregos por los bandos políticos.  Y una vez realizada esta formalidad, el votante es descartado por los próximos cuatro, cinco o seis años, según la modalidad democrática de cada país.  Pero a la gente no parece importarle este vital asunto, y con votar, consideran que han cumplido su deber cívico y que las cosas se arreglarán por medio de “su” partido en el Poder.   Pueblos domeñados, embrutecidos, alienados y sin ningún porvenir.  En naciones que podrían tener un desarrollo prodigioso, sus ciudadanos se debaten en los linderos de la eterna miseria, ignorancia y todas las carencias del tercer mundo.   Y siguen siendo “partidarios”, “votantes”, “seguidores” y gritones de “viva fulano”.   PUEBLOS INÚTILES SIN ESPERANZA ALGUNA.  Y por su propia voluntad.
                Millones de miserables sin futuro, pero que son partidarios dispuestos a matarse con sus vecinos de “ideología” contraria, aunque NO tengan ni la menor idea de qué diablos significa una ideología.  Tontos útiles que no parecen entender, ni remotamente, cuál es su papel en estas farsas periódicas mediante las cuales sus amos reafirman su continuidad en el Poder, gracias a los partidos.  La domesticación “partidaria” es tal, que el ciudadano ve como una verdad sagrada que esa es la única forma mediante la cual se pueden organizar las sociedades.   Y es ante esta situación es cuando deberían surgir las grandes preguntas de la gente: ¿cómo es posible que unos cuantos cabrones se hayan apoderado en forma permanente del Poder y todas las riquezas que producen nuestros obreros?  ¿Cómo es posible que cuatro gatos se arroguen el derecho de decidir la venta de nuestros países?  ¿Por qué enormes masas de ciudadanos permitimos que eso pase a vista y paciencia de todos?  ¿Por qué nos cruzamos de brazos ante estupideces como “el orden constitucional”, la constitución, la democracia y otras idioteces mediante las cuales los ciudadanos están dispuestos a dejarse crucificar en beneficio de los que esgrimen semejantes necedades en defensa de sus intereses?    ¿Qué demonios es el “orden constitucional?  Ciudadano: no se crea poca cosa por ser solo uno, recuerde que la sociedad ES USTED multiplicado a la enésima potencia.  Piense, medite, analice.  No se deje agarrar de chancho.
                Si un pueblo entero se organiza, se sienta en las aceras y NO HACE NADA, en 24 horas tumba a cualquier gobierno, o lo obliga a hacer lo correcto.  La gente tiene el arma definitiva, pero no la utiliza porque ha sido embrutecida por los PARTIDOS POLÍTICOS.  Estos se han encargado de hacernos creer que la única forma de organizarnos como fuerza política es mediante los partidos “colegiados”.   Ese ha sido el gran triunfo de las Oligarquías: lograr que sean los propios ciudadanos los que, por voluntad propia, se ciñan los grilletes de la esclavitud económica y moral.    No es necesario un fusil para hacerse sentir.
                ¿Despertarán algún día nuestras comunidades, o estamos condenados a nunca disfrutar de la libertad plena de decidir qué es lo que queremos?   Ciudadano: medite y estudie la estructura de su partido.  No importa cuál sea ni de qué signo diga ser.   Y si usted es listo, pronto encontrará el origen del cual procede, y que la gente “de arriba” siempre es la misma.   NO SEA TONTO ÚTIL.   Pero si lo hace por interés, esa es otra historia que merece otra “Chispa”.  Sin embargo y mientras tanto, puede meditar sobre las palabras dignidad, honor, fraternidad, vergüenza, patriotismo, solidaridad y otras de parecido valor.  
                Fraternalmente.           
                                      Ricardo Izaguirre S.                 Correo:  rhizaguirre@gmail.com

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