lunes, 6 de agosto de 2012

67 Los partidos políticos


67     LA CHISPA"

LEMA: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

LOS PARTIDOS POLÍTICOS

                Un viajero europeo que llegó a Costa Rica hace muchos años dijo de don Juanito Mora: “Un cacique pálido vestido de frac”.   ¿Qué nos enseña eso?  Pues simplemente, que el valor de la respetabilidad no está solo en usar vestido entero o cualquier otro artificio.  Y en política no basta con ser investido para un puesto de los de “elección popular” para ser digno y respetable.  Y nadie que ostente un cargo de esos, debería creerse mejor o superior a sus conciudadanos, porque el poder temporal que posee NO ES SUYO sino que es un préstamo que el pueblo le ha hecho.  Desgraciadamente en nuestro sistema político, los individuos que ejercen ese poder suelen confundirse con mucha frecuencia, y llegan a creer que “el Estado son ellos”, y que los demás debemos ser silenciosos observadores de los desmanes que cometen en el ejercicio de sus funciones públicas.  Además, que debemos agradecerles por la realización de un trabajo al que se comprometieron por un generosísimo salario.  Un puesto de “elección” es un compromiso directo con el pueblo, y no con partidos políticos argolleros propiedad de la Oligarquía nacional.  Pero eso lo olvidan de inmediato los políticos, pues ellos en realidad NO han sido elegidos por el pueblo, sino por los poderosos dueños de los partidos.  Allí donde impera el nombramiento por poder económico o pertenencia a la Argolla.
                Por desdicha con nuestro sistema, el “elector” ha perdido su soberanía desde el momento de la instauración de los partidos políticos como fórmula democrática.  Muerto el Cabildo, muerta la democracia, pues los partidos no son más que los instrumentos mediante los cuales la Oligarquía controla el Poder.  A los cabildos no era posible dominarlos, y por eso fue que nacieron los partidos para que, mediante estos, las clases poderosas pudieran dominar a las masas bajo la mascarada de la democracia formal.  Y esos individuos que surgen de esos aquelarres de la clase dominante (los políticos), dóciles instrumentos de los poderosos, de repente resulta que son “REPRESENTANTES DEL PUEBLO”.  Gente que pertenece a una clase social por completo desvinculada del trabajador, sorpresivamente resultan “representantes del pueblo”.  Personas que solamente por la lectura del diccionario saben el significado de las palabras hambre y pobreza, súbitamente, y como resultado de sus convenios con el partido, resultan “representantes del pueblo”.  De un pueblo que no los conoce ni sabe de dónde salieron.  Pero como esa masa ha sido alienada mediante las campañas partidistas, supone de buena fe que esos individuos adquieren algún compromiso con el pueblo que les da su voto.  Individuos que viven en mansiones aisladas como castillos medievales resultan, repentinamente y por acuerdos de partido, “representantes del pueblo”.  De un pueblo sin techo y sin la menor esperanza de conseguir una vivienda decente, pues los que financian los partidos son los mismos que se han apropiado de toda la tierra, y han encarecido sus precios a tal límite que NINGÚN OBRERO puede aspirar a tener casa propia; ni siquiera muchos profesionales.  Solo los políticos.  Personas que se pasean en Mercedes y Audis con choferes pagados por el ciudadano común (no los autos de ir a la Asamblea), resultan “representantes del pueblo”.  De esa enorme masa de trabajadores que se hacinan todos los días en esos armatostes humeantes llamados autobuses, para poder llegar a sus trabajos.  Personas dueñas de empresas archimillonarias que reciben CAT y todo tipo de exoneraciones del Estado, resultan “representantes populares” de un pueblo que se debate en los linderos de la pobreza y zozobra a que los lleva la DEVALUACIÓN de la moneda y las incontrolables alzas.
                Se llaman representantes populares unos individuos que no hacen filas en el Seguro Social para ser atendidos, mientras que cientos de miles de sus representados pasan por la angustia de esperar una cita que a veces dura meses, e incluso años, para ser tratados o sometidos a una operación.
                La repartija de diputaciones es una especie de botín de guerra; una subasta de puestos que se realiza en los altos círculos del Poder, entre aquellos que están dispuestos a comprometerse con este de la manera más perruna.  Y todo eso se realiza a espaldas del pueblo, ese del cual resultan “representantes”.  Negocio de potentados con el aval de los ingenuos.  Trinquete de los listos que suelen medrar de estas actividades en las que el Estado (Pueblo) gasta miles de millones cada cuatro años.  Y mientras el ciudadano no entienda claramente el papel nocivo de los partidos políticos, seguiremos siendo estafados por los traficantes de la política.  Mientras el pueblo siga creyendo el cuento de que la organización en partidos es la mejor y más democrática solución política, seguiremos siendo víctimas de ese fraude.  Mientras el hombre de la calle no entienda que la única y verdadera dueña de los partidos es la Oligarquía, seguiremos siendo manipulados al servicio de esa clase que detenta el Poder de manera exclusiva. 
                Ciudadano: una vez pasadas las elecciones, ¿lo vuelven a tomar en cuenta para algo?  ¿Le consultan (como representado y dueño verdadero de la soberanía) alguna de las medidas que toman los políticos al servicio de la clase poderosa?  ¿Le consultaron lo de la DEVALUACIÓN, medida criminal que solo va en beneficio de los ricos?  ¿Le han consultado el asunto de los CAT, gigantesco fraude mediante el cual muchos empresarios se reparten CIENTOS DE MILES DE MILLONES DE COLONES del Tesoro Nacional?  ¿Lo toman en cuenta para eso?  ¿Lo toman en cuenta cuando se hacen concesiones madereras para que unos cuantos individuos se enriquezcan  con el patrimonio nacional?  ¿Lo consultan cuando se trata de aprobar impuestos y alzas que solo recaerán sobre la clase trabajadora?  ¿Le preguntan algo cuando deciden subir la luz, teléfono, agua o gasolina? ¿Le pidieron su opinión cuando aprobaron la infame Ley de Inquilinato con la que los arrendatarios escurren los escuálidos bolsillos de los trabajadores QUE NO TIENEN, NI NUNCA PODRÁN TENER UNA CASITA PROPIA?  Y esa Ley fue hecha por un diputado representante (aunque propuesta por otro) de una clase económica que en el presente, es dueña de infinidad de inmobiliarias que se dedican a comprar, encarecer y distorsionar el mercado de bienes raíces, para que muy pocos puedan tener ingreso a él.
                Mediante los cabildos el pueblo hacía sentir su voluntad, y esta tenía que ser escuchada por los gobernantes.  Es por eso que esa institución verdaderamente popular, era UN ESTORBO.  Por eso se crearon los partidos políticos, como un instrumento de control de masas que, a su vez, podía ser controlado por la Oligarquía.  La llamada “dirigencia” controla a los comités de lo que sea, y estos a las masas; y esta “dirigencia” (políticos profesionales) está constituida por unos pocos individuos que son fácilmente controlables mediante los aportes y contribuciones políticas, las cuales crean los vínculos de dependencia y sumisión de los candidatos a aquellos que han financiado sus campañas.  El mecanismo es muy sencillo; pero su eficacia, aterradora y compleja.  Los partidos dan la impresión de que el pueblo se ha organizado dentro de estos, y que tales agrupaciones son el resultado de la voluntad popular; pero la cuestión es al revés: son los partidos los que organizan a las masas y las ponen al servicio de la Oligarquía, haciendo que mediante el mecanismo electoral, aquellas ratifiquen y legalicen el Poder en manos de la clase poderosa.  Poder que jamás han abandonado ni compartido con el pueblo.  Ciudadano, medite cuidadosamente sobre este asunto, porque la verdad, usted NO ES TOMADO EN CUENTA MÁS QUE PARA EMITIR EL VOTO y legitimar el Poder en manos de quienes no tiene el menor interés en su bienestar.  No crea que tal o cual partido siente más o menos afecto por el pueblo, o que le preocupan los problemas básicos de este.  No crea el cuento de que tal o cual partido es mejor y va a traer mayores beneficios a la clase trabajadora.  Eso es un sueño del cual debe despertarse.   Los partidos solo son los instrumentos de domesticación de la masa; el vehículo mediante el cual se canalizan y mantienen a raya las emociones, angustias, ilusiones y sueños de las clases desposeídas.  No deje que lo sigan utilizando al servicio de los privilegiados.
               
                Fraternalmente                                                                               
                                                     Ricardo Izaguirre S.    Correo:  rhizaguirre@gmail.com

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