martes, 18 de agosto de 2015

465 Unidad racial: el ejemplo judío



465   LA CHISPA   

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

UNIDAD RACIAL: EL EJEMPLO JUDÍO

            Mientras los latinos vivimos enseñándonos los colmillos por cualquier idiotez, y abriendo las puertas de nuestros países para los “árbitros e interventores”, otras sociedades de verdad listas y conscientes de lo que eso significa, cierran filas ante cualquier intromisión extranjera en sus asuntos internos.  Los latinos, como los negros, todavía tenemos el sello de esclavos en el alma, y basta cualquier enredo que tengamos con los vecinos, para que de inmediato pidamos la intervención de Estados Unidos o Europa.  Antes preferíamos a Europa y los famosos laudos, pero con la aprobación de la Doctrina Monroe, los gringos se “reservaron” el derecho de meterse, por bien o por mal, en todos los problemas de la América Latina.  Basta con que declaren que cualquier bochinche entre vecinos representa “un peligro para la seguridad de USA”, para que envíen sus marinos a pacificarnos e imponernos la “democracia”.  Y ahora con el novedosísimo concepto de “la guerra preventiva”, estamos fritos.  Es suficiente decir (unilateralmente) que Venezuela SERÁ un peligro para ellos dentro de cincuenta años, para que la declaración Bush permita a los gringos invadir AHORA a ese país para prevenir el peligro futuro.  ¡La panacea político-militar!  Y seguimos sin aprender nada, portándonos como pueblos estúpidos y salvajes.  A nosotros tienen que “organizarnos” desde el exterior (USA).  ¿No es cierto?
            En cambio las naciones listas jamás se ponen en manos de otras ni confían su destino y supervivencia a quienes NO pueden tener interés alguno en su bienestar.  Es el caso de los judíos.  Se apuntaron bien del lado de ingleses y gringos, los han dominado desde dentro con el asunto de la religión y el cuento del “pueblo elegido”; les han pasado la brocha de lo lindo, pero nunca han permitido que estos ni nadie determine el destino de Israel.  Tres mil años de historia accidentada les ha enseñado que la supervivencia de un pueblo no es cuestión de caridad o tolerancia de los otros sino de temple, valor y audacia; pero sobre todo, de determinación para ejercer la SOBERANÍA, concepto desconocido para los latinos.  Para nosotros esta materia solo es cuestión de chovinismo, de vociferar, cantar himnos y gritar consignas patrioteras el “día de la Independencia” o de alguna otra fiesta patria.  O cuando en nuestro salvajismo, somos capaces de ir a la guerra con los vecinos solo por el resultado de un juego de fútbol o cualquier otra idiotez que consideremos como “ofensiva a la soberanía nacional”.  ¿Le puede interesar algo el destino de Haití a los Estados Unidos?  Miles de personas mueren de hambre allí todos los días y a nadie le importa un tacaco.  ¿Y por qué?  Porque en Haití NO hay petróleo ni nada que codicie USA.   Y seguimos como los asnos, sin aprender nada.
            Hace muchos años, no recuerdo cuántos, una organización gubernamental de Estados Unidos le estaba suministrando determinados bienes a Israel, y como los gringos querían repartirlos personalmente, el gobierno de ese país les dijo: “Nosotros NO NECESITAMOS NI QUEREMOS que los gringos repartan esa cosa; nosotros podemos hacerlo, y si no les parece, pueden irse con todo.  Nosotros NO SOMOS UNA BANANA REPUBLIC a la que le pueden decir qué hacer o no”.  Algo así.   Yo me quedé pasmado, pues tamaña osadía de un país que depende militarmente de Estados Unidos no debería manifestar tal altanería; pero ellos lo hicieron, y tal conducta me fascinó.  Me dejaron admirado y me pareció una actitud ejemplar de una nación QUE SABE muy bien que su soberanía NO ES NEGOCIABLE.  Que hay ciertos valores que no se deben hipotecar por nada ni por nadie.  Ni mediante TLC’s ni convenios de sumisión determinados por “ayudas” interesadas.  La antítesis exacta de lo que ha hecho la mayoría de los gobiernos árabes que, con tal de mantenerse en el poder como lapas, como el servil Mubarak y la interminable lista de reyezuelos, jeques y dictadores, han mediatizado a favor de los Estados Unidos, la soberanía de sus países.  Lo mismo que CASI todos los gobiernos nuestros están dispuestos a hacer.  Las oligarquías y Presidentes de muchos países latinos, darían un ojo de la cara por que cayéramos bajo el tutelaje de los Estados Unidos y nos convirtieran en algo así como Puerto Rico o Hawai.  Y los pueblos los seguimos como los burros, sin aprender nada. 
            “Nosotros no somos una Banana Republic”.  Primero me dio cólera por el símil, y después, risa.  Posteriormente, estupor y admiración.  Decirles a los yanquis, la potencia que hace posible la existencia de Israel dentro de un mar de enemigos, que se podían ir a la mierda con su ayuda, es algo que me paró los pelos de punta.  ¡Qué bueno! --me dije-- ahora se van y se llevan sus carajadas.  Pero lejos de eso, el gobierno gringo les entregó el material para que los judíos lo repartieran como les diera la gana.  ¿Podríamos aprender algo de dignidad de esa lección?  ¡Claro que sí!  Podríamos, pero los latinos somos como esos insectos que no asimilan nada y que, durante millones de años hacen lo mismo y son refractarios al cambio.  Somos incapaces ni siquiera de entender qué es una conducta digna y elegante.  La dignidad en nosotros es una materia ajena a nuestra naturaleza.  Nuestras Oligarquías y gobernantes se arrastran como babosas ante los centros de poder mundial.  Reptan como viles insectos ante el brillo del oro o la promesa de “buenos negocios” al amparo de algún tratado comercial como el TLC.  Parece que se bañaran con algún repelente que los hace invulnerables a ciertos valores como la vergüenza, sonrojo, patriotismo o el sentimiento de ser vendepatrias.  La desvergüenza y el cinismo son los trajes de etiqueta de CASI todos nuestros gobernantes.
            Nosotros confundimos el patriotismo con el “patrioterismo” y creemos que el que más grita y ofende a los extranjeros pobres o débiles es el más patriota.  Y por tener la mente tan estrecha y fija en cuestiones insignificantes, hemos perdido de vista el panorama general de lo que somos como raza (con toda nuestra diversidad) y la importancia que deberíamos tener, dada la enorme riqueza que hay en nuestra geografía.  Aprendamos las cosas buenas: como este ejemplo de los judíos.
            Racialescamente
                                   Ricardo Izaguirre S.         E-mail:    rhizaguirre@gmail.com

Entrada al blog “LA CHISPA”:     http://lachispa2010.blogspot.com/


  

domingo, 16 de agosto de 2015

476 Su majestad el fútbol



476   LA CHISPA  

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

SU MAJESTAD EL FÚTBOL

            Como reza el lugar común: cayó el telón.  Hay un nuevo rey en Europa: España.  Felicitaciones a los que nos brindaron el más regular, viril y eficiente fútbol.  Discretos, simpáticos, optimistas y letales, los españoles fueron escalando peldaño tras peldaño hasta que la crítica empezó a pensar en ellos en serio.  Sin los laureles ni pergaminos de Italia o Francia; sin la arrogancia de los insolentes alemanes, carentes del brillo superlativo individual y colectivo de los holandeses; sin el embrujo sorprendente de los croatas, y sin el espíritu kamikaze y tozudo de los turcos, la modesta España empezó a ubicarse entre los serios candidatos después de la apaleada inicial que le dieran a Rusia.  Y cuando los volvieron a machacar en la segunda ronda, cuando ya los rusos tenían “nombre”, España afloró en el panorama europeo, en donde siempre ha sido la Cenicienta, como un grande y serio aspirante  a la corona del deporte más popular y bello del mundo.  Sin embargo, el peso de la historia y los títulos acumulados a lo largo de esta, parecían inclinar la balanza de la opinión a favor de Alemania, “los jornaleros del fútbol”.  En el papel, estos aparecían como Goliat ante el David hispano.  Y así se confirmó en el duelo final.  Los gigantescos germanos cayeron demolidos ante la habilidad y técnica de “los chiquitines” de la Península, y la victoria se decantó por los que hicieron el “fútbol bonito y alegre”. 
            Ante aquellos animalotes de esa defensa, los españoles parecían liliputienses desvalidos, pero cuando se dio el gol de oro que habría de certificar la nueva monarquía latina en Europa, el sueño teutón se desplomó, se pusieron rabiosos y comenzaron a repartir “bizcocho”.  A abusar de su físico, a gritar desesperados y a recurrir a todas las expresiones que hacen que cualquier deporte sea deslucido.  Por dicha la calidad ibérica bastó para llenar los vacíos de clase que dejaron sus rivales.  Daba pena ver a Ballack convertido en un energúmeno furioso e impotente ante la picardía latina.  Lo mismo a los “polacos” y al resto de los “impronunciables” que constituyen la tropa futbolera de la Germania.  Los grandotes Mertesacker, Metzelder, Lahm, Schweinteiger, Podolsky y Close, fueron totalmente incapaces ante los diminutos peninsulares que, poco a poco, los fueron exasperando hasta el punto en que perdieron la compostura y la supuesta frialdad de esa raza.  La clásica y proverbial tenacidad de esa gente de nada les valió ante la maestría y perseverancia del equipo rojo.   Los chicos de Aragonés, rompieron con la tradición y marcaron un “hasta aquí” en la historia futbolera de su país.  Una fecha que habrá de marcar “un antes y un después” en la irrupción de España en la vitrina de los grandes de ese deporte.  Al ritmo de pasodoble y con sabor a tarde taurina, los españoles les hicieron una faena inolvidable a las huestes de Joaquín Loew.  Les dieron baile y capoteada con rabo y orejas.  Y cuando el “Niño” le enterró el sable al poderoso toro nórdico, lo hizo hasta la empuñadura para que se desangrara internamente, al compás de la lenta agonía de ochenta millones de sus paisanos.
            ¡Valió la pena la espera, la inversión y toda la infraestructura que se ha venido planificando por años!  Cuando las cosas se hacen bien, el éxito no es una sorpresa sino una rutina.  Valió la pena haber creado una de las mejores ligas del mundo con la “crême de la crême” de los futbolistas de Suramérica sobre una base española.  El caudal de sabiduría, ingenio, picardía, habilidad y belleza que los “sudacas” han inyectado en el fútbol de España, ha dado sus resultados positivos.  En el Niño Torres vimos destellos de los demoledores y mortíferos ataques de Ronaldo o de un Hernán Crespo; en Andrés Iniesta y Xavi Hernández, la magia de un Ronaldiho o el Cucho Cabiasso.  En Senna, a un auténtico crack brasileño; y en la defensa de fondo presenciamos en Sergio Ramos la osadía casi temeraria de un Roberto Carlos. En Carles Puyol, la hombría, fortaleza y determinación del azteca Rafa Márquez.  Carlos Marchena nos pareció un Milito, Samuel o Mauro Silva.  En Cesc Fábregas y David Silva vimos la soltura y habilidad de consagrados como Messi, Agüero o Solari y tantas otras estrellas del fútbol del Nuevo Mundo.  En fin, se percibe, se siente, se ve la influencia americana en esta corona que ahora lucen orgullosamente los españoles.  Parte de ella corresponde a esa legión de astros latinos que han llevado y “enseñado” su arte a las canchas españolas, y es por eso que los americanos nos sentimos orgullosos de la hazaña de los ibéricos, pues en ella está la contribución de América.
            Y ¿cuál es la lección final que podemos sacar nosotros de este triunfo?  Además de la alegría solidaria que nos produce que un país latino gane algo, está la cuestión del aprovechamiento didáctico que pueda sacarse de la metodología que ha seguido España en la consecución de ese título.  Inversión, organización correcta, infraestructura y contratación de los mejores jugadores del mundo para que llegaran a “enseñar”.  Pero valió la pena.  Los años de sequía quedaron atrás, y si España sigue por ese buen camino, es probable, más que probable, que en el año 2010 se pongan sobre la testa la corona mundial.  ¡Gloria a los monarcas del continente viejo!  Se abrieron las puertas y ventanas del viejo claustro español, y entró la luz espantando para siempre a los fantasmas.  Ya no hay “cocos” a quien temer: ni los pergaminos de los tútiles, ni el poderío económico de los arrogantes germanos; tampoco el escándalo de los fanfarrones holandeses o de los engreídos suecos.  Ya no asusta a España ni la descomunal Rusia ni la terca y obstinada Turquía; tampoco la bella Francia o la antipática Inglaterra.  Ahora España reina solitaria, y desde lo más alto del Mulhacén, en la Sierra Nevada, levanta (para que la veamos desde América) la copa que la acredita como la monarca futbolera de Europa.   Y todo eso, gracias a la planificación y el trabajo concienzudo, pero sobre todo, al material humano que han logrado amasar con la contribución individual y colectiva de legiones de latinos que han insuflado maestría, coraje, optimismo y calidad en lo que era una monótona y mediocre liga.  ¡España, goza tu momento!
            Futboleramente
                                   RIS     
E-mail:    rhizaguirre@gmail.com
PUBLICIDAD: Les recomiendo la lectura de mi libro “La Biblia sin Antifaz”, a la venta en AMAZON KINDLE, versión digital.

427 Los problemas de la educación



427   LA CHISPA  

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

LOS PROBLEMAS DE LA EDUCACIÓN

            La larga y venenosa campaña de “La Nación” en contra del Magisterio data de muchos años; y eso es fácil de explicar, pues resulta que el gremio de educadores ha constituido la basura del ojo de la Oligarquía; un grupo de heroicos profesionales que, a mano limpia y con infinidad de limitaciones, ha incluido a Costa Rica dentro de la bitácora de las naciones del mundo con uno de los más altos índices de alfabetización.  Es gracias a ese colectivo de hombres y mujeres sacrificados, que este país goza de las cosas buenas que tiene: gente culta y buenos profesionales que pasaron por las “manos” de esas exquisitas “Niñas” que los introdujeron en el campo bendito y privilegiado de los hombres alfabetizados.  ¿Ya lo olvidaron los del G. P. de La Nación?  ¿Que hay malos maestros?  ¡Claro que sí!, pero por Dios, incluso entre los apóstoles hubo uno güero.  Pero las reglas no se establecen a partir de las excepciones.  Y una cosa es cierta: el magisterio no merece el trato despectivo, irónico y vitriólico que el Grupo Pedagógico de La Nación chorrea en contra de ellos cada vez que hay la menor oportunidad.  Como si fueran doctos en materia educativa, cualquier gacetillero se atreve a juzgar y emitir fallos acerca de la labor profesional de los maestros y profesores.  ¿Qué es lo que certifica la aptitud que tiene un periodista para opinar sobre la educación?  ¿Por qué esos mismos periodistas que vierten criterios sobre la pedagogía no se atreven a decirles a los médicos cómo practicar la medicina?  ¿O a los ingenieros cómo hacer edificios y carreteras?  ¿O a los abogados cómo aplicar e interpretar la ley? ¿Qué es lo que le da derecho a cualquier filisteo a emitir conceptos técnicos acerca de la educación? 
            A pesar de todo lo malo y deficiente que pueda tener el magisterio, este constituye la principal riqueza con la que cuenta el país.  Ante un mundo globalizado en donde cada individuo habrá de convertirse en partículas de una gran maquinaria, la escuela es la última esperanza humanística con la que contamos.  Pero una escuela formada por hombres libres, que piensen con independencia y con criterio patriótico, aunque este se aleje de los parámetros establecidos por el sistema y el Grupo Pedagógico de La Nación.
            Bien sabemos que el sueño de las Oligarquías de la América Latina es la abundancia de gente analfabeta, incapaz de entender ni lo más elemental de sus derechos laborales.  Masas de obreros ignorantes de todo, y dispuestos a trabajar como bestias de carga por un salario de hambre.  Legiones de miserables donde escoger al que se ofrezca por menos.  Eso es el sueño del G. P., pues cuando hay una población que piensa, que sabe cuáles son sus derechos a participar en la riqueza que produce el obrero, se les para el pelo.  Al grupo de La Nación (la oligarquía nacional) le importa un tacaco la calidad de la educación nacional; lo que les infunde pánico es que de ese grupo de la población, alumnos y maestros, salga gente que cuestione el sistema de privilegios que establece todas las ventajas para una minoría, y miseria para las grandes capas del proletario.  Devaluación, alzas, aumentos sin medida, recortes en el presupuesto de educación y medicina social, es algo que nada les importa, pues eso significa más dinero del cual pueden disponer en los bancos.  Así que no nos venga el G. P. de la Nación que lo que le preocupa en la conducta de los estudiantes o los días que trabajen o no los maestros; lo que en realidad los asusta es el nacimiento de una generación contestataria que no esté dispuesta a permitir que las cosas sigan por el mismo camino: gobiernos títeres en manos de la clase pudiente, injusticia social; abusos de toda clase en contra del trabajador, ya sea este un obrero o maestro.  Eso es lo que realmente les aterra: que esta juventud se dé cuenta del poder que tiene, y empiece a ejercitarlo y pedir cuentas a sus mayores.
            El gobierno que se presentó como salvador del país después del desastre de Pacheco, resulta que ahora nos cambia la versión y nos dice que se nos vienen encima las vacas flacas y que nada se puede hacer.  El chantaje oficial para convencernos de la necesidad de aprobar todas las leyes que el gobierno proponga para beneficio exclusivo de los ricos.  Se nos dice que ni el gobierno ni el pueblo pueden hacer nada ante los vaivenes de la economía mundial, y que la única salida es “socarnos la faja”, como en los memorables tiempos de José Figueres.  Sóquense la faja los pobres, para que los ricos puedan hacer más dinero.  Y el pueblo se lo cree, el pueblo domesticado, como dijo don Pepe.  Pero es en medio de estos planes idílicos del grupo de La Nación y el  G.P., en donde se ha dado la nota discordante de maestros y estudiantes.   Y eso sí los preocupa, porque aunque puedan debilitar y asustar a los maestros, ¿qué pueden hacer en contra de los estudiantes?  Estos son autónomos, libres, valientes y saben que cuando llegue el momento tendrán que actuar de conformidad con sus ideales.  Los estudiantes siempre han sido un “peligro” para todas las oligarquías del mundo.  Por eso incluso en los Estados Unidos los han masacrado. Cuando los estudiantes adquieren consciencia de la realidad, se movilizan, protestan y se tiran a las calles, los gobiernos caen y las Argollas entran en pánico.  ¿Y por qué?  Porque los estudiantes no son comprables, talón de Aquiles de todos aquellos que ya se han “engranado” en el sistema y dependen de un salario y la buena voluntad de sus patronos.  Como infinidad de “periodistas” que tienen que escribir mentiras complacientes y adecuadas para sus amos.  Pobre gente en realidad, pues ganarse la comida gracias a la capacidad de reptar, debe ser muy triste.  Esto es “algo que explica todo”. 
            Claro que hay cosas malas en la Educación Nacional, pero de ellas no es responsable el Magisterio, sino la política de abandono e indolencia que el Gobierno ha seguido en esta fundamental actividad.  Y la principal de ellas es la privatización feroz que se ha venido aplicando en claro perjuicio de la educación pública.  El sueño de la Oligarquía es que el gobierno se desentienda por completo de esta actividad que ahora es un gran “negociazo” en todos sus niveles.  ¡Viva la privatización!, como sueña el G. P. de La Nación.
            Fraternalmente             RIS    E-mail:   rhizaguirre@gmail.com    

433 El país donde nada se puede



433   LA CHISPA   

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

EL PAÍS DONDE NADA SE PUEDE

            Este es cualquiera de la América Latina.  El esquema es el mismo en casi todos: una Oligarquía que detenta el Poder de forma invariable; con “gobiernos” que ella selecciona entre sus propios miembros, lo cual le garantiza una sola conducta y dirección de los gobernantes de turno.  Y si estos no pertenecen a ella, se aseguran de que sean falderillos bien pagados para que no obstaculicen nada de sus intereses.  Además, estas oligarquías están bien entroncadas con los grandes mercados de USA, Europa, China o Japón.   Y en el otro bando del esquema, está la enorme masa de asalariados muertos de hambre y sin ninguna esperanza. NINGUNA, ni ahora ni en el FUTURO.  No existe salida alguna para el obrero de la América Latina; su vida es de miedo, angustia e ignorancia, pero con la CERTIDUMBRE de que él y su familia estarán peor cada día que pasa.  Estos últimos son los que forman “El país donde nada se puede”.  Porque los otros, los de la Oligarquía, son TODOPODEROSOS.  
            En ese país latino no se puede hacer hospitales ni clínicas públicas; solo privadas.  Inaccesibles a los miembros de ese grupo.  No se pueden construir buenos servicios de agua potable pues nunca alcanza el presupuesto para tales minucias.  Solo para llevar el agua a las ricas urbanizaciones de los que sí pueden pagar, si es que pagan.  O a las instalaciones de las grandes industrias extranjeras.  El erario no da para hacer caminos vecinales para el desarrollo de los pequeños agricultores; solo autopistas pavimentadas a las grandes plantaciones propiedad de las oligarquías y sus socios extranjeros.  No se puede pavimentar ni electrificar los barrios pobres, no se ponen teléfonos ni se envían patrullas policiales, pues todas están concentradas en los barrios de “la gente importante”.  A la que vale la pena cuidar.
            En el país donde nada se puede, todos sabían y saben que la era del petróleo barato o accesible se acabó.  El que trabaja o se moviliza en carro propio tendrá que dejarlo en casa y caminar o viajar en bus.  Solo dos o tres países de estos, podrán alargar ese beneficio a sus ciudadanos.  Y eso únicamente mientras sus reservas de petróleo no sean adquiridas por las transnacionales mediante los TLC’s que han firmado los Grandes Poderes con las Oligarquías criollas que no han vacilado en “vender” sus propios países.  Hombrecillos insignificantes que apenas ayer decían que con un TLC todo sería una pura felicidad para los pueblos, hoy nos dicen que el panorama es incierto, oscuro, trágico y que lo peor está por venir.   Pero ellos tienen grandes fortunas en los bancos de USA y Europa; así que cuando esto se hunda, simplemente se irán. 
            A pesar de que todos sabían lo del petróleo, en el país donde nada se puede, no se tomaron las previsiones necesarias para paliar su impacto.  ¿Y por qué no?  Porque a las Oligarquías NADA LES IMPORTA el destino de los pueblos.  Ellos solo se irán cuando lo consideren necesario.  Cuando hayan vendido todo lo que hemos creado con el esfuerzo de todos, se irán.  Cuando no tengamos nada con qué negociar o desarrollarnos, ellos se irán.  En el país donde nada se puede, era necesaria la búsqueda de formas de energía que no dependan de algo tan volátil e inseguro como es el mercado del petróleo, controlado por gigantes capitalistas que NO TIENEN el menor interés en el beneficio de los pueblos.  En el país donde nada se puede, se debieron construir REDES FERROVIARIAS ELECTRIFICADAS desde hace tiempo.  Nacionales y urbanas (Metros).   Pero para las oligarquías “del país en donde nada se puede” eso era irrelevante.  Solo había que preservar los intereses de los Grandes Transportistas y de las Transnacionales proveedoras del petróleo y sus derivados.  Además, de los que importan y venden carros, camiones y todo lo que “camina” con petróleo.              En el país donde nada se puede, el pueblo solo tiene un sueño: huir hacia los Estados Unidos.  A convertirse en sirvientes de otro nivel, de otra gente que no habla su idioma. 
            En el país donde nada se puede NUNCA HAY DINERO PARA LA EDUCACIÓN.  ¿Y por qué?  Porque no conviene que la masa trabajadora esclava, ignorante y falta de ilusiones y conocimientos, se convierta en Hombres con derechos y la capacidad de EXIGIR (por los medios que sea) su participación en la riqueza que ese país ha producido con el esfuerzo de TODOS.  En ese país, la Oligarquía solo tienen un objetivo: recortar todos los presupuestos de bienestar social para que los bancos tengan enormes sumas de las cuales puedan disponer a discreción los miembros de esa clase.  En el país donde nada se puede, los viejos son irrelevantes y descartables; los niños abandonados son vistos como basura molesta.  Los enfermos se consideran como parásitos a los que se debe dejar morir sin atención alguna.  En ese país usted solo cuenta como bestia de carga mientras pueda con la carga; de lo contrario, solo es un estorbo.  Para la Oligarquía de ese país, el sueño es contar solo con ciudadanos estúpidos pero capaces de tirar de la carreta.  Entre quince y cuarenta años, sanos, sin aspiraciones y convencidos de que sus “amitos” les hacen un gran favor al proporcionales esos miserables trabajos en los que mueren día a día. 
            En el país donde nada se puede son bienvenidos los plumarios, testaferros y toda esa caterva de individuos que, bajo cualquier título profesional, sirven para hacer panegíricos del sistema y resaltar las bondades de la “democracia igualitaria”, en donde todos los hombres tenemos derecho a participar (con el voto) en los destinos de la Patria.   Pero si usted disiente, piensa, denuncia, señala o acusa, es non grato.  Si usted es de los que creen que SE PUEDE hacer algo por los que nada tienen, usted no es bien recibido en el país donde NADA SE PUEDE.  Váyase al país de las ilusiones y enciérrese ahí en silencio, para siempre.  Usted no tiene nada qué hacer en “el país donde nada se puede”.    Solo los indolentes son bien recibidos.
            Triste e ilusamente
                                          R I S
E-mail:                               rhizaguirre@gmail.com