miércoles, 15 de marzo de 2017

2072 Terrorismo interneteano



1072  LA CHISPA       
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
TERRORISMO “INTERNETEANO”
         La magia de la Internet es admirable, y yo hubiera deseado contar con ella cuando ejercía mi trabajo como profesor.  Hubiera podido prescindir de un gran fardo de libros que solo se compraban para extraer de ellos algunos artículos o información actualizada.  Todas las “geografías” y libros de ciencias estaban atrasados diez años, sin importar la fecha de la edición; y si sus originales eran en inglés u otro idioma, eran más obsoletos todavía.  La Internet le puso término a ese obscurantismo y nos proporcionó información fresca a montones, casi en exceso.  Tan efectivo fue, que llegamos a la saturación y las fuentes de datos superaron por completo nuestra capacidad no solo de aprender sino de tan solo revisar semejante volumen de “data”, como dicen los expertos.  Prácticamente fuimos ahogados por la masiva cantidad de temas.  Bibliotecas enteras empezaron a circular en forma gratuita por la red; todo se  puso al alcance de todo el mundo.  La Internet pasó a ser el ORÁCULO universal de nuestra civilización; se convirtió en la “Verdad Oficial” en el mundo de la cibernética.
         Si está en la red, debe ser cierto.  Esto se convirtió en un peligroso dogma de aceptación global, pero todos sucumbimos ante el embrujo de aquella fuente inagotable de conocimientos… demasiada información, imposible de digerir ni siquiera en una ínfima cantidad.  Todos fuimos saturados y empezamos a sentirnos incapaces ante semejante prodigio.  Nos creó la sensación de impotencia, de desvalimiento ante tal catarata de “sabiduría”.  Y para el ciudadano corriente la Red pasó a ser Dios, el que todo lo sabe y todo lo puede.  No hay qué no esté en ella o en la “nube” o cualquiera de sus otros tentáculos.  Somos cautivos “voluntarios” de la red, esclavos de la red; y nada nos aflige o desgarra tanto como una caída del sistema, lo cual nos deja en la peor orfandad que podamos imaginar; ni siquiera la tele es tan importante como la red.
         Ya no pensamos por nuestra cuenta, solo repetimos lo que dice la Internet, y cualquiera que sea la opinión que hemos escogido para repetir como loros, se encuentra respaldada por 15, 23 o 35 mil artículos más que afirman lo mismo.  De parte de todos los doctores del mundo, de todas las universidades y academias del planeta.  Es imposible rebatir tal Autoridad cuyo fundamento principal es la sumisión del intelecto colectivo e individual, a un sistema que, sin probar nada, cuenta con la aprobación de todos.  Con el aval que le damos por indolencia.  Por la pereza mental que nos abruma.  Además, por la atemorizante cantidad de personas e instituciones que han creado alrededor de la Red, un velo de misterio y POTESTAD que nadie se atreve a desafiar.  Y si no nos convencen por completo, al menos nos hacen dudar y nos obligan a sumergirnos más en la Red, en busca de más compleja y abundante información.  Y quedamos atrapados  en ella para siempre.
         Veamos un ejemplo: el History Channel.  Todos damos por sentado que este canal es la última palabra cuya VERACIDAD es indiscutible, y que todo lo que dice es históricamente cierto y exacto.  Incluso nos presentan personajes distinguidos en diversos campos de la ciencia, dando sus sabias opiniones sobre temas de los que el vulgo sabe poco o nada.  Esta gente se vale de esa autoridad que se han auto conferido para divulgar como verdades irrebatibles, teorías no demostradas e indemostrables.  Tal es la historia de Albert Einstein que han estado publicando estos días.  Todo parece ser una confabulación para convencer al mundo de que esa persona inventó y descubrió todo cuanto vale la pena en el campo de la ciencia; en síntesis, que fue un gigante intelectual al que la humanidad le debe TODO.  ¿A qué se deberá ese intento tan tenaz?  Al ver ese programa, y si se carece de otras fuentes de información, el promedio de personas llegará a esa errada conclusión de que Einstein fue lo que dice la Red, lo cual es lamentable.  La intromisión de Einstein (como estrella) en cuanta situación podamos imaginar, es un abuso sobre la indefensión intelectual del público. 
         Vean ustedes que no hay programa alguno en donde, venga o no al caso, siempre, siempre traen a colación a Einstein, a como dé lugar; y en todos esos cuentos siempre lo ensalzan más allá de lo razonable y humano, y se expresan de él de tal manera como si se tratara de un gigante de la ciencia, un extraterrestre o una especie de dios.  Y yo les pregunto: ¿qué fue lo que hizo ese señor en realidad?  ¿Qué aportó a la ciencia que sea una realidad demostrada o demostrable?  Sin lugar a dudas.  ¿Qué inventó, qué creó?  Este señor fue un físico teórico que, apoyándose en otros hombres de ciencias, plagió muchas ideas para hacer creer al mundo que él era su creador.  Esa es la verdad.  Investigue fuentes neutrales y que no estén bajo la imposición de ciertos círculos del Poder, especialmente el cinematográfico.  Pero si proviene de Hollywood, tenga la seguridad de que cualquier información es amañada.  Cualquiera y sin excepción.
         Así que tratándose de “conocimientos” que se encuentran en la Red, incluidas las “series especiales” para ciertos canales, parece que tenemos  que rendirnos, pues no solo es el poder de grandes intereses, sino las legiones de personas que han sido catequizadas por estas monstruosas campañas de  propaganda.  La Red es valiosísima pero a la vez, un gran peligro, porque se trata de un todopoderoso medio de sometimiento intelectual a ideas y gustos ajenos a lo que somos en realidad.  Vean el ejemplo de cómo nos están “educando” para que nos guste el fútbol americano o rugby; o el tenis, y peor aún, el golf y otros deportes que son propios de sociedades ricas.  Sin embargo, no se trata de eliminar tal herramienta de nuestras vidas, sino de hacer un uso inteligente de ella.  La Red no es Dios, aunque se encuentre muy cerca de serlo.  La red es valiosa y útil, pero no rigurosamente veraz ni imparcial.
                   Redescamente
                                               Ricardo Izaguirre S.           Correo: rhizaguirre@gmail.com
Blog “LA CHISPA”:      www.lachispa2010.blogspot.com

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