domingo, 5 de marzo de 2017

1075 ¡Por Dios, señor Trump, sosiéguese!



1075  LA CHISPA        (27 de febrero de 2017)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
¡Por Dios, señor Trump, sosiéguese!
         Ya no es el dictadorzuelo de las empresas Trump, el diosecillo encaramado en su torre neoyorquina; ya no es solo el magnate de los bienes raíces y de cien empresas más. Tiene que demostrar más tacto y mesura.  Ya NO PUEDE ser el don Juan atrevido y grosero que se expresa despectivamente de las mujeres del mundo entero; ya no tiene derecho a ser, públicamente, el patán que su fortuna económica le ha permitido ser en sus relaciones sociales  privadas.  Ya no es el showman de concursos de belleza y televisión.  Tampoco es un jovenzuelo “tuitero” que puede regir los destinos de su país y del mundo mediante una “cuenta” de Internet.  Ya no puede seguir siendo el comediante que era en su vida privada hasta antes de entrar en la política.  Ya no tiene la libertad de opinar en forma alocada, con el cerebro desconectado de la realidad, de su entorno y de la historia.
         Ahora, señor Trump, es el PRESIDENTE  de los Estados Unidos de América, la nación más poderosa del mundo y, por lo tanto, la de mayor influencia general.  La guasa de la campaña electoral llegó a su fin y debe darle paso a una forma seria y responsable de dirigirse a sus conciudadanos y al mundo entero.  Todo el planeta sabe lo que puede esperar de su país: lo mismo de siempre.  Sin importar quién sea el presidente o de cuál partido, pero eso sí, todos exigimos SERIEDAD y sentido común, y no una retórica amenazante de alguien que no parece tener todavía, una idea de cuál es la realidad mundial ni cómo se manejan las relaciones internacionales en la sociedad moderna.  Usted parece desconocer (o despreciar) las más elementales normas del derecho internacional y la convivencia pacífica entre pueblos civilizados.  Sepa que hay algo que se llama DIPLOMACIA, y que usted parece ignorar por completo.  El carnaval electorero terminó, y es hora de trabajar seriamente, haciendo lo mismo de siempre; lo que siempre hacen los Estados Unidos: sacar ventaja de todo el que se pueda… pero con “diplomacia”.
¡Sosiéguese, señor Trump!  Ya es el presidente de USA.  Sea serio y pare la fiesta de los “tuits” y sus pequeños pleitos domésticos como si usted fuera un adolescente resentido.  ¡Usted es el César y tiene a todo el Senado a su favor!  Gobierne como uno de los grandes presidentes de los Estados Unidos y no pierda su tiempo jugando en la Internet y haciéndose cada día más odioso, incluso para sus propios partidarios.  Y como el César que es, ocúpese de los grandes problemas de su país y del mundo, y deje las pequeñeces ordinarias en manos de sus lacayos y sirvientes.  Porque, ¿cuál es el objetivo de tan mezquina y malévola actitud como la de tratar de restarle méritos a una consagrada de la cinematografía mundial?  ¿Tiene algún propósito válido y útil atacar y tratar de ofender a una dama como Meryl Streep, una señora tan querida en el mundo del espectáculo?  Sálgase de ahí, señor Trump; usted ya no está en la farándula de los concursos de belleza.  Ahora es EL PRESIDENTE de los Estados Unidos, y eso demanda una actitud superior, serena, inteligente y ecuménica, y no las rabietas alocadas e impredecibles de un hombre que, por su edad, debe transmitir a sus coterráneos y a todo ese mundo sobre el cual influyen los Estados Unidos, la sensación de que al timón de la Casa Blanca y “Amerrica”, se encuentra un hombre sensato, y no un adolescente “tuitero” y resentido social que cree que todavía se puede imponer la ley del más rápido con el revólver.
Agrandar la maquinaria bélica de USA no ayuda en nada.  Nadie amenaza militarmente a Estados Unidos.  Eliminar el “Obama Care” para invertir en armas NO es la solución a los problemas de su país.  Los pueblos están hartos de guerras “salvadoras” para garantizar la paz mundial y duradera.  La historia no registra ninguna guerra que haya solucionado algún problema.  Tampoco se ha construido muro alguno que impida el contacto humano para siempre: ahí está el testimonio elocuente de la Muralla China. O el muro de Berlín. Esfuerzos tan grandiosos como inútiles.  Cálmese, señor Trump, y sea cuerdo; utilice su enorme poder para crear beneficios para todo el mundo.  Integre a los Estados Unidos a la comunidad mundial; no siembre cizaña creyendo que con eso va a obtener frutos comestibles.  Los norteamericanos también pertenecen a la raza humana.  Usted también, señor Trump, aunque todavía no se haya dado cuenta.  Déjese de infantilismos en las redes sociales y concéntrese no en buscar camorra y enemigos imaginarios sino en la consecución de metas comunes a todos los habitantes de este bendito planeta, hogar de nuestra singular especie.
¡Cálmese, señor Trump!  Y deje de estar amenazando al mundo.  No se haga más antipático de lo que es, simplemente porque entre sus adláteres NO hay quienes se atrevan a decirle desde cuándo empezó a rebasar los límites del respeto, la consideración y el espíritu de convivencia.  El escenario mundial NO es el Lejano Oeste; es una vasta comunidad humana que aspira a comer lo suficiente, saber que no los van a bombardear por diversión, tener seguridad y la posibilidad de educar y ver crecer a sus hijos.  La gente NO quiere que conviertan a sus países en campos de tiro y ensayo de armas novedosas y letales como el caso de Siria.  ¡Apláquese, señor Trump!  Usted, en su condición de César, está en la OBLIGACIÓN de dar un ejemplo de mesura, buen juicio y serenidad, no de inmadurez o matonería propia de la época del Big Stick.  Y deje en paz a las redes sociales.  Usted no es un jovencito ni una estrella de rock.  Sea formal, usted es un Señor, y nada menos que Presidente de los ESTADOS UNIDOS.  No le luce esa actitud de “rebeldón” de las redes sociales; está muy viejo para eso.
Tuiterescamente                    Ricardo Izaguirre S.

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