1037 “LA CHISPA”
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan
los abusos del Poder”
ESTREÑIMIENTO
La constipación es uno de los grandes
azotes de las sociedades actuales. Sin
embargo, en su mayoría, es un mal citadino; producto de innumerables malos
hábitos que son la resultante de un tipo de vida antinatural. Pero cuando nos referimos a esta enfermedad de
una manera general, se minimiza peligrosamente la gravedad de esta plaga que es
el origen de tantos males y muertes. Así
de trágico como suena. Claro que no es
que alguien que se vuelve estreñido hoy, muere la semana entrante. No es así, pero a la larga, es la causa de
mucho sufrimiento. Vamos a tratar de
explicarlo de la manera más simple, para que todos podamos hacer nuestro propio
análisis. El tubo digestivo, desde la boca hasta el ano, es el eje de la vida. Por él se ingieren los alimentos, se procesan dentro de él, y del
resultado conocido como bolo alimenticio, se obtienen todos los nutrientes que
hace posible la vida del cuerpo. Y como
en todo proceso bioquímico, resultan materiales sobrantes que deben ser eliminados,
ya que son sustancias de desecho, irritantes del sistema, y peligrosos cuando
entran en estado de putrefacción, como los residuos de las carnes. Esto hace evidente que la anomalía
(estreñimiento) que impide la expulsión de esos sobrantes (heces) es un serio peligro. Algo que no podemos pasar inadvertido o
considerarlo como una simple incomodidad.
Es una enfermedad grave, y mortal en el largo plazo. Pocos problemas de salud son tan engorrosos
como este, y se da en todo el mundo, en todas las edades; casi nadie está a
salvo del estreñimiento.
Sin embargo, este mal se trata muy a la
ligera, como una especie de malestar que puede ser paliado mediante diversos
medicamentos. Y los mismos enfermos solo
lo consideran como una molestia incómoda pero con la cual se puede convivir sin
mayores peligros. Pero eso no es así, el
estreñimiento mata, o es la causa de otras fallas que también matan. La medicina alopática no sabe cómo lidiar con
el estreñimiento, y las únicas salidas que propone no curan, solo son fórmulas
“para el tratamientos de”… no para la cura de…
Ante este problema, su respuesta es siempre la misma: laxantes (miles de
ellos) supositorios, tomar mucha agua, comer fibra, aceites etc. etc. de los
que ninguno sirve más que como calmantes; pero la “enfermedad” sigue allí,
porque las causas siguen vivas en los malos hábitos del enfermo. Por eso en la medicina natural se dice que no
hay enfermo con buena digestión, ni persona sana con mala digestión. Todo nace del estómago, del tubo digestivo,
del canal de la vida. Las causas del
estreñimiento son variadas pero todas tienen un denominador común: malas
digestiones. Malas digestiones crónicas
que ralentizan el peristaltismo casi hasta el grado de la parálisis. Así de grave.
Entre las líneas generales se puede decir que el
estreñimiento es una falla de todo el sistema digestivo, y que implica
numerosos factores negativos. No es un
problema solo del intestino grueso o delgado, sino de todo el aparato
digestivo. Recuerden que nadie se
enferma solo del hígado o el bazo; la enfermedad
siempre es algo general, que está en todo el cuerpo, aunque se focalice en
algún sitio en donde se pone en evidencia.
Entonces, debemos considerar al estreñimiento como una falla total del
organismo, a pesar de que parezca ser un mal solo de las tripas. Y así debemos considerar todo mal
funcionamiento orgánico: como algo integral.
Entonces, siguiendo esa metodología, debemos comenzar nuestro análisis
tomando en consideración todos los factores que tienen que ver con la mecánica,
calidad y condiciones del proceso alimenticio-digestivo.
Desde luego que en esta “Chispa” no vamos a dar remedios mágicos
ni de ninguna clase, sino solo algunos fundamentos básicos que nos puedan
conducir a normalizar la digestión, lo cual equivale a salud integral. Ahora bien, ¿cuáles son las causas de este
padecimiento que afecta a millones de personas?
Nadie sabe con exactitud, ni existe UNA CAUSA ÚNICA. Pero sí se conoce una serie de pasos o
violaciones que conducen a ese lamentable y trágico estado de salud. Las reglas básicas que nos llevan a la
normalidad de la digestión son relativamente simples, y fueron indicadas en la
“Chispa” 1035, pero vamos a repetirlas para facilitar su lectura y
memorización. Vean que son muy
sencillas, pero TERRIBLEMENTE difíciles de llevar a cabo de manera correcta.
La primera que hay que vencer es la GULA. Y con eso queda aclarado el grado de
dificultad que entraña este tratamiento.
Un estómago sobrecargado SIEMPRE será fuente de malas digestiones,
génesis indudable del estreñimiento. La
receta contra la gula es templanza (comer poco). Además, comer selectivamente y valorando cada
alimento que introducimos a nuestros cuerpo.
Recuerde que su estómago no es un triturador de basura sino un órgano
delicado en el cual se fragua la esencia de la vida. Y aunque suene a cliché, no olvide que su
cuerpo es un templo, la morada de su dios personal. No lo profane repletándose de porquerías y
comida chatarra. Solo consuma comida
natural (se puede), sin procesamientos de clase alguna y sin químicos ni
artificios.
Otra muy difícil: MASTIQUE BIEN. Hasta el aburrimiento, hasta que la comida
sea una blanda papilla en su boca; pero para que esto sea posible, jamás se
atarugue, pues eso hace más difícil la masticación. Este es un paso crucial en el proceso de la
alimentación sana.
Nunca haga revoltijos de comida,
ni se crea el cuento de que su comida debe estar formada por muchos productos;
eso solo dificulta la digestión, pues el estómago tiene que clasificar los
alimentos y seguir un orden en el trabajo digestivo. Si son muy variados, la digestión se prolonga
por horas; sobre todo, cuando hay muchas grasas y carnes. Simplifique su comida y reparta en dos o tres
sesiones (almuerzo, cena) la variedad.
Nunca como sin
hambre. Es perjudicial echarle
comida al estómago cuando este NO está preparado para recibirla, no importa lo
que digan los “dietistas” y sus famosas 5 ó 6 comidas. Todos los procesos bioquímicos requieren agua
(el solvente número uno), por lo tanto, es bueno que tome agua natural y al
tiempo cuando está comiendo; poquita, entre bocado y bocado; o al final de la
comida, como hacen los perros y casi todos los animales. Convierta su hora de comida en una fiesta; dé
gracias a Dios o los dioses, tenga mente positiva y llénese de pensamientos gratos
y de paz. Mientras come, no se distraiga
con otras actividades (televisión, teléfono) que puedan alterar sus nervios;
eso es terrible para la digestión. No
coma comidas muy calientes ni muy frías; todos los alimentos deben ingerirse a
la temperatura corporal. El mito de la
“comida caliente” no debe tomarse al pie de la letra. Evite todos los refinados. Limite racionalmente los azúcares. No es una prohibición total, sino un
recordatorio de que la clave de la buena vida es la MODERACIÓN. El justo medio, como dijo Buda. No permita que su cuerpo (sangre) se
acidifique con alimentos nocivos como los dulces y las frituras. Es cierto que estas son deliciosas, pero si
usted es estreñido, ELIMÍNELAS de su dieta.
Todos los aceites fritos producen ácido butírico, el cual es venenoso.
Y recuerde: haga ejercicio.
El estreñimiento es un mal de ciudades, de personas de vida sedentaria
(sedente = sentado). En el campo, donde
la gente trabaja de verdad, camina y se mueve, este mal es casi
desconocido. Es engorroso ejercitarse,
pero en eso nos va la vida. No lo
olvide.
Hay algunas reglas más, pero con esas (si puede cumplirlas)
habrá dado un paso enorme en la búsqueda de la salud. Lo repetimos: NO ES FÁCIL, pero vale la pena
intentarlo con tesón; la recompensa puede ser fabulosa. Pero siempre deben tener presente una cosa:
EL CAMINO ES DURO, desesperanzador a veces, pero todo esfuerzo se verá
compensado.
Finalmente, queremos pedirles a las personas que padecen o
han padecido de este mal, nos comuniquen sus éxitos y la metodología que
siguieron para superarlo; les prometemos entera discreción y, además, convertir
esa información en servicio público, de ayuda al prójimo. Pero ojalá que sean experiencias personales y
bien documentadas. No son útiles las
leyendas, cuentos de terceros, supuestos milagros ni métodos que no puedan ser realizados
de manera práctica y simple por cualquier persona. Para fantasías y promesas vanas, está la
propaganda farmacéutica y sus centenares de medicinas que nada curan (pues solo
son purgas irritantes), pero que convierten a las víctimas de esta enfermedad
en adictas a drogas tan dañinas como el mal que pretenden sanar.
Desde luego que DEBEMOS COMPARTIR la información para que
sea estudiada y puesta en práctica por todos los interesados. Esa es la meta: establecer un flujo de
información del cual podamos todos tomar aquello que nos parezca de alguna
utilidad; o bien, descartar aquellas técnicas o medicinas que ya hemos probado
sin éxito. Por favor, si usted tiene
alguna información útil, compártala con nosotros. Que nos sea útil a todos.
Fraternalmente
RIS
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