domingo, 24 de agosto de 2014

1035 Una buena alimentación



1035   LA CHISPA                      (15 agosto 2014)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
UNA BUENA ALIMENTACIÓN
         Como continuación de la  “Chispa” anterior, en esta se exponen algunas líneas generales que todos podemos seguir en la búsqueda de una buena y sana manera de comer.  Cierto que es muy difícil lograrlo, ya que todo parece indicar que estamos en manos de las industrias de la comida y las farmacéuticas.  Pero existen alternativas (pocas y pequeñas), pero salidas al fin y, sobre todo, que están bajo nuestro control exclusivo.  Dentro de lo que nos impone el sistema, aún nos quedan algunas opciones.  Pero antes, permítasenos definir qué es “una buena alimentación” según un criterio general, de sentido común y sujeto a todo tipo de interpretaciones (como debe ser), según la razón de cada uno de los usuarios.  Esta es una materia experimental subordinada a todas las variantes posibles que resulten de la experiencia personal de los lectores.  Y lo primero que debemos desterrar en este campo es toda forma de “autoridad”, pues NO existen reglas alimenticias válidas para todos.  Cada ser humano es ÚNICO Y ESPECIAL, y lo que es bueno para uno, no lo es para otro, no importa que sean gemelos idénticos.  Entonces, debemos rehuir todas las generalizaciones que pretenden echarnos en el mismo canasto y aplicarnos las mismas comidas y medicinas en forma indiscriminada.  Ningún dogma alimenticio debe ser respetado o tomado muy en serio.  Por ejemplo: “El desayuno es la comida más importante del día”.  Ese lema lo inventaron los fabricantes de cereales y jugos mañaneros; también los hueveros, lecheros y los fabricantes de embutidos, panes y quesos.  Y aunque eso pueda ser cierto para algunos, NO lo es para todos.  Así que usted no debe sentirse mal o culpable por no tener hambre al despertar; y no tiene obligación de comer sin apetito, lo cual siempre es dañino e indigesto.  Tampoco debe creerse enfermo o anormal.  Usted tiene su propio metabolismo.
         Cientos de dogmas de este tipo norman nuestras vidas, y todos han sido inventados por las industrias alimentaria y farmacéutica.  Así que siempre tenga presente que usted y su organismo son únicos, y que NO están obligados a seguir la conducta de la manada.  Usted NO es manada, usted es especial.  Piense, razone, investigue, experimente.  No tome como suyas las necesidades, debilidades o fortalezas de otros; ni siquiera las de sus parientes.  Si alguien tiene mayores necesidades de calcio, eso no significa que usted tiene que ponerse a tragar suplementos con calcio. No suponga enfermedades o deficiencias; no se deje sugestionar por la propaganda.   A ese miedo colectivo apuestan los fabricantes de medicinas, comidas y suplementos: a que todos comamos carne, nos inyectemos vitamina B12, o que traguemos Omegas 3, 6, 9 o lo que sea.  O a que nos vacunemos masivamente, aunque estemos sanos.   No caiga en la trampa de consumir un suplemento dietético solo por efecto de la propaganda.  Si usted es hipocondríaco y cree que tiene carencia de alguna clase, investigue cuáles son los síntomas de esa falta.  Y si realmente los tiene, puede ser que necesite ese suplemento (que siempre debe buscarlo en los alimentos y no en pastillas).  Pero si no es así, no se dedique a tragar cuanta medicina le ofrecen.  Recuerde que las industrias JUEGAN CON SUS MIEDOS.  Eso lleva toneladas de oro a sus arcas.  No se deje imponer ideas ajenas que solo funcionan en beneficio de otros.  NO ACEPTE NINGÚN DOGMA, por atractivo que le parezca.  Experimente, investigue.
         He aquí algunas líneas generales bien conocidas pero no puestas en práctica: coma SOLO PRODUCTOS NATURALES y frescos.  Evite todos aquellos que hayan sido procesados y que tengan agregados químicos de cualquier clase, por más que le digan que en esas proporciones son inofensivos.  Esa es la conveniente opinión del fabricante, no la suya; por lo tanto, es un credo de conveniencia unilateral.  No se esconda detrás del pretexto de la “comodidad” que ofrece solo abrir latas y cajas para armar una comida rápida y deliciosa.  No se alimente con carroña, ni permita que su familia lo haga.  Coma poquito, pues recuerde que la gula es la fuente de casi todas las desgracias que tienen que ver con la salud; el cuerpo se nutre de lo que asimila y no de lo que traga.   NUNCA COMA SIN HAMBRE.  Sin apetito solo es permisible una fruta, pero usted debe experimentarlo.  Ninguna comida debería contener más de cuatro productos diferentes, pues el estómago no sabe qué hacer con tanta cosa diferente.  Eso se llama simpleza, algo que facilita la digestión.  Si come tres veces al día, puede comer 10 ó 12 productos diferentes, sin complicar a su estómago. En síntesis, no haga REVOLTIJOS.  Durante décadas nos han manipulado con el asunto de “la comida variada y completa”, la cual DEBE contener componentes de todos los grupos alimenticios: proteínas, carbohidratos, grasas, minerales, vitaminas y cuanta cosa se les ha ocurrido.  Y eso nos ha conducido al error de armar comidas que son verdaderos atentados contra el aparato digestivo.  Las comidas deben ser simples, entendiéndose por esto, el mínimo de componentes por turno: un carbohidrato, una proteína y una verdura.  Y siempre poquito.  Recuerde que, contra gula, templanza.  Tampoco haga revoltijos de frutas; coma un solo tipo, por las mañanas.  Las famosas “ensaladas” de frutas son un zarpazo al estómago.  Pero compruébelo, si así lo desea.
MASTIQUE BIEN, y ensalive el bolo hasta el punto en que sea una papilla suave; todos sabemos lo difícil que es esto, pues la vida atolondrada que nos hemos impuesto, nos obliga a deglutir la comida a toda carrera.  Es increíble pero cierto: muy pocas personas “saben comer”; los demás, solo engullimos nuestros alimentos sin masticar ni saborearlos adecuadamente.  Y esto nos lleva a otra consideración: NUNCA COMA DEPRISA.  Si no tiene tiempo, es preferible no comer.  La hora de la comida debe ser “sagrada”, sin sobresaltos ni interrupciones.  Con alegría y plena concentración.  Cuando se come NO se hace ninguna otra cosa, como ver televisión, hablar por teléfono u otras actividades.  Si no está de buen humor, postergue la comida.  Comer es una ceremonia especial que no debe hacerse a la ligera ni con porquerías; es un acto de comunión con la existencia y debe ser ejecutado con primorosa reverencia y cuidado, pues es nada menos que la fuente de la vida.  Sabemos que tal disciplina NO ES FÁCIL, pero también estamos convencidos de que su correcta ejecución habrá de traernos enormes beneficios en forma de SALUD, el único tesoro que vale la pena ganar y conservar, y que seamos terriblemente avaros con él.  Ayune de vez en cuando, una vez al mes es suficiente.  Este es un probado recurso (por milenios) que sirve para lograr y conservar el buen funcionamiento digestivo.  No lo tome a la ligera como un consejito religioso, pues tiene una base científica muy bien cimentada.
         No coma demasiado caliente, la temperatura ideal debe ser la del cuerpo (37 grados), pues de lo contrario, causa daño a su estómago.  No tome líquidos fríos, pues irritan las mucosas.  Tome solo agua a la temperatura del ambiente.  No mucha, experimente qué le produce cada una de sus acciones.  Anote en su bitácora los resultados y vaya descartando ciertas conductas que no le favorecen.  Tampoco se vuelva esclavo del dogma del agua (los famosos ocho vasos).  Tome la necesaria para hidratarse adecuadamente; pero esto solo lo logrará mediante la experimentación.  Si su trabajo es sedentario, no puede, no debe tomarse un galón de agua por día.
         Y por último, no crea nada de lo que hemos dicho aquí; solo tome estas notas como puntos de referencia para su propia investigación, y no se crea ningún dogma, pues si usted es un crédulo, se convertirá en víctima propiciatoria para todos aquellos que lucran con su ingenuidad y sus miedos.  De cualquier clase que sean estos: sociales, médicos, alimentarios o religiosos.
         Fraternalmente
                               RIS
           

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