miércoles, 10 de julio de 2013

1003 Lotería Nacional ¿un Moro sin Señor?



1003    “LA CHISPA”               
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
LOTERÍA NACIONAL, ¿UN MORO SIN SEÑOR?
        La indolencia del pueblo adquiere en este caso, el más alto pico imaginable; incluso de parte de los viciosos que, semana tras semana, perseguimos la ilusa fantasía con la que esta “institución” todopoderosa nos tiene atrapados.  Encubierta bajo los más sonoros y “nobles” propósitos, se esconde una realidad que raya en la desvergüenza y el menosprecio que esta banca (¿privada, semiprivada, pública?) hace de la inteligencia de sus obligados contribuyentes.  “Para hacer el bien”.  “El país es el que gana” etc. etc.  “Hágase millonario de la noche al día” es un gancho imposible de evitar, aunque solo sea como un lejano sueño en el que todos los viciosos nos vemos atrapados cada día.  No olvidemos que esta compulsión es un VICIO peor que el del licor o las drogas, pues está determinado por la codicia, la más nefasta de las debilidades humanas.  Entonces, ¿eso exonera a la LOTERÍA de su responsabilidad ética?  ¡Claro que no!  Esa organización conoce esta debilidad y se aprovecha de ella de la manera “más comercial” que podamos imaginar.  Incluso, recurriendo a estribillos sentimentaloides que nos hagan sentirnos como “buenos colaboradores con el bien común, con los que se benefician de las ganancias de la lotería”.  Pero, ¿jugamos lotería para hacer el bien… o para ganar y hacernos millonarios?  Sin temor a equivocación, la respuesta es la segunda.  No creo que haya gente que juegue lotería solo para ayudar a la Junta.  Al menos, yo no.
            En varias “Chispas” se ha tratado este asunto que a nadie parece importarle y que forma parte de una larguísima cadena de abusos “oficiales” en contra del consumidor; y ante los cuales, la conducta del ciudadano es de total indolencia.  A lo sumo, de algún comentario burlesco.  Pero NUNCA, nunca se hace una propuesta (que debe ser una EXIGENCIA) para que ese negociazo de la Junta sea puesto a derecho de acuerdo con normas legales bien establecidas, claras y bajo la supervisión de un comité popular no subordinado a los directivos de la Junta.  Ese NEGOCIO mueve demasiados millones como para que se conserve como “un moro sin señor”, en manos de una camarilla que, amparada bajo la supuesta “buena intención” de sus operaciones, hace lo que le da la gana de la manera más arbitraria.  Es un business tan rentable, que la Junta no se cansa de crear infinidad de trucos mediante los cuales sacarles el dinero a los ciudadanos.  Ya no solo es la lotería y los chances tradicionales sino que hay un infierno de juegos mediante los cuales les chupan la sangre a las víctimas de este vicio.  Pero talvez ese no sea el principal problema, sino el asunto de las ganancias; de los montos abusivos que se deja la Junta, y los escuálidos premios que otorga a los “ganadores”, cuando no los birla mediante el conocido truco de los billetes “que no salieron de la Junta” (como los de este pasado sorteo del 7 de julio de 2013).
            Ese tipo de fraude NO se debe dar.  Esta cuestión debe estar regulada por ley, de manera que los premios jamás se queden en manos de la Junta.  Además, que el monto de las ganancias de esta no excedan el 25% por ciento del capital recolectado entre los jugadores.  En el estado de Nevada, cuna mundial de los juegos de azar, hay una lotería que está obligada por ley a repartir el 75% por ciento de lo recaudado entre los jugadores; y del 25% restante, sale la ganancia de los organizadores (Junta) y los impuestos del Tío Sam (IRS).  Entonces ¿cómo es que aquí, bajo la coartada del “bien común”, esta empresa comercial (Junta) se deja cerca del 75% de lo que se recauda?  Y además, tiende una cortina de humo para hacer creer que hay “muchos premios” que llegan a centenares de jugadores. 
            Veamos los números de ese sorteo (4243):
Recaudado en una edición de cien mil billetes a  20 mil colones                                      2.000.000.000
Recaudado en cuatro emisiones                                                                                    8.000.000.000
OCHO MIL MILLONES DE COLONES

Pagado en premios
Un premio mayor de                                                                            400.000.000
Un segundo premio de                                                                           70.000.000
Un tercer premio de                                                                               30.000.000
17 premios de            (dos millones)                                                       34.000.000
75 premios de            (un millón)                                                            75.000.000
                                                                  Gran total otorgado          609.000.000

Ganancia neta de la Junta:  1.391.000.000    MIL TRESCIENTOS NOVENTA Y UN MILLONES en una sola emisión. 
Y en las cuatro:
5.564.000.000       CINCO MIL, QUINIENTOS SESENTA Y CUATRO MILLONES.
            Pero si consideramos que esa serie (por arte de magia) NO SALIÓ de la Junta (que no es la primera vez que sucede tal “milagro”),  llegamos a la conclusión de que la benemérita institución “de hacer el bien” siempre se queda con la tajada del león, y en este caso, con casi todo.  Y esto es un fraude descomunal, sin importar el supuesto propósito del dinero recaudado.  Si esos billetes NO salieron de la JUNTA, no deben jugar, y el sorteo debe seguir hasta que alguien se lo gane; porque de lo contrario, la Benemérita se queda prácticamente con los OCHO MIL MILLONES DE COLONES RECAUDADOS.  Y eso, digan lo que digan, es una burla sangrienta a la fe de los que, religiosamente, invertimos no solo nuestro dinero, sino la ilusión de “hacernos millonarios de la noche al día”, todos los domingos.
            La Lotería Nacional TIENE QUE SER REGLAMENTADA por una Ley imparcial y no por una “ley especial” que, basada en los supuestos fines benéficos del dinero recaudado, le permita a esta empresa comercial hacer lo que le dé la gana, como un “Moro sin Señor”.  En el caso de este sorteo, solo deberían ser tres premios.  Uno de 800 millones, un segundo de 500 y un tercero de 300.  Y aún así, la Junta se quedaría con la tajada del león.  ¿Qué hace ese montón de premios basurilla en ese sorteo?  Solo distraer la atención y crear la apariencia de que se distribuye mucho dinero entre muchas personas, lo cual es una farsa y una burla sangrienta al que logra “pegar” cinco números (con el billete entero) para ganarse un miserable milloncillo de colones.
            ¿Seguiremos los viciosos jugando lotería?  Es seguro que sí, pero al menos debemos dejar sentada nuestra protesta ante las autoridades correspondientes para que se le ponga la jáquima a este altanero corcel que se hace llamar “Junta de Protección Social” y que nos quiere hacer creer que todos sus esfuerzos solo son “para hacer el bien”.
                                                                       ¿Sucede esto en su país?
            Loteriescamente
                                                           RIS
Visite el blog “LA CHISPA”:                            http://lachispa2010.blogspot.com/


1 comentario:

  1. Señores, si esto es un asunto tan serio como lo denuncian (los números son impresionantes), en mi opinión es algo que no debe quedarse en un blog de Internet, sino que debe ser llevado hasta las más altas instancias (Asamblea Legislativa, Sala Cuarta, Defensoría de los Habitantes...) En primer lugar el pueblo debe exigir que haya total transparencia y de manera muy abierta y pública, en lo que se hace con tan monumantales sumas de dinero y en la forma como se administran; segundo, que se establezca la relación de ganancias 25% Junta y 75% Premios, en la que los premios no vendidos sean automáticamente acumulados y adicionados al premio del sorteo siguiente como se hace en países avanzados. Por otra parte pienso que es perentorio que las ganancias se utilicen en construir hospitales de calidad, que brinden servicios y tratamientos de calidad, y que se deje de engañar y manipular a los pacientes con medicamentos de segunda categoría que atentan contra su vida por su baja eficacia.

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