miércoles, 17 de julio de 2013

842 El puto Nobel de la paz



842    LA CHISPA                
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
EL PUTO NOBEL DE LA PAZ            
            Es bueno recordar que este premio no fue creado por Alfredo Nobel, sino que fue una inclusión posterior, pagada por “otra gente  que lo manipula a su antojo, y que se entrega en Noruega y NO en Suecia, cuna del galardón.  Por lo tanto, técnicamente NO es un Nobel; así como el de Economía, que fue introducido hasta l968.  Nobel solo autorizó cuatro de ellos: medicina, química, física y literatura.  Empecemos.
A don Alfredo Nobel le pasó lo mismo que a Sara, la viuda de Samuel Winchester: tuvieron un ataque de remordimiento que los llevó a tomar dos direcciones.  Ella se dedicó a construir una casa llena de recovecos y cuyo final jamás vería.  De esa manera pretendía confundir a los cientos de almas que fueron asesinadas con el rifle de repetición que inventó su marido. Y don Alfredo, con su fortuna producto del invento de la dinamita, con la cual se mató a miles de personas, instituyó un premio que serviría para estimular a personas o grupos que hubieran hecho obras de bien general para la humanidad.  Así, en 1901 se dio el galardón a Frédéric Pasy y a Jean Henry Dunant; y hasta 1905 la cosa anduvo bien, cuando se le otorgó la distinción a la primera mujer, Bertha von Suttner.  Pero en 1906 se dio la primera gran metida de pata y el Prize se convirtió en un elemento de intromisión política en los asuntos internos de los otros estados que no estuvieran del lado del gran capital.  Fue de esa manera que se le concedió a Teodoro Roosevelt el guerrerista por excelencia, quien coludido con William Randolph Hearst, creó la farsa del Maine en la Habana, hecho que condujo a la guerra entre USA y España.  Desde ahí, el Nobel perdió todo valor moral para convertirse en un elemento al servicio de la politiquería y de los grandes intereses de “occidente”.  De 1914 a 1918 no hubo, pues los europeos estaban entretenidos matándose entre ellos.  Pero en 1919 se volvió a hacer presente, esta vez, en la persona de Woodrow Wilson un criminal que apoyaba descaradamente al Ku Klux Klan y que llevó a cabo una intervención brutal por toda la América Latina.  Un racista partidario del apartheid, nada menos.  Si alguien NO merecía esta distinción fue Wilson.  Además, fue el irresponsable que creó la Ley Seca en los Estados Unidos.
            En 1929 se le dio de nuevo a un político gringo, Frank Kellogs, Secretario de Estado de Calvin Coolidge por haber sido co-firmante del lírico tratado Briand-Kellogs.  En 1945 se le volvió a dar a otro secretario de estado norteamericano, Cordell Hull, una persona casi anodina pero con una larga carrera política.  En 1953 lo volvió a ganar otro secretario de estado, esta vez, George Marshall, el del famoso Plan Marshall que confirió a las empresas norteamericanas el monopolio de la “reconstrucción” de Europa.  Algo así como la Halliburton de Dick Cheney y Bush en Irak.  En el 62 lo ganó Linus Pauling, y esta vez sí cayó en buenas manos; en un pacifista honesto y de un talento ilustre que no solo había ganado el Nobel de Química por sus brillantes trabajos científicos, sino que luchó en contra de las pruebas atómicas que realizaban los Estados Unidos.  Era una época de revisión y guerra fría.  En el 64 se lo dieron al doctor Martin Luther King, bien merecido.  Sin embargo, ese “error” fue prontamente corregido por el sistema, cuando el 4 de abril de 1968 lo asesinaron en el racista estado de Tennessee.  Pero en el 73 la volvieron a regar cuando premiaron con él a Henry Kissinger, otro secretario de estado guerrerista, judío nacido en Alemania, que nunca aprendió a hablar el inglés correctamente.  Un criminal que supera a cualquiera de los nazis de peor reputación, fue el creador intelectual del golpe de estado de Chile y el consiguiente asesinato de Allende y el gran genocidio de Pinochet.  Todavía se le persigue internacionalmente por sus crímenes.  Recordemos que el premio fue compartido con Le Duc Tho canciller de Vietnam del Norte, quien con justo razonamiento, lo rechazó.  Pero Kissinger no tuvo sonrojo alguno al recibirlo por una paz que no se había dado y en la que él nada había contribuido.  Además, en Vietnam no se dio la PAZ sino la DERROTA TOTAL de Estados Unidos.    El Nobel en manos de este sujeto es una vergüenza para esa institución.
            En el 75 se le dio a Andrei Shakarov, físico nuclear disidente que, después de ayudar a crear la bomba de hidrógeno soviética, se declaró pacifista.  Del agrado del “mundo libre”.  Pero el mayor desprestigio de ese premio llegó cuando en 1978 se lo regalaron a Menahem Begin, un asesino del grupo Irgún; un terrorista que se dedicaba a poner bombas por todas partes.  Y después, como primer ministro de Israel, llevó a cabo una campaña de exterminio en contra del pueblo palestino.  En el 78 se le da a Lech Wallesa, otro disidente que gozaba de la simpatía de USA dentro del marco de la guerra fría.  En el 86 lo recibe Eli Wiesel un activista judío dedicado a la inmortalización del mito del holocausto; un revanchista muy alejado de haber hecho alguna contribución a la causa de la paz; al contrario, fue un cultor del odio semita.  En el 87 se lo dan a Oscar Arias, dentro del mismo contexto ideológico de la guerra fría.  En el 89, al Dalai Lama, bien merecido, pero siempre en la misma línea política de occidente en contra de los grandes poderes comunistas: Rusia y China.  En el 90 se lo dan a Gorbachov como premio por haber desmantelado a la Unión Soviética y convertirla en un caos que pudo ser capitalizado por lo más recalcitrante de las fuerzas capitalistas.  A partir de ahí, Rusia cayó en la postración que la abate hasta hoy.  Bien ganado el premio por Mike Gorby.  En el 92 se lo dan a Rigoberto Menchú, y ahí termina de abaratarse este galardón porque, hasta el momento, nadie sabe con exactitud por qué se lo otorgaron a esta indita asimilada.  Pero una cosa es segura, apaciguaron a los millones de indígenas que estaban a punto de levantarse en armas.  En un país en donde nada ha cambiado desde la colonia, ese premio no parece tener justificación alguna; pero ella está bien acomodada en el sistema.  En el 93 lo reciben de Klerk y Mandela como encubrimiento a un plan que dejaría las cosas igual para los negros de Sudáfrica.  De igual naturaleza fue el premio de 1994 cuando se les da a los criminales Isaac Rabin y Simón Peres bajo la pantalla de otorgárselo también a Yasser Arafat, que siempre fue un guerrero que nunca tuvo nada que ver con la paz.   El primer Nobel del nuevo milenio se le dio a Kim Dae Jung presidente de Sur Corea e incondicional de los Estados Unidos (“occidente”).  El del 2001 se le regaló al servil Kofi Annán de la ONU.  El del 2002 fue bien colocado en la persona de Jimmy Carter, gran señor y pacifista de verdad.  En 2003 se le otorgó a la disidente iraní Shirin Evadi, también de la aceptación de occidente por hostigar al gobierno de Irán.  En 2004 se le endosa, políticamente, a Wangari Maathai, una desconocida keniana que nada tiene que ver con cuestiones de guerra o paz, sino que es una ecologista.  ¿Apaciguamiento?  En 2005 se le da a la Organización Internacional de Energía Nuclear, la misma que se dedica a joder a Corea del Norte e Irán, y que está constituida por ciudadanos de… ustedes ya saben de donde.  En el 2007 se le da a los del Cambio Climático (¿?).   En el 2008 a Martii Ahtisaari.  ¿Saben ustedes algo de él?  Por aquí solo sabemos que fue empleado de la ONU, y eso dice todo.
            En el 2009 se le da a Barak Obama.  ¿Por qué?  Ni la menor idea.  Y el último le corresponde al disidente chino Liu Xiaobo, condenado por la justicia china a prisión por delitos en contra del Estado.  Pero este hombre goza del apoyo del “occidente”, y de este lado se está tratando de formarle un perfil relevante de demócrata luchador, para ver si a China le pasa lo mismo que a la Unión Soviética.  Podemos decir que el honor de recibir ese galardón es un tanto dudoso; y para dicha y orgullo de Mahatma Gandhi, NUNCA lo macularon con él.  Y si alguien lo merecía, ese fue el Bapu de la India.
            Pacífiquescamente
                                   RIS    E-mail: rhizaguirre@gmail.com
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