719 “LA CHISPA”
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos
del Poder”
¿PRESERVACIÓN DE LA VIDA? La
propuesta en sí es absurda, ya que la Vida es eterna e indestructible y no
puede ser eliminada por nadie. Dicen los que saben
que la Vida Una es una identidad con
lo Absoluto, y que no estamos en
capacidad ni siquiera de definirla, decir qué es ni cómo funciona. Solo barruntamos que ES, que se manifiesta en infinidad de formas y que llena todos los
confines del Universo. No se crea ni se
destruye pues es tan eterna como la
materia que utiliza como vehículo. Y la Eternidad no tiene principio ni fin. Así que tampoco existe un “comienzo de la
Vida” como ingenuamente proclaman muchos científicos, religiosos y gente común. Está en todo, en cada átomo del cosmos y
adopta todas las formas imaginables o no.
TODO ESTÁ VIVO. Aunque sea en niveles que no podemos
comprender y en objetos que no presentan las características con las que
solemos definirla de una manera elemental y simplista. Y como la Vida es Dios y viceversa, podemos
dar de ella la misma no-definición védica: “Dios (la Vida) es Aquello sobre lo cual toda especulación es
inútil”.
Así
que cuando hablamos del intento de preservar la Vida, en realidad lo que
queremos decir es “a los seres vivientes” de cualesquiera de los miles de familias
que existen. Es el cuidado de los
tigres, leopardos, águilas, ballenas (las más publicitadas) rinocerontes y cientos de otras que están en peligro
de extinción. Porque estas sí
desaparecen, mas no la vida. Y las especies se esfuman por dos razones:
evolucionan a otras mejores y más aptas, o mueren porque ya cumplieron su papel
y dejan de ser necesarias en el sistema ecológico. Una tercera
vía es la explotación desmedida que de ellas hace el hombre. Sin embargo, ante la propuesta de los
ecologistas y conservacionistas, se plantea un dilema que pone en entredicho
las intenciones de esta gente; o al menos nos hace dudar de la generalidad del
principio: “La preservación de la Vida”. ¿Es solo la protección de las más
llamativas, bonitas y, aparentemente, más indefensas? ¿Es solo el cuidado de las focas bebés, de
los tiernos pandas y los rarísimos ornitorrincos? ¿Es una proclama general en defensa de la
Vida? ¿O es una declaración maliciosa y
discriminatoria? Si pretendemos ser defensores de la Vida, debemos empezar con la de
nuestros semejantes. Con la de
millones de niños que mueren de hambre en todo el mundo; con los cientos de
miles de personas que mueren en guerras criminales cuyo único fin es la
rapiña. Como la de Irak y todo el Medio Oriente. Como la de
enormes masas depauperadas en la América Latina.
A partir de allí, cuando esta meta
se cumpla, debemos ir generalizando la tarea hacia nuestros hermanos menores, sin distinción. Porque si hacemos excepciones, entonces solo
somos unos hipócritas en busca de notoriedad.
Si en realidad nos interesa proteger la Vida, esa actitud debe ser
general. Entonces ¿por qué gastamos
millones de billones tratando de exterminar todas las formas de Vida que nos
incomodan, molestan o nos dan asco? Son Vidas
como cualquiera. En la economía de la
naturaleza tanto vale una pulga como un elefante; una cucaracha lo que un
hombre. Un gusano lo mismo que un perro
o una paloma. Sacrificamos cruelmente a
millones de seres indefensos para comerlos, y son parte de la Vida Una. Pero no queremos darnos cuenta. Una pobre vaca, triste e indefensa tiene tanto
derecho a la vida como el hombre más ilustre. Nadie tiene la prerrogativa para suprimir a
un viviente cualquiera porque este es parte de la Vida. Entonces ¿por qué gastamos miles de colones
en matar ratas, cucarachas, pulgas y todos los insectos reales o imaginarios
que viven en nuestros hogares? ¿Por qué
seguimos al pie de la letra los dictados de las empresas de la muerte que se
dedican al exterminio de criaturas incapaces de hacernos nada, pero que han
sido satanizadas por los vendedores de aerosoles mata-todo? Cuanto más pánico y aversión nos hagan
sentir por los “bichos transmisores de
enfermedades”, más venenos compramos y más atentamos en contra del
ambiente. El gran negocio. Cuanto más creamos en los “microbios dañinos” que están en todas
partes, más dinero para la Bayer.
Jingle político navideño:“Nos preocupa la seguridad ciudadana”
Suena
un poco incómodo porque hemos sido culturizados por la industria farmacéutica (y
médicos), la cual se sustenta en la existencia de los malos microbios que todo lo atacan por puro vacilón y sin causa alguna.
Es por eso que invierten tanto en publicidad para convencernos de que
rociemos nuestros hogares con todos los venenos líquidos, en polvo, aerosol y
sólidos con los cuales podemos mantener nuestras casas como quirófanos. Pero ante el fracaso de todos ellos, se ha
dado el último grito de la moda exterminadora: los aparatos electrónicos que emiten microondas insoportables para los bichos. Pero estos continúan allí, por millones, y es
seguro que cuando el último humano haya desaparecido de la Tierra, allí estarán
como Johnnie Walker, las cucarachas, moscas, zancudos, ratas, topos,
hongos, plantas, microbios y toda esa infinita legión de criaturas que
comparten el don de la Vida, y entre las cuales, a ninguna se le ha ocurrido
que para que ellas progresen, DEBEN EXTERMINAR a las otras especies. Ellas saben
que hay espacio y tiempo para TODOS. Solo el hombre (“el rey de la creación”)
es el único animal al que se le antoja que es dueño exclusivo de todos los
bienes que la Naturaleza obsequia a todos sus hijos, sin llevar a cabo acciones
selectivas.
¿Qué piensan
ustedes de preservar la vida de los cocodrilos? Ante de contestar, piensen que estos se comen
a miles de personas en los ríos de África; incluso en América. Una
persona conocida me dijo cuando le hice esta pregunta: “Yo acabaría con todas esas horrendas alimañas, de por sí, ya han
vivido como trescientos millones de años”.
Y cuando le pregunté lo mismo
sobre los pandas, su respuesta fue la siguiente: “¡Ah, esa es otra cosa, estos animalitos son bien lindos!” ¿Una doble moral determinada por la
simpatía y las apariencias? ¿Lo mismo
que los blancos hacen con los negros, chinos, indios y mestizos?
Cuando
oiga hablar de sociedades protectoras del ambiente y la vida, pregúntese sin
sus intenciones son proteger la Vida,
o simplemente la de ciertas criaturas por las que sienten un cariño
especial. Pero en todo caso, no se
preocupe mucho, nadie puede exterminar la Vida,
aunque puedan asesinar a millones de criaturas, incluido el hombre. Dicen los que
saben…
Fraternalmente
(¿Usted
qué piensa?)
RIS. E-mail: rhizaguirre@gmail.com
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