jueves, 2 de febrero de 2012

719 ¿Preservación de la Vida?


719    LA CHISPA       
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
¿PRESERVACIÓN DE LA VIDA?                                                           La propuesta en sí es absurda, ya que la Vida es eterna e indestructible y no puede ser eliminada por nadie.  Dicen los que saben que la Vida Una es una identidad con lo Absoluto, y que no estamos en capacidad ni siquiera de definirla, decir qué es ni cómo funciona.  Solo barruntamos que ES, que se manifiesta en infinidad de formas y que llena todos los confines del Universo.  No se crea ni se destruye pues es tan eterna como la materia que utiliza como vehículo.   Y la Eternidad no tiene principio ni fin.  Así que tampoco existe un “comienzo de la Vida” como ingenuamente proclaman muchos científicos, religiosos y gente común.  Está en todo, en cada átomo del cosmos y adopta todas las formas imaginables o no.  TODO ESTÁ VIVO.  Aunque sea en niveles que no podemos comprender y en objetos que no presentan las características con las que solemos definirla de una manera elemental y simplista.  Y como la Vida es Dios y viceversa, podemos dar de ella la misma no-definición védica: “Dios (la Vida) es Aquello sobre lo cual toda especulación es inútil”.     
            Así que cuando hablamos del intento de preservar la Vida, en realidad lo que queremos decir es “a los seres vivientes” de cualesquiera de los miles de familias que existen.  Es el cuidado de los tigres, leopardos, águilas, ballenas (las más publicitadas) rinocerontes y cientos de otras que están en peligro de extinción.  Porque estas sí desaparecen, mas no la vida.  Y las especies se esfuman por dos razones: evolucionan a otras mejores y más aptas, o mueren porque ya cumplieron su papel y dejan de ser necesarias en el sistema ecológico.  Una tercera vía es la explotación desmedida que de ellas hace el hombre.  Sin embargo, ante la propuesta de los ecologistas y conservacionistas, se plantea un dilema que pone en entredicho las intenciones de esta gente; o al menos nos hace dudar de la generalidad del principio: “La preservación de la Vida”.  ¿Es solo la protección de las más llamativas, bonitas y, aparentemente, más indefensas?   ¿Es solo el cuidado de las focas bebés, de los tiernos pandas y los rarísimos ornitorrincos?  ¿Es una proclama general en defensa de la Vida?  ¿O es una declaración maliciosa y discriminatoria?  Si pretendemos ser defensores de la Vida, debemos empezar con la de nuestros semejantes.  Con la de millones de niños que mueren de hambre en todo el mundo; con los cientos de miles de personas que mueren en guerras criminales cuyo único fin es la rapiña.  Como la de Irak y todo el Medio Oriente.   Como la de enormes masas depauperadas en la América Latina.
            A partir de allí, cuando esta meta se cumpla, debemos ir generalizando la tarea hacia nuestros hermanos menores, sin distinción.  Porque si hacemos excepciones, entonces solo somos unos hipócritas en busca de notoriedad.  Si en realidad nos interesa proteger la Vida, esa actitud debe ser general.  Entonces ¿por qué gastamos millones de billones tratando de exterminar todas las formas de Vida que nos incomodan, molestan o nos dan asco?  Son Vidas como cualquiera.  En la economía de la naturaleza tanto vale una pulga como un elefante; una cucaracha lo que un hombre.  Un gusano lo mismo que un perro o una paloma.  Sacrificamos cruelmente a millones de seres indefensos para comerlos, y son parte de la Vida Una.  Pero no queremos darnos cuenta.  Una pobre vaca, triste e indefensa tiene tanto derecho a la vida como el hombre más ilustre.  Nadie tiene la prerrogativa para suprimir a un viviente cualquiera porque este es parte de la Vida.  Entonces ¿por qué gastamos miles de colones en matar ratas, cucarachas, pulgas y todos los insectos reales o imaginarios que viven en nuestros hogares?  ¿Por qué seguimos al pie de la letra los dictados de las empresas de la muerte que se dedican al exterminio de criaturas incapaces de hacernos nada, pero que han sido satanizadas por los vendedores de aerosoles mata-todo?   Cuanto más pánico y aversión nos hagan sentir por los “bichos transmisores de enfermedades”, más venenos compramos y más atentamos en contra del ambiente.   El gran negocio.  Cuanto más creamos en los “microbios dañinos” que están en todas partes, más dinero para la Bayer.   
Jingle político navideño:“Nos preocupa la seguridad ciudadana”
            Suena un poco incómodo porque hemos sido culturizados por la industria farmacéutica (y médicos), la cual se sustenta en la existencia de los malos microbios que todo lo atacan por puro vacilón y sin causa alguna.  Es por eso que invierten tanto en publicidad para convencernos de que rociemos nuestros hogares con todos los venenos líquidos, en polvo, aerosol y sólidos con los cuales podemos mantener nuestras casas como quirófanos.  Pero ante el fracaso de todos ellos, se ha dado el último grito de la moda exterminadora: los aparatos electrónicos que emiten microondas insoportables para los bichos.  Pero estos continúan allí, por millones, y es seguro que cuando el último humano haya desaparecido de la Tierra, allí estarán como Johnnie Walker, las cucarachas, moscas, zancudos, ratas, topos, hongos, plantas, microbios y toda esa infinita legión de criaturas que comparten el don de la Vida, y entre las cuales, a ninguna se le ha ocurrido que para que ellas progresen, DEBEN EXTERMINAR a las otras especies.  Ellas saben que hay espacio y tiempo para TODOS.  Solo el hombre (“el rey de la creación”) es el único animal al que se le antoja que es dueño exclusivo de todos los bienes que la Naturaleza obsequia a todos sus hijos, sin llevar a cabo acciones selectivas.
            ¿Qué piensan ustedes de preservar la vida de los cocodrilos?  Ante de contestar, piensen que estos se comen a miles de personas en los ríos de África; incluso en América.   Una persona conocida me dijo cuando le hice esta pregunta: “Yo acabaría con todas esas horrendas alimañas, de por sí, ya han vivido como trescientos millones de años”.   Y cuando le pregunté lo mismo sobre los pandas, su respuesta fue la siguiente: “¡Ah, esa es otra cosa, estos animalitos son bien lindos!”  ¿Una doble moral determinada por la simpatía y las apariencias?  ¿Lo mismo que los blancos hacen con los negros, chinos, indios y mestizos?
            Cuando oiga hablar de sociedades protectoras del ambiente y la vida, pregúntese sin sus intenciones son proteger la Vida, o simplemente la de ciertas criaturas por las que sienten un cariño especial.  Pero en todo caso, no se preocupe mucho, nadie puede exterminar la Vida, aunque puedan asesinar a millones de criaturas, incluido el hombre.    Dicen los que saben…
            Fraternalmente                                                      (¿Usted qué piensa?)
                                   RIS.                                         E-mail: rhizaguirre@gmail.com


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