670 “LA
CHISPA”
Lema: “En la
indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
¿DE QUÉ SIRVE EL DIÁLOGO ENTRE SORDOS?
Cuando
cualquier grupo humano tiene muy claro su programa y objetivos, dialogar es
solo una pérdida de tiempo, o una estrategia calculada. Y esa es la diferencia que hay entre nuestros
bisoños políticos con ideas de un
socialismo cimarrón, y las clases poderosas bien organizadas y respaldadas
internacionalmente por el gran capital.
A estos novatos los dejan jugar a ser “libertadores”, líderes populares,
socialistas o lo que sea, siempre y cuando se mantengan dentro de los carriles
centenariamente señalados por las respectivas oligarquías nacionales. Mientras no toquen o afecten los intereses de
estas, pueden divertirse y hablar lo que les dé la gana. Incluso tomar ciertas medidas populistas
agradables a la chusma, pero que no alteran en nada el esquema básico de la economía planificada en manos de unos
pocos. Pero por más ilusos que sean
estos primerizos, terminan estrellándose contra el muro de la realidad política
latinoamericana y el marco tradicional establecido. Y como este es invariable, tienen que elegir
alguna de las salidas que el sistema les ofrece. LA DEMOCRACIA FORMAL NO DA PIE A REFORMAS QUE BENEFICIEN A LOS
PUEBLOS. Así que callan y se pliegan, o denuncian y terminan
su período aplastados por la “opinión pública” nacional; e
internacional, si fuere necesario. Y ya
sabemos en manos de quiénes está esa opinión pública. La opción de plegarse al sistema les
garantiza salir bien “fondeados”, sin pena ni gloria, pero con plata. Y si
no eligen alguna de estas vías, les dan
golpe de estado. Como en Honduras.
El
modelo de enriquecerse es el adoptado por casi
todos, en especial, por los mejicanos. Claro que cabe la salvedad de aquellos
presidentes que son miembros de la Oligarquía; en este caso, todo es
previsible. En América no hay diálogos ni los habrá; aquí solo cuentan los
intereses de los que están arriba, y toda discusión se centra en el cómo y en
qué porcentajes se reparten los beneficios.
Nuestras Asambleas y Congresos NO
son foros de diálogo creativo o consulta; son antros de conciliábulos en donde
los partidos oficiales y minoritarios se reúnen para coludirse en contra de los
pueblos. Nuestras Asambleas son centros
mercantiles en donde se venden, rematan y subastan los bienes nacionales a los
mejores postores del extranjero. Y a
pesar de que estos cuerpos se consideran “representantes
de los pueblos”, toda gestión que estos hagan ante ellos, es una petición
que se hace ante sordos intencionales. Nuestros diputados solo escuchan el sonido del dinero.
Los
diálogos criollos en la América Latina no pasan de ser más que la enumeración
de lo que los gobiernos pueden conceder,
nada más. Y las pláticas entre los
sindicatos y las patronales (siempre respaldadas por los Estados) no son más
que la imposición de los términos de rendición bajo los cuales los trabajadores
se someten al arbitraje de los gobiernos.
El coloquio entre pobres y ricos siempre ha sido de una sola cara, con
una sola propuesta y una salida invariable.
Todo el que tenga una onza de cerebro, sabe cuál será la solución que se
le dé a cualquier problema que tenga que ver con los intereses de los poderosos
y los pueblos. O de los presidentes
alborotadores y las oligarquías criollas.
Fue por eso que en la “Chispa”
664 dije que el Presidente Zelaya había caído en la trampa de nuestros
famosos diálogos. ¿Sobre qué se puede conversar en la América
Latina cuando del Poder se trata? El golpe de Honduras es la confirmación más
brutal de esta política generalizada. La
oligarquía catracha, respaldada por la Internacional
Capitalista, se dio el lujo de dictar cátedra sobre lo que es la “democracia preventiva”, un nuevo
concepto político que deberá ser incorporado en los textos universitarios. Y desde luego, la jauría de testaferros del
continente, ha aplaudido con alegría
esta medida democrática y legítima
para prevenir el chavismo, el nuevo “Coco”,
ahora que Fidel colgó los guantes.
El
doble juego de USA en esta
tragicomedia, es lo que le confiere fuerza y respaldo al acto violatorio de la
soldadesca hondureña. Todo el mundo sabe
que una cosa es lo que dice Barack
en los foros políticos, y otra, las órdenes giradas por el pretor yanqui en Tegus. Los simios saben que cuentan con el respaldo
irrestricto de la maquinaria militar gringa, pues los “muchachos” de Palmerola
no están allí para dialogar. La ominosa
presencia del ejército norteamericano en esa base, es la certeza de que la
oligarquía hondureña se impondrá. Así
que la invasión militar venezolana no solo es un chiste de mal gusto que nadie
se traga seriamente, sino que constituye una burla grosera a la inteligencia de
los latinos que tengan por lo menos un adarme de sesos. Y a propósito, ¿desde cuándo los latinos podemos dialogar con los Estados Unidos? No importa cuál sea la careta que utilicen
(Obama o quien sea), la política del Imperio siempre ha sido la del Big Garrote, y los que piensen otra cosa,
solo tienen que esperar unos meses para que se den cuenta de cuál es la
realidad de siempre.
La
Oligarquía chilla desaforada por toda América, señal de que está
preocupada. Y es en estos momentos de pánico,
cuando pierde la chaveta e invoca todos los argumentos más estúpidos y absurdos
para justificar sus acciones
violentas y de irrespeto a los fundamentos de la democracia: “que Chávez iba invadir
a Honduras, que Zelaya es amigo de Hugo, que Hugo es amigo de Fidel, y que
Fidel simpatiza con Ortega, Evo y Zelaya”.
“Que Hugo es comunista y ateo y que la suegra no lo quiere”. Cualquier idiotez es válida y la utilizan
porque saben que en América Latina hay millones de tontos y simplones que creen
cualquier cosa. Chávez es el necesario Osama bin Ladden de los Andes. Para distraer la atención de los pueblos
acerca de la injusticia social impuesta por las castas poderosas, estas
necesitan crear demonios más temibles que la miseria a la que son condenados
por las oligarquías. Viejas, manidas e
idiotas estrategias políticas que, sin embargo, siguen teniendo utilidad entre
la gente sencilla. Sobre todo, en los
que tienen alguna platita y propiedades.
Con
esa gente NO ES POSIBLE NINGÚN DIÁLOGO,
si entendemos este por un acto dirigido a la resolución justa de problemas
comunes. Así que si el pueblo hondureño
no hace nada, NADA puede esperar de
ninguna de las mascaradas de la OEA
o la intermediación de Oscar Arias o los Estados Unidos, pues todos sabemos
hacia dónde se inclina la balanza de los intereses. Y eso
es lo único que cuenta para el Capital.
Lo demás es conversación de sordos, y participar en esta, solo indica la
inocencia política del señor Zelaya.
Sordescamente
Ricardo Izaguirre S. E-mail:
rhizaguirre@gmail.com
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