726 “LA
CHISPA”
Lema: “En la
indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
¿POR QUÉ SE COBRA EN LAS UNIVERSIDADES ESTATALES?
Lugar
común: la mejor inversión que puede hacer un país es la Educación, en todos sus estadios.
Entonces, ¿por qué se le pone tanta cortapisa a esta actividad? ¿Por qué se dificulta tanto esta empresa que
es la más segura para lograr el desarrollo
sostenible, como dice ese eslogan tan de moda? Véase que no hay colectividad de gente instruida que se encuentre en la
deplorable condición que es endémica en casi todos los estados de la América Atrasada. Y aún entre estos, a pesar de su baja cultura
general, se nota la diferencia que existe entre los más analfabetos y los que
gozan de una mejor preparación. En las
naciones con alto nivel escolar, los estándares de vida se corresponden con
aquel. Pueden sufrir traspiés, pero de
inmediato alcanzan la bonanza de nuevo. Los ejemplos de Europa y Asia (Alemania y
Japón) son tan evidentes que, parece una majadería estar repitiéndolos. Sin embargo, nuestros gobernantes se niegan a
verlos y a aplicar esos modelos en sus naciones. La Instrucción Pública es la Cenicienta entre todas las prioridades
de los Estados americanos. Nunca hay
suficiente dinero para paliar las necesidades de ayer, mucho menos las de
hoy. Y ni mencionar las del futuro. (Chiste político: “Nos
preocupa la educación y la salud del pueblo”)
¿Cómo
pueden ser tan torpes para no ver eso?
Si algo es tan evidente, ¿cómo es que nuestros estadistas no lo
ven? ¿Es una simple omisión o todo se
trata de una conspiración para mantener el statu
quo? A simple vista parece imposible
que algo tan claro pueda ser ignorado por hombres de grandes conocimientos
políticos, económicos y sociales.
Entonces, ¿cuál puede ser la causa para que no se ponga en función una
empresa que habría de conducirnos, inevitablemente, hacia el desarrollo? En la educación de un pueblo NO HAY RIESGO ALGUNO. Es un negocio más seguro y productivo que el
de la coca, entonces, ¿por qué no se
pone en acción de manera masiva e intensa?
Hay países que mantienen enormes
ejércitos de parásitos a costas del erario.
Compran millones de dólares en armas que nunca han de emplear si no es
para matar a su propia gente. Con solo
la eliminación de esta lacra que ha significado el dolor, abusos y muerte de
cientos de miles de latinos, sería posible implementar en cada pueblo un
sistema universitario de primera. Decenas
de Tecnológicos e Instituciones de Investigación se podrían montar con solo
cobrar los tributos de manera justa y proporcional.
¿Por
qué no se hace, si la fórmula es tan simple?
Tan sencilla es la respuesta como la pregunta: porque hay gente a la que
no le conviene. Y estas personas son las que forman las Oligarquías de nuestro
continente. Estas continúan
adheridas, ferozmente, al esquema económico de la Colonia. Cantidades enormes de mano de obra barata (por ser analfabeta), exportación de
materia prima y dominio de todo el deficiente aparato productor de lo que
sea. Dirección del Estado en forma permanente,
control exclusivo de la banca y el sistema financiero. Exenciones de todo tipo, evasión de toda
responsabilidad monetaria a favor de la sociedad de la cual se benefician (esta
incluye la escuela). Ellos viven en su
mundo detenido en el tiempo, en donde todo es ideal, y es la razón por la cual
se resisten a toda modificación. Se sienten
atemorizados por la modernidad y los cambios que esta apareja. Un joven bachiller ya no será cogedor de
café. Una chica bachiller ya no
será sirvienta, y eso los horroriza. Las
Oligarquías viven en su mundo “perfecto”
en el cual no tiene cabida la educación de las masas. Estos dinosaurios sociales se sienten
intimidados por el SABER, porque
ellos entienden que este conlleva una forma de Poder Temible. Y las torpes
Oligarquías NO TIENEN, porque no han
querido, un programa para adaptarse a esa condición que, tarde o temprano,
tendrán que enfrentar.
Con
el progreso vinieron las fábricas, los procesos y la necesidad de obreros con
algún barniz de cultura; y eso hizo posible que permitieran, por obligación, la
apertura de una instrucción básica del populacho para que este pudiera entender
órdenes escritas. Nada más. Pero los que
probaron ese bocado inicial, descubrieron un mundo de infinitas posibilidades
que podían equipararlos a las clases elevadas, y por eso exigieron más
educación: colegios y universidades públicas.
Pero tal cosa NUNCA estuvo en los
planes de la Oligarquía; solo fue un error histórico que debían corregir
para volver a los tiempos floridos de aquellas legiones de obreros con una
instrucción limitada que no les permita aspirar a nada más que a ser
peones. El número de gente educada DEBE mantenerse dentro de ciertos
límites manejables. Para eso crearon las
Universidades Privadas y, desde el
interior de los gobiernos, han maniobrado para que las Universidades Estatales se encarezcan de manera que se conviertan
en inaccesibles para el pueblo. Así
mataron dos pájaros con la misma piedra: convirtieron
la educación en un negocio (capitalismo “educativo”), y dejaron por fuera
de esta a una extensa masa de la población (candidatos a ser mano de obra
barata y sin muchas aspiraciones).
Es la razón por la que las Universidades
del Estado cobran cifras prohibitivas que les cierran las puertas a los
jóvenes de hogares pobres. Estudiar medicina es un sueño para
bachilleres de la clase baja. Esta
profesión solo es una posibilidad real para los hijos de ricos. Es decir, todo lo que vale la pena, siempre
está en manos de ellos. Además, como la
Universidad Privada es un gran negocio, este NO DEBE TENER competencia “desleal” de parte del Estado. Es por eso que también las han obligado a convertirse en “comerciantes de la educación”. La
empresa privada universitaria se ha asegurado no solo la casi exclusividad del
negocio, sino la certeza de que de las universidades públicas NO SALDRÁ gente que pueda amenazar el
inefable mundo dentro del cual viven las Oligarquías: dentro de un gran mar de
miseria y angustia, que es la agenda diaria de nuestras naciones. Las Universidades Estatales, la posibilidad
de educación superior para los
jóvenes de hogares de bajos recursos, se esfumó dentro de la angurria
capitalista. El sueño de libertad e
igualdad de las masas se volvió “capitalista” y excluyente. Lo que debía ser un puente hacia una vida
mejor, se convirtió en una terrible e infranqueable barrera social. Ahora las Universidades Públicas son tanto o más elitistas que las Privadas. Las obligaron a cobrar para hacerlas
imposibles a las aspiraciones del pueblo.
Por eso cobran caro. El sueño
está roto y alicaído, PERO NO MUERTO.
Fraternalmente (¿Cómo manipulan esto en su país?)
Ricardo
Izaguirre S. E-mail: rhizaguirre@gmail.com
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