miércoles, 23 de noviembre de 2011

682 ¿Dónde puedo orinar?


682    LA CHISPA          
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
¿DÓNDE PUEDO ORINAR?
            Desde luego que en el retrete de mi casa, o en el de las personas a las que visito, pero esa no es la intención de la pregunta, sino que dónde puedo hacerlo si esa necesidad me asalta en el centro de San José o cualquier ciudad de Costa Rica (que podría ser igual en tantas ciudades de Latinoamérica).  Hace tiempo escribí unas “Chispas” acerca de este problema de nuestras ciudades, en este caso, de San José (la # 285 y la 151).  En la 151 dije que San José es una ciudad fea en la que no hay nada que ver; y en la 285 me referí a los conatos de urbanismo que la Municipalidad pone en manos de los albañiles de esa Institución.  Y después de mucho tiempo, y pese a los “bulevares” con sus inexplicables asientos, es poco lo que se ha hecho.  Aunque es justo reconocer el esfuerzo realizado.  Al menos, ahora hay dos pedacitos de calle en donde se puede caminar con cierta seguridad.  ¡Felicitaciones!  Sin embargo, hay dos problemitas que siguen siendo una incomodidad de primer orden para cualquiera a quien se le antoje una necesidad corporal en la calle o el centro de San José.
En estos días vi en un documental en la tele, algo que me causó una muy buena impresión: los servicios públicos de las ciudades europeas.  El programa se refería a París, pero es fácil suponer que eso debe ser una norma por todo ese continente.  Estructuras pequeñitas que no solo son oportunas y útiles sino que son auténticos adornos que contribuyen con el ornato de la ciudad.  Se ve que estos servicios no fueron encomendados a la inteligencia y buena o mala voluntad de los albañiles de la Municipalidad de París sino a arquitectos y gente conocedora del diseño y la funcionalidad de este tan esencial servicio comunal.  Verdaderas obras de arte dedicadas a la resolución de necesidades vulgares pero ineludibles e importantísimas.  Logré ver que algunos tienen ranuras para introducir monedas, lo cual me parece muy justo para su mantenimiento y aseo. 
Entonces, ¿cómo es que San José, una ciudad que se precia de ser turística no tiene este tipo de servicios?  Si usted siente un apuro de esta clase, no tiene dónde resolverlo, a menos que se meta en algún McDonalds o cualquier otro negocio de esa clase en donde se verá obligado a comprar algún alimento que le costará miles de colones.  ¡Porque si no compra, no le prestan la llave!  Y en cierta forma tienen razón, pues esos servicios son para sus clientes como indica la ley.   Los otros edificios en donde puede solicitar el servicio son algunos bancos.  Pero en estos siempre se encuentran en lugares ocultos, detrás de las cajas de caudales o en el décimo piso, cuyo ascensor siempre está fuera de servicio.   Solo puede ir al Mercado, a un asqueroso servicio en el cual las mujeres que cuidan, barren las canoas mientras usted está orinando. 
¿Cómo es que la Municipalidad no ha pensado en solventar ese problema?  No importan que los pinten con los colores del partido en el gobierno.   Servicios bonitos, limpios a la vez que decorativos y funcionales; con ranura tragamonedas para el mantenimiento.  Podrían ubicarse en el parque Nacional, el Morazán, frente al Teatro Nacional, en el parque de la Merced, en la Plaza de la Garantías, frente al Banco Central, al costado de la Caja del Seguro, frente al Hospital de Niños y otros lugares estratégicos de grandes aglomeraciones.  Cualquiera que lo necesite pagaría con gusto con unos colones para saciar su necesidad, lo cual produciría suficiente dinero no solo para su cuidado sino para recuperar la inversión.  Aunque deben ser gratis. 
Parece que en todos los negocios tienen una política obsesiva por no prestar los servicios, aunque los tengan.  No entiendo ese egoísmo y falta de voluntad, pero así es.  Así es en el Centro Comercial del Sur, en donde tienen el servicio público en un sitio sin rótulo y prácticamente sin acceso a él.  Parecido es en el Parque de la Paz, aunque allí hay muchos árboles…  Pero como esto es un problema público, debe ser la Municipalidad la encargada de resolverlo; y ya que están trabajando ahí en el Parque Nacional y el Morazán, bien podrían, de paso, resolver ese problema de una vez por todas en ese sector: unos sanitarios bien lindos, y unas fuentes de agua no solo prácticas sino artísticas.   Además, como los choferes ya se acostumbraron a NO PASAR por ahí, ojalá que conviertan toda esa área en un sitio peatonal libre de esos esperpentos humeantes llamados autobuses.   Que ese paseo sea un pulmón más de San José.
El otro de los problemita es el agua.  Un día de estos dediqué parte de la mañana a observar las obras que se realizan en la Estación al Atlántico y el Paseo de las Damas.  Recorrí todo el tramo desde la Terminal hasta el parque Morazán, y noté que en ninguna parte existe una sola fuente de agua.  No la hay en ninguno de los parques ni sitios públicos de todo San José.  Aparte de un par de adefesios de cemento que hay en el Parque de la Paz, estas deseables fuentes no se encuentran.  No la hay en la plaza del Teatro Nacional, tampoco en el Parque Central, la Merced, Dolorosa, la Plaza de las Garantías ni en la avenida central.  Ni siquiera en el Mercado Central, pues allí hay que pedirla en las fondas en donde nos la dan de mala gana.  El paseo de la avenida central debería estar lleno de fuentes como la del reloj de  la Plaza de la Cultura, e innumerables grifos en donde tomar agua o lavarse las manos.  ¿Por qué dan por un hecho que nadie las necesita?  ¿Por qué suponen que nadie requiere un servicio sanitario y que basta con los que hay en ciertos negocios privados?  Un descuido imperdonable de la Municipalidad; pero ahora que está empeñada en embellecer la ciudad, es el momento propicio para corregir esa deficiencia.  Les agradecemos profundamente lo de los bulevares, y ojalá que puedan echar lo más lejos posible del centro de la ciudad a esos agresivos, humeantes y destartalados autobuses que la congestionan, afean y amenazan a los peatones.
Cuanta vía se “roben” para exclusividad de la gente de a pata, constituye una bendición.  Recuerden que el eje de toda actividad urbanística NO es facilitar el tráfago de vehículos, sino hacer que la ciudad sea amigable con los seres humanos.  Que sea acogedora, tierna y segura.  Que no constituya una permanente agresión en contra de sus moradores, y que estos no vivan en estado de pánico por el tránsito de tanta máquina asesina.   Y los baños públicos y las fuentes, contribuirían grandemente con este objetivo.                                                                                                             ¿Cómo está este asunto en su país?    
Agradecidamente                                            Blog:    http://lachispa2010.blogspot.com/
                              Ricardo Izaguirre S.        E-mail:  rhizaguirre@gmail.com
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