martes, 2 de septiembre de 2014

1038 El estreñimietno mata II



1038  LA CHISPA             
 Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
EL ESTREÑIMIENTO MATA        (II)
         En “Chispas” anteriores se explicaron ciertos puntos acerca del estreñimiento, y en esta completaremos lo básico.  El estreñimiento es la dificultad, más o menos grave, que tiene el organismo para hacer sus deposiciones, lo cual siempre es causado por diferentes anomalías en el tracto digestivo.  También dijimos que no tiene una causa única, sino que es el resultado de una multitud de malos hábitos de los enfermos de este mal.  En síntesis, vida antinatural y malos procedimientos en el ejercicio de la mecánica de la alimentación: falta de masticación adecuada (primero y más frecuente error), comer deprisa, tragar hasta el hartazgo; no respetar los horarios de comida, hacerlo bajo situaciones de tensión (cólera, miedo) y otros más.  No hidratarse lo suficiente y llevar una vida sedentaria, sin hacer suficiente ejercicio.  Y encima, comer comida chatarra y procesada, envenenada con cientos de químicos.
         Ahora bien, ¿cuándo debemos ver al estreñimiento como una enfermedad seria?  Como todas las enfermedades crónicas, su proceso de desarrollo es lento, a tal punto que las personas no suelen darse cuenta de su progreso, ni cuándo empezó.  Pero el indicador principal es la dificultad para dar del cuerpo, situación que a veces no solo es lenta e incómoda sino que llega al dolor, a intenso dolor en la parte final del tubo digestivo (colon).  Y como el paciente es sedentario, casi nunca siente sed, lo cual produce resequedad en el intestino, factor que complica la expulsión de las heces.  Es un círculo vicioso muy difícil de romper, pues requiere una sana y permanente disciplina, la cual suele ser muy engorrosa.  Además, siempre están los pretextos (a miles) que los enfermos utilizan para justificar por qué no pueden ejecutar las rutinas básicas para librarse de esta dolencia: “NO TIENEN TIEMPO”.  Y como las farmacéuticas ofrecen infinidad de remedios mágicos para “el tratamiento” de este mal, resulta muy fácil y práctico atiborrarse de pastillas, jarabes, supositorios y cuanta cosa se les ha ocurrido, y continuar en el desorden.  Pero todos sabemos que nadie se cura del estreñimiento con ninguna medicina alopática.  Si las causas (ya mencionadas) continúan en pie, no hay forma de librarse de esta enfermedad y los sufrimientos que causa. 
         Así, pues, ¿cuándo debe una persona considerarse enferma de estreñimiento?  Los naturalistas dicen que si comemos tres veces al día, debemos defecar igual número de veces; pero esto parece un poco exagerado, al menos para la generalidad de personas que lo hacen una vez al día.  Otros dicen que se debe dar del cuerpo dos veces (mañana y tarde).  Pero se puede considerar como normal una vez al día; que se expulsen los residuos de la digestión antes de que empiecen a entrar en estado de putrefacción.  Así que si usted lo hace una vez, puede considerarse sano.  Pero si pasa un día entero sin hacerlo, usted es estreñido; en grado leve, pero ESTREÑIDO.  Y es ahora cuando debe ponerle fin al problema, cuando este todavía NO ES CRÓNICO y no está establecido en sus tripas.  Ya usted sabe (por las “Chispas” anteriores) el camino.  No se trata de “remedios” sino de la corrección de hábitos nocivos.  Sin embargo, también hay un arsenal de recursos naturales y bien probados que sirven para ayudar en la normalización del sistema digestivo.  Pero siempre se debe tener en cuenta que cada persona es un SER ÚNICO, con una fisiología única, lo cual nos lleva a la paradoja de que lo que es bueno para uno, no lo es para otro.  La linaza macerada con ciruelas suele ser un excelente laxante natural para muchos, pero para otros no sirve, no funciona.  Y esa es la fase investigativa en la que debemos embarcarnos, individual o colectivamente.  No todos los remedios naturales funcionan para todas las personas.  Si tienen eso presente y conservan la mente abierta, no sufrirán decepciones.  Tampoco esperen curaciones instantáneas, así no actúa la Naturaleza.
         Vean que el enfoque que debemos hacer no es el de “curación” sino de NORMALIZACIÓN.  Y normalizar la digestión es el objetivo único.  Mientras esta no llegue a la regularidad, estaremos fritos y prisioneros de esta enfermedad que, como sabemos todos, es la causa de infinidad de otras “enfermedades” que acaban con la vida de tantas personas, jóvenes y viejos. 
Recuerden que el cuerpo NECESITA deshacerse de sus desechos, de la manera que sea, pues la retención de estos lo intoxica.  Y esa es la causa de innumerables males que la medicina alopática titula con muchos nombres que incluyen al cáncer.  Eliminar toxinas y materia inútil es la función final del aparato digestivo; pero para que eso se dé, este debe funcionar correctamente desde la boca hasta el ano.  Imagínense ustedes lo que es no defecar por tres o cuatro días (estados graves) y empezarán a vislumbrar lo terrible que se fragua en nuestros intestinos.  Materia en estado de putrefacción que puede ser reabsorbida por el cuerpo; o bien, que obliga a este a eliminar dichos excrementos a través de otras vías como la urinaria, hepática, sistema sudoríparo y aparato respiratorio. 
Debido a ese terrible estado de descomposición, es que las heces de los estreñidos son tan fétidas; también el sudor de esta gente es hediondo, no importa las desodorantes que usen ni cuantas veces se bañen.  Además, se produce la halitosis (mal aliento), pues el organismo utiliza todas las vías posibles para expulsar sus desechos.  El mal aliento crónico es uno de los resultados del estreñimiento y malas digestiones.  Pregunte a un ser querido de confianza, cómo anda su aliento, con valor y sinceridad.  Recuerde que las mentas y los chicles solo disimulan el mal.  Ese es un gran indicador.   Otro aviso es la orina oscura y mal oliente.  Si usted es estreñido, seguramente lo sabe.  Y si no, ponga atención y haga las relaciones necesarias entre esos síntomas y su incapacidad de defecar con la frecuencia requerida.
Esa es la razón por la que solicitamos su colaboración para que nos cuente acerca de sus experiencias, si usted padece de este mal; y para que verifique lo que aquí hemos dicho como causas básicas de este azote.  Quizás entre todos podamos encontrar soluciones parciales a este gran problema que mata lentamente a millones de personas; que asesina en forma silenciosa y traicionera, hasta que adquiere otras formas más siniestras como la gran variedad de cánceres que desarrolla el organismo como las últimas defensas de la vida.  Si usted tiene algo que aportar, por favor no deje de hacerlo, pues por sencilla que sea su contribución, puede estar ayudando a alguna persona, en alguna parte.  Luego iremos comparando experiencias; incorporando tratamientos o bien, eliminando aquellos que no sean eficaces.  Sin embargo, NO PIERDAN DE VISTA las causas básicas que hemos enunciado en estas hojitas, pues ténganlo por seguro que en ellas reside la razón fundamental de esta anormalidad digestiva.  Porque eso es el estreñimiento: disfunción del tubo digestivo.
Una vez más, envíennos experiencias personales bien comprobadas.  Las historias “oídas” no son de mucha utilidad; tampoco los milagros, pues estos no pueden generalizarse; pero, si usted cree en ellos, aplíquelos a su vida, a su caso.  Sin embargo, preferimos como contribución un experimento personal, por simple que sea, que pueda ser puesto en práctica por cualquiera, sin ninguna dificultad.  Algo que le haya servido aunque solo sea a usted, pues puede haber alguna persona a quien pueda servirle de igual manera.  Por favor, no se guarde información que pueda ser valiosa para otras personas; compartamos para obtener el bien común, el más preciado de todos los tesoros: la salud.  Recuerde que la SALUD es más importante que la vida misma, ya que esta sin salud, NO VALE LA PENA VIVIRLA, digan lo que digan.
Fraternalmente
                            RIS

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