miércoles, 23 de octubre de 2013

1005 Los planos de la naturaleza



1005   LA CHISPA        

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

LOS PLANOS DE LA NATURALEZA

            Usted y yo, y todos, vivimos en el plano físico: el mundo de la materia conocida y que se nos muestra mediante los sentidos; eso es todo lo que “conocemos”; pero dicen los que saben que eso no es todo, que existen siete planos diferentes que van desde el físico evidente a todos, hasta uno muy elevado constituido de una materia tan sutil, que se escapa a nuestra imaginación, por aguda que sea.  También nos dicen que el Hombre tiene un cuerpo que corresponde a cada uno de esos planos que son, de abajo hacia arriba: 1- Físico, 2-Astral, 3-mental, 4-búdico, 5-átmico, 6- monádico y, 7-Adi o Divino.  Sin embargo, se nos aclara que la evolución del hombre actual, ustedes y yo, solo se realiza en los tres planos inferiores (físico, astral y mental).  En los planos cuarto y quinto (búdico y átmico) se lleva a cabo la evolución de aquellos que ya han trascendido la evolución humana ordinaria.  Son los que llamamos INICIADOS, producto de esta humanidad o anteriores.  El sexto plano, o segundo, si cuenta de arriba hacia abajo, es el plano monádico o anupádaka, residencia de las mónadas que han entrado a la cadena evolutiva.  Y el sétimo plano es el Adi o Divino, el campo de manifestación del Logos, la residencia de Dios, del Absoluto en manifestación 
            En teoría, para cada uno de estos planos, el hombre deberá desarrollar cuerpos que le sirvan como vehículos de consciencia.  Así como lo es su cuerpo físico, del cual tenemos plena consciencia y sabemos que es el instrumento del “Yo soy yo”.  Lo más desarrollado del hombre es el cuerpo físico, del que tiene mayor consciencia y dominio; luego le sigue el cuerpo astral o de la emociones, el cual está formado de materia del plano astral; después se ubica el cuerpo mental (apenas esbozado en la gran mayoría de la humanidad).  Y allí se termina el cuento de la evolución humana.  Desde luego que esto va encadenado con el asunto de la Reencarnación y el Karma, pues cualquiera sabe que en una sola vida es imposible lograr un desarrollo espiritual que nos ubique más allá de la Rueda de Samsara (reencarnación).  Y la Ley del Karma se encarga de hacer los ajustes necesarios para que cada Ego (la entidad reencarnante) se vaya superando en el transcurso de centenares o miles de vidas.  Decepcionante ¿verdad?  Pero lo peor no es eso, sino el hecho de que ninguna religión o filosofía seria nos dice que el hombre físico (usted y yo) vamos a reencarnar o tener vida eterna.  Solo las religiones occidentales, mal copiadas del oriente (India, China), son las que sostienen que el hombre de carne y hueso (usted y yo) vamos a vivir para siempre en una especie de “lugar” llamado Paraíso, el que nadie ha podido definir con claridad.  Tampoco nos han dicho qué haremos ahí, ni por cuánto tiempo.
            Ninguno de los eruditos iluminados de nuestra presente humanidad, JAMÁS ha dicho que el hombre físico se vaya a salvar y tener vida eterna; ni siquiera la PERSONALIDAD (usted y yo).  Tal afirmación solo es producto de las religiones de occidente en su afán clientelista.  Cualquier obra religiosa (filosófica) oriental que usted lea cuidadosamente, le hará ver que no existe posibilidad alguna de que el hombre (el cuaternario inferior) puede esperar algún tipo de “vida eterna”, cielo o cualquier otra opción.  Incluso los grandes iluminados de occidente, lo dicen muy claramente: la Personalidad desaparece para siempre.  Entonces, ¿qué es lo que sobrevive?  Pues el Hombre, el Ego, la Entidad reencarnante, el Espíritu inmortal que peregrina por la Tierra en multitud de variadísimos vehículos (usted y yo).  Pero usted y yo, nuestra consciencia del “yo soy yo”, se desintegra para siempre, según se nos explica en la Doctrina Secreta y todas las religiones antiguas.
            Así, pues, la Naturaleza está formada por siete clases de materia que van desde la más densa (plano físico) hasta la más sutil (plano divino).  Y para funcionar en forma consciente en cada uno de esos planos, el Hombre deberá desarrollar los respectivos vehículos que, por ahora, son incipientes; incluso el más desarrollado después del físico, el astral, solo unos cuantos individuos son capaces de utilizarlo a plenitud.   Eso significa que, evolutivamente, estamos a millones de años de lograr la “salvación”, el estado aquel en que ya no es necesario volver a reencarnar, o sea, el Nirvana de que hablan los textos sagrados de Oriente; la reabsorción del espíritu individual en el Absoluto.  Pero ¿quién es el que reencarna hasta obtener la liberación final?   ¿Usted y yo?  No parece, según lo que se desprende de la filosofía oriental.  La aceptación de esa teoría es demoledora para la Personalidad (suya y mía),  la cual se cree la protagonista de toda esta trama.  Puede ser que todo esto no sea más que una teoría; sin embargo, no deja de ser un motivo de pasión, análisis, duda, temor o inquietud; talvez a muchos les valga un tacaco, pero a todos nos intriga el fenómeno de la vida y su obligatorio desenlace: la muerte.  ¿Y qué hay más allá?  ¿Algo?  ¿Nada?  Si billones de personas, sabios e ignorantes, suponen que existe un más allá con alguna lógica y sentido común, es imperativo pensar sobre este asunto; no podemos decir, simplemente, que esas son tonterías de gente crédula y sencilla.  Talvez no sea todo lo fantasioso que los fanáticos suponen, tampoco tan fácil como lo presentan las religiones; pero en algo se deben fundamentar esas creencias que, desde los inicios de la humanidad han acompañado al hombre.
            ¿Existen esos planos de la Naturaleza?  ¿Tiene el Hombre esos cuerpos de los que habla el ocultismo y las religiones antiguas?  ¿O todo es un invento que se ha ido fraguando durante edades y edades?  Recuerden que creer o no creer en aquello que NO podemos demostrar, es un acto de FE que en nada modifica la Verdad, cualquiera que esta sea.   Sin embargo, sería una lástima que todo terminara con la muerte; sería divertido, aunque solo fuera por un segundo, tener una vislumbre de algo mucho mejor que lo que es este mundo.
            ¿Usted que cree?  Díganos su punto de vista (ojalá sin fanatismo de ninguna clase) para establecer algún diálogo.  Puede resultar interesante y enriquecedor.
            Fraternalmente
                        RIS                                          Correo: rhizaguirre@gmail.com
Blog “LA CHISPA”        http://lachispa2010.blogspot.com/

1 comentario:

  1. Gladys López-Avendaño24 de octubre de 2013, 10:02

    Ricardo,

    todas estas teorías son muy apasionantes. Tengo para mí, que, efectivamente, cuanto de rigor y serio poseen, en la versión occidental devienen caricatura. Ese cuento de que vamos luego de morir a un paraíso terrenal, únicamente sirve para meterle menos miedo al hecho de morir. "La esperanza es lo único que no se pierde".

    Saludos,

    Gladys

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