jueves, 4 de abril de 2013

994 ¿Quiénes son los que saben?



994    LA CHISPA                
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
¿QUIÉNES SON LOS QUE “SABEN”?
            ¿Y quiénes los que solo creen?   La necesidad de certeza es una exigencia del intelecto, ya sea que se crea o no en algo.  Si se niega, debe haber seguridad, y si se afirma, también.  Ese es el leitmotiv de la ciencia, la religión y la filosofía.  La búsqueda de la “verdad”, de alguna verdad que llene a plenitud esa demanda,  es la mayor obligación de todo ser que piense acerca de la trascendencia de la vida y el orden de la Naturaleza.  De ahí surge la urgencia de formular diversos postulados que rellenen los vacíos de conocimiento exacto, y por eso nos vemos obligados a suponer la existencia de “ciertas verdades” en las que nos apoyamos para estructurar una teoría que explique alguna parte elusiva de la Verdad (la cual también es una suposición).  Es por eso que tenemos que suponer que hay seres que saben ciertas cosas que para el común de los mortales no son más que territorio de sueños, ilusiones, supersticiones y fantasías.  La presencia de tales seres es una necesidad filosófica, científica y religiosa.  Y aunque el materialismo puede sustituirlos por teorías casuísticas (Big bang y otras), la verdad es que estas resultan mucho más disparatadas e improbables que la realidad de seres de superior grado evolutivo, santos, ángeles, arcángeles, Maestros, dioses o como usted prefiera llamarlos.  O simplemente Dios.  Y aunque las explicaciones ocultistas no son completamente satisfactorias para los escépticos, al menos proporcionan un punto de apoyo más racional, útil y consolador que el simple enunciado de la “CASUALIDAD” como causa de todo el orden existente.
            Sentado que hay “personas” o seres que sí saben, veamos qué es lo que dicen y cómo lo han hecho durante todo el largo proceso evolutivo de nuestra humanidad: desde Adán y Eva (en el sentido oculto) o desde el primer Hombre en el que se hizo la luz de la autoconsciencia (individualización).  Esta relación entre esos seres superiores y la humanidad terrícola no es un misterio, pues todas las grandes religiones, sin excepción, hablan de estos.  Sin  importar la particular interpretación que hicieran de ellos y sus “poderes” (sabiduría), todos coinciden en su presencia permanente, que guiaron al hombre primitivo y le proporcionaron toda la información que este pudo asimilar según cada época y región.  Sin embargo, la capacidad para obtener y manejar el conocimiento, siempre ha sido privilegio de unos pocos (eso no es solo teoría); siempre ha sido de esa manera, y esto no es materia de discusión, pues todos podemos verlo a nuestro alrededor.  Siempre hay gente más “viva, lista, inteligente y capaz”.  Personas superiores, nos guste o no.  Y siempre ha sido a través de ellos (místicos, religiosos, científicos, artistas, filósofos) como la información se ha transmitido a la humanidad.  Al principio fue absolutamente escolar: cuestión de dioses y hombres en una posición jerárquica que no admitía discusión o duda alguna: los que sabían y los ignorantes.  Los que venían del cielo en carros de fuego, los dioses, los extraterrestres (que sí lo son).  Los que incluso encarnaron en humanos para guiar a la primitiva población terrícola.   Los reyes divinos de los que hablan todas las grandes religiones.  Nuestros padres estelares.  Dicen los que saben…
            Aquí es donde se concilian la religión, la ciencia y la filosofía: sí somos “hijos” de los alienígenas, sí vinieron del cielo, sí nos enseñaron todo lo que sabemos, sí siguen velando por nosotros, aunque sin intervenir directamente ni violentar el curso de los hechos… dicen los que saben… Se han alejado de nuestra vida física pero están presentes en planos más sutiles desde donde ejercen su poderoso influjo para la evolución de las especies.  Ellos siguen formando el Gobierno del Mundo. Son los que están a cargo de todo.  Aunque el Gobierno Real de la Tierra permanece invisible para el común de la gente, muchos de sus integrantes poseen cuerpos físicos y habitan entre la humanidad.  También algunos de ellos ya son producto de la evolución humana, y han llegado a relevar a los dioses primitivos que le dieron el impulso necesario a aquella infantil humanidad física que se inició con la tercera raza raíz… dicen los que saben.    
En el principio, muchas de estas grandes verdades fueron dictadas directamente por los “dioses”  a los elegidos (los más inteligentes).  Luego, cuando aquellos encarnaron en humanos, lo hicieron a través de reyes, sacerdotes y otros seres distinguidos y conocidos de la Historia como “humanos extraordinarios”.  Los grandes iniciados y héroes de la Antigüedad.  Sin embargo, muchas de sus enseñanzas pasaron a formar parte de la instrucción esotérica (así es en todas las grandes religiones) para que no cayeran en manos de gente indigna (ignorantes) que pudieran hacer mal uso de ellas.  Y por eso fueron re-veladas (veladas y vueltas a velar) y NO develizadas.  Y ese ha seguido siendo el método de enseñanza que se sigue hasta ahora.  Solo así es posible explicarse cómo pudo un hombre como Johannes Kepler, formular las leyes astronómicas que expuso con tal precisión, cuando ni siquiera tenía un telescopio.  Si no lo sabe, averigüe qué dicen las leyes que este hombre formuló, y trate de explicarse, si puede, ¿cómo pudo concebir semejantes y tan complejas verdades en aquella época cuando lo hizo?  ¿Sólo el genio?  ¿O recibió ayuda de los “extraterrestres?  Investíguelo, y si encuentra una respuesta materialista convincente, le agradecería me la comunique, pues yo jamás he podido.
Teorizado que existe un Gobierno del Mundo que se encarga de las cosas complejas y fuera del alcance de los hombres, es necesario señalar que ellos no descuidan ninguno de los aspectos que conciernen al hombre, sin importar que este sea creyente o no.  Ellos saben que la evolución, tarde o temprano, en cientos o miles de años, lo llevará a la comprensión del sistema y la metodología que siguen los “dioses” en el manejo de los asuntos que están a su cargo, de acuerdo con el Eterno Plan Divino.  Sin embargo, si ellos no intervienen en los problemas personales e individuales de los hombres (ley del Karma), eso no significa que estemos abandonados en el aspecto del conocimiento general (Teosofía, Ocultismo, Doctrina Secreta, Misticismo religioso). 
Al frente de cada uno de los Siete Rayos procedentes del Logos Solar (el dios de nuestro sistema), se encuentra un poderoso Señor (un dios para nosotros), Maestro, Arcángel, Chohán o como quiera llamarlo.  Y cada uno de esos rayos le brinda a la humanidad en conjunto, todo lo que esta necesita para su evolución permanente.  El primer rayo es el de la Fuerza, Voluntad y Poder, el cual se encuentra bajo del cuidado del Rey del Mundo, un ser que NO es de la evolución humana.  El segundo rayo, el de la Sabiduría y el Amor, está a cargo del señor Buda (terrestre); el tercero, de la adaptabilidad y el tacto, es dirigido por Maestro Veneciano; el cuarto rayo es guiado por el Maestro Sérapis, y corresponde a la Belleza y Armonía.  El quinto rayo, de la Ciencia está en las manos del Maestro Hilarión; el sexto lo dirige el Maestro Jesús (que no es Cristo) y corresponde a la Devoción o Bhakti.  Y por último está el sétimo rayo, canalizado por el Maestro Rakoczi (San Germán), que corresponde al Servicio Ordenado (magia ceremonial).  Cada ser humano nace bajo la influencia de alguno de estos rayos, y eso nos da la infinidad de variantes de carácter que conocemos.
El Maestro Jesús es el encargado de la actualización y modernización de las religiones.  Y así, cada Maestro tiene a su cargo la tarea que le ha sido encomendada; a ellos y sus innumerables huestes de ángeles, si así quiere llamar a estos hijos de los dioses.  Como ven, no estamos solos en el mundo ni en el universo; y aunque es cierto que no podemos ir (físicamente) a otros sistemas estelares, la verdad es que casi todos ellos saben de nuestra existencia y por cuál grada de la evolución vamos.  Ellos están en lo suyo, e igual que nosotros, tienen a sus Hermanos Mayores que los guían en su particular método de progreso, tanto físico como espiritual.  Eso dicen los que saben…
¿Será cierto todo esto?  Esta es la teoría de la Doctrina Secreta. No me consta, pero me parece mucho creíble y lógica que la del Big bang, la de la Casualidad y los millooooones de años.  Además, coincide con la teoría de los “extraterrestres”, que son los mismos de Ezequiel y de las tantas religiones antiguas.  También es mucho más agradable que el brutal materialismo que nos considera como una simple “guaba” espacio-temporal.
Queda para la próxima, quiénes son los que creen.
¿Qué opina usted?    ¿Será real todo lo que dicen los que se supone que saben?
Fraternalmente
                            RIS

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