martes, 19 de marzo de 2013

421 ¿Qué es una cronología?



421   LA CHISPA    

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

¿QUÉ ES UNA CRONOLOGÍA?

            No sabía que la “Chispa” del Año Nuevo iba a provocar que varios amigos me escribieran para preguntarme ciertas cosas o para protestar por lo que digo en ella.  La parte que tiene que ver con la fe no la contestaré porque esa emoción es irracional y nada se puede hacer al respecto cuando alguien CREE en algo.  En cambio lo de la cronología sí es un campo muy interesante que está al alcance de casi cualquier persona, de casi cualquier nivel cultural.  Es por eso que trataré de aclarar algunos aspectos que apenas esbocé en “La Chispa” anterior cuyo objetivo era el Año Nuevo.
            CRONOLOGÍA: El DRAE dice: 1) “Ciencia que tiene como objeto determinar el orden y fechas de los sucesos históricos”,  3) “Manera de computar los tiempos”.  Eso significa que la cronología es la herramienta principal de la historia, pues sin ella (como el caso de la Biblia) cualquier narración supuestamente histórica queda en el aire.  Sin fechas ni relaciones temporales a sucesos conocidos u otras historias NO HAY HISTORIA, por más fe que se tenga.  De ahí la enorme importancia que tienen las cronologías para establecer la veracidad de los hechos. 
            Hay dos cronologías antiquísimas: la india y la egipcia, pero ambas han sido ridiculizadas, negadas y sepultadas por el pensamiento occidental que se guía por los anales de los judíos en sus dos versiones.  Tanto judíos como cristianos, con su cómputo bíblico, han caído en el más grande ridículo científico, el cual se mantiene contra viento y marea solo porque es un asunto de fe de ambas religiones.  La cristiana se debe al monje Dionisio y al obispo James Usher quien calculó que la tierra había sido creada el 26 de octubre del año 4004 antes de Cristo.  ¡A las NUEVE DE LA MAÑANA!  ¿Qué les parece la seriedad de esa cronología?  Y la de los judíos la inventaron en el siglo XV y determinaron, nadie sabe cómo, que la tierra fue creada el 7 de octubre del año 3761 antes de Cristo, que sumados a los 2008 de la era común, les da un total de 5769 años desde la “creación”.  Como cualquier persona con una onza de sesos sabe, tales cronologías son ABSURDAS.  Carecen de fundamento científico y ni siquiera llenan los requisitos del sentido común, pues tanto la cultura hindú como la egipcias y sus testigos pétreos, existirían desde antes de la creación del mundo.  Sin importar lo que los fanáticos digan, esas cronologías son inaceptables.  Solo son materia de fe.
            No diré nada de la cronología hindú ni de la egipcia porque son muy complejas y requieren mucho espacio para medio esbozarlas; y como también tienen elementos que pueden considerarse “materia de fe” u ocultismo, no son discutibles públicamente.  Por eso nos concretaremos a algunas cronologías humanas bastante conocidas, pero que la Iglesia Católica y sus comadres protestantes no quisieron adoptar por considerarlas “paganas”.  La más importante y conocida es la Olímpica cuyo año se iniciaba en el verano, y toma como punto de partida los primeros juegos que se realizaron en la ciudad de Olimpia en lo que se consideró como el año UNO (-776 AD).  Y como las olimpiadas se hacían cada cuatro años, estas pasaron a ser un punto de referencia histórica: “año segundo de la vigésima olimpiada”.  Sin embargo, esta cronología fue un tanto teórica.  La más práctica y usual era la Seléucida que tenía dos variantes: la de Alejandro que se iniciaba el 12 de noviembre de 324 a.C. a la muerte de Alejandro; y la otra era la de Atenas, que comenzaba en el año 442 cuando Seleuco tomó Babilonia.  Esta era la que utilizaban los judíos y sobre la cual basaron todos sus cálculos cronológicos en forma velada.  Ellos NUNCA tuvieron una cronología propia, como la que los cristianos y bibliómanos en general suponen.   Pero como se veía un poco raro que el “pueblo elegido” no tuviera su cronología exclusiva, en el siglo XV se dedicaron a maquillar la Seléucida y de allí salió la era judía moderna, que nadie sabe cuál es su origen, pero todos suponen que brota de los “misterios de la Biblia”.
            Además, existía la  cronología romana conocida como la AUC (Ab Urbe Condita = desde la fundación de la ciudad) que fue inventada a partir de un suceso mítico, o por lo menos muy nebuloso y sin posibilidad de ser demostrado: la fundación de la ciudad de Roma.  Esa cronología se empezó a implementar por ahí del siglo segundo antes de Cristo, cuando inventaron que la ciudad se había inaugurado en el cuarto año de la sexta olimpiada (753 a. C.).  También existe la Cecrópica y otras más, pero todas tienen el mismo defecto mortal: están fundadas en hechos dudosos e indemostrables.  Las cronologías que se basan en “el año tal del rey tal” están en el aire porque su fundamento es voluble.  En cambio, como sugerimos en “La Chispa” anterior, una cronología basado en el Zodíaco sería perfecta y de precisión astronómica como la de Scaliger.  Por ejemplo, podríamos tomar como punto de partida para el conteo de toda la historia que conocemos, el momento cuando el sol pasó por la cúspide de Leo, es decir, seis meses precesionales.  Ahí nos cabría todo y mucho más de los que conocemos de la Historia.  Entonces, todos los “hechos históricos”, aunque fueran falsos, podrían referirse a ese calendario cósmico con absoluta precisión.  Incluso el supuesto nacimiento de Cristo.  Y podríamos decir que este nació el primero de marzo (Natividad) del año diez mil de la era de Leo.  Matemática perfecta aunque los hechos no sean reales.   Jacob y sus hijos llegaron a Egipto en el año ocho mil cuatrocientos tanto, y después de cuatro siglos y pico de cautiverio, salieron de ahí en el ocho mil ochocientos y resto.  Y que ahora estamos en el año doce mil ocho (12 008).  De esa manera podríamos retroceder lo que nos diera la gana en el tiempo, pues solo sería cuestión de sumar los ciclos precesionales anteriores al presente.  Miles de años precesionales hasta la “aparición” del sistema solar.  Y todo con rigor matemático infalible casi hasta el infinito.  ¿Qué les parece?  ¿Por qué no usar la cronología estelar?  ¿Por qué seguir datando nuestra historia con esa farsa religiosa?                                                                             
            Cronologiescamente
                                               RIS.        E-mail:   rhizaguirre@gmail.com
           

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