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“LA CHISPA”
Lema:
“En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
LA BENEMÉRITA LOTERÍA NACIONAL
Para
los malpensados, aclaro que este artículo es producto de la más auténtica
enchilazón que pueda imaginarse; envidia de 24 kilates después de más de
cincuenta años de jugar lotería sin haber “pegado” ni siquiera un numerito
secundario, de esos de relleno. Claro
que si me la gano en esta semana, de antemano, retiro lo dicho en esta “Chispa” y, a partir de ese momento, me
convertiré en creyente confeso del lema glorioso de la Institución: “Hágase
millonario de la noche al día”.
Pero solo si me la gano; mientras tanto, sigo sosteniendo lo que a
continuación digo. (Espero que le importe a alguien… o a muchos)
Considero
que la lotería en su estructura actual es un fraude, un engaño que no
corresponde en nada a las necesidades monetarias actuales. Se supone que “pegar” la lotería debería ser
la solución permanente de los problemas económicos de cualquiera; pero ¿qué
pasa con los premios actuales? No alcanzan ni siquiera para una buena
borrachera. Hagamos una revisión del monto de los premios
para ver lo ridículos que son algunos de ellos.
Acertar un premio con serie y número, significa alcanzar una
probabilidad casi imposible: una en cien
mil. ¿Se imaginan lo que es acertar CINCO CIFRAS para ganarse un miserable
premio de trescientos mil colones? Es una burla fenomenal. Yo me moriría de la rabia si eso me llegara a
pasar, y es por eso les ruego a mis dioses de la Fortuna que nunca me hagan víctima
de esa grosería. Si no me han de
favorecer con el de noventa millones,
prefiero irme en blanco. Vean ustedes
que con noventa millones apenas se
puede comprar una casita decente, un carrito de segunda y guardar unos cuantos
milloncitos para el resto de la vida (en los jóvenes). Esto si el Estado no se los reduce a cenizas
mediante la devaluación. El segundo
premio es de nueve millones. ¿Qué
se puede hacer con esa suma? No es ni
siquiera la prima de una casita de bien social.
No se puede comprar ni un buen carro de segunda mano. NO SE
RESUELVE NADA. Nueve millones solo
nos complican la vida, pues todos los parientes quieren su tajadita; a la esposa se le antojan muebles nuevos, refrigeradora,
pintar la casa, tele de plasma y mil cosas más que no solo consumen el premio
sino que nos dejan con ocho o nueve millones de nuevas deudas. Ese
premio es una burla refinada de la Lotería.
El tercer premio es de tres millones. Un fin
de semana en Cancún, y ¡a la porra!
Fuimos millonarios por una semana, condición que ya no tiene mucho
mérito en Costa Rica. Es algo como ser
multimillonario en la Alemania de después de la primera guerra mundial. Tener tres millones nos hace (técnicamente)
millonarios; pero en realidad, ¿qué significa eso? ¿Qué resuelvo con tres millones? Claro que muchos me dirán que soy un mal
agradecido y que siete o tres millones son una bendición; y mil cosas más. Pero ese no es el fondo de la cuestión que
quiero plantear. Tener la inmensa y casi
imposible dicha de acertar los cinco números de la lotería, es un
acontecimiento que debería ser recompensado con un premio que RESUELVA todos nuestros problemas monetarios de por vida. Esto no trata de fe, religión, conformidad,
agradecimiento o cualquier otra minucia de tipo moral. Es un asunto de recompensa proporcional a la
elusiva fortuna de atinarle a una posibilidad casi inexistente. Es una cuestión matemática que debería ser
recompensada con un premio proporcional al costo. Porque ganarse
300 mil colones con CINCO CIFRAS
es una burla sanguinaria, una ofensa, un fraude, una desilusión, un bostezo. Fíjense
en el truco.
En el sorteo 4052 del domingo 11 de octubre
del 2009, hubo 93 premios distribuidos así:
1 Mayor
de 90.000 000
1
Segundo de 7.000
000
1
Tercero de 3.000 000
3 de
un millón 3.000 000
2 de
700 mil 1.400 000
5 de
500 mil 2.500 000
30 de
400 mil 12.000 000
50 de
300 mil 15 000 000
Total 133 900
000 (ciento treinta y tres millones
con novecientos mil colones).
¿A qué viene tanto premio “basurilla” cuando podrían ser solo tres de un
monto respetable? ¿Cortina de humo para
disimular las exageradas ganancias de la Junta?
Vean que reparte 134 millones y
colecta 500, con lo que obtiene una ganancia de más de 366 millones; entrega apenas
una cuarta parte de lo que ponemos todos.
Y eso es injusto. ¿Y por qué lo
hace? Porque es un ente estatal de los
que imponen todo; como los “candidatos de elección popular” de
los partidos. Pero además, son dos
ediciones, lo que eleva la ganancia de
la Lotería a 732 millones cada domingo. Con ese costo del billete, la Junta
debería dar solo tres premios: el primero de ciento veinticinco millones, el
segundo de setenta y cinco y el tercero de cincuenta. Ese monto haría que el 50% por ciento de lo
recaudado quede en manos de la Junta; y eso ya es DEMASIADO. Pero así son las
cosas, la Lotería Nacional es como el Vaticano: INTOCABLE. Está por encima
de la Ley y hace lo que le da la gana. Y
aunque aceptemos que es una institución de bien social, eso no justifica
semejantes ganancias con el dinero de todos, porque la verdad, NADIE JUEGA “PARA HACER EL BIEN” sino “PARA
HACERSE RICO DE LA NOCHE AL DÍA”, como rezan los eslóganes más populares de
esa empresa. Allí hay mucha plata, y no
en balde tanta gente se desvive por estar en su Directiva, ¿por qué será?
Si
no distribuyen más dinero, que sería lo justo, al menos deben eliminar la farsa
de esos premios miserables con los cuales tratan de que no sea tan evidente el
monto de sus desproporcionadas ganancias.
Solo tres premios; así se ahorrarían tiempo y todos nos desinflaríamos en diez minutos. Y a seguir pulseándola para el próximo
sorteo. Los viciosos somos viciosos y
nunca dejaremos de ser sus clientes; pero al menos, respétennos y quiten el
escarnio de esos premios de a centavo. Y solo hemos considerado UN PREMIO.
Loteriescamente ¿Le
importa a alguien? ¿Sucede esto en
su país?
Ricardo Izaguirre S. E-mail: rhizaguirre@gmail.com
Blog:
“Librería en Red” http://libreriaenred2010.blogspot.com/
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