domingo, 23 de octubre de 2011

174 La Banca Nacional


174    “LA CHISPA”   

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
LA BANCA NACIONALIZADA
            Durante años hemos sido defensores de la Banca Nacionalizada, pero han sido tantos los abusos, desaciertos y politización de esta, que se ha convertido en una institución expoliadora y despiadada.  Una garrotera sin consciencia social de su función primigenia.  ¿Qué hace la Banca Nacionalizada?  Pues explotar de todas las maneras imaginables a los ciudadanos que necesitan de sus servicios.  Eso sí, tiene un régimen de privilegio para aquellos individuos pertenecientes a la clase poderosa, es decir, la Oligarquía.  Para ellos hay préstamos rápidos, sin garantías, sin límite de monto y con intereses bajos para “estimular al sector productivo”.  Así como los que recibieron los “clientes” del Banco Anglo, quienes lo llevaron a la quiebra.  Eso es del dominio público.
            Pero ¿qué tal cuando un trabajador o microempresario, como le llaman a quién sabe qué, se presenta a solicitar un préstamo para lo que sea?  Son miles de trabas y exigencias. No hay carteras especiales creadas con criterio social.  Nadie puede trabajar pagando el 24 ó 29 por ciento sobre un préstamo.  Además, con intereses ajustables a criterio exclusivo del Banco.  No tienen los bancos una cartera especial para vivienda; ni siquiera existe un programa nacional a cargo de una institución solvente que encare este agobiante problema de manera eficaz.  El Banco de la Vivienda nunca tiene plata, y su función se limita a dar los famosos bonos de caridad, con compromisos políticos, cuando hay...  La vivienda es uno de los problemas más apremiantes de este país, y la Banca Nacionalizada debería enfrentar esta situación con criterio social y de compromiso con ese pueblo que lo ha creado y le da vida.   ¿Cómo puede un obrero pagar un interés del 24 por ciento por un préstamo que no le alcanza ni para comprar un lote, y a un plazo de apenas quince años?   Los préstamos para vivienda deben ser a un máximo de 4 a 5 por ciento de intereses anuales fijos.  Lo más, un SEIS POR CIENTO.  Así es en los Estados Unidos, la nación más rica del mundo, en donde sus ciudadanos tienen gran capacidad de pago. 
            Y amparados a estas leyes usureras de la Banca Nacional, se creo la Banca Privada, un hijo espurio de esta, fundada por diputados-banqueros, ministros-banqueros y otros funcionarios del gobierno que, desde adentro, lograron la aprobación de leyes de equiparación con el sistema bancario del Estado.  Todo el mundo sabe quiénes son.  Eso significa que pueden cobrar los mismos intereses de usura de esta última.  Y que, además, la Banca del Estado no puede rebajar los intereses más allá de ciertos topes establecidos que podrían perjudicar a los bancos privados.  Es por eso que la banca nacional no puede hacer préstamos para la vivienda a intereses  justos y razonables para la clase obrera.  Eso molestaría a las garroteras privadas que son, a la vez que “banqueros”, constructores, acaparadores de bienes raíces, dueños de inmobiliarias y empresas conexas.  Todo mundo sabe quiénes son.   Son los dueños de grandes garroteras, como aquella en donde se depositaron miles de millones del sector social más pobre de este país, para que esta “banca privada” los prestara a intereses de usura, mientras cientos de viejos desvalidos morían de necesidad.  Es por eso que centenares de banqueros privados de los Estados Unidos sueñan con el T.L.C. y la posibilidad de venir a establecerse en esta Arcadia.
            ¿Cómo es posible que una Banca que se nutre de sus clientes sea tan despiadada con ellos?  Cobran por dar información sobre las cuentas personales.  Cobran por un talonario de cheques, cobran por utilizar los cajeros, cobran por entrar al Banco.  Cobran por preguntar y, encima, en algunos bancos han establecido unos sistemas de vigilancia humillantes y groseros para el cliente; a tal punto, que nos hacen sentirnos como si estuviéramos pasando por alguna frontera de Israel.  Además, algunas agencias bancarias ni siquiera cuentan con servicios sanitarios para los clientes.
            Y en cuanto a la parte financiera la cosa es peor: si tenemos una cuenta corriente no nos pagan ni un solo céntimo por ser depositarios de nuestro dinero, el cual utilizan a discreción para sacarle intereses.  Es decir, prestan nuestro dinero a intereses de usura, y a los que ponemos el capital no nos dan nada.  Y como ya dije, incluso nos cobran los cheques.  Y si uno pide información en los cajeros automáticos acerca de cómo están nuestras finanzas, se enciende una pantallita con el dato y nada más.  No nos dan un papelito comprobante; ni en esa mísera colilla quieren gastar.  Y si tenemos una cuenta de AHORROS, resulta que los intereses que nos pagan no alcanzan ni para compensar la DEVALUACIÓN.  Eso quiere decir que si guardamos mil colones en  la Banca Nacional, después de un tiempo, con intereses y todo, nos devuelven ochocientos.  Y si sigue la devaluación, llegará el momento en que tendremos que pagarles, en dólares, por guardarnos nuestro dinero devaluado.  No hay estímulo alguno para el ahorro.  Y si se nos ocurre ahorrar en dólares, no nos pagan interés alguno.  La Banca Nacionalizada abusa impunemente del pueblo.  Allí toman medidas arbitrarias y sin ningún criterio social, pero que sirven para que la Banca Privada haga uso del privilegio de PARIDAD para explotar a los que caen en sus manos.  Eso significa que si la Banca Nacional sube los intereses para la vivienda, los Privados pueden hacerlo.  Pero la Banca Nacional NO puede bajar los intereses para ese tipo de préstamos.  Negocio redondo para las garroteras de la vivienda, que son de los mismos dueños de los bancos privados, de las inmobiliarias y empresas conexas que han acaparado el mercado de bienes raíces.
            Dichosamente ya viene el T.L.C., el cual obliga a la Banca Nacional y Privada a fijar los intereses en un máximo del OCHO POR CIENTO, cualquiera que sea la naturaleza del préstamo.  Se supone.  También obliga a los Bancos Privados a abrir una cartera para la microempresa y la agricultura con préstamos ilimitados a un CUATRO POR CIENTO anual y fijo.  En el artículo 180 del T.L.C. dice que tanto la Banca Privada como las mutuales de la vivienda deben financiar proyectos de vivienda social a 30 años plazo, a intereses fijos del 3.5 (tres y medio) por ciento anual.  Desde luego que esto solo es una da las tantas promesas políticas que quedarán en nada.
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Bancariescamente    
Ricardo Izaguirre S.

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