viernes, 22 de julio de 2011

775 ¿Qué hacer con los viejos?


775   LA CHISPA     (10 marzo 2010)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
¿QUÉ SE DEBE HACER CON LOS VIEJOS?
            Esta “Chispa” surgió de otra y de las conclusiones de un amigo cibernético que me hizo unas observaciones muy atinadas.  Así, pues, es una respuesta a este caballero, pero válida para todos, menos para los roquillos con mente de viejos. 
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Don Francisco
Es un placer saludarlo.
Recibí su notita y le agradezco sus conceptos benévolos hacia las ideas que expongo.  Mire usted, he escrito varias "Chispas" al respecto, aunque no recuerdo si fueron hechas con esa intención tan específica.  Pero una cosa sí recuerdo: he enviado cartas a todas partes con ese propósito, pues me parece un desperdicio terrible que un hombre de 55 a 65 ó más, tenga que echarse a morir una vez pensionado.  Eso solo es el fin de una etapa de la vida que debería verse como un cambio y no como la fase terminal.  Desgraciadamente ese es el enfoque oficial acerca de los adultos mayores.  También el de los jóvenes y la mayoría de las familias.  El concepto yanqui de que los veteranos deben ser recluidos en donde no estorben y sean “bien cuidados por gente que sabe”.  Pero hay una incógnita que no se puede superar mediante un tope cronológico general.  Tener 65 años NO nos convierte a TODOS en seres inútiles.  Hay quienes lo son, pero una gran cantidad de personas se encuentran con grandes recursos intelectuales y facultades para seguir produciendo. 
Esa es la situación de miles de personas a las que simplemente las han amontonado en el cajón de las cosas inservibles sin darles las oportunidades de sentirse útiles con dignidad  Un profesional pensionado no puede convertirse en “cuidador de la casa” de sus hijos o sus nietos.  Eso es humillante. Como dije en la Chispa a la que hace referencia, no se trata de que tales personas vayan a trabajar en construcción a veinte pisos sobre el suelo, pero es seguro que existe infinidad de trabajos que pueden realizar.  Y no solo por diversión o matar el tiempo.  Hay un enorme menosprecio por los viejos y sus aspiraciones.  La gente joven supone que estos no pueden ni deben tener ilusiones, que eso es cosa de la juventud y que los ancianos solo tienen que estar quietos en espera de la muerte.   Pero hay que hacerles entender que no se trata solo de sostener la burra mientras llega la “Calaca”.  Hay que enseñarles que la población madura tiene ilusiones, deseos, sueños, gustos por la vida y todas las cosas que esta ofrece, pues hay gente que supone que ser longevo es como entrar en el reino de la muerte pero conservando la respiración.  Por desgracia, el enfoque oficial de este  problema” se ha hecho con base en cierta clase de pensiones privilegiadas EX (presidentes, diplomáticos, diputados, ministros y todos los EX protegidos con retiros millonarios) que bien pueden dedicarse a la diversión y a pasar el tiempo en cualquier hobby.   Sin embargo, esa no es la generalidad de los retirados.  La gran mayoría recibe pensiones que apenas le alcanza para sobrevivir. 
Don Francisco, hice algunas gestiones ante la Universidad Nacional y ante el INA, pero no obtuve respuesta alguna; incluso conversé con un ex alumno mío que ahora es profesor en esa institución, y me dijo que no había ningún plan que contemplara la posibilidad de abrir cursos para adultos mayores y que él solo conocía algo del PIAM.  Como puede ver, esa posición oficial ante los viejos es casi generalizada, pues parece que solo nos consideran como gente que ha entrado en la penumbra de la inutilidad total, antesala de la muerte.
Sin embargo, creo que existen posibilidades, y eso es lo que he estado oteando ahora que asisto a ese curso en el Tecnológico; he hablado con los compañeros (los muchachos cincuentones) y estamos pensando en la posibilidad de explorar otros campos y posibilidades.  Como ve, esta institución nos abrió una puerta que bien podría convertirse en la vanguardia de algo importante para los viejos.  Otros cursos tales como alta cocina, pastelería, “catering”, electricidad doméstica, computación, reparación de computadoras, belleza, idiomas, sastrería, contabilidad, turismo, bienes raíces, diseño de interiores y mil actividades más que conviertan a la gente mayor en apasionados de la vida.  Pero no solo “hacer por hacer”.   Los jóvenes piensan que a los rocos no nos gusta divertirnos, pasear ni pachanguear; suponen que estamos acabados y que solo servimos de estorbo.  Incluso se ha creado la “conducta oficial” que deben seguir los ancianos para ser personas dignas.
            Me gustaría que exploráramos algunas posibilidades por separado para que luego conversemos con algún material en la mano.  Yo le prometo que buscaré qué puede ofrecer el Tecnológico, pero eso sí, como si se tratara de gente que empieza la vida.   Para los ancianos DEBE haber mucho más que una mecedora y la visita  programada, veloz y ocasional de los nietos.
            Averigüe por su lado lo que pueda; yo hablaré con el Ingeniero Guido Hernández, ex profesor de esa institución; lo mismo que con el Prof. Mario Villalobos.
            Como dije, hay cientos de aulas desocupadas por las tardes y las noches, y solo es cuestión de que algunos organicen el programa; pero para que eso suceda, los adultos mayores tenemos que hacerle entender a esa gente que NO se trata de que queremos “perder el tiempo jugando”, sino que deseamos hacer cosas útiles que nos proporcionen ingresos adicionales.  En un mundo desordenado en donde todo vale más cada día, cualquier platita es bienvenida.  Aunque solo sea para comprar medicinas. 
            Don Francisco, sigamos en contacto, pues este puede ser una asunto muy interesante que podría resultar en algo novedoso y muy útil para todos.  Hago extensiva esta invitación a todos los viejillos con mente joven, para que exploren y nos comuniquen qué posibilidades dignas hay para los adultos mayores que deseen ser productivos.   Todos podemos y DEBEMOS colaborar en una actividad que puede resultar en una bendición para tantas personas que, por ahora, se encuentran maniatadas por la idea de que ser viejo es sinónimo de inutilidad.  También es extensiva a los jóvenes que saben que algún día estarán en esa etapa de la vida.
            Fraternalmente                                                            (¿Cómo enfrentan este asunto en sus países?)
                                      Ricardo Izaguirre S.                            E-mail: rhizaguirre@gmail.com
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