sábado, 9 de julio de 2016

1057 ¿Una nueva versión del infierno?



1057  LA CHISPA             (30 de mayo de 2016)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
¿UNA NUEVA VERSIÓN DEL INFIERNO?
         Parece que, a despecho de los buenos deseos de las religiones, profetas, mesías y toda clase de enviados celestiales, los conceptos de justicia, equidad, amor y respeto por la Naturaleza, continúan siendo  absolutamente insignificantes para la mayoría de la humanidad, tanto en las sociedades avanzadas como en aquellas que forman la retaguardia del progreso.  A nadie parece importarle un carajo el inexorable destino al cual nos estamos aproximando de manera suicida.  Nadie parece tener interés en ponerle freno a una alocada carrera que, si no fuera mortal, podría juzgarse solo como una actitud idiota e incomprensible, dado lo que está en juego: la supervivencia de la especie.  No se trata solo de inconvenientes locales en los países del tercer mundo, la catástrofe nos alcanzará a todos, incluidos los suizos, noruegos, alemanes, chinos, indios y gringos.
         Debemos recordar (o creer) aunque no seamos religiosos, que el sistema biológico de nuestro planeta funciona de manera inteligente (Inteligencia Superior) que sabe muy bien lo que tiene que hacer.  No es una cuestión aleatoria en donde todo se resuelve solo y mecánicamente, siempre en beneficio de la especie humana.  El funcionamiento de la Tierra obedece a mandos superiores que saben lo que hay que hacer para poner orden y preservar la vida y las condiciones adecuadas para la conservación de esta.  Si usted es creyente, llámele Dios; y si no cree, dígale Principio Rector.   Sin embargo, no se crea el cuento de que con hacer oraciones y encender velitas se va a alterar el curso del destino que hemos elegido para la destrucción del planeta.  Este problema no es nuevo.  Esta agresión en contra de la Madre Tierra, El Gran Espíritu regente no es nada novedoso, pero es probable que nunca se haya hecho en escala semejante, con un desparpajo criminal.  Como si todo se fuera a resolver mediante milagros y oraciones.  Hemos abofeteado a todos los dioses de todas las religiones con una exhibición de maldad nunca vista.  El genocidio que practican los poderosos en contra de los débiles del planeta NO PUEDE quedar impune; y lo que todos hacemos al planeta, ensuciándolo y contaminándolo de porquerías, es algo que TENEMOS QUE PAGAR con nuestra desaparición.
         Ese es el recurso final del cual ha echado mano el Rector Planetario innumerables veces (llámele Dios o Naturaleza) para librarse de tan dañinas  y horrendas criaturas; y lo ha hecho sin piedad alguna.  Solo ha reservado algunas semillas para continuar el larguísimo camino de la evolución, con un nuevo grano, en unos nuevos surcos formados después de la extinción.  ¿Suena un poco apocalíptico o religioso?  Talvez, pero no por eso, menos probable.  Hay muchas evidencias de los grandes cataclismos marinos que han borrado civilizaciones enteras, tan arrogantes y cochinas como la nuestra.  También hubo borrones totales mediante el fuego.  Para la Madre Tierra (el Espíritu Rector) es de lo más fácil deshacerse de nosotros; solo tiene que inclinar el eje terrestre unos 15 grados y, ¡arrivederchi sanguijuelas humanas!
         El menosprecio con el que tratamos a la Naturaleza, TODOS, nos hace acreedores a ese final que han sufrido otros grupos humanos que nos precedieron.  Y aunque esta parte parece melodramática y un poco mesiánica, eso no anula las altas posibilidades de un desastre ecológico al cual nos estamos aproximando a toda velocidad.  Usted puede ser ateo, bigbanista o lo que quiera, pero eso no altera la realidad científica y demostrada del daño que le hemos hecho al planeta.  Ya ni MONSANTO se atreve a hacer bromas o menospreciar el trabajo, estudio y predicciones de los ambientalistas.  Estamos en ruta de colisión contra el exterminio de la especie humana.  La reacción del planeta, siguiendo las simples leyes físicas, es la supresión de la causa (el hombre) del desequilibrio que está poniendo en peligro la habitabilidad del planeta.
         ¿Estamos a tiempo de variar el siniestro destino que nos espera?  Talvez, pero es muy dudoso, ya que los grandes contaminadores no parecen tener intenciones de refrenar su codicia y las actividades que originan la contaminación masiva del planeta.  A pesar de los llamados y advertencias de Noé (Greenpeace y otros), los contaminadores siguen haciendo oídos sordos, como si ellos contaran con un medio seguro de supervivencia (al estilo de las películas de Hollywood).  La suerte está echada, y parece que ya fue ordenada una nueva versión del Infierno para enviar a él, a todos los contaminadores.
        ¿Usted que cree?
                         Ricardo Izaguirre S.           Correo: rhizaguirre@gmail.com

 Blow:  www.lachispa2010.blogspot.com

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