1057 “LA CHISPA” (30
de mayo de 2016)
Lema:
“En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
¿UNA
NUEVA VERSIÓN DEL INFIERNO?
Parece
que, a despecho de los buenos deseos de las religiones, profetas, mesías y toda
clase de enviados celestiales, los conceptos de justicia, equidad, amor y
respeto por la Naturaleza, continúan siendo
absolutamente insignificantes para la mayoría de la humanidad, tanto en
las sociedades avanzadas como en aquellas que forman la retaguardia del
progreso. A nadie parece importarle un
carajo el inexorable destino al cual nos estamos aproximando de manera
suicida. Nadie parece tener interés en
ponerle freno a una alocada carrera que, si no fuera mortal, podría juzgarse
solo como una actitud idiota e incomprensible, dado lo que está en juego: la
supervivencia de la especie. No se trata
solo de inconvenientes locales en los países del tercer mundo, la catástrofe
nos alcanzará a todos, incluidos los suizos, noruegos, alemanes, chinos, indios
y gringos.
Debemos recordar (o creer) aunque no
seamos religiosos, que el sistema biológico de nuestro planeta funciona de
manera inteligente (Inteligencia Superior) que sabe muy bien lo que tiene que
hacer. No es una cuestión aleatoria en
donde todo se resuelve solo y mecánicamente, siempre en beneficio de la especie
humana. El funcionamiento de la Tierra
obedece a mandos superiores que saben lo que hay que hacer para poner orden y
preservar la vida y las condiciones adecuadas para la conservación de
esta. Si usted es creyente, llámele
Dios; y si no cree, dígale Principio Rector.
Sin embargo, no se crea el cuento de que con hacer oraciones y encender
velitas se va a alterar el curso del destino que hemos elegido para la
destrucción del planeta. Este problema
no es nuevo. Esta agresión en contra de
la Madre Tierra, El Gran Espíritu regente no es nada novedoso, pero es probable
que nunca se haya hecho en escala semejante, con un desparpajo criminal. Como si todo se fuera a resolver mediante
milagros y oraciones. Hemos abofeteado a
todos los dioses de todas las religiones con una exhibición de maldad nunca
vista. El genocidio que practican los
poderosos en contra de los débiles del planeta NO PUEDE quedar impune; y lo que
todos hacemos al planeta, ensuciándolo y contaminándolo de porquerías, es algo
que TENEMOS QUE PAGAR con nuestra desaparición.
Ese es el recurso final del cual ha
echado mano el Rector Planetario innumerables veces (llámele Dios o Naturaleza)
para librarse de tan dañinas y horrendas
criaturas; y lo ha hecho sin piedad alguna.
Solo ha reservado algunas semillas para continuar el larguísimo camino
de la evolución, con un nuevo grano, en unos nuevos surcos formados después de
la extinción. ¿Suena un poco apocalíptico
o religioso? Talvez, pero no por eso,
menos probable. Hay muchas evidencias de
los grandes cataclismos marinos que han borrado civilizaciones enteras, tan
arrogantes y cochinas como la nuestra.
También hubo borrones totales mediante el fuego. Para la Madre Tierra (el Espíritu Rector) es
de lo más fácil deshacerse de nosotros; solo tiene que inclinar el eje
terrestre unos 15 grados y, ¡arrivederchi sanguijuelas humanas!
El menosprecio con el que tratamos a la
Naturaleza, TODOS, nos hace acreedores a ese final que han sufrido otros grupos
humanos que nos precedieron. Y aunque
esta parte parece melodramática y un poco mesiánica, eso no anula las altas
posibilidades de un desastre ecológico al cual nos estamos aproximando a toda
velocidad. Usted puede ser ateo,
bigbanista o lo que quiera, pero eso no altera la realidad científica y
demostrada del daño que le hemos hecho al planeta. Ya ni MONSANTO se atreve a hacer bromas o
menospreciar el trabajo, estudio y predicciones de los ambientalistas. Estamos en ruta de colisión contra el
exterminio de la especie humana. La
reacción del planeta, siguiendo las simples leyes físicas, es la supresión de
la causa (el hombre) del desequilibrio que está poniendo en peligro la
habitabilidad del planeta.
¿Estamos a tiempo de variar el
siniestro destino que nos espera?
Talvez, pero es muy dudoso, ya que los grandes contaminadores no parecen
tener intenciones de refrenar su codicia y las actividades que originan la
contaminación masiva del planeta. A
pesar de los llamados y advertencias de Noé (Greenpeace y otros), los
contaminadores siguen haciendo oídos sordos, como si ellos contaran con un
medio seguro de supervivencia (al estilo de las películas de Hollywood). La suerte está echada, y parece que ya fue
ordenada una nueva versión del Infierno para enviar a él, a todos los
contaminadores.
¿Usted que cree?
Ricardo Izaguirre S. Correo: rhizaguirre@gmail.com
Blow:
www.lachispa2010.blogspot.com
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