viernes, 14 de diciembre de 2012

83 La centralización



83   LA CHISPA"         (febrero 2004)


Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

LA CENTRALIZACIÓN

            Este modelo es una enfermedad administrativa que mantiene a este país en una especie de postración funcional, que le impide el despegue hacia un verdadero desarrollo social, económico y cultural.  “San José es Costa Rica”, dice un viejo y popular adagio, que parece tener razón en toda la extensión de su nocivo significado: LA CENTRALIZACIÓN en todos los aspectos de la vida nacional.  Todo depende de San José; esta  ciudad  es la locomotora que arrastra a todo el tren de Costa Rica; y si esta colapsara por alguna razón extraordinaria, la nación entera se hundiría en la incapacidad administrativa.  No existe en el país una ciudad alternativa que pudiera asumir las responsabilidades de la capital.  San José es todo; lo demás son puebluchos marginales y parasitarios que dependen del cordón umbilical que los liga con la urbe.  Si este se rompiera, morirían como un feto inútil e incapaz de valerse a sí mismo.   Para el ego de los josefinos esto puede ser motivo de orgullo; pero desde la perspectiva nacional ES UNA CALAMIDAD.  La CENTRALIZACIÓN es la herencia nociva de los tiempos coloniales, cuando todo dependía de la casa del gobernador, y nada se movía si no era bajo la aprobación de este funcionario; él era todo; la luz, la vida, la muerte; el principio y fin de todas las cosas.  Pero ahora, en el Tercer Milenio, esa forma de gobierno es anacrónica, ineficiente, despreciativa, arrogante, malvada y obedece únicamente a intereses particulares de grupos poderosos que tienen su residencia en la capital.  Y desde allí, controlan el destino de toda la Nación, sin importarles un tacaco los intereses o necesidades reales de los ciudadanos que viven fuera de San José.
            ¿Cómo es posible que unos cuantos individuos, diputados, ministros y funcionarios, enajenen los recursos de las provincias, en acuerdos que hacen caso omiso de la opinión de los habitantes de esos territorios afectados?  ¿Cómo es posible que en San José se subaste a los mejores postores extranjeros, las playas y mejores tierras de Guanacaste, sin tener en cuenta las necesidades de los nativos y sin considerar las posibilidades de desarrollo local?  Porque vender ese patrimonio a empresas mercantilistas a las que no les importa nada más que hacer dinero, no es beneficiar a ese pueblo.  Crear la posibilidad de trabajos serviles, inseguros, temporales y mal pagados, no es beneficiar a los nativos.  Eso es fomentar un nuevo tipo de esclavitud al servicio de extranjeros a los que nada les puede importar el desarrollo de nuestra gente.  ¿Por qué todos esos “negocios” con el patrimonio nacional se hacen en San José, en silencio y a espaldas del pueblo guanacasteco?  ¿Por qué el gobierno provincial, representante de los ciudadanos de esa zona, no tiene voz ni voto en los asuntos que deberían ser de su exclusiva incumbencia?  Muy simple: porque la Argolla del Poder, la Oligarquía, tiene su lugar de residencia en San José, y desde allí se controla todo porque “San José es Costa Rica”.   La ineficiencia de la centralización no es un resultado casual, sino un plan bien estudiado y puesto en práctica con la mayor precisión imaginable, para que de ella se deriven beneficios únicamente para la gente que detenta el Poder y vive en San José.
            Todas las provincias dependen de San José de una manera enfermiza e inexplicable.  ¿Cómo es posible que para sacar una licencia de conductor haya que venir a San José desde cualquier rincón del país?  ¿Por qué cada provincia no puede tener su registro civil independiente, que otorgue cédulas de identidad a cada uno de sus nativos?  Cada provincia debería tener su propio Registro de la Propiedad; con funcionalidad independiente del tutelaje josefino.  Esta oficina provincial debería tener el control absoluto de todos los asuntos que tengan que ver con los bienes muebles e inmuebles de cada provincia.  Con independencia de la capital, aunque con una subordinación estilo federal, que le dé ensamble y correlación con toda la estructura gubernamental del país.  Cada provincia debería tener sus oficinas provinciales del Seguro Social, que no necesiten la aprobación josefina para invertir, construir hospitales o clínicas; para contratar personal médico o paramédico.  Y que tampoco se necesite del visto bueno de San José para cualquier programa de desarrollo que tenga que ver con las características de la región.   ¿Por qué una clínica de Talamanca tiene que esperar que San José nombre a un médico o enfermero para ese lugar?  Eso debería ser competencia del Seguro Regional de Limón.  El gobierno provincial de Limón DEBERÍA ver por los asuntos de interés de los limonenses, sin tener que esperar meses por la aprobación de San José.  Limón debe determinar sus propios programas de desarrollo urbanístico, vial, hospitalario, escolar, industrial, muellero, habitacional, aduanero, pesquero y todo lo demás que solamente atañe a los limonenses. También un porcentaje fijo del cobro de los impuestos de Aduana debería ingresar a los fondos del gobierno local para proyectos de desarrollo portuario.        
            Cada provincia debe contar con su Universidad independiente que prepare los profesionales que necesita de acuerdo con su desarrollo; jóvenes comprometidos con su provincia, y no oportunistas que solo quieren trabajar en San José.  Cada gobierno provincial debe determinar la clase de educación que necesita, y hacerse cargo de la preparación de sus maestros.
Los gobiernos provinciales de Limón y Puntarenas deberían hacerse cargo de los trabajos y contratos que tengan que ver con Aduanas, carreteras provinciales, muelles, flotas pesqueras y concesiones a las empresas pesqueras internacionales.  No puede ser que San José otorgue y cobre por esos permisos, mientras los pescadores nativos continúan sin recibir ayuda alguna del gobierno central.  Si Cartago o Alajuela producen enormes ingresos a la Hacienda por concepto de su agricultura, ¿por qué deben esperar que San José les devuelva unos cuantos centavos para construir dos escuelas, un camino vecinal o un tendido eléctrico?  ¿Es acaso que los josefinos consideran retardados mentales a los habitantes de las provincias, y que estos son incapaces de autogobernarse eficientemente?   Porque querer manejar todos los hilos del Poder desde San José, no es más que una acción de prepotencia y menosprecio por la inteligencia y capacidad de los “provincianos”.  ¿Por qué no pueden los puntarenenses hacerse cargo de manejar, dirigir y desarrollar todo lo que tenga que ver con materia portuaria, aduanera o pesquera?  ¿Por qué tienen que ser unos cuantos sujetos de San José, los que decidan qué debe hacerse en esa materia, con menosprecio absoluto de los intereses del pueblo puntarenense? 
Desde San José, la Argolla del Poder solo piensa en los intereses de las cámaras comerciales que tienen su residencia en la capital.  El ciudadano de a pata de Puntarenas les importa un chayote.  De allí viene la CENTRALIZACIÓN.   Es una cuestión de intereses económicos mezquinos al servicio de la Oligarquía.  Ellos no quieren que se les escape ni el mínimo negocio que se pueda hacer en todo el ámbito nacional.  Limón podría administrar sus parques nacionales y hacer las concesiones turísticas necesarias para el desarrollo de la provincia.  Pero eso impediría los grandes negocios que hacen los josefinos (la Argolla) con los contratos que hacen con las transnacionales, y los contratos madereros.  ¿Por qué no puede Limón hacerse cargo de la exploración petrolera por su cuenta y otorgar los contratos a las empresas que realizan este trabajo, con independencia de la burocracia josefina?  Desde luego que dentro de un marco legal nacional (federal) que no comprometa los intereses generales de la Patria, pero que tampoco solo esté al servicio y beneficio del Gobierno Central y su capacidad para dilapidar fondos del pueblo en beneficio de unos pocos (como los CAT).
La centralización del poder es una aberración que entorpece, limita y obstruye la funcionalidad del Estado.  No puede San José seguir controlando todo el aparato administrativo de Costa Rica desde el Zapote.  No solo es indeseable, sino que es inoperante y engorroso; además, cae dentro del área del desperdicio de los recursos humanos.  Porque, ¿qué le puede importar a un josefino el desarrollo del cantón de Upala o de Talamanca? Algunos ni siquiera saben dónde quedan esos lugares. ¿Qué saben (pero de verdad) los diputados de las necesidades de los golfiteños, de los habitantes de Santa Cruz o de Sixaola?  Posiblemente nada.  ¿Y cómo puede un ciudadano de esos lugares hacerse oír de esa arrogante Asamblea Legislativa que solo vive inmersa en asuntos de politiquería?  ¿O de los olímpicos que residen en el Zapote?  Y si van al gobierno provincial, ¿qué puede hacer este si todo depende de San José?  Piense en este asunto, pues ya va siendo hora de que tengamos un gobierno federal, que funcione en forma práctica y eficiente.   Esa sí sería una buena y necesaria reforma constitucional.
Si le gustó esta “Chispa”, ya se sabe el resto del cuento.  Póngala a circular.
                                                           Ricardo Izaguirre S.

Correo electrónico: rhizaguirre@gmail.com

PUBLICIDAD: Les recomiendo la lectura de mi libro “EL ANÁLISIS”, a la venta en la Universal, Aristos, Juricentro, Barrabás y casi todas las buenas librerías del país.



1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo. Un amigo ruso, Sasha, me dijo una vez: "El desarrollo material siempre avanza más rápido que la conciencia". Ajá. La herencia colonial ¡aún persiste! y la centralización es una de ellas. Por dicha, ya se empieza a hablar de la importancia del fortalecimiento de las municipalidades y el traslado de competencias a estas. Mas será un proceso demasiaaaado laaaargo, por el entrabamiento que se vive.

    ¡Cuánta razón tenía mi amigo Sasha!.

    ______

    Ricardp, se te echó de menos en la fiesta navideña de Acotar. Nos vemos en enero.Feliz Navidad y adelante con La Chispa.

    ResponderEliminar