domingo, 17 de enero de 2016

1051 ¿Tiene usted mente conflictiva?



1051    LA CHISPA              
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
¿TIENE USTED MENTE CONFLICTIVA?
         El peor peligro intelectual que enfrentamos los humanos no viene de fuera sino que es un quintacolumnista residente en nuestro interior; uno que tiene el control casi absoluto de nuestros pensamientos y emociones: la mente.  Es el más terrible acosador que goza de impunidad total para hacer lo que le da la gana, aun en contra de nuestra voluntad y conveniencia.   Casi nadie (para ser generoso) se encuentra en control de su mente, a pesar de todo lo que podamos alegar como pruebas de lo contrario.  Todos tenemos una mente frenética en alguno del infinito número de grados de esta condición.  Todos sabemos esto, a  pesar de los autoengaños que pretendemos hacernos.  Sobran libros, tesis, cursos por correspondencia, religiones, sicólogos y expertos en “el dominio de la mente”, pero todos sabemos que tal cosa es un fraude.  No importa lo que nos digan  los “cuentos orientales” en relación con los grandes maestros de la India o de China y su dominio sobre la mente; son cuentos, pues es el mismo señor Krishna quien admite ante su primo Arjuna, la imposibilidad de dominar a tan rebelde e individualista componente de nuestro ser.  Todo lo demás son historietas religiosas o metafísicas que nos hablan de seres excepcionales (que nadie ha conocido) que tuvieron el dominio total sobre sus mentes.
         La realidad es una: la mente hace lo que le da la gana en nuestra cabeza, sin importar nuestras intenciones, “concentración”, “meditación” o las rabietas que hagamos ante nuestra impotencia.  Nuestra cabeza es el salón de fiestas de la mente.  Trate de meditar por cinco minutos y lo verá; pero antes, ¿sabe usted qué cosa es meditar y para qué sirve tal cuestión?  ¿Cree usted que puede lograr “algo” mediante esta técnica?  ¿Algo así como el Samadhi o la unión superior con Dios o alguien de menor o parecido calibre?  Existen millones de libros y leyendas orientales que nos hablan de estas cosas y nos quieren hacer creer que es posible en esta o en las próximas cien o mil encarnaciones, que logremos ese grado supremo del Yoga mediante la meditación y el dominio de la mente.  El orientalismo metafísico se ha convertido en una pasión occidental, llevada al grado de fanatismo por incontables norteamericanos y europeos que han viajado a Oriente con el fin de “encontrarse a ellos mismos”.  Como Richard Gere y una infinidad de personajes.  El boom del orientalismo es una moda, y como las modas producen dinero, ha surgido una gran industria que comercializa todo lo que viene del misterioso, místico y lejano Oriente.   Como las plagas religiosas, han surgido por montones los gurús gringos que, después de hacer un curso de quién sabe qué en la India, el Tíbet o Nepal, regresan como Maestros de sabiduría “capaces” de conducirnos hasta el Samadhi y a la suprema unión con el Ser.  Y como los gringos son tan listos para las cuestiones comerciales, incluso han creado escuelas de misticismo por correspondencia.  Sí, señor, así es la cosa.  Y junto con los folletos místicos nos venden candelas, incensarios, incienso, pomadas, imágenes de una casta de viejos peludos que se hacen llamar iluminados, ropas de lino, amuletos, piedras, cristales y cuanta chuchería se les ocurre.  Negocio redondo.
         ¿Ha caído usted en esa trampa?  Lo difícil no es deshacerse de estos avivatos sino de su propia fe (la suya), de su sistema de creencias arraigadas en su mente, porque después de que usted (su mente) acepta ciertas ideas, queda cautivo para siempre.  Y ante cualquier disparate o irracionalidad de los argumentos que le  propongan sus “maestros”, es su propia mente la que les buscará acomodo para que sean aceptables.  Lo mismo que pasa en las religiones con el asunto de la milagrería.  La gente siempre inventa explicaciones para justificar cualquier cosa o dogma, con tal de que en su mente haya alguna coherencia.  Aunque esta sea absurda para los no creyentes.  Esa es la explicación de los milagros.  Y de los logros en la “meditación”.  Como sería terrible que después de días, meses o años, usted no logre más que dormirse o aburrirse de lo lindo, surge la necesidad de inventar algún resultado, al menos para la mayoría.  ¿Habrá gente que logra el dominio de su mente mediante el yoga?  No lo SABEMOS, solo podemos conjeturar.  Y a partir de ahí, salimos de lo racional y científico, y entramos en los senderos de la religión y sus dogmas, del misticismo y sus misterios, de la metafísica, del Big Bang.  ¿Qué dice su mente al respecto?  Recuerde que esta es un componente de su personalidad; un elemento difuminado entre bambalinas pero es el que lleva la riendas de su conducta general.  ¿Se ha dado usted cuenta de eso?  ¿Ha notado que usted piensa cosas que no quisiera pensar?  ¿Que habla, acusa, calumnia e inventa cargos que sabe que son injustos?  ¿Se ha enterado del conflicto permanente que hay entre su consciencia y su mente, y que esta jamás se da por vencida cuando le presenta una idea conflictiva?  La mente es el cubil de nuestros demonios.  Y estos son completamente autónomos.  Siempre quieren crear alboroto en su cerebro para causar emociones violentas, el sustento y su razón de ser.
         Si usted ha leído esta “Chispa” con ecuanimidad, es probable que tenga una opinión determinada, no lo sé.  Pero si ha permitido que la mente involucre el aspecto emocional en la lectura, es posible que usted haya emitido juicios violentos o despectivos en mi contra.  Esa es la mente en acción, y no es porque sea mala per se, sino porque esa es su naturaleza.  Eso lo sabemos todos, todos estamos enterados de las obsesiones y “malos pensamientos” que, sin importar que sepamos que son inadecuados o injustos, siguen ahí, a pesar de la rectitud de nuestro juicio, a pesar de que sabemos que son malignos.
         ¿Cree usted que es posible el dominio sobre su mente?  Pero recuerde que es esta la que tiene el control directo sobre las emociones, y estas son las que norman nuestra conducta habitual.  Y es aquí en donde está el problema.  ¿Puede percibir que usted es algo o alguien distinto de su mente?  ¿Es usted su mente o es otra cosa?  Casi cualquiera puede darse cuenta de ese problema y ser consciente de que hay algo o alguien que irrumpe en  nuestro cerebro y toma el control de lo que ahí se procesa y ordena.  Aun en contra de nuestra voluntad.  Eso podría tener algunas ventajas, ya que es una fuerza muy poderosa y capaz de “razonar” con mucha claridad; el problema es que siempre es negativa y maligna, es el Demonio tentador que todos tenemos, la mente conflictiva de la que no podemos liberarnos por más esfuerzos que hagamos, por más oraciones que digamos o por más cursos de meditación que realicemos; o por más que aparentemos con los demás.  Y como la mente es el origen de la vanidad, siempre nos dictará la impostura como conducta externa.
         Así, pues, mediten sobre este asunto que es de la mayor importancia; es parte del conocerse a uno mismo, labor titánica que nos pone el listón a una altura casi inalcanzable.  Y en ese trayecto, trate de identificar a ese pasajero indeseado pero inevitable.  Trate de diferenciar cuáles son los pensamientos e intenciones suyas, y cuales las de ese complemento de su personalidad; trate de distinguir los susurros de esa fuerza emocional, de los que nacen de su parte racional.  Es un trabajo tedioso, difícil y casi improductivo, pues ante los desafueros de la mente, casi siempre llevamos las de perder.  Todos tenemos un mundo de fantasías que queremos realizar y que son producto de la mente; no se deje engañar, utilice la razón, que es una herramienta asequible a casi todos.   Sin embargo, no se confunda; no espere milagros ni cosas trascendentales.
         En el “Conócete a ti mismo”, el primer paso es diferenciar los componentes de nuestra personalidad: cuerpo físico, aparato emocional y mente.   Estos son bastante evidentes pero ¿hay otros?  ¿Existe el espíritu como ente rector?  Y si es así, ¿cómo interviene?  ¿Regula algo de nuestra vida física, emocional y pensante?  ¿O se mantiene al margen de los conflictos inferiores de una mente chiflada que reside en un cuerpo víctima de las locuras de aquella?        ¿Qué cree usted?
         Fraternalmente
                                      RIS          E-mail:     rhizaguirre@gmail.com


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