sábado, 21 de febrero de 2015

1046 ¿Hoy, qué le quitamos a quién y dónde?



1046     LA CHISPA             
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
¿HOY, QUÉ LE QUITAMOS A QUIÉN Y DÓNDE?
            Ese parece ser el lema cotidiano del gobierno de los Estados Unidos (el Poder).  Y por añadidura, el de casi todos los sub núcleos de Poder ubicados en Europa.  A este gran consorcio de poder dirigido por una minoría que todo el mundo conoce y sabe quiénes son sus miembros,  nada parece importarle más que exprimir  a todas las naciones.  Donde quiera que haya algo valioso, ellos llegan y compran a los gobiernos corruptos y se llevan cuanta cosa haya de valor en esos países.  Esa es su diaria pesquisa: dónde hay materia prima casi gratis (condición que ellos obligan bajo las más brutales y desvergonzadas formas de chantaje), mano de obra barata, y legislaciones que hagan posible todo tipo de agresiones en contra del ambiente.  A ellos les importa un tacaco la justicia, lo legal, lo moral o la preservación del planeta.  Tampoco la explotación de mano de obra infantil.  Son grupos de un  Poder desalmado y sin Dios, al que lo único que le interesa es hacer DINERO sin reparar en nada; incluso la aniquilación total de pueblos enteros.  Si el petróleo y las materias primas siguen fluyendo hacia los centros de Poder, ¡qué importa que mueran millones de personas en el proceso!  No se trata de ideologías, democracia, libertad o religiones.  Estas solo son el pretexto justificativo para su incontrolable rapiña.  
            A esta gente solo le interesa hacer billones, sin importar el costo en vidas y dolor de aquellos pueblos que tienen la maldición de tener petróleo en su subsuelo.  Arabia Saudita, el gran socio de Occidente (USA) es una tiranía de lo peor, en donde se explota al ser humano de la manera más vil; en donde se humilla a las mujeres de un modo inimaginable.  Sin embargo, a nadie le importa nada mientras el petróleo regalado siga llegando a Europa y USA.  Lo que se critica del mundo musulmán díscolo, como Irán, resulta cotidiano y sin ninguna importancia en Arabia Saudita.  Doble o triple moral.  Bajo la égida de la lucha antiterrorista, se han coludido los Estados Unidos y los europeos para justificar sus tropelías por todo el mundo árabe.  Todos son “antiterroristas”.  Todos están comprometidos con la Yihad cristiana que llevará “libertad de opinión” y de palabra al sombrío mundo musulmán.  Todos quieren llevar igualdad y respeto al Medio Oriente; pero nadie les dice nada a Arabia Saudita y a sus bárbaros emires, pues estos son serviles amigote de USA y Europa.
            Estos grupos de Poder, que tienen la capacidad para borrar de la faz de la tierra a la humanidad entera, tienen el cinismo de enarbolar el estandarte de la libertad, justicia e igualdad, para justificar cualquier atropello que se les antoje a sus intereses económicos.  Reclaman ser cristianos, creyente en Dios, y practicantes de la democracia, justicia, igualdad y respeto a la opinión pública, cuando es lo primero que han eliminado en sus propios países. 
            En esa tétrica lista de terroristas se encuentran todas las naciones, incluyendo a los países que suelen ser sedes de este poder apátrida; los propios pueblos de USA, Francia, Alemania y un interminable etcétera, son víctimas de este ciego Poder carente de moral o de la mínima sensibilidad humana, que les ha impuesto la Ley del Silencio a los ciudadanos de esos países.  En USA está el Acta Patriótica, mediante la cual pueden eliminar a quien sea sin dar la menor explicación a nadie.  En Alemania y Francia (y Europa en general) se han creado leyes que están a servicio exclusivo de esos grupos de Poder, que se autocalifican de minorías perseguidas y víctimas de la discriminación.  Leyes tapaboca que impiden que alguien pueda hacer la menor crítica a esos núcleos.   Sin embargo, si hay que sacrificar a millones de personas por un objetivo económico o estratégico, estos grupos lo hacen sin la menor consideración ética (Irak, Libia, Egipto, Siria, Jordania, Venezuela, Cuba, Grecia o quien sea).  Nada está por encima del DINERO.  Y ya en la plenitud de este estado de corrupción y atropello, incluso se ha prescindido del decoro para justificar las agresiones.  Sentada la doctrina Bush del terrorismo, solo se necesita que el Poder señale como terrorista, sin prueba alguna, a cualquier individuo o país para que se legitime su aniquilación física.  Rápida o lentamente (Irak y Cuba).
            No obstante, la madeja se les suele enredar de vez en cuando, como en la situación actual de Siria y el protegido de USA e Israel: Jordania.  En Siria, a pesar del odio de Israel y USA, las fuerzas militares de estos países (por mano ajena), han tenido que defender al dictador Bashar al-Assad, pues ante el mal peor que parece ser el “Estado Islámico”, han tenido que decantarse por defender y mantener en el trono a este tirano.  Pero, ¿hacen todo esto por cuestiones democrática o de justicia?  ¡Jamás!  Son puros intereses económicos y estratégicos; en síntesis, por el petróleo cheap.  Cientos de miles de muertos, millones de desplazados que a nadie importan.  Dolor y angustia que bien podría evitarse si solo hubiera un poco de justicia en el comercio de “la cosa negra”.   Pero ese tipo de “comercio” no le agrada al Poder.  Este quiere las máximas ganancias, y estas solo se pueden dar cuando se trata con gobiernos corruptos, o bien, cuando se toma militarmente a un país petrolero y se le imponen los tratados de “tigre suelto contra burro amarrado”.  Como a Irak.  O como el que quieren imponer a Venezuela; y si Persia (Irán) se dejara, al Poder le importaría un bledo la clase de tiranía que martirizara a ese pueblo (caso de Arabia Saudita).  Si el petróleo saliera barato, ¡que se jodan los iraníes del populacho!  Como los sauditas.  ¿Who cares?
            Jordania es hoy la clave.  Ya Siria fue desmantelada y no constituye peligro alguno para Israel, pero el peligro del Estado Musulmán flota en el ambiente, oculto en el resentimiento de un pueblo (el árabe) que solo ha recibido patadas en el trasero, de un grupo (USA y Europa) que solamente les ha mostrado el látigo, la mentira, el menosprecio y la impiedad en sus relaciones milenarias; pero especialmente, desde que el PETRÓLEO adquirió la relevancia que tiene en nuestros días.  Las buenas relaciones entre el mundo árabe y occidente NO dependen de la religión más o menos fanática de los dos bandos.  La prueba de eso es Arabia Saudita.  La clave es el respeto y la justicia, y mientras los occidentales consideren a los árabes tan solo como estúpidos fanáticos, no habrá paz.  Mientras continúe la imposición unilateral de tratados comerciales injustos (tipo Irak o México) no habrá paz.  No es una cuestión religiosa, pues ese solo es el pretexto para justificar las agresiones.  La prensa occidental (que obedece a los intereses del Poder) ha logrado, mediante una sistemática campaña de desinformación, que el occidental (el pueblo) solo perciba al mundo musulmán bajo la siniestra caricatura del terrorismo.  La ecuación   TERRORISMO = ISLAM, está sembrada en la mente de los pueblos de occidente, y con eso, se justifica cualquier acción de exterminio que se emprenda en contra de esos pueblos, sin importar que mueran millones de mujeres y niños inocentes ante los criminales bombardeos que realiza “el mundo libre” sobre los pueblos civiles del mundo árabe.  Así está el decorado del Medio Oriente.
            Es por eso que se hace necesario que sepamos hacer la lectura de lo que está pasando en esas tierras y que entendamos bien que la prensa occidental es cualquier cosa menos imparcial.  Que no es objetiva y que tiene un indiscutible amo: el Poder.  La prensa occidental es el corifeo que dirige la comparsa que defiende los intereses de los grupos de Poder.  Aquí solo existe una vulgar realidad que para verla, no se necesita tener más de dos adarmes de sesos: DINERO.   Las cosas se complicarán en demasía, pues la codicia por el petróleo no parece tener límite alguno.  Esa es la única meta de Occidente en el Medio Oriente: PETRÓLEO BARATO.  Todo lo demás es pura mascarada.
Esperanzadamente

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