jueves, 22 de abril de 2010

76 Del Sagrario al Bellavista

76    “LA CHISPA

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder

DEL SAGRARIO AL BELLAVISTA EN CUARENTA AÑOS

     Eso se llama progreso. “Vamos para adelante”, como reza uno de los tantos eslóganes que han creado los partidos políticos en el gobierno. Durante muchos años, el ala norte del Sagrario constituyó un tapón o cuello de botella de la avenida segunda. Finalmente, hará cuestión de CUARENTA AÑOS (más o menos), el gobierno y la Iglesia llegaron a un acuerdo para que esta dejara de obstruir el plan de desarrollo urbano. De esa manera, la avenida segunda logró ampliarse hasta el pie del famoso cuartel, ahora Museo Nacional. Eso se llama progreso vial. Y después de casi cuarenta años, se han construido otros CIEN METROS de esa importante arteria vial de San José, probablemente la única. Si aplicamos una proyección a ese logro titánico, podríamos decir que dicha avenida llegará a la Universidad de Costa Rica por ahí del año 2800; y a la salida hacia Cartago, en el 3600. CIEN METROS EN CUARENTA AÑOS. Eso sí que es grandioso, digno de inscribirse en los Records Guiness.
     Los egipcios fueron grandes constructores de obras monumentales como la pirámide de Keops, la cual nos deja sin aliento por su magnificencia; y según los historiadores más serios, se dice que para finalizarla invirtieron VEINTE AÑOS. Veinte años MENOS que la Vía Segunda de San José entre el Sagrario y el Bellavista. Se afirma que los jardines colgantes de Babilonia fueron construidos en DIEZ AÑOS. Treinta MENOS que la Vía Segunda entre el Sagrario y el Bellavista.
    Por su parte, los romanos fueron notables fabricantes de carreteras; inundaron todo su imperio de magníficas vías de doble propósito: militar y comercial. Si no hubieran realizado esas portentosas obras de ingeniería, Roma no hubiera llegado a ser lo que fue. Diseñaron carreteras verdaderamente soberbias, tales como la Aurelia que comunicaba a Roma con Arles. También la Domicia, que unía a Italia con España; además, la Latina y la Trajana. Pero la más espectacular e “histórica” de todas fue la Vía Apia, iniciada en el año 312 antes de Cristo por Apio Claudio. Esta salía de la puerta Capena de Roma, y se extendía hasta Capua; luego se prolongó hasta Benevento, Venosa, Tarento y terminaba en Brindisi, al sureste de Italia, con un recorrido de 540 kilómetros. Y dicen que su construcción tardó cuarenta años, el mismo tiempo que duró el MOPT en ampliar los CIEN METROS de la Vía Segunda de San José.
   El fabuloso TEMPLO DE SALOMÓN, según la Biblia, se construyó en tan solo siete años, a pesar de lo complejo y colosal que era, de acuerdo con las interpretaciones que hacen los creyentes. TREINTA Y TRES AÑOS MENOS que los CIEN METRITOS de la Vía Secunta de San José. Y esas obras se realizaron más de dos mil años antes de que se fundara el MOPT, cuando no había batidoras de mezcla, tractores ni excavadoras; no existían las grúas ni las aplanadoras ni los grandes camiones de volteo que tenemos ahora. No tenían teodolitos ni ordenadores; se desconocía el AutoCad y todas las maravillas tecnológicas que ahora están al servicio de nuestros topógrafos y constructores. ¿Entonces? ¿Cuánto habrían durado los ingenieros y cuadrillas del MOPT en construir la pirámide o el Partenón? Si duraron CUARENTA AÑOS en los cien metros de aumento del Sagrario al Bellavista, ¿cuánto habrían tardado en hacer la Vía Apia? Si aplicamos la proyección anterior, ni siquiera habrían llegado a Capua en los 2300 años que van desde que la inició Claudio, y Roma no estaría en la Historia.
    Nos dirán que son decisiones políticas que dependen del Presidente, de la Asamblea, de la Contraloría, del Poder Judicial, del PANI, de la Carit, de la Sala Cuarta y todo lo que se les ocurra pretextar, pero la verdad es que ese organismo técnico tiene el deber de velar por la estructuración de un plan vial cuyas metas no sean resolver los problemas de la década pasada; ni siquiera los de presente, sino LOS DEL FUTURO. San José es una ciudad colapsada, formada por cuatro embudos de salida: hacia el norte, la calle de Tibás; hacia el este, la callejuela de San Pedro; hacia el sur, las dos callejuelas de Desamparados y San Sebastián; y hacia Pavas, el atolladero de la Sabana y la carretera a Escazú. Y si se va hacia el nordeste, está la endemoniada callejuela de Guadalupe con su tráfago infernal. ¿Qué piensan hacer para el futuro? Nadie sabe, porque aparte de los remiendos alquitranados que hacen todos los años, no se ve por ninguna parte el inicio de un verdadero plan para darle desahogo a la gran urbe de San José. Ya no se trata de “carpeteos” o pequeñas ampliaciones de un carril a ciertas calles o avenidas; el problema de San José requiere cirugía mayor, antes de que la ciudad muera atascada en un tráfico caótico. No es cuestión de hacer puentecitos por aquí o por allá, o de llenar la ciudad de rotondas o parches como la famosa periférica, nombre que no sabemos qué significa. Se debe construir un sistema de ejes viales norte-sur, este-oste, que permitan cruzar la ciudad rápidamente en cualquier dirección. Además, se debe construir una verdadera pista de circunvalación que se interconecte con esos ejes viales y que permita el fácil acceso o salida del centro de la ciudad en cualquier dirección; San José debe de tener múltiples salidas hacia Cartago, Heredia, Alajuela y Limón. No es justo que para ir a Heredia tengamos que pasar, “a güevo”, por el pandemónium de la Uruca o Tournón. No es aceptable que para ir hacia el sur, tengamos que pasar, “a güevo”, por Plaza Gonzáles V., el Centro comercial del sur y la chicharronera “El Chicharrón”. No es tolerable que para ir a Alajuela “por dentro”, tengamos que pasar a todo lo largo de la ciudad de Heredia, incluyendo el congestionado frente de la U. de Pirro. Para ir a Cartago hay que pasar, a la fuerza, por la POPS y la MacDonal de San Pedro. ¿Cuestión comercial? San José es “la ciudad de los embudos”. Hace años, en la callejuela que va a Santo Domingo, se bloqueó el tránsito durante meses para agregarle un miserable carril al puentecito sobre el río. ¿Por qué no se hizo de cuatro carriles de una vez, previendo el futuro? ¿Por qué esa mentalidad retrógrada en el MOPT? ¿Es que allí creen que con agregarles dos metros de alquitrán a las callejuelas que salen de San José, se va a arreglar el problema vial? Imagínense qué pasaría si hubiera un terremoto en San José, y la gente tuviera que salir huyendo precipitadamente hacia las provincias. Es seguro que morirían más en los embotellamientos que por efectos del sismo.
     San José necesita una autovía de circunvalación; pero no una ridícula “periférica” como la actual, que tiene cruces a nivel que constituyen verdaderas trampas mortales, cuando no, atascaderos terribles como los que hay por los Hatillos; eso sin contar el infierno de negocios de toda clase que han hecho ingresos y salidas directas a esta calle. Como el Mega Súper y muchos más. Desde las “puertas” de San José, necesitamos construir muchas Vías Apias hacia las provincias, pero sin embudos. Sin embargo, ¿tendremos que ir a la Roma del siglo primero a buscar buenos ingenieros?
     Hay algo que en las sociedades civilizadas se llama “el bien común”, el cual se encuentra por encima de los intereses particulares de unos cuantos, y gracias a ese poder que invoca el Estado, se puede hacer las expropiaciones que sean necesarias para llevar a cabo obras de progreso nacional. El Sagrario no debió atrasar OCHO AÑOS la ampliación de la avenida segunda. De la misma forma, unas cuantas casuchas viejas que hay del Bellavista hacia el este, no deben impedir que esa ruta sea ampliada y puesta al servicio de los usuarios. Cuanto antes.
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RIS

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