1059 “LA CHISPA” 28 junio del 2016
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan
los abusos de Poder”
¡BRAVO! “INGLAND”
Parece
ser que el único pueblo que se ha hado cuenta de la “situación” de fondo que
hay en el llamado Brexit es el británico, la Ingland señera y generadora de las grandes convulsiones
sociales que se han dado en Europa y, de allí, al mundo. Europa siempre ha volteado sus ojos hacia la isla
para ver qué pasa allí, qué traman los británicos, qué se cuece en el
Parlamento y en la City, pues de allí, por diferentes vías, han salido los
derroteros (justos o injustos) que el mundo ha seguido durante los últimos
siglos. Inglaterra siempre ha marcado el
rumbo a seguir, tanto en filosofía como en política, sociología, economía y
milicia. Ellos han sido la cuna de todos
los grandes movimientos sociales que han puesto de cabeza al mundo, incluyendo
la revolución industrial. Han sido
líderes, guías, exploradores, creativos; nunca segundones ni subordinados a
nada ni a nadie y, mucho menos, a una camarilla de usureros que bajo el
elegante título de BCE (banco central europeo) camuflan su condición de
prestamistas expoliadores. Y nadie
conoce mejor a estos agiotistas internacionales que, desde el principio del
último milenio, invadieron Europa. Pero
la diferencia con el resto de los europeos, siempre estuvo en la sutileza y
astucia de los ingleses. Ellos aprendieron
bien las tácticas de este horda de prestamistas y lograron neutralizarlos de buena
forma, porque los estudiaron, asimilaron sus métodos y terminaron por
igualarlos e incluso superarlos.
El resto de las
economías europeas sucumbieron ante el engaño y malicia de estos “internacionalistas”
de la usura que ahora, bajo el rimbombante nombre de Banco Central Europeo, han
impuesto su ley sobre casi todas las economías europeas. Y como su mayor fuerza bancaria se encuentra
en Alemania, la lógica indicaba que la sede del BCE debería estar en Frankfort,
Alemania; pero como esto le daría un cierto rasgo de “nazi” prefirieron
colocarlo en Bruselas, un país “neutral” y anodino que es considerado imparcial
políticamente. Pero todo el mundo sabe,
especialmente los ingleses, quiénes son los verdaderos amos del BCE o la Banca
internacional propiedad de los mismos usureros (Shylocks) que invadieron
Inglaterra hace más de mil años. Desde
allí, desde Bruselas, les están imponiendo condiciones económicas terribles a
todos los miembros de la comunidad europea. Recuerden el caso de Grecia, nación que fue
aplastada y humillada hasta las últimas posibilidades por el BCE. Y lo que fue más notorio: con sus cobradores
oficiosos incrustados en los diversos gobiernos europeos como mandatarios:
Ángela Merkel. Francois Hollande, Rajoy y Arnaz. Y de esta trama, solo unos pocos salen beneficiados (el mismo grupo de
banqueros). Los mismos que, bajo la
personería oficial que ostentan, solo están al servicio de la banca privada,
propiedad de los mismos individuos de todos conocidos.
Desde ese
intocable cuartel general de Bruselas, el BCE les está imponiendo condiciones
no solo económicas (siempre favorables al grupo privado de banqueros), sino
que, derivadas de la economía, reestructuraciones de tipo político, comercial y
social. El BCE se ha entrometido en la
vida “privada” de todos los miembros de la comunidad, indicándoles
(obligándolos) a tomar medidas en cuestiones que solo deberían ser del ámbito
de los pueblos que constituyen la comunidad: como cuánto gastar en educación,
medicina pública, asistencia social, salarios, pensiones y movilidad laboral comunitaria,
asunto por demás espinoso. Y detrás de
esta aparente actividad económica reestructurativa, se encuentra una maraña de
operaciones financieras de las que solo salen favorecidos los integrantes de la
banca privada, los viejos conocidos de los ingleses. Y es por el conocimiento que estos tienen de
las antiguas y modernas tácticas expoliadoras de esos usureros, que no han
sucumbido ante el embrujo, promesas y fantasía del mercado comunitario, la
panacea de Europa, según sus propagandistas oficiosos. Los ingleses siempre han sobrevivido a todo; y volverán a hacerlo,
con el Mercado o sin él. Ojalá que los
alemanes, franceses y españoles de verdad, se den cuenta de cuál es su situación
real y quiénes son los que, desde el anonimato, manejan los hilos de esta
gigantesca operación bancaria conocida como Mercado Común Europeo, mamparo del
Banco Central Europeo, ente financiero al servicio de la banca privada de los
mismos que invadieron Inglaterra hace siglos.
Bravo,
Inglaterra, por dar ese paso tan significativo y poco comprendido por ahora,
que servirá para que varios países se liberen de la tiranía de este grupo de
banqueros que ha logrado arrebañar, al servicio de ellos, a varias de la
economías más pujantes del Europa y del mundo.
Gracias, Inglaterra, por señalar una vez más, cuál es el camino
revolucionario que deben seguir comunidades económicas como Alemania, Francia,
España, Italia y otras más que, gracias a los quintacolumnistas que la Banca
Privada tiene incrustados en los gobiernos de estos países, hizo posible que
tales economías se sometieran a una dirección impersonal, despiadada y cínica
que solo tiene en mente un objetivo: enriquecer más y más a esa banca privada,
a los mismos mercaderes usureros que invadieron INGLAND hace cientos de años.
Sobrará
propaganda, crítica, bufidos y lloriqueos que lamenten el Brexit pero, a la
larga, sobre las lágrimas de las plañideras de oficio, todo el mundo incluidos
los ingenuos, se darán cuenta de que el pueblo inglés estaba asistido,
justamente, por la memoria histórica que le depara el conocimiento certero de
quiénes son sus enemigos y cuáles son los propósitos de estos.
Mucho hay que
contar sobre esto, pero sería inútil por ahora; ya vendrá el tiempo cuando por
su propio peso se aclaren ciertos misterios que en estos momentos, hacen un
poco incomprensibles los reparos de Inglaterra a su subordinación a un bestial
sistema monetario, implementado por gente que no tiene el menor interés en el
bienestar de nadie que no sean ellos: la desgraciada Grecia es nuestro testigo
de cargo.
Que la paz sea con ustedes