miércoles, 29 de junio de 2016

1059 ¡Bravo, Ingland!



1059   LA CHISPA          28 junio del 2016
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos de Poder”
¡BRAVO!     “INGLAND”
         Parece ser que el único pueblo que se ha hado cuenta de la “situación” de fondo que hay en el llamado Brexit es el británico, la Ingland señera  y generadora de las grandes convulsiones sociales que se han dado en Europa y, de allí, al mundo.  Europa siempre ha volteado sus ojos hacia la isla para ver qué pasa allí, qué traman los británicos, qué se cuece en el Parlamento y en la City, pues de allí, por diferentes vías, han salido los derroteros (justos o injustos) que el mundo ha seguido durante los últimos siglos.  Inglaterra siempre ha marcado el rumbo a seguir, tanto en filosofía como en política, sociología, economía y milicia.  Ellos han sido la cuna de todos los grandes movimientos sociales que han puesto de cabeza al mundo, incluyendo la revolución industrial.  Han sido líderes, guías, exploradores, creativos; nunca segundones ni subordinados a nada ni a nadie y, mucho menos, a una camarilla de usureros que bajo el elegante título de BCE (banco central europeo) camuflan su condición de prestamistas expoliadores.  Y nadie conoce mejor a estos agiotistas internacionales que, desde el principio del último milenio, invadieron Europa.  Pero la diferencia con el resto de los europeos, siempre estuvo en la sutileza y astucia de los ingleses.  Ellos aprendieron bien las tácticas de este horda de prestamistas y lograron neutralizarlos de buena forma, porque los estudiaron, asimilaron sus métodos y terminaron por igualarlos e incluso superarlos.
        El resto de las economías europeas sucumbieron ante el engaño y malicia de estos “internacionalistas” de la usura que ahora, bajo el rimbombante nombre de Banco Central Europeo, han  impuesto su ley sobre casi todas las economías europeas.  Y como su mayor fuerza bancaria se encuentra en Alemania, la lógica indicaba que la sede del BCE debería estar en Frankfort, Alemania; pero como esto le daría un cierto rasgo de “nazi” prefirieron colocarlo en Bruselas, un país “neutral” y anodino que es considerado imparcial políticamente.  Pero todo el mundo sabe, especialmente los ingleses, quiénes son los verdaderos amos del BCE o la Banca internacional propiedad de los mismos usureros (Shylocks) que invadieron Inglaterra hace más de mil años.  Desde allí, desde Bruselas, les están imponiendo condiciones económicas terribles a todos los miembros de la comunidad europea.  Recuerden el caso de Grecia, nación que fue aplastada y humillada hasta las últimas posibilidades por el BCE.  Y lo que fue más notorio: con sus cobradores oficiosos incrustados en los diversos gobiernos europeos como mandatarios: Ángela Merkel. Francois Hollande, Rajoy y Arnaz.  Y de esta trama, solo unos pocos salen  beneficiados (el mismo grupo de banqueros).  Los mismos que, bajo la personería oficial que ostentan, solo están al servicio de la banca privada, propiedad de los mismos individuos de todos conocidos.
        Desde ese intocable cuartel general de Bruselas, el BCE les está imponiendo condiciones no solo económicas (siempre favorables al grupo privado de banqueros), sino que, derivadas de la economía, reestructuraciones de tipo político, comercial y social.  El BCE se ha entrometido en la vida “privada” de todos los miembros de la comunidad, indicándoles (obligándolos) a tomar medidas en cuestiones que solo deberían ser del ámbito de los pueblos que constituyen la comunidad: como cuánto gastar en educación, medicina pública, asistencia social, salarios, pensiones y movilidad laboral comunitaria, asunto por demás espinoso.  Y detrás de esta aparente actividad económica reestructurativa, se encuentra una maraña de operaciones financieras de las que solo salen favorecidos los integrantes de la banca privada, los viejos conocidos de los ingleses.  Y es por el conocimiento que estos tienen de las antiguas y modernas tácticas expoliadoras de esos usureros, que no han sucumbido ante el embrujo, promesas y fantasía del mercado comunitario, la panacea de Europa, según sus propagandistas oficiosos.  Los ingleses siempre  han sobrevivido a todo; y volverán a hacerlo, con el Mercado o sin él.  Ojalá que los alemanes, franceses y españoles de verdad, se den cuenta de cuál es su situación real y quiénes son los que, desde el anonimato, manejan los hilos de esta gigantesca operación bancaria conocida como Mercado Común Europeo, mamparo del Banco Central Europeo, ente financiero al servicio de la banca privada de los mismos que invadieron Inglaterra hace siglos.
        Bravo, Inglaterra, por dar ese paso tan significativo y poco comprendido por ahora, que servirá para que varios países se liberen de la tiranía de este grupo de banqueros que ha logrado arrebañar, al servicio de ellos, a varias de la economías más pujantes del Europa y del mundo.  Gracias, Inglaterra, por señalar una vez más, cuál es el camino revolucionario que deben seguir comunidades económicas como Alemania, Francia, España, Italia y otras más que, gracias a los quintacolumnistas que la Banca Privada tiene incrustados en los gobiernos de estos países, hizo posible que tales economías se sometieran a una dirección impersonal, despiadada y cínica que solo tiene en mente un objetivo: enriquecer más y más a esa banca privada, a los mismos mercaderes usureros que invadieron INGLAND hace cientos de años.
        Sobrará propaganda, crítica, bufidos y lloriqueos que lamenten el Brexit pero, a la larga, sobre las lágrimas de las plañideras de oficio, todo el mundo incluidos los ingenuos, se darán cuenta de que el pueblo inglés estaba asistido, justamente, por la memoria histórica que le depara el conocimiento certero de quiénes son sus enemigos y cuáles son los propósitos de estos.
        Mucho hay que contar sobre esto, pero sería inútil por ahora; ya vendrá el tiempo cuando por su propio peso se aclaren ciertos misterios que en estos momentos, hacen un poco incomprensibles los reparos de Inglaterra a su subordinación a un bestial sistema monetario, implementado por gente que no tiene el menor interés en el bienestar de nadie que no sean ellos: la desgraciada Grecia es nuestro testigo de cargo. 
Que la paz sea con ustedes
                                          Ricardo Izaguirre S.   
Correo: rhizaguirre@gmail.com                                                         Blow:    www.lachispa2010.blowspot.com


viernes, 24 de junio de 2016

1058 ¡Viví en el tiempo de ellos!



1058  LA CHISPA        
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
¡VIVÍ EN EL TIEMPO DE ELLOS!
        Si siente pena, angustia o la sensación de que va a dejar un hueco terrible e irreparable con su muerte, despreocúpese, casi nadie se dará cuenta de su partida; nadie lo extrañará ni hará falta alguna.  Suena un poco cruel pero es  la verdad.  Unos días de llanto de sus más allegados; unos recuerdos ocasionales de los que lo conocieron y, por fin, el olvido total.  Pero si muere en estos días y tiene 60, 70 o más años, que le sirva de consuelo saber que nació, vivió y murió en una edad maravillosa en la que fue contemporáneo de gente tan grande como Michael Jackson, Liberace, Glenn Miller, J. Lennon, Elvis Presley, Prince y Pavarotti.  Vivió en el tiempo de ellos.  Gente cuyo recuerdo durará décadas, y usted compartió su tiempo, sus triunfos y su gloria.
        No le preocupe que se le acabe su vida (que puede ser anodina); piense en lo que estos personajes aportaron a la sociedad y cuánto más habrían hecho de vivir más tiempo.  Usted compartió la era de García Márquez, Camilo José Cela, Moshe Dayán, Susan Hayward, el  Che Guevara, Camilo Cienfuegos, Kennedy y Mao Tse Tung.  Usted ha vivido en el tiempo de Indira Gandhi, Mandela, Erwin Rommel, Golda Meir,  Juan XXIII, Max Planck, Juan Manuel Fangio, Alfredo DiEstéfano, Garrincha y Joe Louis.  Además, la era del más grande y el más bonito: Alí.  Ellos hicieron grandes cosas, dejaron un legado e influyeron en toda la humanidad… y se fueron.  Usted nació y vivió en el tiempo de Teresa de Calcuta, Gabriela Mistral, Octavio Paz, Steve McQueen.  También le tocó ser contemporáneo de Adolfo Hitler, Truman, Stalin, Hirohito, Somoza, Gandhi y Farraw Fawcett.  ¿De qué se queja si compartió el mismo aire que Celia Cruz, Edith Piaff, Robin Williams, Tito, Liz Taylor, Michael Landon, Rocío Dúrcal, Rock Hudson, Cantinflas, Chespirito, Jorge Negrete y María Félix; de Freddy Mercury, Pedro Infante y George Burns; también el aire de Yasser Arafat, Adolfo Suárez y Charles de Gaulle.  Todos eran personas “importantes” y se fueron dejando solo un rastro perecedero en el tiempo.
        Usted fue testigo de su grandeza y puede alardear de que los “conoció y los vivió” porque fueron sus contemporáneos.  Usted puede rajar de que vivió en el tiempo de Rocío Jurado, Manolete, Miguel Ángel Asturias, Ernest Borgnine, Francisco Franco, Frida Kahlo, Alexis Argüello, Rocky Marciano, Pablo Picasso.  Usted puede blasonar y sentirse orgulloso de Airton Senna, Augusto César Sandino, Diego Rivera, León Trotsky, Omar Torrijos y Pablo Neruda, hombres y mujeres que dejaron arañazos muy claros y profundos en la pizarra de la historia.  Y usted fue parte de ese tiempo, y aunque anónimo, compartió esa gloria.  Usted gozó de las locuras y grandeza de Salvador Dalí, del humor de Pilo Obando.  Usted disfrutó de la belleza extra terrenal de la Monroe, sintió su dolor interminable y la soledad que la asfixió incluso en su grandeza innegable.  Usted fue testigo de la agonía  y esperanzas de Tito Vilanova.
        Usted nació, vivió o bailó al son del ritmo y la sorprendente música de Dámaso Pérez Prado.  Usted vivió en su tiempo, suyo y de ellos.  Y aunque fueron ellos los que estamparon su firma en las páginas de la historia, usted estuvo allí como testigo.  Usted los vio, los amó, los odió o lo que fueran sus sentimientos, pero estuvo allí.  No se queje por morir sin haber sido notorio; usted está incluido en la gran masa anónima que constituimos esa parte de la humanidad que solo servimos de comparsa y que somos “los de relleno”, pero tan necesarios como los famosos, pues si no fuera por el “público”, no existirían las “estrellas”.
        Estimados amigos, no lamenten su condición de desconocidos ya que el destino de todos es el mismo: el olvido.  Solo es cuestión de tiempo: poco, mucho o muchísimo… pero al final, el olvido.
        En el siglo pasado y lo que va de este, hemos vivido momentos grandiosos de la historia.  Hemos sido testigos de la labor de hombres y mujeres que se distinguieron y nos hicieron pensar que es posible resplandecer como los dioses, aunque solo sea por un parpadeo en el tiempo.  Hugo Chávez, Calderón, Figueres, Pablo II, Bob Hope, Ronald Reagan y José “Cheo” Feliciano fueron nuestros contemporáneos y participamos de sus vidas.  Vivimos la larga vida de Fidel. Fuimos grandes bajo su sombra, sin importar que nadie sepa que yo soy Pancho Pérez o María Sánchez.
        No le preocupe morir, todos lo hacemos por más apego que tengamos a la vida.  Y si otros más “útiles” fueron obligados a partir, no tenemos por qué sufrir ante la presencia de la “pelona”, pues de ella nadie se escapa, aunque se trate de Pablo II, la Madre Teresa o Krishnamurti.  Vivimos en una época de grandes hombres y mujeres y, por ser parte de la humanidad, compartimos la gloria de esos ilustres.  Yo soy Michael Jackson, también soy Alí, soy Golda, Mao, Mandela, Rubén Darío, Fidel y toda la enorme lista de estrellas que le han dado tanto brillo a este tiempo: su tiempo y el mío.  Nunca en los anales de la civilización se había dado la presencia de tantos y tan grandiosos miembros de la sociedad.
        Así, pues, si tiene que patalear, no lo lamente.  Usted nació y vivió en una época de las más espectaculares que nos ha brindado la Historia.  Haber nacido, vivir y morir en el tiempo de estos grandes ha sido un privilegio del que nadie gozó en tiempos pretéritos.  Ni siquiera los griegos o los romanos.
        Que la paz sea con ustedes.    Ricardo Izaguirre S.
                                               Correo: rhizaguirre@gmail.com