sábado, 30 de agosto de 2014

985 Las vacaciones de Gaby



985     LA CHISPA             
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
“LAS VACACIONES DE GABY       (Novela erótica)
            Hace muchos años, cuando vivía en Limón, establecí una buena amistad con un caballero francés llamado Arnoldo Carrier.  Él conocía muy bien a la sociedad limonense y se relacionaba con todas las familias de la elite social de esa ciudad; trataba con todos, pues dado su don de gente y su condición de ciudadano francés, era bien recibido en la intimidad de casi todos los hogares distinguidos de esa comunidad.  Algunas malas lenguas decían que era todo un Don Juan, y que eso le permitió conocer muchos secretos de varias de las más encopetadas familias, pues debido a su amistad, incluso llegó a ser confidente de muchas de ellas, ya que tenía una habilidad muy especial para escuchar; además, una discreción absoluta y demostrada.  Eso, pues, lo colocó en condiciones de conocer los entresijos de numerosas historias familiares que, de otra manera, se hubieran perdido con el tiempo.  Sobre todo, cuando “llegó” la carretera al pueblo y emigró la mayoría de los viejos limonenses; y la ciudad fue invadida por gente extraña de la “Meseta Central”.   Don Arnoldo escribió varias historias de familias prominentes de Limón: eran lindas, casi bucólicas y llenas de todo el romanticismo de la  época, y tratadas con una técnica exquisita.  Y en sus viajes regulares por Francia y España, las ofreció a innumerables editoriales, pero nunca despertaron mayor interés pues eran muy románticas, y eso ya había pasado de “moda”, según le repitieron algunas veces.  Así que las archivó en un baúl de madera y cuero, con herraje de bronce magnífico de color verdoso.
            Un día que lo visité en su elegante casona me preguntó: ¿Te gustaría leer una novela acerca de la familia Yuririni?  ¡Claro que sí!  --le respondí entusiasmado--, ya que las muchachas de esa familia me encantaban; eran tan guapas, que su belleza era intimidante, asunto que don Arnoldo trataba magistralmente en su novela.   Me dio un borrador escrito en su vieja máquina Remington.  Y ese fin de semana lo leí encantado.  Me pareció una historia gloriosa, un poco triste pero llena de esperanza, sueños, dolor y rabia contenida pero, al final, matizada de decisiones heroicas y de coraje indescriptible de parte de una joven mujer (Gaby) que tomó la determinación de convertirse en la vengadora de las afrentas que su familia había recibido de parte de un hombre que, valiéndose de su condición, había sumido a la familia Yuririni en una especie de amargura permanente.
            Era una buena historia, con mensaje, esperanza, justicia final y una secuencia apasionante.  Solo le faltaba un detalle para que calzara mejor con la tremolina que despertaban en la población masculina, aquellas incomparables mujeres de la familia Yuririni; eran hembras de fuego, arrebatadoramente bellas y sensuales.  Exudaban sexo de cada uno de los átomos de sus cuerpos.  Eran diabólicamente embrujadoras, en el más alto y en el más depravado de los sentidos.  Eran diosas para adorar, pero también demonias para ser poseídas y morir en sus brazos.  Sin embargo, don Arnoldo solo había señalado la parte sublime de las Yuririni, y le faltaba el lado erótico de esas mujeres que, a su paso, dejaban una estela de provocación indescriptible en todos los hombres que las miraban.  Alboroto de pasiones y sentimientos.  Y don Arnoldo conocía muchas intimidades de esa familia, detalles deliciosos sobre la sexualidad de esas misteriosas mujeres.   Y esa fue la sugerencia que este servidor le hizo a  ese distinguido caballero que, para esa época, debería tener unos cincuenta…  o cien años, no lo sé, pero era muy elegante y atemporal.  
            --Es una novela muy bonita, pero le falta erotismo.  –le dije atrevidamente--.  Algo más picante que esté de acuerdo con las Yuririni, más sensualidad que nos diga cómo deben ser ellas en la intimidad.  Invéntelo--.    Don Arnoldo se sonrió y me dijo: dentro de un mes te enseñaré el borrador de nuevo; voy a ponerle malicia suficiente como para que no la vuelvan a rechazar, al menos no por sosa.  Mucho chile.
            Y así surgió la primera de una trilogía sensual deliciosa.  Una novela de erotismo expresado de la manera más clara y directa, pero con una fineza que la hace apetecible incluso para aquellas personas que no gustan de los ribetes pornográficos.  El hilo conductor de la novela se encuentra por encima de los matices eróticos, y el balance final, es favorable al espíritu superior de la historia y los intereses de esta familia limonense de principios del siglo pasado.
            Cuando don Arnoldo Carrier partió hacia Europa a finales de los años sesenta, me encargó la tarea de buscar una editorial josefina que quisiera publicar esta obra repleta de todo: dolor, vergüenza, belleza, sensualidad, lujuria, abuso, sexo y pasión.  Yo le dije que sí, pero en realidad nunca hice el menor intento por publicarla.  Y no fue sino hasta hace poco que me enteré de la muerte de don Arnoldo, que tomé la decisión de ofrecerla a alguien que esté interesado en su edición.  Esa es la intención de esta “Chispa”: averiguar quién tiene un serio interés en su publicación.  Pueden comunicarse conmigo mediante mi correo electrónico que es:   rhizaguirre@gmail.com     Así podremos concertar una cita para establecer condiciones.  Desde luego que pido seriedad y compromiso.  Por tanto, no me pidan que les envíe copias ni partes de la novela; o que se las preste o algo parecido.  Los términos tenemos que establecerlos personalmente, si hay interés legítimo en la comercialización de esta obra de exquisito valor histórico, social, familiar y erótico.    Esta es una propuesta comercial seria.
              Erotiquescamente 
                                                RIS

miércoles, 27 de agosto de 2014

1037 Estreñimiento



1037   LA CHISPA       
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
ESTREÑIMIENTO
         La constipación es uno de los grandes azotes de las sociedades actuales.  Sin embargo, en su mayoría, es un mal citadino; producto de innumerables malos hábitos que son la resultante de un tipo de vida antinatural.  Pero cuando nos referimos a esta enfermedad de una manera general, se minimiza peligrosamente la gravedad de esta plaga que es el origen de tantos males y muertes.  Así de trágico como suena.  Claro que no es que alguien que se vuelve estreñido hoy, muere la semana entrante.  No es así, pero a la larga, es la causa de mucho sufrimiento.  Vamos a tratar de explicarlo de la manera más simple, para que todos podamos hacer nuestro propio análisis. El tubo digestivo, desde la boca hasta el ano, es el eje de la vida.  Por él se ingieren  los alimentos, se procesan dentro de él, y del resultado conocido como bolo alimenticio, se obtienen todos los nutrientes que hace posible la vida del cuerpo.  Y como en todo proceso bioquímico, resultan materiales sobrantes que deben ser eliminados, ya que son sustancias de desecho, irritantes del sistema, y peligrosos cuando entran en estado de putrefacción, como los residuos de las carnes.  Esto hace evidente que la anomalía (estreñimiento) que impide la expulsión de esos sobrantes (heces) es un serio peligro.  Algo que no podemos pasar inadvertido o considerarlo como una simple incomodidad.  Es una enfermedad grave, y mortal en el largo plazo.  Pocos problemas de salud son tan engorrosos como este, y se da en todo el mundo, en todas las edades; casi nadie está a salvo del estreñimiento.  
         Sin embargo, este mal se trata muy a la ligera, como una especie de malestar que puede ser paliado mediante diversos medicamentos.  Y los mismos enfermos solo lo consideran como una molestia incómoda pero con la cual se puede convivir sin mayores peligros.  Pero eso no es así, el estreñimiento mata, o es la causa de otras fallas que también matan.  La medicina alopática no sabe cómo lidiar con el estreñimiento, y las únicas salidas que propone no curan, solo son fórmulas “para el tratamientos de”… no para la cura de…   Ante este problema, su respuesta es siempre la misma: laxantes (miles de ellos) supositorios, tomar mucha agua, comer fibra, aceites etc. etc. de los que ninguno sirve más que como calmantes; pero la “enfermedad” sigue allí, porque las causas siguen vivas en los malos hábitos del enfermo.  Por eso en la medicina natural se dice que no hay enfermo con buena digestión, ni persona sana con mala digestión.  Todo nace del estómago, del tubo digestivo, del canal de la vida.  Las causas del estreñimiento son variadas pero todas tienen un denominador común: malas digestiones.  Malas digestiones crónicas que ralentizan el peristaltismo casi hasta el grado de la parálisis.  Así de grave.
Entre las líneas generales se puede decir que el estreñimiento es una falla de todo el sistema digestivo, y que implica numerosos factores negativos.  No es un problema solo del intestino grueso o delgado, sino de todo el aparato digestivo.  Recuerden que nadie se enferma solo del hígado o el bazo; la enfermedad siempre es algo general, que está en todo el cuerpo, aunque se focalice en algún sitio en donde se pone en evidencia.  Entonces, debemos considerar al estreñimiento como una falla total del organismo, a pesar de que parezca ser un mal solo de las tripas.  Y así debemos considerar todo mal funcionamiento orgánico: como algo integral.  Entonces, siguiendo esa metodología, debemos comenzar nuestro análisis tomando en consideración todos los factores que tienen que ver con la mecánica, calidad y condiciones del proceso alimenticio-digestivo. 
Desde luego que en esta “Chispa” no vamos a dar remedios mágicos ni de ninguna clase, sino solo algunos fundamentos básicos que nos puedan conducir a normalizar la digestión, lo cual equivale a salud integral.  Ahora bien, ¿cuáles son las causas de este padecimiento que afecta a millones de personas?  Nadie sabe con exactitud, ni existe UNA CAUSA ÚNICA.  Pero sí se conoce una serie de pasos o violaciones que conducen a ese lamentable y trágico estado de salud.  Las reglas básicas que nos llevan a la normalidad de la digestión son relativamente simples, y fueron indicadas en la “Chispa” 1035, pero vamos a repetirlas para facilitar su lectura y memorización.  Vean que son muy sencillas, pero TERRIBLEMENTE difíciles de llevar a cabo de manera correcta. 
La primera que hay que vencer es la GULA.  Y con eso queda aclarado el grado de dificultad que entraña este tratamiento.  Un estómago sobrecargado SIEMPRE será fuente de malas digestiones, génesis indudable del estreñimiento.  La receta contra la gula es templanza (comer poco).  Además, comer selectivamente y valorando cada alimento que introducimos a nuestros cuerpo.  Recuerde que su estómago no es un triturador de basura sino un órgano delicado en el cual se fragua la esencia de la vida.  Y aunque suene a cliché, no olvide que su cuerpo es un templo, la morada de su dios personal.  No lo profane repletándose de porquerías y comida chatarra.  Solo consuma comida natural (se puede), sin procesamientos de clase alguna y sin químicos ni artificios. 
Otra muy difícil: MASTIQUE BIEN.  Hasta el aburrimiento, hasta que la comida sea una blanda papilla en su boca; pero para que esto sea posible, jamás se atarugue, pues eso hace más difícil la masticación.  Este es un paso crucial en el proceso de la alimentación sana. 
Nunca haga revoltijos de comida, ni se crea el cuento de que su comida debe estar formada por muchos productos; eso solo dificulta la digestión, pues el estómago tiene que clasificar los alimentos y seguir un orden en el trabajo digestivo.  Si son muy variados, la digestión se prolonga por horas; sobre todo, cuando hay muchas grasas y carnes.  Simplifique su comida y reparta en dos o tres sesiones (almuerzo, cena) la variedad.
 Nunca como sin hambre.  Es perjudicial echarle comida al estómago cuando este NO está preparado para recibirla, no importa lo que digan los “dietistas” y sus famosas 5 ó 6 comidas.  Todos los procesos bioquímicos requieren agua (el solvente número uno), por lo tanto, es bueno que tome agua natural y al tiempo cuando está comiendo; poquita, entre bocado y bocado; o al final de la comida, como hacen los perros y casi todos los animales.  Convierta su hora de comida en una fiesta; dé gracias a Dios o los dioses, tenga mente positiva y llénese de pensamientos gratos y de paz.  Mientras come, no se distraiga con otras actividades (televisión, teléfono) que puedan alterar sus nervios; eso es terrible para la digestión.  No coma comidas muy calientes ni muy frías; todos los alimentos deben ingerirse a la temperatura corporal.  El mito de la “comida caliente” no debe tomarse al pie de la letra.  Evite todos los refinados.  Limite racionalmente los azúcares.  No es una prohibición total, sino un recordatorio de que la clave de la buena vida es la MODERACIÓN.  El justo medio, como dijo Buda.  No permita que su cuerpo (sangre) se acidifique con alimentos nocivos como los dulces y las frituras.  Es cierto que estas son deliciosas, pero si usted es estreñido, ELIMÍNELAS de su dieta.  Todos los aceites fritos producen ácido butírico, el cual es venenoso.
Y recuerde: haga ejercicio.  El estreñimiento es un mal de ciudades, de personas de vida sedentaria (sedente = sentado).  En el campo, donde la gente trabaja de verdad, camina y se mueve, este mal es casi desconocido.  Es engorroso ejercitarse, pero en eso nos va la vida.  No lo olvide.
Hay algunas reglas más, pero con esas (si puede cumplirlas) habrá dado un paso enorme en la búsqueda de la salud.  Lo repetimos: NO ES FÁCIL, pero vale la pena intentarlo con tesón; la recompensa puede ser fabulosa.  Pero siempre deben tener presente una cosa: EL CAMINO ES DURO, desesperanzador a veces, pero todo esfuerzo se verá compensado.
Finalmente, queremos pedirles a las personas que padecen o han padecido de este mal, nos comuniquen sus éxitos y la metodología que siguieron para superarlo; les prometemos entera discreción y, además, convertir esa información en servicio público, de ayuda al prójimo.  Pero ojalá que sean experiencias personales y bien documentadas.  No son útiles las leyendas, cuentos de terceros, supuestos milagros ni métodos que no puedan ser realizados de manera práctica y simple por cualquier persona.  Para fantasías y promesas vanas, está la propaganda farmacéutica y sus centenares de medicinas que nada curan (pues solo son purgas irritantes), pero que convierten a las víctimas de esta enfermedad en adictas a drogas tan dañinas como el mal que pretenden sanar.
Desde luego que DEBEMOS COMPARTIR la información para que sea estudiada y puesta en práctica por todos los interesados.  Esa es la meta: establecer un flujo de información del cual podamos todos tomar aquello que nos parezca de alguna utilidad; o bien, descartar aquellas técnicas o medicinas que ya hemos probado sin éxito.   Por favor, si usted tiene alguna información útil, compártala con nosotros. Que nos sea útil a todos.
Fraternalmente
                            RIS
          

domingo, 24 de agosto de 2014

1035 Una buena alimentación



1035   LA CHISPA                      (15 agosto 2014)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
UNA BUENA ALIMENTACIÓN
         Como continuación de la  “Chispa” anterior, en esta se exponen algunas líneas generales que todos podemos seguir en la búsqueda de una buena y sana manera de comer.  Cierto que es muy difícil lograrlo, ya que todo parece indicar que estamos en manos de las industrias de la comida y las farmacéuticas.  Pero existen alternativas (pocas y pequeñas), pero salidas al fin y, sobre todo, que están bajo nuestro control exclusivo.  Dentro de lo que nos impone el sistema, aún nos quedan algunas opciones.  Pero antes, permítasenos definir qué es “una buena alimentación” según un criterio general, de sentido común y sujeto a todo tipo de interpretaciones (como debe ser), según la razón de cada uno de los usuarios.  Esta es una materia experimental subordinada a todas las variantes posibles que resulten de la experiencia personal de los lectores.  Y lo primero que debemos desterrar en este campo es toda forma de “autoridad”, pues NO existen reglas alimenticias válidas para todos.  Cada ser humano es ÚNICO Y ESPECIAL, y lo que es bueno para uno, no lo es para otro, no importa que sean gemelos idénticos.  Entonces, debemos rehuir todas las generalizaciones que pretenden echarnos en el mismo canasto y aplicarnos las mismas comidas y medicinas en forma indiscriminada.  Ningún dogma alimenticio debe ser respetado o tomado muy en serio.  Por ejemplo: “El desayuno es la comida más importante del día”.  Ese lema lo inventaron los fabricantes de cereales y jugos mañaneros; también los hueveros, lecheros y los fabricantes de embutidos, panes y quesos.  Y aunque eso pueda ser cierto para algunos, NO lo es para todos.  Así que usted no debe sentirse mal o culpable por no tener hambre al despertar; y no tiene obligación de comer sin apetito, lo cual siempre es dañino e indigesto.  Tampoco debe creerse enfermo o anormal.  Usted tiene su propio metabolismo.
         Cientos de dogmas de este tipo norman nuestras vidas, y todos han sido inventados por las industrias alimentaria y farmacéutica.  Así que siempre tenga presente que usted y su organismo son únicos, y que NO están obligados a seguir la conducta de la manada.  Usted NO es manada, usted es especial.  Piense, razone, investigue, experimente.  No tome como suyas las necesidades, debilidades o fortalezas de otros; ni siquiera las de sus parientes.  Si alguien tiene mayores necesidades de calcio, eso no significa que usted tiene que ponerse a tragar suplementos con calcio. No suponga enfermedades o deficiencias; no se deje sugestionar por la propaganda.   A ese miedo colectivo apuestan los fabricantes de medicinas, comidas y suplementos: a que todos comamos carne, nos inyectemos vitamina B12, o que traguemos Omegas 3, 6, 9 o lo que sea.  O a que nos vacunemos masivamente, aunque estemos sanos.   No caiga en la trampa de consumir un suplemento dietético solo por efecto de la propaganda.  Si usted es hipocondríaco y cree que tiene carencia de alguna clase, investigue cuáles son los síntomas de esa falta.  Y si realmente los tiene, puede ser que necesite ese suplemento (que siempre debe buscarlo en los alimentos y no en pastillas).  Pero si no es así, no se dedique a tragar cuanta medicina le ofrecen.  Recuerde que las industrias JUEGAN CON SUS MIEDOS.  Eso lleva toneladas de oro a sus arcas.  No se deje imponer ideas ajenas que solo funcionan en beneficio de otros.  NO ACEPTE NINGÚN DOGMA, por atractivo que le parezca.  Experimente, investigue.
         He aquí algunas líneas generales bien conocidas pero no puestas en práctica: coma SOLO PRODUCTOS NATURALES y frescos.  Evite todos aquellos que hayan sido procesados y que tengan agregados químicos de cualquier clase, por más que le digan que en esas proporciones son inofensivos.  Esa es la conveniente opinión del fabricante, no la suya; por lo tanto, es un credo de conveniencia unilateral.  No se esconda detrás del pretexto de la “comodidad” que ofrece solo abrir latas y cajas para armar una comida rápida y deliciosa.  No se alimente con carroña, ni permita que su familia lo haga.  Coma poquito, pues recuerde que la gula es la fuente de casi todas las desgracias que tienen que ver con la salud; el cuerpo se nutre de lo que asimila y no de lo que traga.   NUNCA COMA SIN HAMBRE.  Sin apetito solo es permisible una fruta, pero usted debe experimentarlo.  Ninguna comida debería contener más de cuatro productos diferentes, pues el estómago no sabe qué hacer con tanta cosa diferente.  Eso se llama simpleza, algo que facilita la digestión.  Si come tres veces al día, puede comer 10 ó 12 productos diferentes, sin complicar a su estómago. En síntesis, no haga REVOLTIJOS.  Durante décadas nos han manipulado con el asunto de “la comida variada y completa”, la cual DEBE contener componentes de todos los grupos alimenticios: proteínas, carbohidratos, grasas, minerales, vitaminas y cuanta cosa se les ha ocurrido.  Y eso nos ha conducido al error de armar comidas que son verdaderos atentados contra el aparato digestivo.  Las comidas deben ser simples, entendiéndose por esto, el mínimo de componentes por turno: un carbohidrato, una proteína y una verdura.  Y siempre poquito.  Recuerde que, contra gula, templanza.  Tampoco haga revoltijos de frutas; coma un solo tipo, por las mañanas.  Las famosas “ensaladas” de frutas son un zarpazo al estómago.  Pero compruébelo, si así lo desea.
MASTIQUE BIEN, y ensalive el bolo hasta el punto en que sea una papilla suave; todos sabemos lo difícil que es esto, pues la vida atolondrada que nos hemos impuesto, nos obliga a deglutir la comida a toda carrera.  Es increíble pero cierto: muy pocas personas “saben comer”; los demás, solo engullimos nuestros alimentos sin masticar ni saborearlos adecuadamente.  Y esto nos lleva a otra consideración: NUNCA COMA DEPRISA.  Si no tiene tiempo, es preferible no comer.  La hora de la comida debe ser “sagrada”, sin sobresaltos ni interrupciones.  Con alegría y plena concentración.  Cuando se come NO se hace ninguna otra cosa, como ver televisión, hablar por teléfono u otras actividades.  Si no está de buen humor, postergue la comida.  Comer es una ceremonia especial que no debe hacerse a la ligera ni con porquerías; es un acto de comunión con la existencia y debe ser ejecutado con primorosa reverencia y cuidado, pues es nada menos que la fuente de la vida.  Sabemos que tal disciplina NO ES FÁCIL, pero también estamos convencidos de que su correcta ejecución habrá de traernos enormes beneficios en forma de SALUD, el único tesoro que vale la pena ganar y conservar, y que seamos terriblemente avaros con él.  Ayune de vez en cuando, una vez al mes es suficiente.  Este es un probado recurso (por milenios) que sirve para lograr y conservar el buen funcionamiento digestivo.  No lo tome a la ligera como un consejito religioso, pues tiene una base científica muy bien cimentada.
         No coma demasiado caliente, la temperatura ideal debe ser la del cuerpo (37 grados), pues de lo contrario, causa daño a su estómago.  No tome líquidos fríos, pues irritan las mucosas.  Tome solo agua a la temperatura del ambiente.  No mucha, experimente qué le produce cada una de sus acciones.  Anote en su bitácora los resultados y vaya descartando ciertas conductas que no le favorecen.  Tampoco se vuelva esclavo del dogma del agua (los famosos ocho vasos).  Tome la necesaria para hidratarse adecuadamente; pero esto solo lo logrará mediante la experimentación.  Si su trabajo es sedentario, no puede, no debe tomarse un galón de agua por día.
         Y por último, no crea nada de lo que hemos dicho aquí; solo tome estas notas como puntos de referencia para su propia investigación, y no se crea ningún dogma, pues si usted es un crédulo, se convertirá en víctima propiciatoria para todos aquellos que lucran con su ingenuidad y sus miedos.  De cualquier clase que sean estos: sociales, médicos, alimentarios o religiosos.
         Fraternalmente
                               RIS