martes, 17 de septiembre de 2013

556 No existe la "raza judía"... el judaísmo es solo una idea.



556      LA CHISPA       

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

NO EXISTE LA “RAZA JUDÍA”… EL JUDAÍSMO ES SOLO UNA IDEA

            Mucha gente piensa que los judíos son un grupo humano que Dios hizo directamente y los puso en el Jardín del Edén, y que eran Adán y Eva.  Y que de allí se derivó la “raza judía”, según lo narra la Torá.  Y que las otras etnias bastardas solo fueron fabricadas para que el Pueblo Elegido tuviera a quién explotar mediante la usura.  Esa es la síntesis que el creyente occidental judaizado hace de los cuentos de la Biblia.  Algo así como el de Caperucita Roja.  Pero NO EXISTE TAL COSA, como se dijo en la “Chispa” anterior.   En esa área conocida como el Próximo Oriente solo hay un grupo étnico que todos conocemos y podemos reconocer con cierta facilidad: el tronco ario-semítico, o sea, los ÁRABES.  No hay otra cosa.  Hacia el sur, los negros africanos, hacia el este, los persas (otro tronco racial diferente); hacia occidente, el grupo ario-europeo con todas sus variantes.  No existe raza judía.   Los miembros de esa etnia son árabes, aunque no les guste a los judíos.  Y su prototipo racial es idéntico al de todos sus paisanos agarenos.  Otra cosa son los europeos judaizados o judíos (árabes) europeizados. 
            Como esos invasores árabes llegaron a Europa haciéndose llamar judíos (por la tribu de Judá, y no por ser una raza), se les empezó a conocer con ese nombre.  Pero con el correr del tiempo y la aceptación del cristianismo en Europa, este calificativo empezó a adquirir una especie de perfil racial que señalaba brutalmente a los ejecutores de Cristo, según el fanatismo de la época.  Además, los calificaba peyorativamente por sus actividades de usureros.  Judío se convirtió en sinónimo de criminales y agiotistas, y empezó a significar algo diferente a la especie humana: los individuos culpables de haber asesinado “al hijo de Dios”.  Y esto creó un círculo de aislamiento, menosprecio y odio hacia ellos, el cual estaba en proporción directa con el fanatismo e ignorancia de los europeos.  Tal situación, lejos de desanimar a los “judíos” hizo que estos se galvanizaran ante el repudio general de sus anfitriones, y que tomaran medidas radicales no solo para neutralizar ese odio, sino para pasar inadvertidos entre ese mundo de blancos.  Había que borrar el aspecto físico delator, y allí empezó la “aclimatación racial” de estos árabes morenos cuya perseverancia habría de llevarlos a convertirse en “europeos”.  Mediante los cruces raciales con los nativos, comenzaron a diluirse entre estos, hasta el punto en que llegaron a confundirse étnicamente con ellos.  Y ese pudo ser el final de todo, como el de tantas otras etnias que han sido absorbidas por grupos mayoritarios; pero los judíos tenían UNA IDEA, la cual hizo la diferencia.  Asimilarse no era el objetivo final, sino una maniobra necesaria para la pervivencia y la libertad de acción en un mundo que, hasta ese momento, estaba restringido a todo aquel que no fuera blanco.
            Esos árabes primitivos desaparecieron biológicamente dentro de la comunidad europea. Esos individuos blancos, rubios y de ojos azules llamados Rosemberg, Daremblum, Einsestein, Rosen, Horowitz, Silverstein, Saperstein, Klein o Eisen, Weisz, Goldberg son europeos con ideas judías.  Porque eso es el judaísmo: UNA PODEROSA IDEA. 
            Si vemos cómo son los judíos auténticos del oriente, no es posible entender a los judíos europeos y norteamericanos.  Los llamados mizrajíes o mizraim son idénticos a todos los árabes del entorno, y solo difieren en la religión. Todos los judíos sirios, turcos, iraquíes, egipcios, jordanos, saudíes e iraníes son morenos e iguales a sus anfitriones.  Entonces, ¿cómo definir a esos judíos centroeuropeos rubios y de ojos azules como Michael Douglas y su padre Kirk?  ¿O como Gwynet Paltrow, Alicia Silverstone o Paul Newman?  ¿Cómo digerir a los ashkenazi, que constituyen entre el ochenta y noventa por ciento de toda la población judía mundial?  ¿Cómo se “blanquearon” en ese parpadeo de tiempo en términos evolutivos?  Para comprender a esos judíos europeos habría que decir que todos descienden del rubio Esaú, fantasía por demás absurda.  ¿Entonces?  El color de los ojos, piel y cabello no “se pega” por ósmosis.  Así que tampoco pueden argumentar eso que ha sido la interpretación “callada” acerca de esa raza judía blanca que apareció a partir de los prietos o negroides  árabe-judíos que emigraron de Palestina en tiempos posteriores a Cristo.  No hay manera de explicar a los judíos europeos como una “raza pura” descendiente de Abraham.  Tal argumento no resiste el menor análisis formal.
            No es creíble que esos morenos árabes prestamistas que llegaron a Francia se convirtieran en los Rothschild en cuestión de mil años solo por contacto social con los franceses.  Es seguro que la “aclimatación racial” se dio de la manera que hemos indicado, y esos millones de judíos ashkenazi que forman la población mayoritaria judía, son biológicamente tan alemanes, rusos, franceses o ucranianos como esos europeos a los que tanto odian.  Todos esos judíos son el producto de miles de cruces entre mujeres judías y los nativos europeos.  Y los judíos lo saben muy bien.  De ahí la abismal diferencia entre esos soldados judíos que, en Palestina; parecen tan extraños y extranjeros como los gringos blancos en Irak   ¿La razón?  Que son tan europeos como los yanquis, pero con la diferencia que conservan la idea del judaísmo.
            Son estos “judíos reciclados”, con apellidos alemanes o rusos los que invadieron América y se han apropiado de la maquinaria económica de ese país, convirtiendo a los norteamericanos en sus sirvientes; en el robot que ejecuta las órdenes de los ashkenazi que parecen gringos, aunque sean alemanes de segunda.
            Ser judío es una idea, no un color de piel determinado.  Si no, veamos a Sammy David Jr., un judío negro.  En resumen, NO EXISTE LA RAZA JUDÍA, sino una aglomeración de individuos con un conjunto de ideas que los convierten en una amalgama poderosa que puede lidiar contra todo el mundo y salir airosa.  Lo han demostrado hasta este momento.   Y bajo el anestésico de la religión, han doblegado a todos los grandes poderes de la modernidad, incluyendo a los Estados Unidos de América.  ¡Qué grande y admirable salto desde Palestina!
            Racialescamente                                                
                                   RIS             E-mail:  rhizaguirre@gmail.com
Entrada al blog “LA CHISPA”        http://lachispa2010.blogspot.com/