viernes, 15 de junio de 2012

979 JUDAÍSMO versus ISLAM


979  “LA CHISPA     

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

JUDAÍSMO versus ISLAM

       Situemos en el campo de batalla a los dos ejércitos religiosos del momento.  Por un lado, el judaísmo y sus secuelas: todas las formas de cristianismo y mormonismo.  Y en la esquina opuesta, el Islam.  Los buenos y los malos, según la definición maniqueísta e intransigente de los occidentales… y del Islam.  Y como somos parte de los “buenos”, hemos recibido el adoctrinamiento necesario para rechazar las ideas coránicas y estar en contra de todo lo que sea de origen “malo” (árabe), porque todo lo nuestro es “bueno”.   Igual en el otro bando.  Ellos son los bondadosos, y todo el occidente, los “infieles” que deben morir, según las interpretaciones ortodoxas de los más fanáticos entre ellos.  Así se plantea el problema en el campo intelectual, religioso, político y militar.  Solo el exterminio del bando contrario es la solución.  Conversión o aniquilamiento. No hay convergencia, tolerancia ni puntos intermedios de entendimiento.  Todo lo de ellos es malo, y todo lo nuestro es bueno.  Esa es la única tesis que hemos conocido desde que los judíos se apoderaron por completo de Hollywood.   El Vaticano hollywodense nos ha inculcado una sola idea: destruir al Islam con el ejército formado por todo el Occidente bajo el liderazgo de los judíos.  Una cruzada moderna para aniquilar a los enemigos de Israel (todo lo que les estorba).   Algo así como las campañas de exterminio de Josué; pero esta vez, sacando las castañas con las manos del gato gringo.
     Catequización sistemática e infinita acerca de lo malos que son los árabes; y por otro lado, abrumadora, aburridora y repetitiva propaganda acerca de lo buenos, sufridos, inteligentes y elegidos que son los judíos; de cuántos óscares y premios nobel han ganado, de lo buenos banqueros que son, de lo astutos que son para hacer “rescates financieros”, de su tolerancia y sufrimiento eternoDe los cautiverios, holocaustos y exterminios a los que han sido sometidos por los goyim.  Saturación cinematográfica acerca de sus fiestas y celebraciones: pascua, panes,  pentecostés, expiación, tabernáculos, el Purim, trompetas…  No hay película hollywoodense en la que, venga o no al caso, no nos saquen la cuestión judía: los pogromos, el antisemitismo, la comida Kosher, el Bar Mizba de alguien, o la Janucá (que ya casi es fiesta nacional en USA).   Y desde esas plataformas de “diálogo”, no parece existir la menor posibilidad de entendimiento.  Un occidente liderado por los judíos y sus pupilos yanquis, igualmente intolerantes y despectivos, son los delegados a esta mesa de negociación internacional; y por el otro lado, un conjunto de pueblos separatistas que presentan todas las escalas que van desde los moderados, hasta los fanáticos que no le hacen ningún favor a la causa del Islam.
            Pero, ¿cuál es el motivo de ese enfrentamiento?  ¿La religión?  Si solo fuera eso, occidente también tendría que estar en guerra contra todo el Lejano Oriente, incluyendo a la India, pues tales pueblos NO SON JUDÍOS NI CRISTIANOS.   Son hinduistas, budistas, taoístas, sintoístas y todos los ístas que nos podamos imaginar.  Religiones que, en su concepción espiritual y filosófica, son radicalmente distintas del judaísmo y sus hijuelos occidentales (cristianismo en todas sus versiones).  Y aunque son las que dieron origen a todas las religiones de este lado del mundo, aquellas conservan bien deslindado el campo de acción en el cual tienen que ver con el hombre.  De ellas se copiaron TODOS los “libros sagrados y revelados” de los que tanto nos vanagloriamos en occidente.  Y esas religiones SÍ que son agresivas en contra del dogmatismo judaico y, desde ese punto, bien justificarían una guerra en su contra.  Pero ahí NO HAY PETRÓLEO.
       La cuestión, pues, no parece ser ideológica; sobre todo, cuando consideramos que el Corán es, en esencia, un extracto religioso del Antiguo Testamento.  El mismo dios (Alá=Yavé), los mismos profetas, los mismos hombres santos, los mismos mandatos y liturgia, la misma intransigencia religiosa, el mismo menosprecio y crueldad por las mujeres, la misma contumacia en cuanto al individualismo y la libertad de creer.  Mucha gente habla de la crueldad árabe en la pedrea de las adúlteras o rebeldes, pero ¿no es esa una norma tomada del Viejo Testamento?  Y el que Jesús haya “perdonado” a la prostituta del cuento, no significa que esa ley haya desaparecido de la Torá.  Los cristianos evaden cuidadosamente esos pasajes, pero ahí están en el Pentateuco, tan vivos y vigentes como la circuncisión, la expiación y todas las leyes que le dan ese carácter severo y cruel al texto mosaico.  El Corán no difiere de la Biblia en cuanto a dureza e intolerancia; aunque se podría decir que aquel es más condescendiente.  Recuerden que muchos fanáticos de la Biblia NO permiten la transfusión de sangre aunque en eso les vaya la vida.  La Biblia y el Corán son parientes cercanos, originados en el mismo dios y en la misma raza SEMITA (árabes y judíos), aunque no les guste.   Los hijos del primogénito de Abram y Agar, siguen reclamando su primacía, y los judíos, negándola.
            Entonces ¿qué es lo que hace la diferencia entre estas religiones?  Pues lo mismo que determina nuestro partido político o equipo de fútbol: CATEQUIZACIÓN.  Gracias a este método, damos como válidas las cosas más absurdas imaginables de nuestra religión.  Aceptamos que un muerto leproso pueda revivir tres días después de fallecido.  Que alguien pueda transformar el agua en vino; que un hombre pueda dividir el mar formando dos paredes verticales de agua; en fin, infinidad de “milagros” de lo más increíbles y ridículos.
       Y la piece de résistance de la propaganda anti Islam (lapidación de las mujeres), fue tomada de la Biblia.  Ese mandato ESTÁ VIVO en la torá.   Y ¿por qué no lapidan a las mujeres adúlteras judías?  ¿Porque estas no cometen adulterio?  ¡Claro que no!  No lo hacen solo porque los ayatolas judíos (los rabinos ortodoxos) NO TIENEN EL PODER TOTAL en Israel, y porque en los países ajenos a ellos (que es donde vive la mayoría de judíos), NO es legal hacerlo.  Entonces, parece que estamos en medio de un pleito familiar (judíos y árabes) en donde “sin querer queriendo” nos han involucrado en forma gratuita.  Ambas formas de religión son obcecadas y de una dureza temible.  Y es solo a través del filtro del cristianismo, como a nosotros los occidentales se nos hace tolerable el judaísmo y hemos llegado a ser sus defensores oficiosos.  Resumiendo: judaísmo e Islam son dos ramas religiosas originadas en dos facciones de LA MISMA RAZA: árabes y judíos, y no hay razón alguna para que los occidentales estemos sufriendo calenturas ajenas por las diferencias interpretativas que ambos hacen de sus respectivas doctrinas.  Y mucho menos, nosotros los latinos que nada tenemos que ver con ese ancestral problema familiar.  Que declaren “inmunda” a una mujer porque ha parido o está con la regla, ese es problema de las judías; y que lapiden una mujer por ser adúltera, ese es un problema humano y de todos, pero sobre el cual casi nada podemos hacer, ya que esas mujeres así entrenadas, consideran que tal medida es correcta.  A ellas les gusta usar la burka… y mientras eso sea así, ¿qué le vamos a hacer?  La indolencia de los pueblos es lo que permite los abusos de los poderosos… y de la religión.
            Fraternalmente   
Blog  “Librería en Red”       http://libreriaenred2010.blogspot.com/

martes, 12 de junio de 2012

978 Los inválidos morales


978  “LA CHISPA         (11 junio 2012)

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

LOS INVÁLIDOS MORALES

            Esta casta siempre ha existido y siempre lo hará.  También ha estado infiltrada en todos los estratos de la sociedad.  Tampoco eso es sorpresa.  En la política han sido indispensables para la realización de todos aquellos actos miserables cuya vileza era repugnante aun para los políticos más depravados y faltos de pudor; eran los que hacían el trabajo sucio, pero siempre en condición de sirvientes.  En la penumbra, soledad y silencio en donde se gestan los actos más reprobables de los hombres.  Esta gente sin honor, ha tenido un especial rol en el desarrollo de la política, pues su condición de descastados los ubica en una dimensión en donde están más allá de la vergüenza, el rubor o el arrepentimiento.  A ellos no los toca ni les afecta la repulsa social, porque carecen de los mecanismos afectivos necesarios para sentirse lastimados por el desprecio que sienten por ellos los hombres honrados y los que tienen un código ético que respetar, los hombres bien formados moralmente.  Los inválidos morales son solo una especie más de las tantas que hay en el jardín social.  Y ahí estarán por siempre… y por siempre dañinos.
            Sin embargo, lo novedoso que nos presenta este problema es que esa gente dejó de ser la escoria anónima de la política y ha tomado por asalto el Poder.  Han salido a la luz.  De simples lacayos, pasaron a protagonistas de la historia; a ser diputados, ministros, candidatos a todo, embajadores e, incluso Presidentes.   Hoy, cualquier minusválido de estos, se da el lujo de “pedirle” su voto al elector a cambio de un puñado de falsas promesas que ni siquiera tienen la apariencia de ser factibles.  Esta gentuza, con dinero o sin él, tiene vacío el casillero en donde los hombres de bien acomodan sus escalas de valores.  Pero a pesar de que lo saben muy bien, no tienen el menor empacho al hablar sobre sus propias virtudes ciudadanas, pues la mentira es el denominador común de sus vidas.  Y como son astutos (que no es lo mismo que inteligentes), suelen sacar ventajas ante los hombres honrados que se aventuran en el campo de la política, llevando como único broquel su honestidad y el apego a algún código moral por el cual rigen los actos de su vida.  Tales personas están en desventaja ante los inválidos morales, pues para estos la mendacidad, el deshonor, la desvergüenza y la hipocresía, son terrenos en donde se desenvuelven a la perfección.
            Los inválidos morales han tomado el Poder… y quizás para siempre.  Para eso, cuentan con el lado iluso del hombre, con la indolencia de pueblos enteros que creen que las cosas buenas les caerán del cielo como un acto de milagrería política.   Cuentan con la eterna fantasía de los pueblos latinoamericanos y su caudillismo enfermizo.  Confían en las interminables legiones de tontos útiles que creen que los partidos políticos pueden ser el puente que nos saque de la miseria y nos haga protagonistas de nuestra propia historia.  Ellos están seguros de la bobería congénita de nuestros pueblos; saben que es suficiente con atizar la fiebre “partidista” o patriotera  para que de inmediato nos sintamos como parte importante de la maquinaria política dirigida por Don Fulano.  Y así, de desengaño en desengaño, van transcurriendo nuestras anodinas vidas en las cuales hemos aceptado como algo inevitable la existencia de esta clase parasitaria que se ha apoderado de todo. 
            Ahora cualquier bastardo mal nacido nos habla de su honor, de sus virtudes y de su honorabilidad a toda prueba, de su “trayectoria política” y mil idioteces más, que la gente supone son buenos requisitos para ser presidente de la República.  Y así, período tras período, seguimos como los bueyes de la noria: uncidos al palo del idiotismo y dando vueltas sin fin en un camino circular que recorremos sin ningún sentido durante años y años.  O bien, arrastrando la pesada carreta de gobiernos de ladrones que no tienen la menor idea de lo que significa la vergüenza.  Gente que ha sobrepasado todos los límites de la indecencia o el decoro.  Como aquel candidato a la presidencia que, mucho antes de que se diera el resultado de las elecciones, ya había recibido su nombramiento como Embajador en un país de Sudamérica.  ¡De manos de su “ANTAGONISTA” en las contienda electoral!   ¿Qué nivel de desvergüenza se necesita para realiza semejante vileza?  No mucho, solo es preciso ser inválido moral.  ¿Se imaginan lo que es conducir a millares de ciudadanos a una celada como esa?  Millares de tontos que todavía creen en los caudillos y partidos políticos como las mejores opciones políticas para salir del atolladero en el que estamos.  Esto es historia muy reciente como para que alguien pueda alegar desconocimiento de esos hechos.  Sus treinta monedas de plata fueron un nombramiento en el Servicio Exterior de la República.  De los “puestos de confianza”.  Y estos hechos ni siquiera merecen la consideración de nadie.  Son tan cotidianos, que ya parecen normales e inocuos.  ¿Y la prensa?  Silenciosa.
            Los hombres honrados se han marginado de la política y les han dejado el campo libre a esta peste de descastados que hoy, ocupan todos los puestos políticos de importancia; manejan las finanzas del Estado (que son las nuestras) como si fueran propias.  Hacen negocios particulares bajo el ala protectora del Gobierno y han convertido a esta institución otrora digna, en un cubil de sanguijuelas y garrapatas que, diariamente y sin piedad alguna, sangran a la Patria sin la menor consideración.  Pero ¿qué se puede esperar de los inválidos morales?  Lo que sorprende es la apatía y conformidad de los pueblos; la indolencia con la cual aceptan a esa plaga como si se tratara de un destino inevitable.  Como el karma o hado de hindúes y griegos.   Millones de seres humanos honrados en manos de unas cuantas docenas de pillos.  ¡Qué angustiosa paradoja!  Pueblos enteros a la disposición de cuatro gatos sinvergüenzas: los inválidos morales.
            Fraternalmente                                                       (Por coincidencia, ¿es así en su país?)
                                      
Blog  “Librería en Red”                         http://libreriaenred2010.blogspot.com/

Blog  “LA CHISPA”                             http://lachispa2010.blogspot.com/


domingo, 10 de junio de 2012

977 Bancarrota moral del Estado


977   “LA CHISPA            (9 junio 2012)

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

BANCARROTA MORAL DEL ESTADO

            Cuando el gobierno se convierte en el patrocinador de todo tipo de corrupción, la sociedad que rige ha tocado fondo y este se ha convertido en un inválido moral, sin autoridad alguna para llamar al orden.  Cuando el gobierno, a través de sus lacayos de los “poderes” legislativo y judicial, monta una defensa oficiosa de sinvergüenzas que han timado los bienes del pueblo (Erario), se quita la careta y admite que solo es una farsa al servicio de intereses que NADA tienen que ver con los de la sociedad sobre la cual está montado.  Un gobierno que, contra viento y marea defiende a sus cipayos por el solo hecho de pertenecer a su mismo partido político, es el principal estímulo a la corrupción general. Cuando eso sucede, ese país se encuentra en bancarrota moralNo solo el aparato estatal, sino toda la nación.  Un país que tiene más leyes por metro cuadrado que ningún otro en el mundo, es incapaz, vía legal, de frenar la carcoma generalizada que lo abate.  Un sistema judicial que solo considera superficialidades y que no determina nada de manera frontal para ponerle coto a uno de los males más terribles que pueden azotar a una nación: la CORRUPCIÓN GENERALIZADA DEL ESTADO.  Además, la alcahuetería de este ante los amigotes y correligionarios políticos.  Por los “del mismo partido”.  Por los que se venden al mejor postor, por los que fraguan campañas, por los que “arreglan Asambleas”, por las Salas Cuartas.  Por los que inventan “decretos de interés nacional”.  Por los que hacen “declaraciones de emergencia nacional” para construir el pedacito de trocha MÁS CARO DEL MUNDO.  Por el sistema judicial complaciente, ciego y sordomudo, que solo actúa a petición de las “autoridades competentes”, que son los mismos.
         Cuando esa es la norma, el Estado está en bancarrota moral y necesita la extremaunción… o cirugía mayor.  Y no se trata solo del Ejecutivo y la Camarilla económica que ejerce el poder real, y de la cual, el gobierno solo es un sirviente.  Se trata de todo un sistema pútrido por la codicia insaciable de mucha gente: políticos y de los otros…  Cuando se llega al punto que hemos alcanzado, todos los mecanismos “legales” diseñados para corregir las desviaciones del gobierno son inútiles porque están viciados, corrompidos, desnaturalizados.  Los pillos han triunfado y desmantelado el sistema legal para que este solo sea el parapeto de sus fechorías.  Cuando el Tribunal de Elecciones, la Sala Cuarta, la Asamblea Legislativa y el Poder Judicial han sido comprados y convertidos en apéndices complacientes de un partido político y su grupo líder, el Estado está en bancarrota y se ha perdido todo vestigio de ética y decencia.  Cuando el gobierno ni siquiera se toma la molestia de dar explicaciones satisfactorias al pueblo, es señal de que hemos traspasado la línea del despeñadero y que estamos en caída libre.  Cuando el presidente ya ni se toma la molestia de crear cortinas de humo para distraer a la gente, significa que se ha superado la barrera de la desvergüenza.  Y cuando todos los entes “contralores” del Estado callan o justifican la conducta oficial, estamos hundidos hasta la coronilla en el pantano de la corrupción.
         Llegado ese momento, solo queda un camino: la Revolución.   Pero entendiendo esta como un cambio radical que solo puede originarse en la entraña del pueblo, no en grupos políticos; un cambio total que nada tenga que ver con los partidos tradicionales: el CABILDO.  Como se ha propuesto desde hace años en esta “Chispa”.  O bien, creando una dictadura que, al servicio del pueblo, tome las medidas heroicas de saneamiento, y que aplique la CIRUGÍA MAYOR que necesita esta sociedad.  Sin contemplaciones ni siguiendo el principio del “pobrecito”.  Se debe nombrar un TIRANO, en el sentido original griego.  Alguien que actúe de acuerdo con el ejemplo como el que nos dio China en enero del año 2009, con el escándalo de la “leche”.  Se capturó a todos los ejecutivos de esa empresa, y antes de que nadie pudiera gesticular nada, se les pegó un tiro en la nuca y ahí terminó el problema.  No les dieron tiempo a los defensores de “los derechos humanos” a hacer sus peticiones ni nada.  Muerto el perro, se acabó la rabia.  Justicia pronta y cumplida.   Aquí bastaría con que cuatro o cinco de estos ladrones fueran ejecutados, para que todos se dieran por avisados de que el Erario NO SON BIENES DE DIFUNTO y que aquel tiene un dueño que se llama PUEBLO.  Desde luego que esas medidas JAMÁS vendrán del gobierno porque este es el causante de la CORRUPCIÓN; son sus integrantes los promotores de esta.  Es el gobierno (los funcionarios) el que permite y estimula el saqueo a las arcas públicas.  El que se hace el maje ante el pillaje de la Hacienda; el que encubre y “perdona” a los delincuentes de cuello blanco, gris o negro.  Mediante leyes amañadas y jueces “permisivos” (para utilizar un eufemismo), es posible que toda esa caterva salga en libertad, “con la frente en alto” e incluso reclamando indemnización económica por los daños morales que sufrieron.
         ¿Cómo se puede explicar este estado de rendición total ante esa lacra de la “clase dirigente”?  Porque el pueblo lo permite.  Porque el ciudadano es INDOLENTE y se ha conformado con el papel de observador pasivo que le han asignado los partidos políticos.  La mascarada de la “democracia formal” ha producido excelentes resultados para esa gente.  Y mientras el pueblo se mantiene al margen, las termitas y parásitos de la política hacen no solo lo que les da la gana con las finanzas del país, sino que han sumido a esta sociedad en un estado de hipnosis malsana que le impide distinguir quiénes son sus enemigos.  El pueblo se encuentra en estado de trance, del cual solo saldrá cuando tome consciencia de lo que está pasando a su alrededor.  Cuando tome el látigo en sus manos y se decida a echar a los ladrones del templo de la PATRIA.  Ya no queda tiempo para hablar, dialogar o hacer componendas con los pillos.  Ha llegado el momento de actuar patrióticamente.
         Esperanzadamente  
                                              Ricardo Izaguirre S.
                                                                



viernes, 8 de junio de 2012

976 El Estado corrupto


976   “LA CHISPA       (7 junio 2012)

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

EL ESTADO CORRUPTO

            Varios elementos son las causas de la corrupción absoluta en la que se encuentra postrado el Estado de este país; no la Administración pasada, presente o próximas, sino el Gobierno como institución permanente de la República.  El rigor mortis ya alcanzado todos los miembros de ese cadáver que, alguna vez, fue motivo de orgullo para todos los ciudadanos.  Los tres poderes que lo conforman sucumbieron a los embrujos de la política, el ansia de poder personal y el dinero fácil.  Todos entraron en descomposición.  A lo que tanto temía el barón de Montesquieu, ya se ha hecho una realidad en los poderes del Estado: dejaron de ser independientes y se convirtieron en simples secuaces del Ejecutivo, con lo cual este se transformó en una dictadura de partido (el tan añorado modelo del PRI).  Una satrapía en donde solo importan los intereses económicos de la Oligarquía y, más recientemente, los de esa nueva garduña que ha florecido como un azote en los estratos altos, medios y bajos de la función pública: la chusma política.  Los desvergonzados oportunistas que solo ven en el Estado las posibilidades de hincarle el diente al tesoro público, al que consideran como “bienes de difunto” y a su exclusivo servicio.  Gente descastada que no siente la mínima vergüenza ante nada.  Basta el padrinazgo del gobierno de turno para que esta gentuza se sienta envalentonada a robar con todo descaro.  Ya no hay recato alguno, roban y roban en público, a sabiendas de que están protegidos a cambio de su complicidad y silencio ante la generalización de la corruptela oficial; o por ser miembros del partido.  O amigos de un amigo de alguien que está en el gobierno. Dentro de los nuevos parámetros sociales, ser HONESTO es una mácula.
            Tan difundido y arraigado está este vicio, que se les está escapando de las manos a los altos jerarcas del partido y la oligarquía, pues ahora resulta que ya no solo son ellos y sus “protegidos” los que se forran; también proliferan los “agentes libres”, los vivillos que no respetan la patente de corso que tienen los del partido.  Esta nueva epidemia es como la de los taxistas piratas.  Y bajo el lema de: “¿Por qué solo los amigotes del Estado tienen derecho a robar?”, se han lanzado, por su propia cuenta, a la popularísima y fácil tarea de saquear al erario.  Siempre ha habido pillos y siempre los habrá.  Pero existe una gran diferencia entre ladrones de categoría, y la turba que hoy ahoga al Estado de la manera más desvergonzada.  Los ladrones de “cuello blanco” incluso han gozado de la simpatía de los pueblos, y estos los han convertido en una especie de héroes merecedores de elogios y reconocimiento.  Algo así como los fabulosos Robin Hood y A. J. Raffles.  Pero los patanes que ahora se aprovechan de los fondos del Estado (pueblo) NO tienen la mínima delicadeza.  Al contrario, su brutalidad y menosprecio por la autoridad, los categoriza como ratas despreciables. 
            Tres son los factores que nos han llevado a este estado de postración moral: un partido político, un grupo de líderes ambiciosos de poder y dinero, y la tremenda indolencia de un pueblo que, lejos de exigir transparencia y honestidad, se ha convertido en cómplice de ese estado de corrupción por el simple hecho de la “pertenencia partidaria”.  Ser Gris o Verdoso y “ganar las elecciones”, resulta suficiente para el individuo promedio.  Y ser miembro del partido en el poder, obliga a la tolerancia con los desafueros que este cometa.  Esa es la pobre recompensa con la que se conforma el pueblo: Ganar las elecciones.  Y como es obvio que el Estado NO PUEDE premiar a dos o tres millones de habitantes, la idea de una teta en la función pública NO es el estímulo para esa aberrada conducta cívica.  Tampoco puede dar tantas becas a los hijos de los votantes.  Entonces ¿es solo eso lo que compra el silencio y complicidad de los electores?  ¿Ganar los comicios?
            ¿Está derrotado el ESTADO DE DERECHO?  ¿Ganaron la batalla los hampones de cuello blanco y los de la chusma política?  ¿Es el Estado un cadáver en vías de putrefacción?  ¿No hay esperanza alguna?  ¿Nada puede hacer el ciudadano?  Por la indiferencia con la cual este ve los problemas que se suscitan en el gobierno, parece que solo fuera un observador lejano, al margen de un drama que en nada le afecta.  Esta sociedad observa, casi impasible, como una voraz plaga de bandidos devora tranquilamente los miembros de su organismo social sin importarle nada. En vivo y a todo dolor.  Todo el mundo parece creer que el asunto no le atañe, que no le perjudica, que eso solo es problema de las autoridades judiciales o de la Asamblea Legislativa, o del Ministro de Policía o quién sabe quién, pero no suyo.
            Y la gran paradoja de esto es la siguiente: parece que tendremos que invocar a la Oligarquía para que sea ella, la que fije las reglas del juego para el saqueo del Estado, y que tal actividad vuelva a los causes “normales” de tiempos pasados, en donde aquella y los funcionarios lucraban mediante sistemas legales que se podían controlar, y que se sabía en manos de quiénes estaban.  Tiempos cuando la desvergüenza NO era la norma.  Cuando había cierta cautela y no era cualquier hijo de vecina el que tenía la posibilidad de embolsarse miles de millones por fraudes que pertenecen al mundo de la ciencia ficción, tal es la negligencia de los contralores del gobierno y la “viveza” de los pillos.  Es hora de que la Oligarquía vuelva a tomar el mando en ese campo y fije reglas “aceptables” para que la expoliación de los bienes públicos vuelva a niveles “decentes” que pasen inadvertidos a los ojos de la ciudadanía.  Esto, aunque inmoral, sería preferible al descaro que hoy prevalece en todas las actividades de los gobiernos.  No hay obra, licitación, concurso o lo que sea, que no esté dentro del área de la corrupción.  Todo lo que hace el Estado está bajo sospecha de chorizo.  La penumbra del fraude ensombrece todas las actividades del Gobierno.  Vivimos en la era del sospechosismo crónico, de la desconfianza, de la burla política y el cinismo.  “Me los comí en confites”, “Mano firme y honesta”, “Nos preocupa la corrupción”.     (¿Cómo anda esto en sus países?)
                  Corrupcionescamente    Ricardo Izaguirre S-
                                                          
Blog  “Librería en Red”          http://libreriaenred.blogspot.com/
Blog   “LA CHISPA”              http://lachispa2010.blogspot.com/

jueves, 7 de junio de 2012

970 Los puestos de confianza


970   “LA CHISPA   (en Ameriñol)  22 mayo 2012

Lema: “En la indolensia sibica del siudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

LOS  PUESTOS  DE  CONFIANSA

         Segun esta retorsida modalidad politica, todos los puestos de alguna inportansia DEBEN ser otorgados a enpleados de confiansa, pero ¿no debe ser todo funsionario un enpleado de confiansa?  ¿Que sinnifica ese titulo?  En la jerga politica paresiera que eso quiere desir que se trata de un trabajo de mucha inportansia que requiere de un serbidor con atributos espesiales; pero la berdad es que solo se trata de la repartija de puestos que se dan a todos aqueyos que partisiparon en la canpaña electoral.  Es el festin de los ganadores, la piñata con la que se premia a los amigos, correlijionarios, finansiadores, familiares, ijos, amigos de los amigotes, jente de confiansa y cuanto bicho tubo alguna partisipasion en la rebatiña electorera. Con ese eufemismo se ase un encubrimiento bergonsoso mediante el cual se burla el derecho de los aspirantes idoneos a la funsion publica.  Una jefatura en el Ministerio de Transportes NO tiene por que ser un puesto de confiansa, a menos que los mas altos jefes pretendan aser algun chanchuyo con los materiales, la maquinaria u otros bienes publicos que son administrados por ese organismo estatal.  O bien, que se piense en aser consesiones “de interes nacional” a enpresas mineras.  O aser repartija de miles de miyones de colones a enpresas fantasmas por la “construcsion” de una trocha fronterisa.  Ayi se destacan los “empleados de confiansa”.  Son los que ben y cayan.  Son los que “tapan” asta que rebientan las tortas. 
         En casos asi, es cuando son nesesarios los enpleados de confiansa en los puestos idem.  Ayi, estos sujetos son de un balor inapresiable.  Jente que no be, ni abla ni oye.  Que como sus puestos dependen de la buena boluntad de sus superiores, no tienen mas camino que plegarse a las ordenes que les den, sin inportar nada, ni siquiera la posibilidad de ir a la carsel.  Estos “de confiansa” saben que los de arriba no los dejaran solos ni sin su tajadita.  Por eso son de confiansa.  Por eso tienen confiansa y les tienen confiansa y NO DENUNSIAN como es la obligasion de todo funsionario ante cualquier acto anormal o ilegal en la funsion publica.  Los “de confiansa” son mudos.  A menos que los dejen entranpados, sin plata  y con toda la responsabilidad penal; entonses, ni Pavarotti los iguala cantando; como el señor del afer de ALCATEL, que le lebanto la sotana a medio mundo e iso que un presidente fuera a la cholpa.  Pero los profesionales graduados y con plasa en propiedad, no son tan fasiles de conbenser para la realisasion de actos de corruptela.  No quiere desir que no los aya, ¡claro que si!  Pero es menor la posibilidad de que sedan solo por conserbar el trabajo.  La paga por el silensio de estos debe ser mucho mayor, y como nuestros politicos son tan angurrientos y quieren quedarse con todo, prefieren acojerse a la formula de “LOS PUESTOS DE CONFIANSA”.  Y desde ayi, mantener al mayor numero de INTERINOS, pues estos son los mas vulnerables e incondisionales en todos los casos de corrupsion.
         El Serbisio Sibil DEBE ser un organismo apolitico y rector unico en el nonbramiento de personal del gobierno.  De todos los departamentos, incluyendo el banquetaso del Serbisio Esterior.  Y aparte de los ministros, que si son funsionarios que deben ser de la confiansa del Presidente, todos los demas nonbramientos de la Administrasion debe aserlos el Serbisio Sibil.  El funsionario es un SERBIDOR DEL ESTADO y del pueblo, y no de un partido politico.  Y es en situasiones como esta en las que deberiamos imitar y superar a los Estados Unidos.  Fijense que un enbajador de ese pais es el representante del Inperio.  No del partido democrata o republicano, es el enbajador de USA.  Estos profesionales yegan a acumular asta treinta o cuarenta años al serbisio DEL GOBIERNO DE SU PAIS y no de un partido.  De ayi que esa jente sienpre sabe lo que ay que aser en casi todas las sircunstansias.  En cambio nuestros “diplomaticos” cuatroañeros, cuando apenas an medio aprendido a reconoser cual es el tenedor de la ensalada, ya bienen de regreso con el rabo cortado, porque el partido contrario gano las elecsiones.  Y de nuebo a aprender todas la maniobras para ber como sacan plata de su jestion como enbajadores y ecsenbajadores.  Una miserable perdida de esperiensia
         El nonbramiento de funsionarios NO DEBE ser como los rejimenes de pensiones; todo lo que tiene que ber con los enpleos en el gobierno, debe ser de la incunbensia esclusiba del SERBISIO SIBIL.  Contando a los del serbisio esterior.  No deben ecsistir grupos pribilejiados para amigos idem.  Tanpoco debe darse esa aberrasion de los puestos de confiansa para los funsionarios del Estado, pues esta maniobra politiquera da el traste con la teoria y rason de ser del Serbisio Sibil.  Tanpoco se debe dar el INTERINATO, a menos que sea bajo condisiones espesificas en las que el enpleado asepta un contrato de trabajo por determinado tienpo.  El interino-sorpresa, el que no sabe cuando le ban a cortar la colita, es una persona que bibe en la angustia y la inseguridad, y eso no es bueno para ningun trabajador ni para la calidad de su labor.  Ademas, esta condision se presta para infinidad de abusos de parte de las jefaturas.  Y cuando se trata de mujeres jobenes y bonitas, casi sienpre aparese la cuestion del acoso secsual, que en su mayoria se difumina en el silensio temeroso.  ¿Y por que se da eso?  Porque estas mujeres inseguras en su puesto, muchas beses tienen que seder ante los requerimientos de sus “jefes de confiansa”, o renunsiar, lo cual no es cosa fasil.  Pero si una funsionaria tiene su trabajo en propiedad y a sido nonbrada por su capasidad profesional, tiene su propio broquel de protecsion que no depende de lo obsecuente que pueda ser con sus jefes.
         Mientras aya “puestos y funsionarios de confiansa”, la politica seguira siendo el peor enemigo de un Estado conpetente, porque seguira arropando un sistema corrupto en el cual NO es la capasidad profesional la que determina la obtension de puestos, sino otras caracteristicas bien conosidas de todos.
         Fraternalmente
                             
Blog “Librería en Red”       http://libreriaenred2010.blogspot.com/


sábado, 2 de junio de 2012

969 El Servicio Civil


969   “LA CHISPA               

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

EL SERVICIO CIVIL

         Es motivo de orgullo tener un Estado lleno de instituciones jurídicas que garanticen la calidad de los servicios públicos a la ciudadanía.  Además, que les den a los aspirantes a la carrera pública, la certeza de que serán nombrados por su capacidad, preparación y experiencia; sin que medien las influencias políticas ni los compadrazgos.  Ese es el ideal, ¿pero qué sucede en nuestros medios?  Que todos los estamentos del gobierno están plagados del peor vicio que se pueda imaginar en cualquier empresa de servicios públicos: la incompetencia y las “palancas” políticas.  Pero esta pobre calidad del trabajo burocrático NO es por inopia de personal capacitado, sino por la maraña de chanchullos oficiales que, gracias a muchas tretas, se ha convertido en el estándar que se utiliza en la función pública para nombrar empleados.  En teoría, el Servicio Civil es un ente magnífico que nos asegura la equidad en el nombramiento de aspirantes a puestos oficiales.  Pero la realidad es otra.
         Con la creación del concepto de los “puestos de confianza y empleados de confianza”, se echó al tarro de la basura todos los fundamentos legales, morales y de eficiencia que dieron origen a la creación de ese departamento contralor de las relaciones Estado-Funcionarios.  Con esa brutal maniobra se le dio el tiro de gracia, en el mismo origen, a una institución que nació de una necesidad muy evidente.  De un problema general de incapacidad del Estado para brindar servicios adecuados a la población.  Cientos de personas haciendo la misma cosa; otros haciendo nada, desorganización total por falta de gente que supiera “qué hacer”.  Miles de incompetentes no solo por deficiencia personal, sino porque no sabían nada de las tareas que tenían que hacer.  La idea de mejorar todo esto en beneficio de la población, fue lo que dio nacimiento al Servicio Civil.  Pero el niño nació defectuoso, con ciertas deficiencias de origen.  Y como sus jefaturas también están ocupadas por “empleados de confianza”, este se convirtió en un fabricante de “ternas” que no proveen la mínima seguridad o respaldo a los incluidos en ellas.  Solo están inscritos en la terna, pero el Servicio Civil NO los ampara.  Tampoco se interesa por la suerte de los puestos ni por quiénes serán ocupados luego de que se siga la formalidad de los tres meses de prueba.  De ahí en adelante, están en las manos de los “empleados de confianza”.
         El Servicio Civil se lava las manos (por ley NO puede hacer otra cosa); ya hizo la terna, la envió al respectivo Ministerio y, lo que hagan a continuación los “Jefes de confianza”, deja de ser su asunto.  Un fraude oficial que causa una frustración terrible en aquellos aspirantes que se han preparado bien, que han reunido papeles y pruebas de su pericia y que, además, aportan buenas recomendaciones laborales y de otro tipo.  Todo eso se va por el albañal junto con la terna del Servicio Civil cuando los “jefes de confianza” declaran non grato al idóneo, y vuelven a ubicar al amigote que solo estaba dos escritorios más adentro.  El INTERINO ETERNO pero bien acomodado políticamente y con buenas “patas”.   El servil adecuado.  Siempre incondicional a las peticiones de sus jefes, sin importar qué tan inmorales sean estas.  Desde luego que esa no es la regla, pero es el primer platillo en el menú de los políticos.  Disponer de interinos, sin importar que sean incompetentes, es el ideal de los “jefes de confianza”, quienes casi siempre son incapaces.  Y por norma común, ningún mediocre gusta de tener subalternos capacitados y con plaza en propiedad.  Los interinos son vulnerables y, por eso, son proclives a todo tipo de maniobras deshonestas que puedan proponerles u ordenarles los “jefes de confianza”.  Es necesario aclarar que el servicio civil NO tiene la culpa de esto; esta institución esta maniatada por ley.  Nació inválida y viciada por la política.
         Los puestos de confianza NO tienen razón alguna de existir en la función pública, en donde la TRANSPARENCIA debe ser la norma.  El puesto de confianza suena como algo raro, como una especie de colusión que obliga al silencio y otras conductas que NO deben existir en los funcionarios.  El “puesto de confianza” suena a secreto, complicidad, entendimiento (en el mal sentido), compadrazgo y misterio.  Puesto de confianza es el del “Consigliori” en las familias de la mafia.   Pero, ¿por qué en el Estado?  Y solo se entendería en el Ministerio de Guerra si fuéramos una nación bochinchera (como USA) que se dedica a atacar a todo el mundo y tiene planes bélicos secretos, los cuales solo deben ser conocidos por “los de confianza” del Ministro de Guerra o del Presidente.
         ¿Para qué estudiar la carrera diplomática en un país en donde se nombra embajador a cualquier patas vueltas solo porque es miembro del partido o puso plata para la campaña?  O que es “de confianza” aunque no sepa ni costra de relaciones internacionales o diplomacia.  Sabemos que por estos lados se nombraba a familias enteras en una embajada o consulado.  Hasta el perro y el gato eran “attachés” de algo e iban con salario que pagan los contribuyentes.  En países con los que NO tenemos negocio alguno, hay agregados comerciales, culturales y económicos.  Y ninguno sabe nada de nada.  Solo son amigotes y familiares políticos.  Y como todos estos son “puestos de confianza”, el Ministro de Relaciones Exteriores, acogido al Estatuto de Servicio Exterior, nombra a su antojo a todos aquellos compinches, parientes y correligionarios políticos que se “ganaron” un nombramiento a dedo en cualquier carajada.  En el gobierno no hay que saber NADA DE NADA. Por estos lados cualquier zopenco es diputado, embajador, ministro, presidenta o lo que sea.  Solo hay que tener sentido de la oportunidad y pertenecer a la familia de las cotorráceas (trepadoras); además, “ser de confianza”.  Los que se han jodido la vida en una universidad estudiando relaciones internacionales, tienen que inscribirse en el partido y hacer buenas amistades en los círculos del poder, aprender a ser dóciles, “de confianza” y, si tienen mucha suerte, talvez obtengan una “agregatura” en algún país de África o del Caribe, o en Bangladesh.  Porque los buenos puestos, ya fueron adjudicados y tienen dueño.
           (Pregunta retórica: ¿Cómo anda esto en sus países?)        
         Diplomatiquescamente
                                               RIS                       Correo: rhizaguirre@gmail.com
Blog “Librería en Red”:      http://libreríaenred2010.blogspot.com/
Blog “LA CHISPA”:           http://lachispa2010.blogspot.com/