sábado, 25 de junio de 2011

460 Necesitamos otra forma de gobierno


460   LA CHISPA   

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

NECESITAMOS OTRA FORMA DE GOBIERNO

            Es cuestión de vida o muerte para los pueblos de la América Latina un cambio en la forma cómo funcionan los gobiernos y cómo se ejerce el Poder.  La propuesta de Montesquieu del equilibro de los tres poderes independientes es muy bonita pero no funciona en nuestro medio.  Talvez lo haga en sociedades maduras y cultas, en donde las personas que van al gobierno son gente de HONOR que saben sus funciones y el deber que tienen con sus pueblos y no con las Argollas del Poder.  En nuestros lares los gobernantes suelen ser miembros de las Oligarquías o nombrados por estas, cuando así conviene a sus intereses.  Generalmente son personas deshonestas, oportunistas que solo ven en el ejercicio del gobierno la posibilidad de enriquecerse.  Y para que eso suceda, saben que tienen que pagar el peaje: dejar que todos sus colaboradores lo hagan.  Gobernar en Latinlandia es la oportunidad de ROBAR, nada más.  Y salvo pocas honrosas excepciones, esa suele ser la REGLA.
            Y para que lo sepa, Mesié Montesquieu, en la América nuestra el Poder Legislativo NO REPRESENTA LOS INTERESES DEL PUEBLO QUE LOS “ELIGIÓ”, sino los de la Oligarquía que financia las campañas políticas y, de esa manera, los somete al servilismo capitalista.  Para su información, don Charles Louis de Secondat, en nuestros pueblos las Asambleas Legislativas son apéndices del Ejecutivo, bien sea porque pertenecen al mismo partido, o porque los compran, ya que todos son vendibles.  Estimado barón: nuestras Asambleas son mercados en donde todo se negocia a espaldas de los pueblos.  El Honor, la Palabra o el Compromiso con los electores son conceptos extraños y desconocidos para los “legisladores”, y todo está sujeto a PRECIO.  Si son diputados del partido en el Poder, como son “trepadores” en espera de ser Presidentes, aprueban todo lo que proponga el Ejecutivo, sin importar la naturaleza del “negocio” que estén cocinando, porque nuestros gobernantes no son más que Mercaderes en el Poder.  Capitalistas sin más interés que el de su propio beneficio, y el de la clase oligárquica que representan.
            El gobierno que Montesquieu concibió en “El espíritu de la Leyes” era para pueblos decentes, cultos y capaces de someter a sus gobernantes a la Ley, y de hacerlos pagar por sus fechorías o incapacidad.  También fue pensado para Hombres con Honor, que aspiraban a servir a sus pueblos y no a servirse del Poder para amasar grandes fortunas, como es la regla en nuestra América Latina.  Don Charles, su teoría talvez era buena para los suizos, franceses, ingleses y alemanes; incluso para los nórdicos europeos.  Gente que vigila a sus gobiernos y demanda de estos aquello a lo que se comprometieron.  Pero nosotros somos pueblos indolentes a los que nada les importa, gente apática que no cuestiona nada; que no exige ni reclama, a pesar de ser los dueños de la Soberanía y poseedores del Poder para decidir qué se hace y qué no.  Somos esa masa a la que cualquiera nos pone la jáquima y la albarda sin que protestemos.  Y cuatro años después, volvemos a votar por los mismos desgraciados que se han burlado de nosotros gracias a esa negativa condición. Pero como somos pueblos de sinvergüenzas astutos, también encontramos la manera de tergiversar, acomodar y desvirtuar a favor de unos pocos, el espíritu que subyace detrás de los hermosos postulados de su gran obra teórica.  Conservamos la máscara política, pero eliminamos la esencia de lo que implica el equilibrio de los Poderes, y de esa manera, creamos dictaduras “democráticas”.   Con la burla feliz de las Oligarquías y la indolencia de los pueblos, que nunca se han detenido a meditar acerca de nuestras formas de “gobierno”, hemos creado un híbrido que está muy lejos de representar lo que usted concibió.  Este sería un apéndice de su libro para la América Latina:
       1)  Creación de Cabildos como la forma más auténtica de manifestación de la voluntad popular.  Estos deben ser jerarquizados por comunidades, provincias y de nivel nacional, pero siempre gobernados por el Pueblo.  Sin injerencias de nadie, no deben tener estructuras rígidas ni funcionarios permanentes, porque esa es la matriz de la corruptela.  Se les debe asignar fondos para que funcionen con TODOS los requerimientos necesarios y con la solvencia adecuada para llevar a cabo todas sus funciones.  Sus presupuestos serán calculados por una Contraloría sujeta al Tribunal Supremo de Elecciones.  La voz del Cabildo será la LEY
       2) Las Asambleas Legislativas deben ser sustituidas por órganos técnicos e independientes como el Tribunal Supremo de Elecciones.  Profesionales en leyes que reciban los proyectos de parte de los Cabildos y del Ejecutivo, y que den respuestas dentro de plazos perentorios.
       3)  Se decreta la eliminación de todos los partidos políticos (instrumentos de poder de las Oligarquías y antros de corrupción).       
       4)  Todo funcionario por nombramiento o elección (incluyendo a los presidentes) puede ser destituido cuando se demuestre su incapacidad.  En el caso de los Presidentes se hará mediante referendo nacional. El pueblo, por medio de los Cabildos, se reserva el derecho de remover a cualquier funcionario, sin excepción ni consideración de la categoría del cargo. Y cualquier ciudadano que en el ejercicio de sus funciones cometa cualquier delito, será inhabilitado políticamente para siempre.  También serán encarcelados sin derecho a nada aquellos que realicen malos manejos o burlen la confianza popular.
       5)  Cualquier otra disposición que tomen los Cabildos en resguardo de los intereses de TODOS los ciudadanos del país.    
            Esos, señor Montesquieu, podrían ser algunos de los pasos con los que podríamos iniciar la realización del sueño que usted tuvo y nos expuso en su obra inmortal.  ¿Pero quién podrá ejecutarlo en nuestros medios?  Hay mucha gente con mucho poder a la que esto no le hará ninguna gracia; pero en el momento en que los pueblos tomen consciencia de su poder, empezará el crujir de huesos en las Argollas latinoamericanas.
            Cabildescamente         Ricardo Izaguirre S.      E-mail:   rhizaguirre@gmail.com
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viernes, 24 de junio de 2011

432 La materia prima del hombre


432   LA CHISPA    (junio 2008)

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

LA MATERIA PRIMA DEL HOMBRE

            Como causa única de todos los desórdenes planetarios (sociales, morales, religiosos, económicos, ecológicos, políticos y militares), el hombre debe ser analizado en su naturaleza interna en busca de explicaciones que lo hagan entendible.  Y a la sociedad, como producto colectivo de la conducta individual de cada hombre.  Se dice que este es una criatura de Dios.  Talvez sí…talvez no.  Pero con toda la complejidad que eso implica, aceptemos que así es.  Se dice que existen el Bien y el Mal, según la antigua fórmula de los “opuestos”, quizás sí…quizás no.  Pero lo aceptaremos para tener dos puntos de referencia que nos permitan escapar del fatalismo total.  Sin embargo, diremos que el Bien es algo que nunca vemos por ninguna parte, en ninguna persona, institución, país o sociedad como conducta permanente o confiable.  En cambio el Mal está por todas partes, pero no como una entidad diabólica autónoma o independiente del Hombre.  Está en el hombre, ES el hombre.  El mal es inseparable de la naturaleza de este y no el producto o resultado de experiencias o aprendizaje. 
            También se dice que el hombre tiene valores y antivalores (término difícil de definir con claridad), pero que sirve para establecer los opuestos.  Se cree que son valores positivos el patriotismo, el amor, la fidelidad, la honradez, la fraternidad, el honor, el respeto a la vida (cualquier forma), el desprendimiento, la capacidad de sacrificio, la sencillez y la bondad.  Pero estos no son más que ideales que no existen en ningún hombre como conducta permanente o naturaleza intrínseca.  Un individuo puede realizar uno o varios actos de valor, pero eso no significa que sea un valiente.  Puede sacrificarse por alguien en algún momento de su vida, pero esto no es su naturaleza ni responderá siempre de la misma manera ante situaciones parecidas.  El hombre puede tener actos de magnanimidad, fraternidad o bondad, pero ese lado humano nunca es confiable.
            ¿Es posible confiar de manera segura en el patriotismo de un hombre?   De ninguna manera.  Pero una cosa es segura: cada hombre interpreta la idea de patriotismo de la manera que más le conviene para parecer patriota, siempre y cuando eso no implique sacrificios, desprendimiento ni problemas que afecten su integridad física, patrimonio o comodidad.  Es muy fácil y rentable ser un “gran patriota” desde muy lejos del campo de batalla (cualquiera que este sea).  Es cómodo ser patriota cuando no se corre peligro ni cuesta dinero.  Existe toda clase de recursos dialécticos para justificar incluso las acciones más antipatrióticas, como es la traición de principios o del bien común de la sociedad a la que se pertenece.  Se puede vender la patria bajo la consigna de que es para el bien general, cuando todo el mundo sabe que no es así.  Hay millones de argumentos para justificar las debilidades humanas y tratar de que parezcan aceptables.  A la cobardía se le llama prudencia.  A la avaricia, capacidad de ahorro.  El respeto a la vida depende de las circunstancias: en la lógica militar se justifica el asesinato de mil personas para salvar la vida de diez mil.  La bondad es tontería. Y la fidelidad una simpleza propia de gente ingenua.
            En la parte opuesta tenemos el lado oscuro del hombre.  Es la fase absolutamente confiable con la que siempre podemos contar bajo cualquier situación.  Todos los “valores” de la faceta negra del hombre son más seguros que la salida del Sol.  Egoísmo, codicia, odio, traición, avaricia, vanidad, astucia, envidia y la larga cola de cometa que se deriva de estos contravalores.  ¿Qué puede haber más confiable en la conducta humana que la CODICIA?  No existe nada en lo que podamos fiar con más certeza que la codicia de los hombres.  No hay acción, por vil que sea, que las personas no realicen por codicia.  Traición a la patria, a la familia, a la sociedad, a los padres, hijos, esposas, maridos o lo que sea.  Incluso a sí mismo.  Esa es la naturaleza del hombre a la que podemos considerar como INFALIBLE.  La consciencia le llama previsión.  Aprovechar la oportunidad, velar por la seguridad económica de la familia, asegurarse el  futuro.  Cualquier pretexto sirve para justificar los actos de codicia de los “malos”.
            Todas las pasiones humanas derivadas de la parte sombría del hombre son la materia prima de la cual está hecho.  Y todo lo que digan las religiones, la filosofía o el misticismo a favor de la naturaleza del Homo sapiens, no son más que el tímido susurro de la Esperanza, uno de los pocos valores que, a pesar de toda la realidad de la vida, se mantiene viva ante la adversidad y es tan pertinaz como los vicios humanos.  Es el último bastión en donde se refugian las religiones y los “buenos”.
            ¿Y qué hay de la vanidad?  Es una fuerza tan avasalladora que no conoce límites ni freno.  ¿Qué es lo que el hombre no es capaz de realizar por vanidad?  Incluso fingir que es valiente y lanzarse a una muerte segura en el campo de batalla, solo para que crean que es intrépido.  Todas las conductas controladas por los antivalores son predecibles y seguras.  El hombre es SEGURO en su fase maligna, en la misma medida que NO es fiable en su lado “bueno”.  ¿Y la consciencia?  La consciencia no es lo que nos dicen las religiones: un instrumento acusador que nos obliga a obrar bien.  La consciencia es la herramienta que está al servicio de cada hombre y que lo impulsa a buscar su bienestar a cualquier precio; además, es la que le proporciona todos los pretextos necesarios para acallar las protestas de los rescoldos morales que la educación idealista nos dejó.  Esa es la naturaleza del hombre, y es suficiente echar una mirada a nuestro derredor para confirmarlo; pero para estar más seguros, basta un superficial buceo en las fangosas aguas de nuestra propia personalidad.  Ahí no hay engaño ni apariencias, solo la realidad inocultable. 
            Enredadamente
                                   Ricardo Izaguirre S.
E-mail:                       rhizaguirre@gmail.com                  
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domingo, 19 de junio de 2011

940 Los atormentados


940    LA CHISPA            (9 junio 2011)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
LOS ATORMENTADOS             (Notita dominical)
            Hay legiones de personas en el mundo que no pueden vivir si no es atormentadas; esa es la salsa con la cual aderezan cada uno de los instantes de sus vidas.  Todo es bajo tormento.  Gente que si no tiene problemas reales, se inventa lo que sea para seguir atormentados, viviendo en el filo de la angustia, la prisa y la sensación de que son indispensables y que el mundo sin ellos no funcionaría.  Estos son los sujetos y sujetas que creen que solo ellos saben cómo se hacen las cosas.  Cómo se limpia la casa, cómo se cocina, cómo se hacen las compras; cómo se aplancha y lava la ropa.  Cómo se tienden las camas o se arreglan los cuartos.  Creen que solo ellos son capaces de hacer esto o lo otro de la manera correcta.  Solo ellos saben…
            Y es una vida terrible llevar sobre las espaldas el peso entero del universo, pues los sicópatas que son víctimas de este tipo de manías NO tienen escape alguno.  Así nacen y así mueren, convencidos de que son únicos en el manejo de las cosas, ya sea de los cientos de idioteces que se realizan en el hogar o el trabajo; o bien, que se trate de cosas trascendentales que puedan afectar la vida de muchas personas.  Si son jefes de una corporación le imprimen su sello personal de tormento, y someten a todos a su propio método de suplicio personal.  Son personas incapaces de comprender que son anormales y que esa conducta los convierte, cuando tienen grandes responsabilidades, en candidatos al infarto.  Pero ellos son felices a su manera, pues tienen un código de comportamiento específico por el cual rigen todos los aspectos de su vida.  Son inconscientes de su condición sicótica y jamás contemplan la posibilidad de estar equivocados.  Los atormentados son perfectos en todo sentido.
            Si esta condición se da solo en el hogar (la mamá, la abuela, el papá o algún hijo) no suele tener mayor importancia.  El tata solo es un viejo majadero, y la mamá, una viejilla fastidiosa y con los cuales los hijos saben lidiar.  El hermano es el loco de la familia al que nadie le hace caso.  Y la abuela, bueno…  La desgracia suprema se da cuando alguno de estos especímenes llega a ocupar puestos de mando en donde su conducta puede afectar seriamente a los demás.  Los atormentados son moralistas, correctos y, sobre todo, PUNTUALES.  El reloj es el corazón que norma sus vidas; la muerte es preferible a llegar tarde a una cita o al trabajo; y odian con toda su alma a aquellos “irresponsables” a los que les resbala este asunto.  La puntualidad es la máxima tortura a la que suelen someterse estas personas, y lo curioso es que lo hacen con todo placer.  Y si alguien les reconoce públicamente esa virtud, entonces tocan el cielo de la felicidad.
            Su universo no admite la imperfección, y si se da alguna (real o imaginaria), su vida se vuelve un calvario de tormentos.  Para ellos TODO DEBE ESTAR EN SU LUGAR.  Cada objeto tiene su sitio y allí DEBE ESTAR.   Una gotera en el techo los vuelve locos.  Que se suspenda el servicio eléctrico o del agua por un momento, los saca de quicio.   La puntualidad los atormenta aunque sea en el horario del paseo dominical.  Si acordaron ir a la playa o al bosque, TIENE que ser a la hora convenida, y sin importar que sea tiempo de ocio, ellos se atormentan con la planificación y la “necesidad” de que todo vaya calzando con lo planeado.  En sus mentes no cabe la indulgencia ni siquiera para la diversión, y esta DEBE ajustarse al programa.  Siempre tienen un horario para todo: hora de desayuno, de piscina o playa, de bicicleta o patines, de caminar, de almuerzo, televisión, siesta o lo que sea.  TODO DEBE SER PLANIFICADO DE ACUERDO A LAS HORAS DEL DÍA.  El atormentado “está en todas” y no hay detalle que se le escape; pero si algo se le olvida, allí es el fin del mundo, todo se le amarga y siente como si toda la estructura del planeta hubiera perdido su centro. 
            Se puede decir que los atormentados NO pueden estar tranquilos ni aún cuando no tengan problemas reales, pues si no los tienen, se los inventan; o se meten en la vida ajena, principalmente en la de sus familiares cercanos a los que pueden importunar con la autoridad que les confiere su condición de parientes y personas ejemplares.  Y siempre “en forma correcta y con la mejor buena intención del mundo”, por el bien de aquellos que no saben lo que les conviene.  Además, siempre están ansiosos del reconocimiento que les puedan hacer por sus múltiples virtudes: puntualidad, corrección, esmero, cuidado, entrega, sacrificio y capacidad de trabajo y orden.  Son elementos fastidiosos en grado sumo para aquellos que se conforman solo con cumplir con su deber.
            El tormento lo llevan incluso a las situaciones más inverosímiles y rebuscadas.  Si hacen un obsequio de lo que sea, hace una tragedia de lo que costó conseguir ese “último y valioso ejemplar” que están regalando.  De lo difícil que fue obtenerlo y de todas las dificultades que tuvo que sortear para que otros no se le adelantaran en su obtención.   Si consiguen algún servicio, nos cuentan un relato épico de las mil aventuras que tuvieron que vivir para lograr que los atendieran en la Caja del Seguro, en el Registro Civil, o en la carnicería para conseguir el único bistec de lomo que estaba disponible.  O la última papayita de calidad que había en el mercado.  Para estas personas nada se hace o se consigue sin tormento; y si no es así, no vale la pena ni contarlo.  El tormento es parte esencial de sus vidas, y aunque usted no lo crea, ellos son felices en ese hábitat; además, consideran como desgraciados a aquellos que no forman parte de su mundo de manías.  Así que NO les tenga lástima ni los considere como personas inadaptadas.  Ellos funcionan perfectamente en sus respectivos espacios.  Y lo único que usted debe hacer, si no es uno de ellos, es mantenerse a buena distancia de su esfera de influencia, sin permitir que lo contagien con su atmósfera de tormento, pues si usted se descuida, con mucha facilidad lo pueden convencer de la conveniencia de actuar “correctamente” en la vida.                    ¿Participa usted de esa condición?
            Atormentadamente
                                   Ricardo Izaguirre S.          E-mail: rhizaguirre@gmail.com
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jueves, 9 de junio de 2011

937 El "constitucionalismo".


937    LA CHISPA      (25 mayo 2011)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
EL “CONSTITUCIONALISMO”
            Es el emblema y broquel de la democracia formal, pero una verdadera enfermedad de la Democracia auténtica.  Es la mejor treta que han venido elaborando los sistemas políticos a través del tiempo.  Un embrollo de enunciados altisonantes que hablan de libertad, fraternidad, progreso, propiedad privada, respeto, igualdad de derechos y oportunidades, de obligaciones del Estado, cultura; de desarrollo, justicia pronta y cumplida, derechos humanos, a tener casa, medicina y educación, soberanía, equilibrio de poderes, igualdad ante la ley, atención a todos los ciudadanos, participación en los beneficios y la riqueza nacional.  Y un largo etcétera que todos conocemos.  Y de ese extenso y fastidioso recuento, se deriva una infinidad de declaraciones que, según convenga a la “clase dirigente”, estarán acompañadas o no, de los mecanismos judiciales que obliguen a su cumplimiento.
            La elaboración del “constitucionalismo” ha sido una tarea de décadas de metódica labor, de experimentación sistemática, de poner a prueba el modelo y, sobre la marcha, ir introduciéndole las mejoras que lo hagan más beneficioso para los que controlan el Poder.  Pero lo más astuto de todo ha sido su aparente “despolitización”; ese ha sido el golpe maestro de los políticos, y para lograr tal cosa, se han creado las llamadas ASAMBLEAS CONSTITUYENTES, las cuales han sido aureoladas por una especie de halo de santidad.  Los Constituyentes son una especie de éforos llenos de las más sabias y buenas intenciones para aquel país al cual le hacen una CONSTITUCIÓN.  Y una vez hecha, se difuminan en el anonimato.  La obra sagrada está hecha, y los autores hacen mutis discretamente de la escena política.  Las Tablas de la Ley han sido entregadas a las sociedades para que se rijan por ellas.  Algo así como Licurgo y la constitución espartana, o Moisés y sus leyes.  Y por asociación con esta última, las constituciones modernas se han sacralizado de manera artificial pero muy útil a la clase gobernante. Que el pueblo crea que la Constitución es sagrada y que debe acatarse a toda costa, es el sueño de todos los gobernantes y sistemas políticos del mundo.  La constitución es a estos, lo que la Biblia a los predicadores.  Si logran que la gente crea seriamente en ellas, la tienen por la ternilla.
            Será cuestión de la escuela y las clases de cívica, hacer que ese documento se convierta en un artículo de fe, y que el “constitucionalismo” pase a formar parte del catecismo cívico del ciudadano corriente, hasta el punto en que crea que tal escrito está por encima de todo, incluyendo su propia vida, la de su familia y sus intereses.  Los partidos y todos los medios de comunicación se encargarán de resaltar el valor sacro de la Constitución y los innumerables beneficios que de su cumplimiento se derivan para todos los ciudadanos.  La carta magna, entonces, se transforma en una fuerza que está sobre los ciudadanos; en un poder omnímodo que respalda y protege a aquellos que están investidos por esta (políticos y gobernantes) para administrar, crear las leyes y todos los mecanismos jurídicos que son tutelados por ella.  Hecho el molde, el Decálogo se transforma en un barril sin fondo al que los políticos llenan de todo aquello que le conviene únicamente a los poderosos.  Desde dentro de esa atalaya que les sirve de residencia (las Asambleas), las Constituciones van siendo manipuladas al gusto y capricho de los que siempre detentan el Poder.  Siempre a su servicio, siempre en su beneficio exclusivo.  Este librito ante el que el individuo debe doblegarse y respetar como si fuera cosa sagrada, solo es un instrumento de dominación dentro de la “democracia formal”.   El pueblo no tiene ni voz ni voto en su confección.
            La maestría con la cual han sido elaboradas es asombrosa (muchos años de experiencia), tanto que dan la impresión de haber sido redactadas teniendo en mente los intereses de las mayorías: lirismo desbordante, patrioterismo extraordinario, paternalismo exagerado.  Esa es la fachada del “constitucionalismo”.  Impresionante.  Pero si empezamos a estudiarlo con cuidado, de inmediato nos damos cuenta de que todo no es más que un fraude detrás del cual se parapeta un sistema de dominación explotador e incapaz de brindar bienestar a los ciudadanos.  El “constitucionalismo” es el arma de intimidación más formidable que han inventado los grupos dominantes (oligarquías) para amordazar y atemorizar a los pueblos “legalmente”.   Y ya que estos NUNCA han participado en su elaboración, no tienen la menor idea de su significado verdadero ni de cómo funciona.  Solo creen que se DEBE respetar.   No existe ninguna ley en ningún país, que haya sido redactada por un ciudadano del montón.
            El “constitucionalismo” es una gran argucia finamente elaborada y de doble propósito: llenar de plata los bolsillos de la clase poderosa, y repletar de ilusiones sin fundamento las cabezas y corazones de los pueblos.  Realidades prácticas para unos pocos, y abundantes sueños imposibles para las mayorías ilusas.  Materialización inmediata para los de arriba, y dilaciones interminables para los que esperan desesperados en la llanura de la pobreza y el desamparo.  Negocios pingües para los que detentan el Poder, y promesas vacías de contenido para los que esperan en el silencio y la conformidad que les proporciona su indolencia.  En el próximo gobierno… talvez.
            Artículo 50 de la Constitución: “El Estado procurará el mayor bienestar de todos los ciudadanos del país, organizando y estimulando la producción y el más adecuado reparto de la riqueza”.  Parece un chiste ¿verdad?  Y si no lo hace ¿quién puede obligarlo?  Es puro lirismo.  Pero eso sí, si usted es inquilino y no puede pagar su mensualidad, existe una LEY DE INQUILINATO que cuenta con el respaldo total del Estado y el Ejército para ponerle sus chécheres en la calle, sin importar que usted tenga niños.   ¿Igualdad ante la ley?
            Artículo 46.  Son prohibidos los monopolios”.    ¿Y la “Dos Pinos”?  
                                   “Las empresas constituidas en monopolios de hecho, deben ser sometidas a una legislación especial”.   ¿Entonces?  El MONOPOLIO de la “Dos Pinos” se legaliza como COOPERATIVA.  Así funciona el “constitucionalismo”.   Fraternalmente
            RIS                          E-mail: rhizaguirre@gmail.com
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lunes, 6 de junio de 2011

907 Ser invisible

907   “LA CHISPA      (12 marzo 2011)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
SER INVISIBLE     (Notita dominical)
            Creo que muchos de ustedes, como yo, alguna vez en su vida han deseado ser invisibles; cada uno por sus razones, o por sus propias picardías.  Escuchar pláticas, qué piensan de nosotros, espiar a alguien, en fin, por múltiples motivos que van desde lo ingenuo hasta lo más malicioso.         
Después de ver varias películas de “El hombre invisible”, eso se convirtió en mi sueño cuando era niño.  Me imaginaba las comilonas que podría darme en las dulcerías sin que nadie me viera.  Podría besar a Normita, una vecinita preciosa que tendría unos siete u ocho años.  Y sin que me viera.  ¡Cuántas cosas podría hacer si fuera invisible!  No me enviarían a hacer “mandados” ni nada, pues no estaría presente.  Podría escuchar las conversaciones prohibidas de los mayores.  Ser invisible era un campo que ofrecía innumerables posibilidades, y solo dependía de la imaginación para hacer lo que deseara.  Yo tenía una lista casi interminable de fechorías que me serían permitidas si tuviera la dicha de no ser percibido por nadie.  Ser invisible era Doña Toda.  ¿Qué más se podía pedir?  Pero al pasar los años y darme cuenta de que eso era imposible, fui dejando mi sueño, convencido de que en la vida física eso era solo una ficción, algo que no tenía cabida en la realidad.  ¡No se puede ser invisible, Ricardo, olvídate de ese patín!  Pero… ¿de verdad no se puede?  ¡Claro que se puede!  Solo hay que llegar a viejo, y uno se va difuminando imperceptiblemente en el ambiente, hasta que llega a la invisibilidad total.  Nadie te ve, nadie te siente, nadie sabe de tu existencia y a nadie le importas.  Y aunque hables mucho y fuerte… nadie te escucha.
            En esa época de la vida tan solo se te percibe como una molestia, como algo desechable que casi siempre es estorboso; y si no fuera por ciertas fórmulas sociales que obligan a los familiares con sus mayores, posiblemente te pondrían en un asilo, la norma casi general en Estados Unidos.  Con el pretexto de que “allí estarás mejor, en manos de gente que sí sabe atender a los ancianos”.  De esa manera se deshacen de los viejos, y entonces sí que pasan a la twilight zone, a una dimensión no solo irreal sino totalmente invisible.  A un espacio de soledad y silencio absoluto en cuanto a los reclamos del corazón y el cariño.  “Allí está mejor el abuelo, la abuela, bien atendido-a, con buena comidita y sus medicinas a tiempo”.   Y ahora sí que eres invisible del todo.  Quizás solo un recuerdo punzante que se disimula con explicaciones acerca de lo agradable y bonito que es el lugar en donde han depositado al anciano incómodo.
            Ahora eres invisible por completo, anónimo, lejano; eres viejo-a, y los viejos no necesitan nada, ni amor, ni cuidados familiares, ni el calor del hogar; son chunches que tuvieron su utilidad en el pasado, pero que ahora es mejor tenerlos alejados.  A una distancia e invisibilidad que haga posible acallar los chirridos de la consciencia, o el índice acusador de esa masa de recuerdos que nos dice cuánto nos amaron y cuánto nos dieron.  Te quieren olvidar aunque la mente los torture y busquen mil razones justificativas para neutralizar los arañazos que sienten en el corazón cuando recuerdan cuando los llevabas de la mano; cuando eras dios y los protegías del mundo hostil que los rodeaba; cuando eras la fortaleza en la que podían refugiarse del miedo, el dolor, los desengaños y de la incertidumbre del mundo.  Cuando eras la roca firme en la que podían fiar su vida, ilusiones y proyectos de vida.  Ahora solo eres un viejo-a INVISIBLE.  Y esta es la paradoja del sueño: cuando se cumplió tu deseo de serlo, resulta que no te gusta, que no es agradable.  Ahora quisieras que te percibieran aunque solo fuera para las minucias menos importantes de sus vidas.  Que te tomaran en cuenta y que no se deshicieran de ti como si fueras un sillón con las patas flojas y rotas.  Por desgracia, en la sociedad moderna,  tienes fecha de caducidad que solo se alarga si tienes mucho dinero, salud y fuerza; o una excelente familia con buenos genes morales y espirituales
            Cuando eres viejo, los demás piensan que no necesitas reír, gozar ni ser amado; que los mimos y las palabras dulces salen sobrando, pues un viejo solo es un viejo.  Alguien que dio por obligación, que amó porque tuvo que hacerlo y que no tiene derecho a reconocimiento o reembolso por todo el tiempo que dedicó a la familia que formó, educó e inundó de amor.  Ahora solo eres alguien a quien más le vale ser invisible.  Para no incomodar, para no estorbar.  Tu opinión ya no solo NO tiene importancia sino que puede ser molesta; entonces comprendes que no solo debes ser invisible sino inaudible.  Tus deseos y gustos a nadie le importan, y no porque te malquieran, sino porque ya no cuentas para nada: eres imperceptible.  Ni siquiera tu miedo a la muerte es cuestión que conmueva a nadie, pues lo más natural es que los viejos mueran.  Los viejos NO tienen por qué temer a la muerte.  Tienen que morir, es el tiempo para eso; a la vejez solo eso la cura.  Y es entonces cuando con horror y tristeza, te das cuenta que solo para la muerte eres visible; más, cuantos más días pasan.  Aquí empiezas tu diálogo amistoso con la “Pelona”, la única que es piadosa, amigable y tolerante con tus achaques, tus olvidos y debilidades; la que no te critica porque eres lento-a al entrar al coche o subir las gradas; o porque no sientes deseos de bañarte todos los días.  Y ante la cual puedes llorar sin que te censure o te considere como un viejo-a necio. Ella es la única que se interesa sinceramente en ti, NO en tus asuntos sino en TI.  Ahora que ya puedes sentir su cálida cercanía, es cuando debes aprender a verla como la mejor opción.
            Ser invisible es doloroso y no lo que (yo) creía de niño; es algo como ser un vidrio al cual atraviesan las  miradas que se sienten como sables fríos e indiferentes a lo que pueda interesarte o quisieras decir.  Sin embargo, no estás completamente solo, la Señora de la Guadaña te ama, es una amiga fiel, infalible, coqueta, puntual y tolerante que, al final, te recogerá dulcemente en su seno; ella te acepta tal como eres: lento, triste, invisible, mal oliente, majadero, llorón, enfermo, quejumbroso, sin dientes y lleno de arrugas y debilidades.  A ella no le importa que seas olvidadizo y que babees.  Ella te consiente y te recompensará todo ese amor que te puedan haber negado los tuyos.  ¡Ánimo viejillo-a, no estás del todo solitario!
            Vejestoriescamente                                          (¿Ya entró usted en la zona de la invisibilidad?)
                                           Ricardo Izaguirre S.        E-mail: rhizaguirre@gmail.com
Blogs:       La Chispa           http://lachispa2010.blogspot.com/   con link a           Librería en Red
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domingo, 5 de junio de 2011

729 ¿No es tiempo ya de hacer algo?


729    LA CHISPA          (9 diciembre 2009)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
¿NO ES TIEMPO YA DE HACER ALGO?
            Todos denunciamos generalidades o cosas específicas de la corrupción estatal y las oligarquías criollas.  Todo el mundo habla y conoce las sinvergüenzadas que ya han llegado a ser tan cotidianas que a nadie parece importarle.  Por debajo o a voz en cuello se critican los negocios de los gobernantes en sociedad con empresas particulares, extranjeras y propias.  Todo el mundo sabe de la manipulación de influencias de la gente de la política.  Es la comidilla de todos la venta de las playas de Costa Rica a grandes consorcios internacionales ligados con políticos y capitalistas criollos.  Y sabemos que todos gozan de inmunidad, de una inmunidad ofensiva y exasperante que nos demuestra que mientras la ley castiga a los que no tienen influencias, es inoperante con los que gozan del poder político.  Que estos se burlan descaradamente de la ley, de los derechos de los demás; que se reparten el patrimonio nacional como si fueran bienes de difunto; que se dedican a negocios “personales”  con los aviones del Estado, y que solo utilizan los puestos públicos para hacer negocios privados con entera impunidad.   La desvergüenza entre esta gente ha alcanzado los límites de lo increíble.   Son personas que, quién sabe cómo (aunque todos lo sabemos) se han ubicado más allá de la ley para cometer sus delitos de lesa patria.                            (Chiste político: “Nos preocupa la ética”.)
            Esta gente es intocable por la Justicia, pues actúan dentro de una penumbra que jamás puede ser definida con claridad por las leyes.  Parece que nunca es posible tipificar sus delitos, aunque todo el mundo sabe que lo son.  La Ley para ellos es la herramienta que utilizan en sus maniobras de enriquecimiento.  Todo el mundo sabe que esto o aquello no debe ser, pero como las leyes tienen infinidad de portillos, resultan vulneradas y estos personajes siempre se salen con la suya.   Y ya que están más allá y por encima de la Ley, ¿no es tiempo de hacer algo en ese territorio?  Parece que las denuncias, declaraciones, acusaciones públicas y todos esos elementos que surten efectos con la gente de honor y una pizca de vergüenza, son inútiles con estas personas.   Desde la altura, se mueren de risa, pues saben que cuentan con la protección oficial de los que están en el Poder y de los que van a entrar en él.  Entonces ¿qué importa que la chusma aúlle si ellos están dentro de la Burbuja del Poder?  Son inmunes, intocables.  Parece que el camino de los comentarios y denuncias llegó a su final con estas personas que son refractarias a todo lo que pudiera causar pudor, sonrojo o pena a la gente honesta.   ¿No es hora de hacer algo diferente?                    (Chiste político: “Soy el candidato de la  honestidad”)
            No importa en qué bando militen, siempre llegan a arreglos satisfactorios no solo para evadir la pena por sus delitos, sino para ocupar nuevos cargos en la Administración.  Da rabia ver como un sinvergüenza cualquiera es premiado con una diputación solo porque ha ayudado en la campaña política del candidato a la presidencia; o con un ministerio, o con una embajada.   Y ante la sensación de impotencia y rabia que produce esa situación, la gente se pregunta, ¿no es hora de hacer algo que no tenga que ver con los tribunales?  La cuestión del vicio y los negocios torcidos al amparo de los Estados es la norma; y sin importar al partido al cual pertenezcan los delincuentes, siempre llegan a acuerdos que les permiten seguir lucrando de negocios turbios con los bienes nacionales.  Vender playas y parques nacionales es una rutina provechosa.  Hacer concesiones para la explotación minera no permitida en ningún país europeo o los Estados Unidos, es una cosa cotidiana en los nuestros.  Hipotecar el futuro de las generaciones criollas, se considera como algo sin importancia.  Y a los que protestan, como majaderos izquierdistas opuestos al progreso y desarrollo nacional.  Entonces ¿no es tiempo ya de hacer otra cosa más que protestar?      (Otro: “Nos preocupa la transparencia económica”)
            Todos nos conformamos con hacer comentarios más o menos agrios, malos chistes, críticas violentas o declararnos incapaces de hacer algo.  Hay quienes optan por la resignación o el cinismo y les dan su beneplácito a estos delincuentes de cuello blanco.   Como el caso de un miembro del partido calderonista que, ante el afer de la Caja del Seguro, me dijo: “Idiay, nosotros creamos la Caja, y eso nos da el derecho de robarla”.   Lo terrible de esta situación es que ya nadie sabe cuándo los gobernantes hacen algo para beneficio del país; todo se torna sospechoso y los ciudadanos vemos malos manejos en todo.  Todos creemos que hay chorizos en lo del aeropuerto Santamaría, en la construcción de carreteras y del muelle de Limón, en la concesión de explotaciones mineras y en todo negocio en donde es posible que haya premios y pagos por “asesorías legales”.  Ya no sabemos dónde está la verdad.  Y como todos se tapan entre ellos, mayor es la duda.  Vean que los alegatos de los aspirantes a la presidencia se centran en nimiedades que son del resorte de ciertos ministerios o instituciones que no necesitan de políticas nuevas.  Pero ninguno denuncia ni promete investigaciones serias sobre las actividades del gobierno actual, muchas de las cuales son harto sospechosas.              
Parece que existiera una conspiración política en torno a las actividades de la gente del Gobierno, cualquiera que sea su color político.  ¿Qué fue del diputado que le gustaba, o le gusta, tocarles las nalgas a las empleadas de la Asamblea Legislativa?  Pero, según se supo, en contra de la voluntad de estas. ¿Qué ha sido del diputado que, borracho, mató a una persona hace pocos meses?  ¿Qué proceso oficial hay en contra de la exministra de transportes por su corresponsabilidad en el caso de la tragedia de Turrubares?  ¿Y qué hay de la diputada que utilizaba los aviones del Estado para sus actividades particulares ajenas al interés de la nación?  Parece que no hay respuesta a estas preguntas ni a otras diferentes.  Los políticos han levantado un muro de silencio que los aísla de las voces que por todos lados levanta la gente en relación con sus actividades económicas vinculadas a sus funciones públicas.  Y a nadie parece interesarle.  El ciudadano se cree sin derecho a pedir cuentas y supone (talvez con razón) que la casta gobernante es libre de hacer lo que le dé la gana sin rendirle cuentas a nadie.  Sobre todo, si la indolencia se ha convertido en norma, o el ciudadano no se atreve a demandar la transparencia que debe existir detrás de todas las actividades de gobierno que implican al Erario.        ¿No es tiempo de que hagamos algo diferente a hablar o escribir paja?
            Esperanzadamente                              (¿Tienen en su país la misma sensación de rabia e impotencia?)
                                              Ricardo Izaguirre S.                                     E-mail: Rhizaguirre@gmail.com
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sábado, 4 de junio de 2011

938 Las telecomunicaciones


938    LA CHISPA     (25 mayo 2011)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
EL NEGOCIO DE LAS TELECOMUNICACIONES
            Aparte de la banca privada o la venta de coca, NO existe negocio más lucrativo que las telecomunicaciones (televisión, telefonía, radio, Internet etc.)  De ahí la desesperación y angurria con la que docenas de corporaciones todopoderosas en este campo, han recorrido todos los países que, OBLIGADOS por los TLC’s aprobados a la fuerza y a base de chantajes, amenazas y sobornos, se han visto precisados a abrir ese campo de su economía a la voracidad de las transnacionales.  Es obvio, y así lo señalamos en varias “Chispas”, que el ICE NO PODRÍA competir en contra de esos monstruos y que se lo tragarían sin siquiera eructar.  Tampoco se hizo nada para actualizar los servicios del ICE.  Nada para modernizar ni tener una capacidad de servicio al cliente, que bloqueara toda posibilidad de competencia dentro del marco legal.  Pero con la aprobación del TLC, se sentaron las condiciones para que este filón económico quedara servido para la empresa privada, pues todo parece indicar que desde dentro, se fraguaron las condiciones adversas para que Racsa se volviera inútil e incapaz de ser un competidor respetable.  Pero esta ineptitud ¿solo se debe a falta de visión de futuro y a indolencia de sus directivos y empleados?  ¿O todo esto no es más que el resultado de acuerdos secretos entre el gobierno y los que nos impusieron el TLC?   Es inadmisible que en un país en donde hay un “administrador de empresas” por cada metro cuadrado, no haya un solo individuo que previera lo que iba a suceder.  Alguien que diseñara una política ágil y moderna, flexible y eficiente para enfrentarnos a lo que se nos venía encima.
            El gobierno le dio a la “empresa privada” (nacional y extranjera), todas las armas para que crucificaran a Racsa y la pusieran al borde del colapso.   En el TLC todo fue diseñado, de una sola cara, para que nos jodieran.  Y esos mismos funcionarios que tanto cacareaban acerca de las bondades de ese tratado, son los que ahora salen a la prensa, lloriqueando y echándoles la culpa a factores que eran previsibles, y que pudieron ser amortiguados si se hubieran tomado las medidas adecuadas.  Da risa ver la página Web de Racsa.  Parece que hubieran encargado su redacción a Cincinato y Catón.  Y ante tal declaración perfeccionista, se nos crea la impresión de que estamos tratando con un trust como la Volswagen, Toyota, Microsoft o Intel.  El súmmum, la perfección en cuanto a servicios públicos; nos habla de valores, compromiso, integridad, excelencia y responsabilidad; incluso nos da una lección acerca de lo que es ÉTICA.  Sin embargo, la prensa nos dice que 10 de sus altos burócratas se encuentran bajo investigación.  No dicen de qué se trata, pero NO ES NECESARIO, pues TODOS SABEMOS CUÁL DEBE SER EL “ASUNTO”.   Algo así como la autopista a Caldera o la Infinito Mining. También todos sabemos que cualquier “tamal” de este tipo se declara secreto de Estado.  Sobre todo si los indiciados son miembros del partido en el Poder.         Para no entorpecer el sumario… suelen decir.
            Desde esta hojita se les advirtió, hace años, que los servicios del ICE tenían que mejorarse para ser competitivos.  Que la oferta mediocre causaba frustración y malestar en los clientes.  Pero nada hicieron, y han empujado a esta magnífica institución hacia el despeñadero.  A sabiendas, aunque todos hacen el juego de Teté.   INEFICIENCIA TOTAL es la única respuesta.  ¿Conspiración contra el ICE?   Servicios que en otros países son rutinarios (TV digital, telefonía IP, páginas amarillas y todo lo demás), aquí jamás se instalaron.  ¿Y por qué?  Nadie sabe.  Mejor dicho, pocos lo saben.  Algunas causas señala el Jefe del ICE como motivos del atolladero de Racsa, entre ellas, el tipo de cambio.  De lo cual se despende que fue EL ESTADO el que decretó la quiebra de Racsa, porque este manipula al antojo y conveniencia de la Oligarquía, el valor de la moneda (tipo de cambio).  ¿No es así?  Sigue el fantasma de la maquinación para aprovechamiento de las cableras y otros parásitos de la actividad privada que, sobre la estructura del ICE, han montado sus negocios sin riesgo alguno.  “Libre empresa”, se le llama.  Sigue el TLC como fantasma en la sombra.  La segunda causa que señala el Jefe del ICE es la pérdida de clientes.  ¿Y cómo no habría de darse esto si los servicios han sido tan malos e insuficientes?  Durante años la respuesta cajonera de la telefonía nacional ha sido: “NO HAY LÍNEAS”.   Una ineficiencia criminal (¿planificada?) que ha llevado a Racsa a la situación de angustia en la que se encuentra.  La apatía y negligencia de sus propios empleados ha sido el factor complementario de la conspiración.  Ellos debieron anticipar la situación presente, pero NO lo hicieron ni les importó.  Debieron DENUNCIAR, pero callaron.    ¿Por qué?
            La cuestión del “cómputo en las nubes” y otras tonterías justificativas, simplemente dan risa, porque TODOS sabemos que se trata de fallas operativas CRÓNICAS y planificadas para favorecer  al “sector empresarial”.  ¿Cómo es que en semejante institución con esas posibilidades para ganar MILLONES DE DÓLARES, no haya una sola persona CAPAZ DE PENSAR, programar, desarrollar y PONER EN PRÁCTICA políticas osadas para convertirla en un modelo de compañía pública al servicio del país?  Ante el tigre suelto de las corporaciones, “amarraron al burro de Racsa”.  ¿Complot?  Las respuestas del Jerarca del ICE se parecen al juego de Teté.  “No estaban las condiciones en su lugar”,  “La junta directiva no las aprobó”.   Y evade la pregunta fundamental: “¿Por qué no se tomaron medidas a tiempo”?  ¿Qué clase de gestión es esa?  Las condiciones “NO ESTÁN”, se HACEN.  La junta directiva TIENE que aprobar lo que es de evidente necesidad y conveniencia para Racsa.  Entonces, ¿por qué no se hizo?  ¿Conjura?
            Todo señala hacia un punto: CONFABULACIÓN al servicio de la “empresa privada”.  ¿No existe en Racsa un departamento de “mercadotecnia” que sepa promover servicios y predecir los vaivenes del mercado?  ¿Cómo es que no vieron venir nada ni se les ocurrió tomar las medidas previsorias para una eventual competencia desde que se empezó a hablar del TLC?  Ellos sabían que las TELECOMUNICACIONES son el principal objetivo de las transnacionales.  Los sabíamos hasta los legos en la materia, así que NO ES ACEPTABLE que nos digan que Racsa fue sorprendida por los eventos.  Todas las explicaciones tienen el aspecto de excusas o pretextos.  La guinda de este pastel se la pone un tal Bermúdez que, según la prensa, “amenaza” con dejar Racsa si esta se convierte en una comercializadora de servicios. (¿¿??)  Es decir, una gran cortina de humo para desconcertar al público acerca de una maniobra por demás sospechosa.  Una compañía de telecomunicaciones en quiebra es impensable.  Pero esta sí lo está, o está muy cerca.  Una denuncia como la de Pablo Ureña, debería llevar a la cárcel a los que han saboteado a la Radiográfica, pues ese “trabajo” de zapadores ha sido una labor criminal que lo amerita.  ¿Hará algo el gobierno, o todo está sellado con el TLC, y esta “quiebra” es uno de los múltiples beneficios que habría de traernos el tratado?                        (¿Hacen este tipo de chorizos en sus países?)
            Racsescamente
                                      RIS            E-mail: rhizaguirre@gmail.com
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