miércoles, 30 de junio de 2010

385 "El peliglo amalillo"

385     “LA CHISPA

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”.

“EL PELIGLO AMALILLO”

  Un tiburón blanco no realiza tratados con una sardina, simplemente la engulle. Tampoco los países poderosos hacen tratados con los débiles, solo se los tragan. Y cuando convienen en ciertos tratados entre los grandes, aquellos solo tienen vigencia mientras alguno de los firmantes se siente lo suficientemente fuerte para arrasar al otro. También hay una tercera versión: cuando un país de los chiquitillos se pone bajo la tutela de una gran potencia, como pasaba con Cuba y Nicaragua bajo la protección de Rusia. Es por eso que en una “Chispa” anterior escribimos sobre la posibilidad de un TLC con China, la cual no nos podría imponer condiciones militares ya que estamos “cubiertos” por la doctrina Monroe. Es decir, América (desde la Patagonia hasta la Manogonia) para los americanos… pero solo los americanos de los Estados Unidos.
      Ahora que los chinos son “demóclatas” y tienen fuertes vínculos comerciales, culturales y de cooperación con los Estados Unidos, no hay razón alguna para que no hagamos un tratado con ellos. Eso parecía natural y necesario, pero la verdad es que a estas alturas de nuestras relaciones no hace falta suscribir ningún pacto. Ya hemos sido tomados, sin firmar nada. Casi sin darnos cuenta, en forma lenta pero continua e imparable, la marea amarilla nos ha ido permeando, tomando posiciones en nuestra sociedad y apropiándose de todo. Desde esos misteriosos reductos conocidos como “restaurantes” (estos son el equivalente de las sinagogas y kahales judíos), han venido fraguando en forma meticulosa e implacable la capitulación de nuestros países. Y lo que es mejor, sin disparar un solo tiro, sin amenazarnos ni invadirnos (como es el deporte favorito de los gringos), se han apoderado de todo en silencio. Antes uno buscaba con afán un restaurante chino, como algo exótico; pero ahora lo exótico es encontrar uno que sea tico. Los chinos están por todas partes, e incluso han inventado los “tacos chinos”. ¿Pueden ustedes creerlo? Ya hay lechuga china, chayotes chinos, yuca china. Y esto que todavía no han invadido el agro, porque cuando lo hagan, los agricultores nacionales pueden despedirse de ese oficio en el cual los orientales son imbatibles… el peliglo amalillo ya está entre nosotros. Están en las tiendas de tiliches, panaderías, carnicerías, restaurantes, zapaterías y cuanta cosa podamos imaginarnos. Y alguien me dijo que ya están abriendo una cadena de restaurantes en donde venderán “vajo” (vaho), vigorón y pinolillo chinos. De chanchos más gordos y mejor maíz. Y en las cantinas que tienen en todos sus negocios, dicen que ya se puede adquirir ron y tequila chinos.
      China anda por encima de los 1300 millones de chinos, chinos y chinos. Un océano de chinos. Así que ellos no tienen el problema de los judíos, que tienen que trabajar horas extra para producir más judíos “nativos”. Los chinos pueden enviar 300 ó 400 millones de paisanos por todo el mundo. Y si a Costa Rica vienen diez mil mujeres chinas, como estas tienen cinco partos por año, en diez años se multiplican exponencialmente y tendremos la curiosa situación de que en poco tiempo el cincuenta por ciento de los ticos serán chinos, los suficientes para elegir un Presidente chino o aprobar un TLC con China. ¿Cómo es que se nos ha colado tanto chino? Y todos vienen con plata, a comprar y comprar lo que sea. El peligro amarillo ya está aquí, adentro. Desde hace décadas tenían sus quintacolumnistas que estaban larvados en unos pocos negocitos y áreas del país: Puntarenas, Guanacaste y Limón; y unos cuantos en San José. Pero ahora que la economía de China ha hecho eclosión, estos agentes durmientes (muchos de ellos ya ticos) han servido como los contactos necesarios para la importación masiva de “amarillos”, sin impuestos y valiéndose de la corrupción nacional imperante en todos los círculos del gobierno, sin exceptuar la Migración.
       Pero de algo debemos estar agradecidos con los chinos: eso ha sido sin disparar un tiro, sin amenazarnos con un TLC, sin bombardearnos y sin maltratarnos; nos han invadido con su sutileza oriental, detrás de la cual disimulan el puño de hierro y la dureza característica de esa raza. Ojalá podamos aprender de ellos sus múltiples virtudes: capacidad de trabajo, ahorro, paciencia, frugalidad, prudencia, humildad.
La clave de su éxito es: mano de obra especializada, barata y eficaz, lo cual los convierte en un formidable rival contra el cual parece improbable tener algún éxito. Además, cada chino puede sobrevivir con un kilo de arroz por mes. Legiones interminables de chinos capaces de trabajar 18 horas al día por menos de un dólar, les da la capacidad de poner al mundo a sus pies. El sueño de la Oligarquía costarricense con sus trabajadores; y de ahí que su dócil instrumento, el gobierno, haya implementado la DEVALUACIÓN, maniobra criminal mediante la cual le han reducido a los asalariados su poder adquisitivo en casi diez veces en menos de 15 años. Ahora la industria china es cosa seria; ya no solo es en la confección de biombos, carajaditas de jade, palillos para comer o bolsitas de ginsen. Ya no solo se trata de exportar kimonos, sandalias, ábacos, té, abanicos y figuritas de papel. Es una industria de avanzada, con lo último en tecnología. Metalurgia, electrónica, industria naviera, automotriz, médica. Y a propósito de la industria farmacéutica, esa podrá ser la salvación de millones de latinos que no podremos adquirir los medicamentos originales de la Pfizer o la Merck cuando entre en vigor el TLC con USA. Por mi parte, ya empecé unos cursos de acupuntura, cocina y algo de la medicina tradicional china. Y ojalá que nos ataruguen con SOFTWARE chino en español, bien “balato”. Ya estamos viendo la invasión de motos, bicicletas y carros procedentes del Celeste Imperio.
     El “peliglo amalillo” ya nos invadió, y solo nos resta sacar el mejor provecho de este fenómeno irreversible que nos convertirá, queramos o no, en la primera colonia china en Centroamérica. Por ahora, queridos lectores, les recomiendo tomar un curso de mandalín, e informarse de quiénes fueron Confucio y Mao, y quién ese gigante chino que juega básquetbol en la NBA.
Lesignadamente
Hen Chi Lhao

375 ¿A quién le importa?

375     “LA CHISPA
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

¿A QUIÉN LE IMPORTA?

    Todas las mañanas que paso por la Rotonda de las Garantías Sociales, frente a las oficinas del MOPT, presencio una imagen que ya es rutinaria: unos furgones salvadoreños estacionados sobre la acera con raya amarilla y a contravía, como si vinieran del lado este. Son los que traen mercancías para la distribuidora Diana. Y a nadie parece importarle un tacaco. Tres veces lo he denunciado a funcionarios de esa oficina, que lo han visto con sus propios ojos, pero al parecer tampoco les importa. Pero eso no es todo, pues como los camiones vienen del oeste (de Plaza González) tienen que dar vuelta en una esquina que forma un ángulo agudo imposible de realizar en forma normal con esos armatostes. Entonces TIENEN que encaramarse en el parquecito para que el cajón pase sobre la acera derecha y el cabezal lo haga sobre césped de esa plazoletita. Ya prácticamente han destruido la cuneta, han hecho una zanja en la tierra y, con la lluvia, eso se ha convertido en lodazal espantoso. Y al parecer a nadie le importa un rábano.
    Incluso hablé con uno de los choferes salvadoreños al cual le señalé el daño que estaban haciendo y me dijo: “Sí, señor, nos da mucha pena, pero somos obligados a venir hasta acá. ¿Qué podemos hacer?” Hace tiempo dije en otra “Chispa” que no se debe permitir el tránsito de esos vehículos por la ciudad, pues constituyen un peligro latente, destruyen las calles y causan bloqueos terribles en un pueblón como San José, cuyas calles fueron improvisadas para el paso de carretas, carretones y caballos. Dije que para el tráfico internacional de mercaderías debe construirse una terminal de furgones en Alajuela, y desde allí, se deben trasladar a San José o donde sea su destino final, en camiones pequeños, aptos para transitar por nuestras calles. Pero a nadie parece importarle un chayote.
      ¿Qué hace un mastodonte de esos circulando por las calles de San José, reventando alambres telefónicos, de alumbrado y cuanto mecate hay entre los palos del ICE y las casas? No se sabe, y a nadie le importa. Otro problema que a nadie le importa es la entrega de mercancías a los negocios del centro de la capital. ¿Qué hacen esos cientos de camiones, furgones y camionetas repartiendo pipones de agua, hielo, cajas de guaro y cerveza, refrescos, camas, gas, carne, frutas, gasolina, diesel, verduras, muebles y cuanta carajada hay, a las nueve, diez, once, doce, una de la tarde o a la hora que se les antoja? Un camión descargando pipones de agua en la acera izquierda de la avenida tercera, y otro en la acera derecha, cincuenta metros más adelante, descargando verduras, más la fila de taxis colectivos a Heredia, y se forma un tapón diabólico cuando se les vienen encima las cacharpas (autobuses) de Sabana-Cementerio, Barrio México, Bº la Cruz y todas las camionetitas, taxis rojos y los masoquistas de vehículos particulares que insisten en pasar por el tráfago infernal que es esa avenida. ¿A quién le importa?
       La solución a ese lío es tan simple que me he preguntado miles de veces por qué no lo arreglan. ¿Por qué no hay la voluntad política para hacerlo? Yo me he ofrecido voluntariamente, Y SIN PAGO, para resolver ese problema en tres días, talvez en dos. Lo primero es que todo servicio de entrega de mercancías a los negocios del centro, debe realizarse entre las doce de la noche y las cinco de la mañana. Sin excepción. Porque ¿qué hace un coche-bomba de gasolina circulando por las congestionadas y peligrosas calles de San José al mediodía? Eso es un atentado criminal en contra de la población. Con solo esa disposición, desaparecería la mitad del congestionamiento capitalino. Y la medida complementaria es la eliminación de todas las líneas de autobuses en un área de exclusión que, a partir del Punto Cero (cruce de avenida central con calle central) comprenda cuatro avenidas hacia el sur y tres hacia el norte; cuatro hacia el este y cinco hacia el oeste. Sin paradas y con rutas exclusivas para buses. Con eso, el centro de San José se convertiría (con los bulevares) en un espacio humanizado. Pero ¿a quién le importa? Los autobuseros son muy poderosos miembros de la Oligarquía; también los taxistas, la otra plaga que está asfixiando la ciudad. Caminar por las calles de San José infunde pánico.
        Otro asunto que a nadie le importa son las aceras. Para caminar sobre ellas, hay que conocerlas de memoria o caminar como los chanchos: solo viendo para abajo. En este aspecto el caos rebasa todo lo imaginable. Cada vecino las construye de la forma que le da la gana: más anchas, más angostas; más altas que las del que sigue; de cemento, de ladrillos, de baldosas, con piedras, lujadas como pilas de lavar, ordinarias, con rastrillos, resbalosas, de colores, de adoquines. Pero lo más abusivo de esto son las rampas hacia los garajes, las cuales son construidas a capricho de los vecinos. Hay quienes hacen un terraplén por encima de la acera, y el que no pela el ojo, se tropieza y va a dar con sus huesos al suelo. Otros las hacen en bajo relieve para que el carro no haga esfuerzo para entrar, y en ese hueco también “se pierde pie” y se aterriza. Y hay quienes la prolongan hasta un metro dentro de la calle y obstruyen el curso del agua de las cunetas. En otra “Chispa” denuncié que en la calle de la Procuraduría, en ambas aceras, hay aproximadamente unas catorce de estas trampas “fabricantes” de dengue, ¡y del hemorrágico! Y ¿a quién le importa? Incluso en la oficina del MOPT de la rotonda que indiqué al principio de esta “Chispa”, hay una de esas rampas ilegales que bloquea el flujo natural del agua de la cuneta. Nada menos que ¡EN EL EDIFICIO DEL MOPT! Y ¿a quién le importa un cacahuate? Al parecer, a nadie.
RIS

368 No se deje "matar" los dientes

368           “LA CHISPA

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

NO SE DEJE “MATAR” LOS DIENTES

    Hace algunos meses vi por la televisión un programa de un dentista ecuatoriano que habló acerca del crimen que es permitir la extracción del nervio de un diente para ser sometido a tratamiento, lo cual vino a ser la confirmación de algo que ya había denunciado en una “Chispa” anterior. Desde luego que a mi “Chispa” nadie le hizo caso, pero cuando este profesional de la dentistería lo dijo por televisión a todo el país, entonces el gremio se preocupó por sus ingresos y no solo lo criticaron ácidamente, sino que le prohibieron ejercer las “clínicas” que llevaba a cabo en nuestro medio.
       En mi nota decía que una simple caries cuya reparación andaba por ahí de los diez o doce mil colones con el método tradicional, si lograban convencer al cliente de la necesidad impostergable de “matar” el nervio, se convertía en una operación de 80, 90 o cien mil colones. Negocio redondo del que se han salvado miles de personas que no tienen dinero para someterse a ese brutal tratamiento de nervio. ¿Cómo es posible que estos profesionales sean tan romos (¿?) para llevar a cabo esa práctica que el más elemental sentido común nos dice que no es buena? Pero si lo hicieran solo porque son ignorantes de algo básico de la fisiología, sería perdonable; al fin y al cabo, la medicina alopática siempre se ha apoyado sobre múltiples errores y dogmas que han tenido que ir revisando sobre la marcha, después de arruinar millares de vidas con ciertos “tratamientos científicos” infalibles, como el de las sanguijuelas, la quimioterapia o la irradiación. Pero que lo hagan por dinero no tiene perdón. Matar el nervio de un diente para “curarlo” es equivalente a que para sanar la miopía o una catarata, los oculistas decidieran “matarnos” el nervio óptico. Eliminado el nervio, el diente o la muela se convierten en elementos muertos dentro de nuestra boca, sin irrigación sanguínea y sin sensibilidad. Un hueso muerto en nuestra boca.
       Es preciso recordar que el sistema nervioso es la red informática que notifica al cerebro todo lo que pasa en cada región del cuerpo; y el dolor constituye la más eficiente alarma mediante la cual cada parte del organismo informa al cerebro que algo anda mal en ella. Si el estómago está mal, DUELE, y el cerebro se da por notificado y toma las medidas que sean necesarias para lograr la normalización. Y si fuéramos tan sensatos como los perros, sabríamos que la cura consiste en el ayuno total. Así que matar el dolor o sus sensores NO ES CURAR. Es suprimir el sistema de alerta que indica las fallas del organismo. Matar el nervio es lo mismo que cortar los cables que indican la presencia del fuego dentro de un edificio. ¿De qué sirve el mejor sistema de advertencia si lo hemos desconectado? El dolor, aunque “duela”, es una maravilla de la naturaleza que sirve para indicarnos que algo anda mal en alguna parte de nuestra anatomía. Así que eliminarlo mediante la supresión de los nervios, constituye una MANIOBRA CRIMINAL que solo se puede ejecutar por ignorancia (cosa NO creíble en quienes “saben” de fisiología) o por interés de multiplicar por DIEZ la ganancia de los dentistas (alternativa más que creíble).
      Cuando yo no había visto a este doctor, aunque tenía mis reservas al respecto, fui sorprendido por dos o tres de estos galenos que me convencieron de “las ventajas de eliminar el nervio para prevenir malestares futuros”. Y como toda persona atormentada por el dolor de muelas, sin juicio claro para discernir ante las palabras de quien se supone sabe qué es lo mejor, cedí a esas propuestas y me “mataron” varias de mis piezas dentales, incluyendo un poderoso y sano colmillo que tenía una manchita café en la base.
Y eso es lo que quiero aprovechar para compartir con mis amigos, una experiencia terrible derivada del daño que me produjo una de esas muelas con “tratamiento de nervio”, como eufemísticamente le dicen a ese atentado. Ese trabajo me lo hicieron en el segundo molar superior izquierdo. Y al poco tiempo de realizada la operación, me empezaron unos inexplicables dolores en el oído izquierdo. Fui donde el especialista y no encontró nada; me dijo que podría ser una infección por agua que hubiera penetrado. Me dio antibióticos y todo el rollo de rutina… Luego empezó a dolerme el ojo izquierdo; me “brincaba”, me ardía y empecé a ver mal. Fui al oculista y lo mismo, el mismo cuento. Fue entonces cuando escuché al doctor Fernando Pinto y entré en sospechas; tomé una decisión y fui donde el doctor Nakamura (nombre inventado pero parecido) y le dije: “Arránqueme esa muela”. Desde luego que tuvimos una discusión porque él sostenía que era una buena pieza y que valía la pena conservarla, que estaba “sana” y que con una camisa quedaría pura vida. Y yo le dije: “Arránquela y se acabó”. Y así lo hizo, y cuando esta salió, colgando de sus raíces venía una pelota enraizada en todos los picos de la muela. Yo vi la cara de estupor del dentista, y en ese momento supe que esa era la causa de mis desgracias en el oído y el ojo izquierdo. La muela “sana” pero con el nervio muerto, había acumulado entre sus raíces un absceso enorme cuya extracción me produjo una tremenda hemorragia durante todo el día. Pero al día siguiente, como por arte de magia, mis dolencias auditivas y visuales habían desaparecido, hasta el presente, ocho meses después.
       Es por esa experiencia trágica que pudo ser peor, que les aconsejo a todos mis amigos que JAMÁS se dejen convencer de las “bondades” de la extracción de los nervios de la boca. La Naturaleza SABE por qué están ahí, y no es para que los dentistas se ganen cien mil pesos matándolos. Eso que ahora es una moda, antes no se hacía, y a todo el mundo le calzaban dientes y muelas “en vivo” y sin ninguna dificultad, salvo la electricidad que sentíamos mientras el nervio se acostumbraba a la nueva condición; pero seguía vivo, informando al cerebro de lo que pasaba en la boca. Estimados amigos: NO SE DEJAN MATAR SUS DIENTES. Por más cuentos que les echen. (¿Cómo le hacen en sus países?)
RIS

sábado, 26 de junio de 2010

207 Los palos del tren

207 “LA CHISPA” (10 enero 2007)

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder

“LOS PALOS DEL TREN”

Se calcula que el ochenta por ciento de todos los productos agrícolas e industriales de los Estados Unidos se movilizan por ferrocarril; algo parecido es en Europa. Y ambas regiones están formadas por los países más ricos del mundo. Europa lleva la ventaja en cuanto al desplazamiento de personas por ese medio. En Inglaterra, país poderoso, es incontable la gente que va a sus trabajos en Londres y las grandes ciudades utilizando los “metros” o trenes. Lo mismo pasa en Alemania, Francia y España. Pero ¿qué sucede en Costa Rica? ¿Somos Kuwait o tenemos la certeza de que siempre podremos pagar la factura petrolera aun cuando el barril de esa “cosa” llegue a costar doscientos dólares?
Ayer 9 de enero del 2007 regresé de un viaje por Guanacaste y Puntarenas. Y apenas pasamos de Barranca, empezó aquella lerda procesión de furgones que hacen lento, difícil y exasperante ese trayecto. Así se explica la cantidad de muertos que hay en esa carretera siniestra. Cuando la gente llega al paroxismo de la impaciencia, se avientan en esas acciones suicidas que se conocen como “falsos adelantamientos” que acaban con la vida de tantos inocentes. ¿Cómo es posible, me pregunto, que en el siglo XXI, en una Costa Rica que ya fue excluida de la lista de países pobres, esa carreterita miserable sea la única vía que une a las riquísimas provincias del Pacífico con el Valle Central? Y digo “carreterita” porque es eso: una vía de carretas que se cubrió con asfalto. Una carreterita que vive en perpetuo estado de desintegración. ¿Cómo vamos a acceder al futuro con esa infraestructura vial? Con la riqueza que generan Guanacaste y Puntarenas deberíamos tener dos o tres carreteras de acceso a la capital; una de ellas solo para furgones y vehículos pesados. Los camioneros de este país, que ganan billones, bien podrían financiar su propia vía de explotación. Desde luego que es mejor que el gobierno remiende, con fondos del pueblo, la infame carreterita que nos une con Puntarenas. Realmente da vergüenza. ¿Pero a quién le importa? Parece que a nadie.
Costa Rica tiene la bendición de tener un régimen de lluvias abundantísimo; además, innumerables planos inclinados que permiten la construcción de un número increíble de represas para generar electricidad. Estamos en posesión del Santo Grial de la Energía. Gratis, limpia, casi ilimitada y eterna. ¿Y a qué nos conduce esta bendición del cielo? Pues a disponer de toda la energía que necesitamos para la electrificación total de un sistema ferroviario que una al Atlántico con el Pacífico, y que pase por San José y todas las ciudades importantes del Valle Central. Además, ramales que vayan de frontera a frontera en ambos mares. Con eso resolveríamos, PARA SIEMPRE, todos los problemas de transporte de mercancías y pasajeros por todo el país y hacia los puertos. Y a partir de ese momento, saldremos de la angustia de la factura petrolera y nuestra dependencia de esa “cosa”. El ferrocarril es la única salida. Por desgracia, contamos con la oposición mortífera de un grupo oligárquico al que poco le interesan los problemas del país; solo los de su grupo de intereses: “los camioneros”. Desde hace tiempo venían saboteando al ferrocarril; desde afuera y desde dentro, hasta que, un expresidente “camionero” le dio la estocada final a este medio de transporte, el cual había sido oficialmente abandonado a su suerte y a la rapiña de cuanto aprovechado tuvo relaciones con ese gobierno.
Incluso cometieron el crimen de cortar todos “los palos” (torres) de donde pendía el cable eléctrico que era la fuente de energía del ferrocarril al Pacífico, y que bien pudo haberse electrificado hasta Limón. Así se aseguraron de que nunca volvería, a menos que fuera con diesel, cuestión que sería del agrado de las multinacionales del petróleo. ¿Por qué cometieron ese delito monstruoso en contra de la economía nacional? Para que un grupo de poder, incluido el expresidente camionero, se asegurara el monopolio de todo movimiento de mercancías. Muerto el ferrocarril, empezó la fiesta de los transportistas, la destrucción de las carreteras, los bloqueos, los atascaderos y los gastos increíbles de combustible en esas procesiones en donde todos los vehículos suben al Valle Central utilizando solo la primera y segunda marcha de las máquinas. ¿Se imaginan cuánto combustible se DESPERDICIA en esas marchas de Puntarenas a San José? Debe ascender a millones de dólares ese gasto. ¿Y todo por qué? Porque no hay un ferrocarril que descongestione nuestras atiborradas carreteras. Porque los camioneros se opondrán hasta la muerte, valiéndose de lo que sea, para que el ferrocarril no vuelva a Costa Rica.
A los criminales que cortaron “los palos del tren”, en Estados Unidos u otra sociedad moderna, de seguro que les darían diez cadenas perpetuas sin posibilidad alguna de salir. Ese crimen contra la economía de Costa Rica es algo que no debe quedar impune, y los culpables deben responder ante la justicia por uno de los peores delitos que, amparados ante la impunidad oficial, perpetraron en contra de un pueblo que todavía no ha comprendido plenamente el alcance del daño que estos pícaros le hicieron a la nación. El ferrocarril TIENE que volver; no se trata de una cuestión de gusto o simple preferencia como escoger entre dos o más marcas de lavadora o televisor. Es una OBLIGACIÓN IMPOSTERGABLE E INEVITABLE. Solo es cuestión de tiempo, nos guste o no, lo quieran o no los camioneros; porque cuando esto se hunda, ellos también se hundirán con todo y sus camiones.
RIS

jueves, 24 de junio de 2010

813 Lenguaje mundialista

813    “LA CHISPA (20 junio 2010)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
LENGUAJE MUNDIALISTA… Y ALGO MÁS
Si usted no domina la jerga futbolera que reina en la radio y televisión, usted “no está en nada”. Desde los términos clásicos hasta los disparates más extraños; desde la terminología cotidiana y aburridora hasta las innovaciones más atrevidas, ese lenguaje nos envuelve de manera total. Incluso unos vendedores de huevos que pasan por mi casa, están haciendo una “oferta mundialista” de un kilo de huevos por 1800 colones. Todo es mundialista. Los comerciantes no parecen tener límites en cuanto a su ingenio para crear vínculos entre el torneo ese y los tiliches que venden, o las comidas que ofrecen. Todo es mundialista. Y si usted no se familiariza con el lenguaje universal de junio-julio, está fuera de foco. Si usted no sabe qué es un volante de contención, está caído; o un carrilero por las bandas, hacer las diagonales, filtrar desde la zona de gestación, achicar los espacios, volante por fuera o llenar los espacios, usted está frito. Incluso tiene que saber algunas lenguas africanas para entender a un joven locutor que se tomó la molestia de aprender cierta terminología futbolera en zulú, bantú o qué sé yo. “Hacer la transición” es algo esotérico con lo cual debemos conocer para comprender de qué trata la cuestión.
¿Y qué me dicen de avanzar “con pelota dominada”? ¿O ser un delantero desequilibrante? Emplearse a fondo es un misterio muy familiar, pero “crear espacios” es algo más desconcertante. Y si usted desconoce qué es un “enganche”, no está al día. ¿Y qué hay de ser un “referente”? Si ustedes tienen alguna explicación sensata, me gustaría me lo hicieran saber, pues el diccionario no parece calzar con lo que, supuestamente, significa en la jerga futbolera. Claro que todos entendemos que referente significa modelo, el más importante, el jugador que es “la carga” y que sirve como inspiración a los demás. ¿Será eso?
También hay que estar enterado de lo que son las vuvuzelas y el supuesto misterio que hay detrás de estos instrumentos de tortura que sirven para despistar y hacernos creíble la felicidad del pueblo sudafricano. Pero ni los colorines ni el chillido ensordecedor de esas pitoretas, han sido suficiente distracción para que no veamos la realidad que subyace por debajo de este espectáculo artificialmente montado sobre la tragedia de un pueblo para el cual este nada significa. Ni siquiera todo el lenguaje mundialista cambia o atenúa la verdad de lo que pasa en ese país; ni toda la alharaca de los estadios es capaz de paliar la situación de los nativos. El Apartheid es ahora más feroz que nunca, porque los líderes negros como Mandela, se prestaron para la farsa política diseñada por los blancos: abolir oficialmente el Apartheid y poner a un negro como presidente del país. Eso les bastó a los blancos para obtener la bendición de la comunidad internacional y seguir en lo mismo: ellos continúan con TODA la riqueza y el dominio absoluto de todas las estructuras del PODER político, militar y económico, y pueden aplastar a los negros cuando les dé la gana. Y ningún “presidente” negro puede variar esa situación. Además, tienen con el control y propiedad de TODAS las tierras, la minería, el comercio, la banca y todo lo que vale la pena ser dueño en ese país. Una minoría de cinco millones de europeos es dueña de TODO. Esta jugada política de los boers es una obra de arte con la cual se garantizaron, como los judíos en Palestina, la posesión eterna de unas tierras y riquezas que no son de ellos. En síntesis, les dieron atolillo con el dedo.
Lo negros desaprovecharon la oportunidad que tuvieron al llegar al poder; ese fue el momento cuando debieron no solo nacionalizar todos los recursos de su país, sino de haber echado para siempre a esos extranjeros (holandeses y judíos) que los han humillado, esclavizado y explotado por siglos. Al llegar Mandela al poder, debieron eliminarlos por completo, como la plaga que son. Pero no hicieron nada en contra del “amito blanco” y se resignaron a seguir siendo miserables sirvientes. Tan fácil y provechoso les resultó a los blancos, que un político afrikáner dijo: “Si hubiera sabido que esto era tan simple, desde hace treinta años hubiéramos abolido el Apartheid”. Esas verdades no se acallan ni con el estampido de un millón de vuvuzelas. Un tercio de la población (todos negros) está sin empleo y viven en la miseria; y los que trabajan en algo (propiedad de los blancos), tienen que sobrevivir con UN DÓLAR POR DÍA. Eso no se tapa con pitoretas y algarabía. Más de seis millones de ellos tienen SIDA y ninguna posibilidad de mejoría; para los sudafricanos negros, todos los caminos están cerrados, incluso el de la educación. Como los palestinos en su momento, perdieron la oportunidad para deshacerse de esa lacra.
Los negros sudafricanos tendrían que trabajar durante uno o dos meses para poder comprar UNA entrada a los estadios. Así que las claques están montadas para cada estadio. La ganancia por entradas poco le importa al Gobierno blanco; lo que les interesa es “demostrar” al mundo que los nativos son felices y que ahí todo camina muy bien. Que los amitos blancos les proporcionan diversión adecuada a los nativos. Y que incluso se auto discriminaron de la selección de fútbol para darles la responsabilidad total a los “bafana-bafana”. Por eso Parreira no puso ni un solo jugador blanco, para que los negros se hundieran y se lo pelaran solos. Ese mundial es una farsa en la que no debieron participar los países tercermundistas, pues solo es la legitimación de un régimen perverso y tirano que cuenta con el apoyo de la peor gente y los peores gobiernos del mundo. A pesar del “bafana- bafana” y el “waka-waka” en el excitante cimbrar de las caderas de Shakira, o del ruido ensordecedor de las trompetas, sigue siendo un mundial patético; una fiesta montada por gente maligna que desde hace varios siglos abusa de la población nativa y que, para justificar su conducta, incluso han inventado una historia “oficial” mediante la cual pretenden hacer creer al mundo que los negros de Sudáfrica son “extranjeros”, y que los blancos son la población autóctona de esas tierras. ¿Pueden ustedes creer semejante imbecilidad? Y auque usted no lo crea, hay gente que se traga ese cuento…
Mientras los blancos tienen un estándar de vida como el de Holanda, 45 millones de negros viven en la miseria, y eso no se puede disimular con el carnaval que montaron para el mundial; ni con el lenguaje mundialista, ni con las pitoretas ni las caderotas de Shaki.
Wakawakamente
RIS

812 complicidad ideológica

812     “LA CHISPA” (l9junio 2010)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
COMPLICIDAD IDEOLÓGICA
Esta “Chispa” es una invitación a meditar serenamente sobre el concepto de ‘ideología’, sin fanatismo ni sensación de pertenencia. Sé que es muy difícil, pero es la única vía para encontrar las causas de nuestra conducta en relación con nuestra identificación política, social o religiosa. Desde el punto de vista doctrinario existen variadas definiciones de lo que significa esa palabra, pero para nuestro objetivo, debemos conformarnos con algo de lo más sencillo, y tenemos que situarnos en un espacio accesible a todos. Y ese es el que nos dice que una ideología es: “El conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, político o religioso”. Y si eso nos parece bien, podemos entrarle al tema. Pero antes, debemos hacer una aclaración necesaria: Las hay personales y colectivas. Las primeras se moldean al gusto del individuo y se pueden variar cuando a este le da la gana; el hombre tiene el control absoluto de sus gustos, pasiones e intelecto y los aplica sin consultar con nadie. Pero la ideología colectiva es otra cosa. Esta está por encima del individuo y este tiene que someterse a ella en forma total; no puede hacerlo a medias o por partes sino como un todo. Se puede tener un credo personal, único, ideal, pero es seguro que no encajará en su totalidad con el de nadie; habrá puntos de coincidencia y divergencia, lo cual es inadmisible cuando se trata de corrientes de masas (sociales, políticas o religiosas). Y es aquí donde se crea el problema moral de la identificación ideológica.
Cuando nos dan el manual del partido no es para que seleccionemos lo que nos gusta y rechacemos lo que nos desagrada; es para que nos informemos de todo aquello que TENEMOS QUE ACEPTAR para ser miembros. Lo mismo pasa con cualquier organización social o religiosa. Estamos obligados a aceptar todo el paquete. Y si no lo hacemos así, no entramos. Y si ya estando dentro protestamos por algo o lo rechazamos, nos convertimos en revisionistas o disidentes, pecados mortales que NO SON TOLERADOS por ninguna cofradía. Si alguien sostiene lo contrario a esto, solo puede ser con el ánimo de polemizar por gusto. Esa es la tónica bajo la cual se manejan todas las organizaciones de masas: o estamos plenamente identificados con ellas, o estamos fuera. Es la norma invariable que garantiza la seguridad del grupo: solidaridad absoluta aunque eso implique amordazar la consciencia en muchos casos. Cuando se dan estas circunstancias conflictivas, solo quedan dos caminos: callar y aprobar lo que sea, o renunciar. Y este compromiso, cuando es sincero o fanático, es lo que nos lleva a la complicidad ideológica.
Si nos declaramos y sentimos demócratas, nos vemos obligados a respaldar todas las acciones de aquellos que creemos correligionarios políticos; o por lo menos, hacer la vista gorda ante cualquier latrocinio que cometan. Si el presidente de mi partido resulta ser un pillo, me creo en la obligación de guardar silencio y, si es preciso, buscar justificaciones para su conducta. Si los Estados Unidos es el rey de la ‘democracia’, me siento forzado a respaldar el genocidio que han realizado en Irak, en donde han asesinado a casi UN MILLÓN de personas. Si soy católico, me siento obligado a callar o disimular la conducta de tantos sacerdotes pederastas que han sido acusados ante la ley. Delincuentes degenerados, en virtud de la religión, se convierten en aliados a los que tenemos que defender. La doctrina común nos compulsa a ignorar los vicios y corrupción de nuestros compinches de gremio. O por lo menos, a hacernos los tontos. O a hacer malos chistes. Tenemos que esperar por las declaraciones “oficiales” de la jefatura del grupo para tomar una posición personal. Si pertenecemos al cristianismo, nos vemos forzados a tolerar todos los crímenes que en nombre de este se realizan en contra de millones de personas (musulmanes) solo porque constituyen la competencia de nuestra religión. El lema democristiano es que todos los musulmanes son malos, y enfocan este problema con mentalidad de cruzados: exterminio de los herejes. Si somos “occidentales, demócratas y cristianos”, nos sentimos compelidos a ser socios de los judíos en su genocidio en contra de sus parientes palestinos.
La ideología total y dogmática es de masas, por lo tanto, de gente que carece de individualidad; de personas con “mentalidad colectiva” como las abejas, hormigas y termitas. Numerosas y eficientes pero nulas en cuanto a talento, capacidad de elección y libertad de consciencia. Dóciles miembros de la manada. Claro que hay lujosas excepciones dentro de esos grupos, pero estas siempre resultan una molestia dentro de los partidos o los gremios religiosos y terminan por ser purgadas. En los grupos oficiales NO TIENEN CABIDA los que poseen opinión. Los nazis aprobaban a ojo cerrado todo lo que hacía el partido, y tuvieron que cargar con el total de las consecuencias, aunque alegaran desconocimiento de lo que pasaba en los campos de concentración en donde minorías como los gitanos, rumanos y otros, fueron maltratados bajo la consigna de la inferioridad racial; fueron cómplices silenciosos de lo que pasó. Culpables por identificación con el partido. Identificarnos con una corriente nos hace responsables de todo lo que a nombre de esta se haga.
En resumen, toda asociación tiene un aire de confabulación que nos ata. Después de todo, esa es la idea madre que agrupa a los humanos en bandos designados como “NOSOTROS” y “ELLOS”. Esta connivencia empieza por el matrimonio, luego se extiende a los hijos y la familia, partido, religión, clan, tribu y nación. Es un principio básico de supervivencia, por lo tanto, no es mala en sí. Lo que la hace nociva es la perversión que se hace de sus postulados y que se corrompen en beneficio de unos pocos o ideas extremas. Es la aplicación de la astucia política y religiosa la que convierte a las doctrinas en fuerzas sociales negativas. Las dirigencias NO TIENEN interés alguno en la libertad de criterio ni en los hombres que piensan por su cuenta. Y los que lo hacen, son los dirigentes, o los que aspiran a serlo. Una última observación (por ahora): ¿Han resuelto las ideologías algún problema social en forma definitiva? Aun teniendo el Poder Absoluto. En el rebaño solo hay dos posiciones: Pastor y Ovejas, o lo que es lo mismo: líder y seguidores.
Ideologescamente
RIS

811 ¿Qué es una ideología?

811   “LA CHISPA” 
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
¿QUÉ ES UNA IDEOLOGÍA?

      “La Chispa” anterior ha producido una serie de respuestas de lo más variada; algunas son meramente religiosas, y esas no las voy a contestar porque caen dentro de ese campo es donde la razón no tiene cabida. Otras tienen un tinte político (de identificación), y muchas de ellas son cómicas e incluso ingeniosas. Pero talvez toda la confusión se deba, como muchas discusiones, a cuestiones de semántica. Así que esta la inicio con la explicación más simple del significado de ‘ideología’ según el Diccionario: Nos dice en su primera acepción: 1) “Doctrina filosófica centrada en el estudio del origen de las ideas”. 2) “Conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso o político etc.” Y a partir de esa base, tenemos que interpretar el significado de la palabra, sin dejarnos llevar demasiado lejos por el “etcétera” que incluye el DRAE. Una ideología empieza a configurarse a partir de razonamientos y pasiones individuales y colectivas; luego, estos se analizan, se ordenan en categorías, se priorizan y pasan a formar parte de un cuerpo jurídico de uso específico. Pero para que este tenga validez general sobre el grupo al cual cobija, tiene que contar con la aprobación y aceptación de todos, ya se trate de una organización política, militar, social, religiosa o comercial. Y una vez aceptada se convierte en Constitución, y oponerse a sus principios, en delito. Ese es el principio básico por medio del cual se rigen los grupos de cualquier naturaleza y propósitos.
   Es por eso que en “La Chispa” anterior dije que se trata de “un paquete completo”. Y así como no tenemos el poder para escoger o rechazar los diversos artículos de la Constitución Política de la República, tampoco podemos hacerlo con los de cualquier doctrina, si es que queremos seguir perteneciendo a la comunidad que la profesa. Desde luego que existe el análisis de consciencia individual, mediante el que podemos refutar, criticar o condenar ciertos postulados o interpretaciones que hagan los líderes de la organización, pero eso solo dentro del ámbito de nuestra interioridad. Si lo manifestamos ante el grupo, estamos fritos. La ideología NO permite fisuras, ni las más leves, porque si lo hace, empieza su desintegración. Esta es monolítica, intransigente e intolerante; porque en el momento que permite el “revisionismo”, llega a su fin. El más claro ejemplo es la Unión Soviética que, después de varias décadas de supervivencia bajo el escudo protector del marxismo-leninismo, cayó en el error de admitir el escrutinio. Esa actitud cerrada ha sido la clave de la supervivencia de la Iglesia Católica: la intolerancia. En esta NO hay cabida para la disensión, y el que lo hace, se convierte en hereje y enemigo mortal. Aquí NO se acepta la crítica y todo el mundo está de acuerdo con TODO y no solo con partes de la doctrina. Todas las interpretaciones del dogma las hacen las más altas autoridades dentro de la máxima ortodoxia señalada por los estatutos, ya que cualquier desviación puede conducir al “patíbulo”.
    Desde luego que, bajo ciertas circunstancias, las ideologías son como el elástico y toleran diversas interpretaciones e incluso la crítica y oposición, siempre y cuando el que lo haga esté a prudente distancia de las autoridades que las personifican. Se podía ser revisionista del comunismo desde los Estados Unidos, Europa Occidental, México, Argentina y cualquier país fuera de la Cortina de Hierro. Se podía rechazar la Doctrina Católica desde la Alemania de Lutero o la Inglaterra de Enrique VIII. También se podía contrariar al Nacionalsocialismo desde fuera de su área de poder; lo mismo que al fascismo o franquismo. Pero NO desde dentro, sin correr el riesgo de ser encarcelado o muerto. No se podían criticar las “democracias” de Pinochet, Somoza, las Juntas, Trujillo, Castillo Armas, Pérez Jiménez; tampoco las de Bush, Uribe y tantos otros. Sin embargo, estas corrientes políticas e incluso militares, no son tan fuertes ni duraderas como las religiosas, y es por eso que dije que estas son las peores porque se fundamentan en métodos “inmorales y ventajistas” ya que se valen de la indefensión, miedos, necesidades y supersticiones de los individuos.
Desde luego que se puede argumentar hasta el infinito acerca del significado de lo que es una ideología desde el punto de vista sociológico e incluso filosófico. Pero en la práctica y en el sitio en donde estas prevalecen NO hay alternativas. Se aceptan o se rechazan como una totalidad. Nadie le podía decir a Hitler en Alemania que aceptaba esto y aquello, pero que rechazaba lo de allá o más allá. El Cardenal que refuta tal o cual dogma o postulado de la Iglesia, está listo para la “hoguera” (descrédito, excomunión). Nadie puede negar la Inmaculada Concepción y continuar siendo cristiano completo. O la resurrección. A eso me referí con la nota anterior. La pertenencia a una determinada doctrina NO es cuestión de selectividad sino de aceptación total. Si entro a un partido, TENGO que leer su catecismo y aceptarlo tal y como está escrito; y este no está sujeto a las variaciones que se le antojen al gusto de cada postulante. No se puede ser comunista, fascista, católico, musulmán, evangélico, mormón o demócrata a medias o solo en ciertos aspectos. No desde el punto de vista de la ortodoxia. El eclecticismo es otra cosa, NO un credo. La escogencia de lo que agrada o no a mi intelecto y consciencia, me separa de la ideología y me convierte en filósofo o anarquista. O en político.
    Desde el momento en que defiendo una corriente a capa y espada, negando sus más evidentes errores y deficiencias, y ponderando sus logros más allá de lo razonable, me convierto en fanático. Si alguien justifica lo que los gringos y judíos hacen en Irak y Palestina bajo el pretexto de la “democracia” no es más que un necio. Una víctima de la contradictoria “justificación” de la democracia formal. Cualquier ideología “arrebaña” al hombre y lo convierte en parte de la masa. Solo el hombre sin ellas es completamente libre.
Se presta para la discusión, ¿no es así?
Ideologescamente
RIS

814 El tacto político

814 “LA CHISPA” (20 junio 2010)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
EL TACTO POLÍTICO: RARA AVIS EN NUESTRO MEDIO
La política es el arte del engaño creíble, de las apariencias aceptables; de las palabras y gestos adecuados en el momento preciso, de saber callar cuando hay que hacerlo. El tacto político es la esencia de la conducta que produce el menor número de reacciones negativas o suspicacia. Es saber valorar qué es de importancia y qué, superfluo y prescindible. Es no comprometer la gestión de todo un gobierno con unas palabras desabridas o una acción idiota o carente de valor. Es la capacidad de supervivencia al avanzar por un campo minado y, simultáneamente, aparentar tranquilidad y dominio de la situación. Tacto político es escoger las palabras como si se tratara de seleccionar los trozos comestibles del pez globo; es elegir cada palabra, cada mímica, entonación, fuerza o debilidad; es seleccionar la ropa y tono de voz para que combinen con cada ocasión y situación particular. Incluso el tipo de sonrisa. Es mantenerse siempre en una tarima por encima de los demás, aunque solo sea un milímetro, pero a la vez, producir la ilusión de igualdad y capacidad de admitir el tuteo con la chusma. Es dar la impresión de familiaridad sin perder la figura de líder con carácter y superior criterio. En fin, es saber mantenerse en la cuerda floja sin dar la impresión de miedo o inseguridad. Pero tampoco es pendular hacia el punto de la arrogancia y las poses de infalibilidad. Es crear la apariencia de ser popular, corriente, tocable, pero conservando el aura de superioridad que marca la diferencia entre los “seguidores” y los que mandan. Decenas de nuestros políticos comprometen toda la labor gubernativa por hablar idioteces fuera de lugar, o por llevar a cabo acciones que a nada conducen. El buen tacto es producto de la inteligencia superior, pero también puede cultivarse con mucho esmero y reflexión.
Es cierto que todos los gobiernos tienen que hacer reformas y cambios, pero estos deber ser tan sutiles que casi pasen inadvertidos para los pueblos, a menos que se haya hecho una evaluación previa que garantice su aceptación masiva. Si no cumplen esos requisitos, son una provocación. Obstinarse en hacer cambios impopulares solo porque al político se le antoja, es falta de tacto. Como aquello de eliminar a Dios de la Constitución. El riesgo político que aparejaba semejante necedad, no podía ser compensado por el supuesto logro que traería su aprobación. O la supresión de “Cocorí” de los programas escolares. O la de “Mamita Yunai” que es, al parecer, el último desafío que la falta de tacto le hace a uno de los grandes íconos de un sector importante de la sociedad. ¿Cuál es la necesidad política, social, económica o educativa para borrar esa obra del catálogo literario del que disponen los maestros para referirse a una parte de nuestra historia? No es creíble que el embajador de Estados Unidos le haya pedido al gobierno que lo hiciera; esos son tiempos superados (¿?). Entonces ¿cuál es la intención al llevar a cabo semejante simpleza? El comunismo ya no es un peligro para el “mundo libre” liderado por USA. Tampoco existen la “Yunai Frut” ni otras de esa naturaleza; ahora los bananeros forman parte del honorable “sector productivo” nacional y se han convertido en TRANSNACIONALES, con socios nativos y capital externo. Además, la trama de esa novela es historia antigua que ya a nadie le interesa desde el punto de vista político o social; es la lírica de un segmento histórico cuyo valor solo es simbólico para una sociedad en donde ya no tiene aplicación práctica.
“Mamita Yunai” y la beligerancia comunista ya casi han muerto por consunción, por lo tanto, descabellarlas resulta una maniobra no solo falta de respeto y tacto político, sino que su efecto inmediato es el de revivir con gran fuerza aquello que se pretendía inhumar. Es falta de tacto prohibir la lectura de un libro que NADIE lee ya. Aparte de unos cuantos viejos románticos que vivieron esa época, y que fueron correligionarios políticos de Calufa, nadie tiene interés en hechos que son parte de la prehistoria para una juventud que solo lee resúmenes de resúmenes de la literatura nacional o extranjera. La innecesaria exclusión de “Mamita Yunai” solo logró revivirla y enardecer a sus larvados custodios que, hasta hoy, estaban en paz y tranquilos en el olvido. Tal acción fue como darle un manotazo a un avispero. Además, ¿cuál es el propósito de semejante decisión? Su exclusión bien pudo hacerse por la segura ruta de la indiferencia: sugerir un centenar de obras modernas, no editar ese libro o simplemente, dejarlo como una lectura facultativa, y es seguro que nadie la leería. ¿Por qué? Porque esa novela es como “Los miserables”, “El elogio a la Locura”, “Don Quijote” o cualquiera de las obras de Shakespeare a las que si no las llevan al cine con mucho sexo, nadie se toma la molestia de leer. Y cuando digo “nadie” me refiero a una gran parte de la juventud, a ese sector de la población entre 12 y 18 años. Los viejos son otra cosa. Acciones como esa, solo ponen de manifiesto la falta de tacto político de los que gobiernan, porque por más que le doy vueltas al asunto, no puedo entender el porqué de semejante bobería. Si Carlos Luis Fallas hubiera sido MUSULMÁN, talvez sería explicable su inclusión en el Índice; pero resulta que este caballero era COMUNISTA, doctrina venida a menos desde la disolución de la Unión Soviética, y que ya dejó de ser el “Coco” del Mundo Libre.
Condenar libros es el acto anti cultural por excelencia que nadie debe llevar a cabo, mucho menos, un “Ministerio de Educación”. Es una acción INQUISITORIAL, provocativa e irrespetuosa con la Historia. Nadie debe arrogarse el derecho de decir a los demás qué pueden leer o no. ¿No son acciones de ese tipo las que han llevado a la humanidad a rechazar al nazismo, cuya brutalidad quedó impresa en aquellas fotos inolvidables de piras de libros a cuyo alrededor se veía a los SS atizándolas con libros? Verdad o montaje, esas imágenes son repulsivas porque constituyen la negación absoluta de lo que la civilización debe ser. Quemar simbólicamente a los autores de líneas de pensamiento, es el más aberrante acto que puede realizar un gobierno, sobre todo, cuando no hay una razón valedera que pudiera justificarlo.
Muy mala decisión del Ministerio, que revela no la falta de experiencia de su máximo jerarca sino su carencia de tacto político, si es que esa decisión fue su iniciativa. No se atenta en contra de los iconos populares sin peligro de despertar fuerzas sobrenaturales. No se perturba la paz de los muertos con pequeñeces sin importancia e innecesarias. El tacto político es la corona de los grandes estadistas.
RIS

miércoles, 23 de junio de 2010

186 Las idioteces de Hollywood III

186 “LA CHISPA”                                 (enero 2006)

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”.
LAS IDIOTECES DE HOLLYWOOD. (III parte).
En esta “Chispa” continuaremos analizando algunas de las boberías que un cine rutinario o sobresaturado, nos sigue imponiendo como material de diversión. Entre bombas, terroristas árabes, sexo y decenas de crímenes innecesarios, nos dejan caer las innumerables y variadas tonterías con las que rellenan la falta de imaginación que, desde hace años, empezó a reinar en Hollywood.
1) ¿Por qué trepan en Hollywood? No importa donde estén, sean los buenos o los malos, siempre que van huyendo y llegan a cualquier edificio, represa, puente, torre o estructura, de inmediato empiezan a subir por las escaleras de incendio o lo que les quede a mano. Suben y suben a pesar de que saben (¿saben?) que una vez que lleguen al último piso o la azotea, allí termina la historia. Claro que llegar y pararse en la baranda o en el pretil frente al vacío, siempre proporciona elementos emocionales que cautivan al público; sin embargo, el recurso es muy manido, pues ya sabemos que si es el bueno, alguien lo salvará en el último momento para satisfacción general de la audiencia; pero si es el malo, caerá hasta el pavimento o el techo de un auto estacionado en la calle, en donde se hará papilla ensangrentada para deleite del público. ¿Por qué siempre se suben o se meten en cuevas, calles sin salida o en túneles? Como efecto cinematográfico sabemos el porqué; pero desde el punto de vista del sentido común, esa conducta es inexplicable, lo cual nos lleva a preguntarnos que si esa gente es tan idiota de verdad. ¿Son tan burros los personajes cinematográficos de Hollywood? ¿O es simple desprecio a la inteligencia de los espectadores, de los cuales lo único que se solicita es la producción de emociones brutales y baratas? A una mujer que la persiguen en un lugar concurrido, sale corriendo hasta meterse en un edificio en donde no hay un alma que pueda ayudarla. O bien, corre y corre hasta que se encuentra en un callejón solitario, oscuro y lleno de basura y ratas. Del esplendor de un elegante “Mall”, a un sórdido callejón en cuestión de segundos.
2) Otro clásico de teléfono. Todo el mundo sabe (incluso los tercermundistas) que si estamos hablando por teléfono y apretamos el pulsador de este, la comunicación se corta de inmediato. Hay que colgar y volver a llamar, o esperar que nos vuelvan a llamar. Eso lo sabe hasta el más bruto. Pero parece que esa información tecnológica no ha llegado a Hollywood. Allí cuando a alguien se le corta la comunicación, de inmediato empieza a golpear repetidamente el pulsador de manera por demás inútil. Lo golpean y golpean y siguen repitiendo; “Jelou, jelou, jelou” hasta el “shit” o “fuck” final. ¿Es que esos actores no saben que cuando se corta la comunicación es imposible restablecerla golpeando el switch que precisamente es el que la corta? Si diez veces lo golpean, diez veces cortan la llamada. Entonces, ¿cuál es el estúpido propósito de llevar a cabo esa maniobra tan majadera como inútil? Otro de los grandes misterios de Hollywood...
3) Otro clásico del suspense idiota. Casi al final de la película, el bueno derriba al malo de un puñetazo después de una prolongada lucha en la que queda exhausto. El malo cae, pero su ametralladora, hacha, puñal, pistola desintegradora o rayo láser queda al alcance de su mano. Entonces el héroe se da vuelta hacia la muchacha herida, cansada o golpeada, se abrazan y se tiran al suelo a descansar y respirar agitadamente. Le dan la espalda confiadamente al asesino con el arma a su alcance. ¿No es eso absolutamente idiota? El sentido común nos dice que debería rematarlo, asegurarse de que está “bien muerto” y retirar cualquier objeto con el que el malo pudiera hacerles algo. Pero no, lo deja tendido, con el arma cerca, y se dedica a suspirar. Entonces, el malo se incorpora, toma su arma y los agarra por sorpresa. Eso es cajonero en casi todas las películas. Siempre le dan la espalda a un tipo que parecía muerto, pero que, sorpresivamente, agarra un segundo aire y está en condiciones de acabar con los buenos. Desde luego que todos sabemos lo que va a pasar y nos vamos llenando de terror. Esa es la idea. Pero a pesar de ser tan efectiva en la generación de emociones desbocadas, es totalmente idiota y cajonera. No pueden existir personas tan poco maliciosas que cometan semejante tontería. Después, de la nada, aparece el otro detective quien, finalmente, le mete al malo una bala en medio de los ojos. Como “Atracción Fatal”. Happy end al estilo Hollywood.
4) El clásico de los submarinos. Esta manía empezó con “Viaje al fondo del mar”, o con las películas de la segunda guerra mundial. Apenas algo roza o toca al submarino, comienzan a romperse todas las válvulas y a disparar agua por toneladas dentro de la nave. Y simultáneamente, empiezan a salir chispas de todas partes, algo como el 4 de julio. Además, a menudo hay un traidor que le da al enemigo la posición del submarino. O peor aún, de alguna manera siempre se les mete un extraterrestre que empieza a comérselos a todos; hasta que solo queda el chavalo y el capitán; o bien, la mujer que, gracias a que es especialista en algo, fue admitida en la misión. Y siempre anda con la falda levantada y medio rota, de manera que buena parte de su cuerpazo queda expuesto. La blusa desabotonada con un nudo en la cintura, permite adivinar su imponente busto y ver las redondeces de su cadera. Es el implacable sexo hollywoodense, sin importar las trágicas condiciones de la situación. Ellos se las arreglan para disparar nuestra lujuria a como dé lugar. Lo mismo pasa si se trata de un avión en vuelo. De la nada salen los árabes barbudos y mal encarados que gritan como locos; disparan, abren huecos en el fuselaje, los cuales hacen que varios pasajeros sean succionados y lanzados al vacío. Y de inmediato empieza el consabido chispero, caen las máscaras y se inicia el griterío de los pasajeros y las infaltables y hermosísimas azafatas.
Bueno, queridos lectores, esos son algunos ejemplo de cómo Hollywood menosprecia la inteligencia de los espectadores del cine o la televisión. Es por eso que debemos estar vigilantes sobre ese material que constituye el “alimento intelectual” de nuestros niños. Sea cuidadoso; ejerza una censura responsable sobre lo que ven sus hijos. Es su deber.
RIS

185 Las idioteces de Hollywood II

185 “LA CHISPA”                            (enero 2006)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”.
LAS IDIOTECES DE HOLLYWOOD (II parte)
Es seguro que los lectores podrán añadirle un sinfín de observaciones a este catálogo cuyo objetivo es servir de estímulo para que cuando vean cine o televisión, lo hagan con cierto criterio y capacidad de establecer juicios acerca del significado y creatividad de lo que ven. Además, que puedan discutir en familia el valor educativo de lo que la televisión ofrece a sus hijos. Ese es el objetivo de este trabajo, además de divertirlos.
10) Una de las tonterías más repetitivas de Hollywood es la cuestión del masaje de hombros. Todos los hombres y mujeres del cine parecen ser no solo hábiles masajistas, sino magos en el arte de la provocación sexual con las manos. Además de descubrir la tensión, los nudos y la angustia de sus amados, tienen el “toque” angelical que hace que apenas les pongan las manos en los hombros, estos empiecen a gemir y disfrutar de una manera que nadie puede explicarse. De inmediato, al primer contacto, entran en una especie de delirio sensual que más parece sexual, y se dedican a emitir toda clase de ruidos y quejidos semejantes a los que hacen las mujeres en el cine porno, en sus falsos e interminables orgasmos. El masaje hollywoodense es magia pura. Yo nunca he podido explicarme ese efecto de éxtasis que se producen al simple contacto de las manos con la espalda, por más que lo he practicado. ¿Y ustedes?
11) Otra de las cosas inexplicables de estas idioteces cinematográficas, es el asunto de las persecuciones. Cuando es el bueno el que persigue, casi nunca alcanza al malo. Pero cuando es el malo el que persigue al bueno, la cuestión se convierte en brujería. Los buenos corren y corren a toda velocidad, huyen en carro, motocicleta, avión o lo que sea; improvisando sobre la marcha y cambiando de rumbo en forma aleatoria. En cambio el malo va con lentitud, camina como Terminator, se toma todo su tiempo; se pone los anteojos, se fuma un cigarrillo, sale a la calle, le quita el carro a alguien y, cuando los buenos llegan a algún lugar totalmente fuera de programa, el malo ya está allí esperándolos, tranquilo, con una sonrisa burlesca y fumándose otro cigarrillo. ¿Cómo lo hacen? ¿Cómo saben los malos adónde van a ir los buenos? ¿Lo sabe usted? Por favor explíquemelo porque eso me desespera. La película “Crimen perfecto” (creo) con Michael Douglas, es un ejemplo de esto.
12) Otra de las idioteces que no tiene pies ni cabeza, es el tema de las heridas con balas o lo que sea. Fíjense ustedes que siempre que le pegan un balazo al chavalo de la película, este se toma el brazo, el pecho, el hombro o el lugar en donde se supone fue herido; se pone un trapo sobre la herida y empieza a huir. Pero aquí es donde aparece la tontería. Apenas inicia la marcha, empieza a “arrastrar una pata”. O ambas. Si fue herido en el brazo, pecho u hombro, ¿por qué diablos tiene que arrastrar las patas? Eso estaría bien si lo hubieran herido en una rodilla o tobillo; allí se justificaría la renguera, pero si la lesión es en un brazo, que alguien me explique por qué diantres tiene que caminar arrastrando las patas.
13) Todos los gringos son (en el cine), sommeliers y connoisseurs del más alto nivel cuando de degustar licores y alta cocina se trata. Siempre cuando van a comer a un restaurante de lujo, piden platillos extraños, trufas, caracoles, caviar, pichones o cualquier “exotic”. Además, todo el tiempo piden un determinado vino cosecha del año tal o cual, y dan un discurso acerca de las bondades de ese año. Pero si eso es creíble entre algunas personas de la clase alta y adinerada, no es cierto que eso sea normal entre policías y gentuza que solo comen hamburguesas con ketchup y mostaza. Pero el clímax de esta irreal situación, llega cuando el actor o la actriz se echan a la boca la primera cucharada. Instantáneamente empiezan a gemir y a hacer toda clase de gestos con la cara para indicar que el manjar que están degustando es lo máximo. Hummm, hummm. Ohh, oh, guau. “Solo le falta un pizca de orégano o estragón”. O bien, “una hojita de laurel” o cualquier otra tontería con la cual nos hacen creer que todo el mundo allí es sabio en asuntos culinarios.
14) A pesar de que esa sociedad se reputa como muy igualitaria en materia sexual, invariablemente en el cine les achacan a las mujeres las actitudes más idiotas e impropias. Una de ellas es la de los gemidos. En cualquier situación en donde los buenos van huyendo, la mujer siempre va pegando chillidos, gimiendo y llorando. No importa que sea la Tom Raider o la máxima karateca; siempre tiene que estar gimiendo y emitiendo esos quejiditos tan característicos que nos demuestra lo tontas, frágiles y miedosas que son. Esos grititos y gemidos son clásicos, aunque se trate de la mujer Maravilla, Gatúbela, Sharon Stone o Demi Moore.
15) Como complemento de esa idiotez inevitable, está la cuestión de las caídas. Cuando los buenos huyen de los malos, de King Kong, Allien, las fieras del parque Jurásico o lo que sea, nunca falta la mujer tonta que, en el momento menos oportuno, se cae y se luxa un tobillo. Pero eso no sería tan trágico, si al menos en los millones de veces que se han caído en el cine, hubieran aprendido a hacerlo en forma realista, y no de la manera tan artificial como siempre lo hacen. Da cólera ver como tuercen una pata en el aire, fingiendo que han tropezado con algo inexistente, y luego cómo se dejan caer de forma tan inverosímil y “artística”. Siempre de lado, enseñando la curva superior de sus hermosas caderotas y parte de sus muslos alucinantes. Un truco siempre simpático y sensual, pero absolutamente idiota. Seguiremos con este tema.
Haga circular esta “Chispa” para ver si podemos aumentar la colección de disparates con los que nos “educan” diariamente en el cine y la televisión de Hollywood.
Cinematográficamente
RIS

184 Las idioteces de Hollywood

184 “LA CHISPA”

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
LAS IDIOTECES DE HOLLYWOOD
No se sabe si es por abulia, economía, falta de imaginación o idiotez, que la gran máquina fabricante de películas, incurre en tantos disparates o lugares comunes. Talvez sea una especie de machote que siguen para paliar la falta de imaginación y creatividad, ya que esta no se da en macetas ni es tan fácil plasmarla en cintas de calidad. Pero el caso es que en casi todos los filmes hechos en Hollywood, nos presentan escenas tan cajoneras que incluso producen cólera. Los ejemplos que se señalan a continuación, son algunos de los múltiples que se dan. Es indudable que los lectores de esta “Chispa” tendrán noticia de muchos más; pero por ahora, allí les van una cuantas para que se les revuelvan las tripas. O para comprobar si es que yo estoy fuera de onda.
1) Cómo comen los personajes cuando han estado perdidos o algo por el estilo. Si les dan un plato, olla o sartén, agarran la comida con las dos manos y se atarugan con desesperación, mostrando una ansiedad que va más allá de lo razonable; pero después de tres o cuatro bocados, se enzarzan en alguna discusión fuera de tiempo y lugar y se olvidan de la comida. Eso es un cliché.
2) Los invisibles. Cuando dos tipos que están en la misma habitación oscura o con luz, pero que no se habían visto (por esos milagros de la estupidez hollywoodense) y se encuentran cara a cara, empiezan a gritar frenéticamente durante varios segundos, supuestamente asustado el uno del otro. No importa que sean hombres o mujeres, el caso es que gritan en forma continua en una manera injustificada y por demás idiota. Eso suele darse en las comedias tipo “Friends”.
3) Otra tontería semejante es la de dos personas que van por un túnel, habitación o lo que sea, buscándose mutuamente. Avanzan de espalda y agachados, con el foco en una mano y la pistola en la otra; luego, cuando están a punto de tocarse sus espaldas, se enderezan y empiezan a girar para continuar avanzando de frente. Es decir, casi llegan a chocar, pasando el uno a la par del otro, y luego siguen su camino sin haberse visto. Clásico de las comedias bobas, en las cuales siempre hay una pareja obligada de idiotas que, como son incapaces de hacer reír a nadie con esas sandeces, el estudio cinematográfico se encarga de grabar un coro de risas destempladas que nada tienen que ver con la acción del filme.
4) Y en esa misma línea, está el “thriller” cumbre de las películas de miedo. Generalmente la heroína que huye dentro de la cueva, el edificio derruido, la nave espacial, el submarino o las alcantarillas, va caminando lentamente, dando vueltas, viendo para todos lados hasta que se decide a seguir avanzando de espaldas, sin importar lo oscuro que esté el lugar o que pudiera haber hueco en el suelo. Y aunque el sentido común nos dice que lo adecuado es avanzar en forma lenta y de frente, nuestro héroe o heroína lo hace de espaldas hasta que llega a caer en las garras de Allien, la momia, el gorila, el cocodrilo, el extraterrestre, Jaw, el estrangulador, el asesino que tiene el hacha, la sierra o lo que sea. ¿Por qué diablos avanzan de espalda? ¿Puede haber mayor estupidez que esa? Pero eso no parece importarles, aunque todo el mundo ya sepa qué le va a pasar al bobo o zonza que caminan en reversa.
5) Uno de los clichés más tontos es el que representan cuando el actor está durmiendo y suena el teléfono. En lugar de levantarse, abrir los ojos y buscar sensatamente el aparato, empiezan a dar manotazos sobre la mesita, pero viendo para otro lado o con la cara sumergida en la almohada o colchón. Botan los vasos, el cenicero, la lámpara y cuanto tiliche haya en aquella; y después de darle varios golpes al auricular, finalmente lo toman adecuadamente. Es tan rutinario y aburridor, que uno se pregunta si de verdad así actúan los gringos cuando suena el teléfono de noche.
6) Cuando llega la policía a algún lugar sospechoso, o cuando el personaje busca algún documento o cualquier cosa, empiezan a abrir los armarios de una manera absolutamente alocada y falta del más elemental sentido común; casi sin fijarse en lo que hay en los cajones, empiezan a sacarlos y a tirar todo su contenido en el suelo. Y así, gaveta tras gaveta, van haciendo un increíble reguero de trapos, papeles y toda clase de objetos. Apuñalan los colchones, las paredes, los muebles y todo cuanto sea susceptible de ser destripado. La cosa es causar el mayor estropicio posible; pero lo curioso es que ni siquiera se fijan cuidadosamente en lo que están tirando. Es una cuestión meramente efectista cuyo fin no está claramente definido en ningún guión.
7) Cuando alguien va huyendo en las películas de acción, siempre hay un tipo con una charola llena de comida o bebidas, que se le atraviesa al malo para que este le dé un empellón y salgan volando tanto el mesero como todas las cosas que llevaba en la bandeja. Luego sigue el montón de personas que se ve cómo se interponen intencionalmente en la ruta del que corre para ser derribados en las formas más ridículas que se pueda imaginar la audiencia. Incluso eso se da cuando el que huye lo hace en carro. No faltan los extra (atletas extraordinarios) que se meten en la ruta del vehículo, y luego dan unos saltos espectaculares para ponerse a salvo. Lástima que sea tan “enseñado”, como dicen los deportistas. Y casi nunca falta una mujer cruzando la calle con un niño en un cochecito. Cajonero.
8) Otra clásica estupidez de Hollywood es el asunto de las armas. Cuando al malo se le acaba la munición, de inmediato tira la pistola al suelo y sigue corriendo. Incluso puede ser un rifle de la más alta calidad o precio, pero él lo bota. ¿Pueden ustedes creer que alguien tire una pistola porque se le acabaron las balas? ¿En qué cabeza puede caber semejante disparate? En las de los productores de Hollywood.
Si le gustó esta “Chispa”, hágale copias y repártalas entre sus amigos para ver si estamos de acuerdo. En la próxima seguiré con el mismo tema.
Hollywoodescamente
RIS.

sábado, 19 de junio de 2010

810 La identificación religiosa

810 “LA CHISPA”                                                        (15 junio 2010)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
LA IDENTIFICACIÓN RELIGIOSA
Esta es tan nociva como la política, social o de cualquier naturaleza, porque implica la aceptación total del núcleo básico de ideas que constituyen su formato teórico. Yo no puedo ser cristiano y a la vez no creer en la resurrección de Cristo. No puedo ser musulmán si no doy por real el ascenso de Mahoma a los cielos. No puedo ser demócrata si le pongo objeciones al sistema como se elige a los candidatos; tampoco seré un buen comunista si critico alguno de los defectos del sistema. En esencia, la identificación ideológica de cualquier naturaleza, me obliga a aceptar el “paquete completo” y a ser fiel defensor del sistema de ideas que fundamentan mi membresía. La identificación impide ser selectivo y razonar por cuenta propia, ya que se admite todo o se rechaza todo. Es por eso que dentro de las ideologías (fe de las masas) no hay hombres analíticos ni anarquistas, porque estas obligan a la sumisión total, a la aceptación indiscriminada de tesis incluso contradictorias y absurdas. Y la peor y más dañina de todas las ideologías es la religiosa, porque esta se vale de circunstancias inmorales y ventajistas para reclutar feligreses: indefensión de la niñez (la principal), ignorancia de los adultos, condiciones de desamparo general y supuesta “autoridad divina”.
De manera que si nos identificamos con el hinduismo, debemos creer en el Karma, la Rueda de Samsara, el Nirvana, reencarnación y los cientos de miles de dioses del exoterismo y un sinfín de cosas que al occidental parecen insensatas. Si aceptamos el Islam, también tenemos que creer en todo lo que dice el Corán y vivir de acuerdo con sus mandatos, aunque muchos de ellos parezcan estar reñidos con la lógica, la historia y la sociología. Incluso debemos comulgar con una historia un tanto amañada para el gusto de los feligreses, y debemos cerrar los ojos ante muchas cosas que para ellos son normales (para los que han nacido bajo esa religión), pero no para los que la adoptan ya adultos. Y si nos identificamos con el cristianismo, religión que no elegimos sino que nos impusieron desde el nacimiento, tenemos que validar una serie de disparates que ni juntas todas las otras religiones del mundo, son capaces de igualar. Incluso tenemos que darle nuestra aprobación a un dios (Yavé) que irrespeta sus propios mandamientos, cuando en un acto inexplicable por ningún método de razonamiento, preña a la esposa de su siervo José para que nazca un híbrido conocido como Jesús. Un semidiós cuyo modelo se encuentra en una docena de leyendas griegas (Dionisos, Hermes, Heraclés, Helena, Pólux, Tántalo, Perseo, Anfión, Minos, Dárdano, Sarpedón, Epafo etc.). Esos son apenas unos pocos hijos de la deidad suprema del Olimpo, el todopoderoso Zeus, el que truena en las alturas. Los semidioses olímpicos eran abundantísimos y famosos. De ahí era muy fácil tomar a cualquiera de ellos, cambiarle el nombre y variar algunas circunstancias de su concepción, nacimiento y obras. Así de fácil. A Jesús lo tomaron de Dioniso, y su obra es una copia de la del titán Prometeo. Claro que para discutir sobre esto, hay que conocer la Historia de verdad, filosofía, religiones antiguas, el mito y la tradición. Porque si solo se ha tenido a la Biblia como fuente de información histórica, no hay nada de qué hablar.
A los que no conocen la Tradición y el Mito, esos cuentos les parecerán ridículos o cómicos, o simple fantasía. Pero ¿por qué les parece verdadero, honorable y edificante el cuento de Yavé embarazando a María a espaldas de José? ¿No es este un cuento vergonzoso además de inmoral? Pero para ser cristianos tenemos que tragarnos esa leyenda como si se tratara de una verdad axiomática. Además, tenemos que rendirle culto y humillarnos ante un dios criminal cuyo mayor placer es ordenar a sus elegidos el exterminio de millones de personas. El libro de Josué es el canto épico al más grande genocidio ordenado por ese dios bíblico; además, la prueba irrefutable del carácter criminal de la deidad que adoran judíos y cristianos. Pero no contento con eso, él mismo, en persona, realiza infinidad de masacres que ninguno de los peores asesinos de la historia han llevado a cabo, como la de Quibrot Hataava o el Diluvio. Y eso es parte del paquete que tenemos que dar como bueno, santo y divino si queremos llamarnos cristianos de buena fe. ¡Ah!, y también tenemos que aceptar que los judíos son el PUEBLO ELEGIDO de ese dios, y que son buenos y que todo lo que hagan cuenta con el beneplácito de ese Baal. Todo eso tiene que admitir sin protesta ni comentarios, todo aquel que pretenda ser cristiano y dócil creyente en “la palabra de dios” escrita en la Biblia. Ese es el problema de la identidad religiosa que padecen millones de occidentales. Y aunque sus consciencias les señalen lo errado de ciertos aspectos de sus creencias, la identidad religiosa los obliga a pasar por encima de su propia moral.
Según la Biblia (libro de Josué) Yavé le ordenó a ese individuo el EXTERMINIO TOTAL de todos los cananeos, los dueños legítimos de toda esa región (Palestina), y los religiosos ven semejante barbarie como un acto legítimo que cuenta con el respaldo moral de su dios. Y siguiendo ese modelo de “razonamiento”, los feligreses hacen extensivo ese mandato a cuanta villanía se les pueda ocurrir a los judíos, sin que medie el menor análisis; ni siquiera la participación del más elemental sentido común. Ese es el principal problema de la identificación ideológica: anula nuestro juicio y pone nuestra voluntad y capacidad de acción al servicio de las peores causas imaginables. Nos lleva a encontrar la justificación de los peores crímenes y a convertirnos en cómplices morales de las acciones más abyectas que puedan realizar otros con los que nos creemos ligados ideológicamente (partido, religión). La identidad religiosa nos obliga a aceptar al dios iracundo de la Biblia, lo mismo que al belicoso, avaro y criminal pueblo de Israel; y si no lo hacemos, se nos crea un complejo de culpa insuperable. Es por eso que millones de occidentales que aborrecen a esa gente, sienten que tienen que justificarlos porque, de no hacerlo, entran en conflicto con su identidad religiosa y su dios.
La libertad de consciencia solo se da cuando no estamos ligados por ideologías de ninguna clase, porque si lo estamos, nuestro criterio siempre estará matizado de sentimientos de compromiso y será tibio como decía Pablo.
RIS

807 El patético mundial de Sudáfrica

807 “LA CHISPA”                              (7 junio 2010)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
EL PATÉTICO MUNDIAL DE SUDÁFRICA
Con un millón 220 mil kilómetros cuadrados y una población cercana a los cincuenta millones de habitantes, esta nación se debate en los linderos de la miseria. Con un índice de mortalidad que supera netamente al de natalidad, su población, con una esperanza de vida de apenas 44 años, está destinada a desaparecer. Con casi seis millones de infectados de SIDA, no tiene oportunidad de lograr algún desarrollo. Con un ingreso per cápita de apenas dos mil dólares, llena todos los requisitos de un país quintomundista sin esperanza alguna. Y aunque es el más industrializado de África, el mayor productor de diamantes y oro en el mundo, toda esta riqueza se queda en las manos de cinco millones de europeos que son los dueños de todo los que vale la pena en ese país. Todos los negros viven en la edad de piedra, y lo que es peor, con una mentalidad de sirvientes que heredaron de siglos de esclavitud y humillación. Un país sumido en la calamidad a la que los somete una minoría blanca, es una vergüenza para el África y el mundo civilizado. Con un sistema de salud miserable, sin hospitales ni clínicas, está condenado a la tragedia. Entonces, ¿cómo es que una nación así organiza un campeonato mundial de fútbol, un espectáculo propio de naciones ricas a las cuales les sobra el dinero para derrocharlo en lujo y diversiones? ¿Cuántos hospitales, escuelas y universidades se podrían haber construido con lo que gastaron en esos estadios y la infraestructura necesaria para presentar ante el mundo una cara aceptable? Y lo que es peor ¿por qué han sido patrocinados por el mundo futbolero?
Sin embargo, y pese a todo el esfuerzo y la propaganda, es fácil adivinar lo que hay detrás de esa payasada. Hermosos y modernos estadios en medio de la nada, en solares baldíos sin conexión alguna con el alma de ese pueblo, por más que les den pitoretas y los pongan a actuar como si en realidad estuvieran felices y participaran de la riqueza que genera ese país. Lo de Sudáfrica es una maroma política mediante la cual los blancos pretenden maquillarse el rostro ante el mundo. Es una treta mediante la que tratan de hacer creer a la humanidad que ahí todo anda bien y que las enormes masas de nativos son felices y que tienen oportunidades para todo. Por desgracia, esa turba ignorante de negros no sabe que está siendo utilizada por esa minoría de europeos. Ahí nada cambió, el régimen esclavista persiste en la forma más brutal, solo que bajo en antifaz de la democracia y la igualdad. El apartheid sigue vigente en toda Sudáfrica, por más que la farsa del mundial trate de hacer creer al mundo que no es así. No importa cuántos nativos veamos tocando trompetas y haciendo bufonadas, la verdad de lo que pasa en ese país, es deprimente. El Mundial solo es una “lavada de cara” que pretende hacer la minoría blanca en confabulación con Europa, Estados Unidos y los judíos. Sudáfrica es un país de esclavos de ínfimo nivel en manos de una minoría de blancos que sigue siendo la dueña de todo. Y este mundial no es sino un intento por legitimar la vergüenza que subsiste por detrás de esta mascarada.
¿Cuántos millones de negros han sido inoculados con el virus del ébola, sida y otros para desaparecerlos de la faz de la tierra? Solo ellos lo saben. Ese mundial equivale a que los judíos montaran otro en Gaza y Cisjordania y les dieran pitoretas a los nativos para que el mundo creyera que son felices. Sudáfrica es una nación paupérrima que no está en condiciones de financiar un circo de esa clase, y eso lo saben muy bien los europeos y todas las delegaciones que van llegando a ese país. Y aunque la mayoría, por respeto a algo que desconocen, no diga nada por no “ofender” a los anfitriones, se dan cuenta de cómo está la situación en ese país en donde cuatro gatos (los blancos) viven a un nivel europeo, mientras que millones de negros lo hacen en condiciones de verdadera desgracia. Casi nada ha cambiado en esa nación. Es cierto que ya no los matan como en los tiempos del apartheid, pero ahora viven en peores condiciones que nunca, librados a su desgracia. Dueños de recursos incalculables de productos minerales, estos solo pasan por sus manos de esclavos mientras los sacan de las entrañas de la tierra y los ponen a disposición de los blancos.
¿Qué representan esos enormes estadios en medio de la nada? Vean que no están en ciudades ni forman parte de la vida natural de los sudafricanos sino que son un decorado artificial desconectado de ese pueblo. Ese campeonato mundial de fútbol solo es una treta para legitimar un régimen desgraciado (el ideal de los europeos) que pretende convertir a cada país africano en un surtidor de materia prima y mano de obra barata bajo la dirección de unas minorías de blancos… como antes. Ahí están los terrenos y las riquezas que ya se agotaron en Europa. Y en cuanto a los esclavos, ya no hay que transportarlos a ninguna parte, están ahí… a montones. Solo es cuestión de mostrarle al mundo lo que ellos (los blancos) son capaces de hacer, a pesar de esas turbas de negros idiotas que solo saben tocar pitoretas y brincar como locos. Así queda justificado todo, y la humanidad podrá suponer cuánto ha avanzado Sudáfrica, cuánto se ha desarrollado y lo bien que le va bajo la tutela de los afrikáner (holandeses y judíos). Toneladas de oro y diamantes que forman un río de dólares de los cuales nada llega a los nativos, construyen el caudal del cual han desviado unos cuantos centavos para crear la ilusión de un bienestar ficticio del que goza el pueblo sudafricano.
Ese mundial en Sudáfrica es como organizar un gigantesco banquete de las mejores comidas en las plazas y calles de Bangladesh; es una ofensa a la conciencia de la humanidad. ¿Tendrán los nativos alguna idea de cómo han sido utilizados para presentar ante el mundo una imagen idílica de lo que sucede en su tierra? Pero lo que es más importante, ¿la tienen las delegaciones que avalan esa farsa con su presencia? Estimado lector: no crea lo que yo digo; investigue, estudie, piense y adivine lo que en realidad sucede en ese país en donde una arrogante minoría de blancos vive en condiciones superlativas, mientras que decenas de millones de nativos agonizan en los terrenos de la miseria y consumidos por decenas de enfermedades que les han inoculado los esclavistas del apartheid, hasta el punto de hacer que mueran más personas de las que nacen.
No patrocine esta comedia, pero si tiene que ver el mundial, conviértase en un severo juez de lo que ahí sucede y no crea todas las apariencias que ve. ¿Recuerdan lo que hizo Cruyff frente al mundial de Argentina?
Futboleramente
RIS.

miércoles, 16 de junio de 2010

281 ¿Cómo hacer una Selección?

281 “LA CHISPA” 
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”.

¿CÓMO HACER UNA SELECCIÓN DE FÚTBOL?

     ¡Ya terminó el suplicio! Un fracaso más, y a buscar fórmulas de consuelo. Ya un periódico nos dijo que uno de nuestros jugadores está en la “selección ideal” de la Copa de Oro. ¡Vaya éxito! Pero dejemos eso por ahora, y hagamos una reflexión acerca de cómo debe ser el proceso para conformar al Equipo Nacional. El primer requisito quedó en videncia en la final, cuando los jugadores se dan la mano antes de iniciar el juego: había un gringo que les sacaba a todos los mejicanos, una ventaja en estatura como de un metro. Y casi todos los yanquis parecían medir más de dos metros. Entonces ¿qué puede hacer una chaparrito de 1.65 m. o menos frente esos gigantes? Y sobre todo, cuando hemos adoptado los métodos de juego europeos; cuando hemos castrado la creatividad individual para someterla a rígidos modelos propios de Europa y U.S.A. El fútbol latino tiene su fuerza en el ingenio personal, imaginación e improvisación sobre la marcha. El genio y la habilidad personal son los elementos que hacen la diferencia y nos permiten superar nuestras desventajas físicas ante ellos. Como el caso de los liliputienses Maradona y Messi. Pero si hemos renunciado a esas virtudes propias de nuestros jugadores y nos hemos sometido a sus normas, estamos perdidos. Si nos hemos colocado en su terreno, estamos fritos.
Pero vayamos al grano: el primer requisito para formar la selección debe ser de tipo atlético. La estatura mínima debe ser de 1.85 m. Tener buena contextura y excelente masa muscular que le permita ser un atleta de altísimo nivel. Amplia visión periférica y capacidad intelectual probada por todos los medios de los que se dispone para estudiar el C.E. (coeficiente intelectual). Tener un mínimo de catorce años y uno máximo de 18 NO para ingresar a la Selección, sino al PROCESO de selección. Todo candidato (que pueden ser centenares) debe aceptar las condiciones extremas que le impondrá esa suprema responsabilidad de ser parte del Equipo Nacional, pues estar ahí requiere dedicación en cuerpo y alma. Todo lo demás es secundario. Además, deben estar preparados anímicamente para confrontar las inevitables decisiones del cuerpo técnico y la posibilidad mayoritaria de ser excluido, ya que en la búsqueda de la excelencia, millares tienen que ser desechados. La selección NO se integrará bajo presión de los equipos ni por propaganda de “comentaristas deportivos”. Debe ser un trabajo técnico realizado por especialistas de alto nivel, traídos del exterior, en donde existen escuelas de probada calidad mundial. Toda forma de chovinismo debe eliminarse de este proceso.
         La Selección debe ser un proyecto Nacional y no el acuerdo de intereses de unos cuantos clubes. El plan debe ser a un plazo de cuatro años, para que cuando los que ingresaron en la fecha de inicio, tengan 18 y 22 años, la edad ideal del futbolista; cuando está en la cima de su forma física y mental. Porque salvo las excepciones de los “monstruos” como Pelé, Maradona, DiEstéfano o Cafú, la “vida útil” de un futbolista empieza a marchitarse a los veinticinco años. Talvez treinta en los superdotados. Pero para cuando estos sean marginados de la Selección, ya habrá dos o tres camadas de jovencitos “hambrientos” de gloria y fama, dispuestos a sudar sangre con tal de “banquearlos”. En la Selección no debe haber vacas sagradas de más de veintiocho o treinta años; ni siquiera los porteros. A esa edad ya empezó el “aburrimiento laboral”, y si no se es una estrella excepcional, es seguro que ya empezó la declinación, y quien ya entró en esa fase, nada tiene que hacer en una selección. Aparte de ser una anécdota curiosa y risible, ¿qué hace un “roquito” de 35 años en una selección? ¿Acaso no hay decenas de muchachos veinteañeros que puedan realizar esa labor con reflejos de gato? Recuerden a Indunni y compañía. Si en el último mundial Peckerman no hubiera cometido el error de incluir al mamulón Cruz en lugar de poner a Messi, la historia contra Alemania hubiera sido otra. Es cierto que Cruz es alto, pero tan tieso como los alemanes, y con la mente atrofiada por los métodos europeos.
Debe crearse una “filosofía” del fútbol nacional, el cual debe volver a los orígenes, pero sin menospreciar los adelantos técnicos y tácticos que se han desarrollado para lograr una fisonomía personal; una escuela definida pero siempre en continua evolución hacia metas superiores. Pero ante todo, no se debe IMITAR a nadie. El imitador SIEMPRE será un “segundón” obligado a hacer mutis cuando aparece el original. El equipo seleccionador debe explorar todo en búsqueda de la excelencia, y tener mentalidad de ganadores, pues a un campeonato no se asiste solo “para ver hasta donde llegamos”. Eso es mediocridad declarada. A un mundial se va con la convicción de que vamos a ganarlo, ya que en la cancha somos once contra once, aunque el país rival sea China, U.S.A o Brasil, pues en la cancha solo juegan ONCE. Recordemos el ejemplo de Uruguay y el fatídico maracanazo. “Once cobardes uruguayos”, como dijo la prensa brasileña, pusieron de rodillas al gigante, y silenciaron el coro de doscientos mil ululantes torcedores. Los seleccionados JAMÁS deben pensar que somos “chiquitos”, “poquitos” o “pobres”, pues dentro de la cancha lo único que cuenta es la determinación; pero la determinación bien sustentada por un largo y meticuloso proceso de formación. Los vinos y los güisquis alcanzan su mejor punto luego de años de maduración. Después de un cuidadoso método de selección, mimo, paciencia y sabiduría puestos al servicio de la calidad, ya que los que no sirven son desechados. Solo cuando eso se dé a plenitud, tendremos derecho a exigir resultados. El mejor ejemplo de este método de sentido común, fue el de Chile en “su” mundial.
             Claro que ese proceso NO ES GRATIS NI BARATO. Si no hay inversión, no puede haber frutos; por eso es que sostenemos que la formación de la Tricolor deber ser un proyecto Nacional si aspiramos a cosas importantes. Pero si no es así, renunciemos a los sueños grandes, continuemos con nuestro campeonatito y organicemos un Centroamericano con una de las tantas “selecciones” geriátricas e improvisadas. Si usted tiene otras ideas, hágamelas saber y las incluiré en otra “Chispa”. Todo sea por la excelencia.
Futboleramente
RIS

278 ¿Cómo debe organizarse el fútbol?

278 “LA CHISPA”

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”.

CÓMO DEBE ORGANIZARSE EL FÚTBOL

       Para estas ocasiones de tristeza cuando todos nos sentimos “Directores Técnicos” de fútbol, bien podemos darnos el lujo de teorizar sobre esta volátil materia que a todos nos vuelve locos. ¿Por qué no? Al fin y al cabo, los que se supone que “saben” nada logran: ni dirigentes ni técnicos. Es por eso que todos los filisteos, al calor de la reciente tragedia de la “Copa de Oro”, nos sentimos con el derecho de proponer cualquier disparate que pudiera ser útil para mejorar nuestro deporte favorito… o al menos, para desahogarnos.
Se debe empezar por una “poda”, pues cuando se permite una cantidad desmesurada, es seguro que la calidad decrece. ¿Qué hacen en primera división ese montón de equipillos que solo duran ahí un año y que, además, no tienen afición ni estadios decentes? Entrar a primera división no debe ser cuestión de suerte, de un “loteríazo” que se dio por una serie de acontecimientos al azar. A la primera solo deben entrar INSTITUCIONES bien formadas y capaces de afrontar todos los compromisos y exigencias que demanda ese nivel de participación futbolístico. Deben tener dinero para comprar refuerzos, para pagar todos los profesionales que esta actividad demanda; para hacer publicidad, promoción y mercadeo. El fútbol en esa instancia es un NEGOCIO de calidad que no debe dejarse a la improvisación o las ocurrencias.
      El fútbol es una cuestión de masas, ya que una institución carente de seguidores no tiene la fuente de ingresos necesaria para subsistir sanamente. Esos equipillos que no tienen dinero ni para pagar un buen entrenador NO DEBEN estar en primera división. El ingreso a la primera no debe ser una cuestión de suerte a la que una legión de equipillos opta como si se tratara de un bingo. La “división de ascenso” debe estar organizada mediante un reglamento bien conocido que especifique los requisitos mínimos; algo así como la inscripción de un partido político. Los aspirantes a pertenecer a esa liga, deberán demostrar que son una INSTITUCIÓN capaz y responsable financieramente de los compromisos que adquiera en sus funciones. Para eso deben depositar ante la Federación o quien corresponda, un monto (bono, certificado etc.) que garantice el cumplimiento de sus compromisos comerciales y laborales; es decir, una especie de Seguro que cubra salarios, prestaciones, cancelación de contratos y todos los gastos en los que pueda incurrir cualquier empresa comercial. Además, deberá presentar la lista certificada de sus seguidores o asociados (mínimo VEINTE MIL), pues da lástima ver a ciertos equipillos a los que solo van a ver los familiares de los jugadores, y esto, porque no hay nada que ver en la televisión. Pero si el equipillo juega a la hora de “La Viuda de blanco” o “La esclava Isaura”, ni las mujeres de los jugadores van al estadio. No se puede aspirar a algo cuando lo que se presenta no es más que una improvisación bajo el lema de que: “En el camino se arreglan las cargas”. En el fútbol grande, moderno y comercial, eso NO funciona. Ahí no hay ayuda del cielo; solo cuenta el trabajo, la responsabilidad, la previsión y, sobre todo, EL DINERO. El fútbol es una EMPRESA, y ninguna de estas funciona si no hay inversión. Es por eso que todo equipillo que pretenda ingresar a “la primera”, debe presentar un certificado oficial de sus finanzas, fuentes seguras de ingresos fijos, lista de propiedades (residencias, campos de entrenamiento, estadio, gimnasios, autobuses etc. etc.), contratos de trabajo con los jugadores, constancias de pago al Seguro Social y certificado de sus cuentas bancarias durante un período determinado por el Reglamento. Es decir, deben ser EMPRESAS solventes capaces de cumplir sus compromisos comerciales.
              Cuando Uruguay ganó sus títulos mundiales, su “división de honor” estaba formada por cuatro equipos más o menos. La elite del fútbol charrúa. Y de ahí salió la Selección que se ciñó la corona. Pero ¿qué puede salir de una multitud de equipillos que ni siquiera tienen afición o un estadio que valga la pena? ¿Podría armarse una selección mundialista con P.Z., Santa Bárbara, San Carlos, Puntarenense y el Liberia F.C.? ¿Quién invertiría para construir un estadio aceptable (veinte mil aficionados) en Santa Bárbara, si todo el mundo sabe que ese equipillo no le gana a nadie (talvez a otro equipillo) y que solo va a estar un año en primera? En el fútbol profesional, esto es un asunto de “money” y no de sentimentalismo provinciano. Desde luego que en las ligas de aficionados puede haber miles de equipos, millones si les da la gana. Es deseable.
Entonces, el camino debe empezar por hacer un cuello de botella de alta exigencia en el ingreso a la liga de honor. En San José se debe construir dos estadios de verdad, de calidad internacional; en el sur y este de la capital. Ya está el Saprissa y el Nacional. Solo faltarían los puntos de concentración de las aficiones de esos dos puntos cardinales, pues ahí hay casi un millón de posibles seguidores de los equipos a formar. San José debe tener CUATRO equipos en primera. ¿Y por qué? Porque tiene la afición capaz de formar cuatro bandos de más de un cuarto de millón de aficionados, y ese es el sustento del fútbol-empresa. Algo así como lo que sucede en Buenos Aires. Luego vendría la representación de las provincias: un equipo por cada una, reforzado con lo mejor de los equipos locales y con las contrataciones que puedan hacer en el extranjero. Deberá ser prohibida la piratería futbolera, es decir, que haya equipos que compren los mejores jugadores que se vayan produciendo en los demás clubes hasta debilitarlos y convertirlos en simples sacos de entrenamiento. Como sucede en la actualidad con Saprissa y Alajuela. Un campeonato aburridor en donde ya todo el mundo sabe quiénes serán los finalistas, y salvo un milagro, esa es la receta que nos “receta” el campeonato nacional.
       La búsqueda de la excelencia, debe iniciarse por la selectividad, por la exclusividad. A la primera, solo deben acceder los mejores: la crème de la crème. Pero para asegurar la calidad, debe existir el castigo, y ese es el descenso, único instrumento que nos garantiza que los equipos darán lo mejor de sí para evitar la tragedia que significa caer del Olimpo y tener que luchar de nuevo entre la plebe, entre los simples mortales.
Futbolescamente
RIS